Prólogo
Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto yo solo los tomo prestados con el único fin de entretenimiento.
Personaje hablando: ¡Hola!
Personaje pensando: Kurama.
Biju o deidad hablando: ¿Estas seguro?
Biju o deidad pensando: ¿Esta loco?
Jutsus: [Katon Ban no Jutsu]
Abajo de cada capitulo dejare el significado de las técnicas.
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Nos encontramos en la residencia Uzumaki-Hyuga, o viceversa, en donde se encuentran los patriarcas del mismo, acompañados del matrimonio Uchiha-Haruno, o al revés, platicando tranquilamente mientras los hijos de las familias se encontraban en una misión .
— Chicos ¿Cómo van con su relación estos días? — preguntó Naruto un tanto curioso, ya que la pareja no había podido pasar mucho tiempo junta a causa de la misión de su amigo.
— Vamos bien — le respondió la pelirrosa con una sonrisa a su ex-compañero. — Y por cierto — hablo desviando su mirada a su esposo, que le miró sobre el rabillo del ojo. — ¿Estás ahora para quedarte cierto? — preguntó con cierta esperanza, el Uchiha se quedó un segundo en silencio antes de responder con una sonrisa de medio lado.
— Sí, ahora podré convivir más tiempo contigo y Sarada.
— Y, Naruto-kun, como vas... — las palabras de la Hyuga no pudieron finalizarse debido al fuerte estruendo que resonó. — ¡¿Qué fue eso?! — pregunto con voz alarmada, no obtuvo respuesta ya que todos salieron corriendo de la casa para averiguar que fue el causante de la explosión.
Todos ya afuera se quedaron de piedra estaban visualizando algo que no pensaron que verían nunca más después de la guerra ocurrida hace ya 15 años. En la entrada de la aldeas se podía apreciar a nada más ni nada menos que el Juubi destruyendo todo lo que tenían a su paso.
— ¡Imposible! ¿Cómo es que está aquí? ¡¡El Juubi debería estar sellado!! — el grito del Uzumaki saco a sus compañeros de su estupor.
— No lo sé, pero tenemos que acabar con él — respondió el azabache empezando a correr con dirección del Biju, siendo seguido por sus amigos.
Tras un rato de batalla, la mitad de la aldea había sido demolida por los fuertes ataques, gritos de los civiles se escuchaba por doquier, ninjas ya experimentados y que alguna vez combatieron en la cuarta guerra shinobi estaba en shock, aunque de igual modo trataron de ayudar, todo era un caos general, pero nadie perdía la esperanza de que pudieran derrotar a esa bestia.
Kurama estaba al tanto de lo que realmente ocurría, todos los esfuerzos que hacían eran inútiles y estaba por sugerirle a su jinchuriki una opción que nunca pensó que mencionaría en su vida.
Espacio mental.
— Naruto, hay una forma de sellarlo, pero requiere un costo — hablo de manera seria y un poco triste el imponente zorro a su amigo.
— No importa, Kurama, aceptaré lo que sea necesario para que mis hijos puedan vivir en paz — respondió con la gran sonrisa que lo caracterizo en su niñes y adolescencia, haciendo que el zorro sonriera de medio lado.
— El sacrificio son cuatro vidas — informó después de unos segundos, en realidad no estaba seguro de que los otros tres aceptarán sacrificar su vida, mas teniendo en cuenta que el Uchiha y la Haruno al fin podían estar juntos después de tanto tiempo.
— Está bien, le informaré a los chicos — el rostro del rubio paso de su sonrisa a un rostro serio, iba a proteger a sus hijos y aldea a como diera lugar, pero no obligaría a nadie a realizar el sellado.
Fuera del vínculo
— Chicos, Kurama tiene un plan para sellarlo, pero... — hablo el rubio deteniéndose en la ultima parte mientras esquivaba un ataque del biju, sin notar que había dicho en voz alta el nombre de su compañero, pero nadie lo noto.
— ¿Pero? — preguntó la pelirrosa lanzando un potente puño a una de las colas que trato de golpearla, de suerte permitiendo que la esquive en el ultimo momento.
— Requiere el costo de cuatro vidas — informó con completa seriedad mientras se detenía un segundo para observarlos y sus expresiones. — ¿Están dispuestos a sacrificar sus vidas? — cuestionó dando un leve suspiró internó, estaba pidiéndoles mucho a su parecer.
— No me importa el costo, mientras Sarada pueda vivir en paz haré lo que sea — habló con seriedad el Uchiha, mientras cerraba los ojos con cierta amargura, ya había pasado años dejando a su hija sin su cuidado y ahora la iba a abandonar para siempre.
— Yo estoy de acuerdo, Naruto-kun, mientras Boruto y Himawari puedan tener una vida tranquila no me importaría — informó de forma determinada y seria, ya sabía que en muchos aspectos había sido una mala madre al permitir las travesuras de su hijo mayor, pero realmente no sabia como criar niños y no pensaba hacerlo como su padre lo hizo.
— Concuerdo, mientras Sarada y la aldea puedan vivir lo haré — terminó muy con una sonrisa melancólica, su hija perdería a sus padre el mismo día y no se podía imaginar el dolor que sufriría.
Ella estaba al tanto de que comparada a sus amigos era la que menos sufrió, pero no podía permitir que su hija fuera asesinada por Juubi si tenia al menos una posibilidad para que viviera.
— Bueno, conectaré nuestros cuerpos para hacer la secuencia de sellos al mismo tiempo — hablo con determinación el actual Hokage mientras una pequeña lineá de chacra los conectaba a los cuatro.
Los cuatro empezaron a correr con dirección al biju con la determinación clara en su rostro, en cara paso que daban nuevas secuencias de sellos recorrían sus manos, unas que nadie había reconocido ni visto en su vida, pero por alguna razón todos tuvieron un mal presentimiento, en especial sus sensei's, y ese mal presentimiento se multiplicó al ver como una barrera cubría a la bestia y los cuatro ninjas.
— [Kinjutsu:Ichiji tōkai no taimusutanpusupēsudōmu]¹ — gritaron a la vez al finalizar la técnica, haciendo que esta brillara y empezara a desintegrar los objetos dentro de ella... incluyendo a los cuatro.
Los gritos en pánico de muchas personas lo decían todo, estaban tratando de entrar sin éxito alguno a la barrera para salvarlos, no querían perder a sus amigos, camaradas, Hokage, personas que siempre hicieron sonreír a todos y habían llevado la paz al mundo.
— Tranquilos, no se preocupen por nosotros datebayo — la sonrisa reluciente que les dedico el rubio hizo llorar más a algunos ¿Cuántas veces habían visto esa sonrisa? Muchos se mordieron el labio inferior para tratar de tranquilizarse y no largar en lagrimas de nuevo, su Hokage siempre los protegió con una sonrisa, lo único que podían hacer era despedirse de él con una.
— Estamos dando nuestras vidas para que todas las personas que amamos sigan viviendo — la sonrisa de la Hyuga lo decía todo, la mujer que siempre ayudo a cada uno sin importar quien fuera, que les dio una mano amablemente a las personas en todo lo que necesitaban, era un ángel en persona.
— Con nuestro sacrificio las demás generaciones podrán seguir — la tranquilidad del Uchiha para estas situaciones era clara, pero, su partida seguida doliendo a los shinobis, no importo a muchos, el había remediado sus errores del pasado y se había ganado el respeto de la aldea.
— Sí, es cierto, así que les pedimos que no lloren por nuestras muertes, nosotros estamos haciendo esto por voluntad propia — mientras miraba como su amiga rubia lloraba en el pecho de su esposo, que también les miraba con