𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐕

Habían llegado desde hace rato al templo, Katsuki estaba revisando unas cosas en su oficina mientras que Izuku preparaba la cena.

Esta vez estaba preparando curry extra picante para Katsuki y curry normal para él.

Pensaba mucho en lo que había pasado hace un rato, la forma en la que Katsuki lo había abrazado y como le había prometido hacerlo feliz, lo hacía sentir bien.

Nunca antes creyó qué tendría ese tipo de experiencia en su vida, debido a todo el maltrato que recibió y las constantes burlas de Setsuna y su padrastro.

Le gustaba ese sentimiento.

Y daría lo mejor de sí para ser el prometido y esposo ejemplar de Katsuki.

Escuchó la puerta de la cocina abrirse y vio como Chiyo entraba por ella, se le veía cansada, por lo que rápido acercó una silla para que se pudiera sentar y le extendió un vaso de agua.

—Muchas gracias Izuku.

—No es nada señora Chiyo, si puedo preguntar, ¿qué estuvo haciendo?

—Me puse a limpiar el jardín un poco, ya sabes, quitar las plantas ya muertas y regarlas un poco.

—Debió dejarme eso a mi señora Chiyo, no me gustaría que le pasara algo ahora que yo estoy aquí.

—No te preocupes Izuku, la edad no me va a vencer en mis labores, aunque sí necesito un descanso.

—Me haré cargo de la limpieza del templo.

—Claro que no, lo haremos juntos. No voy a dejarte todo el trabajo a ti, como sé que tú tampoco me lo dejarías todo a mi.

—No puedo negarme si insiste.

—Bueno, solo vine a descansar un poco, debo hablar de un asunto con Bakugou antes de irme a mi casa, nos vemos mañana Izuku.

—Nos vemos señora Chiyo, regrese con cuidado.

Chiyo salió de la cocina y caminó hacia la oficina de Katsuki, estaba nerviosa por la carta que tenía en sus manos. Misma carta que sacó de su ropa.

Cuando vio el remitente sus ojos se abrieron en grande, no sabía cómo reaccionaría Katsuki al ver la carta.

Su único trabajo era informarle sobre ella, de lo demás se tenía que preocupar él.

Entró a la oficina de Katsuki después de tocar la puerta, ahí lo vio en su escritorio revisando unos papeles.

—¿Qué sucede Chiyo?

—Perdón por la hora, pero le llegó esto —mostró la carta y la puso en el escritorio —. Es de la señorita Yaoyorozu Momo.

Katsuki vio la carta que Chiyo había puesto en el escritorio, tenía el sello de la familia Yaoyorozu, y que hubiera una carta de Momo en su escritorio solo significaba una cosa.

Un baile se aproximaba.

—Puedes irte Chiyo.

La mujer mayor asintió con simpleza y se retiró de la oficina.

Katsuki se quedó pensando en que haría, no quería ir al baile, siempre le habían parecido abrumadores.

Lo único bueno que veía en eso era en que todos conocerían a Izuku como su prometido, pero lo tendría que hablar con él primero.

Podía aprovechar en la hora de la cena para platicar con él sobre eso.

No quería tomar decisiones qué incluían a ambos sin el consentimiento de Izuku.

De alguna manera quería que Izuku se sintiera cómodo con él, que viera que era un buen prospecto de marido y que no le faltaría nada a su lado.

Después de saber en que posición lo tenía si propia familia, quería darle todo. Todo lo que Izuku merecía simplemente por ser él.

El ruido de la puerta lo sacó de sus pensamientos, alzó la mirada para ver una pelusa verde asomarse por la puerta.

—¿Puedo pasar?

Katsuki asintió.

Izuku entró nervioso ante la mirada que tenía puesta el cenizo en él.

Katsuki estaba disgustado de verlo con ese yukata puesto, aunque ya estaba el pedido para la ropa en la tienda de Ochako, Izuku no tenía más ropa para dormir.

O tal vez si la tenía, pero después se encargaría de eso.

—La cena ya esta lista.

—Bien —fue su simple respuesta.

Izuku aprendió en el poco tiempo que tenía viviendo ahí, que Katsuki era un hombre de pocas palabras pero claro.

No era de los que hablaba mucho pero aun así siempre tenía alfo que decir, ya sea bueno o malo.

Katsuki se levantó de su silla y siguió a Izuku hasta la sala donde comían.

Ahí Izuku ya tenía preparadas las bandejas con los alimentos.

Katsuki se sentó en el lugar que Izuku le indicó y después él mismo se sentó en su propio lugar.

—Preparé curry picante para ti.

Probó el curry y efectivamente, era el tipo de picante que a él le gustaba comer.

—Me gusta.

—¡Me alegra mucho! Me esforcé para que supiera bien.

—Lograste tu objetivo.

Izuku le sonrió con sus mejillas enrojecidas y procedió a comer él también.

—Por cierto, pronto habrá un baile y quería saber si quieres ir.

—¿Por qué la pregunta?

—Dado que eres mi prometido, sería de muy mal gusto ir a un baile sin mi prometido acompañándome y tampoco es como que me agrade la idea de ir sin ti.

Izuku conocía de esos bailes gracias a sus padres y Setsuna, debido a que esta última constantemente le repetía en su cara lo bien que se la pasaba en los bailes.

Y como él era una deshonra no merecía ir a ese tipo de bailes.

—Pero, yo no sé que se hace en esos bailes o siquiera tengo la ropa adecuada.

—Por la ropa no te preocupes, solamente hablaré con cara redonda y le explicaré la situación. Verás que no tardará nada en tener tu ropa lista para el evento. Eso solo si decides aceptar.

—¿Estoy obligado a ir?

—Por supuesto que no. ¿Qué clase de prometido sería si te obligo a hacer algo que tu no quieres?

—¿Y si voy?

—Estaré encantado de tenerte a mi lado.

Izuku sonrió ante la comprensión del cenizo.

—¿Puedo pensarlo?

Katsuki asintió y ambos siguieron comiendo.

Izuku se estaba preparando para dormir, se mantuvo pensando en la idea del baile.

Si bien le emocionaba la idea, no se sentía cómodo.

Habían protocolos que debía de seguir para no quedar mal, protocolos que él no sabía ni conocía.

Por más que quisiera aceptar, no podía.

No quería hacer quedar mal a Katsuki.

Tocaron su puerta y permitió la entrada, sabiendo quien era el que estaba detrás de la puerta.

Katsuki entró con un yukata negro en brazos, parecía ser suyo ya que estaba un poco grande.

—¿Sucede algo Kacchan?

—Una pequeña incorfomodidad. No me gusta que uses ese yukata en mal estado, por lo que usaras este —le extendió el yukata que tenía en sus brazos.

—Pero se ve que es más grande de la talla que uso.

—Lo se, pero no encontré en mi armario alguno de tu talla. Este es mío pero lo usaras a partir de ahora hasta que traigan tu ropa.

Izuku se sonrojó. ¿Usar la ropa de Katsuki?

—Pero...

—Anda, te veras tierno usando una ropa más holgada.

Izuku sin más decidió aceptar el yukata, lo tomó en sus brazos y casi se quería ocultar en él por lo nervioso que estaba.

Antes de que pudiera decir o hacer algo, el cenizo se acercó para darle un beso en su mejilla.

Se separó y le acarició los rizos verdes, peinandolos en el proceso.

—Descansa Deku.

—Tu también Kacchan —le sonrió.

Y Katsuki amaba ver cada vez más esa sonrisa.

Una disculpa por la actualización tardía, pensé que tenía el capítulo programado y publicado pero me asuste por no ver votos ni comentarios hasta que vi que no lo había programado para la publicación😭

Una disculpa de verdad les juro que no vuelve a pasar😔

Otra cosa, vi los comentarios para el nombre y estoy entre dos, papitas o pepitas, para quien no sepa las pepitas pueden ser variadas, desde alimento hasta herramientas, son objetos diminutos y en cuestión de herramientas son de mucho valor

Así que estoy entre esas dos, ¿cual les gusta más?

¿Pepitas o papitas?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top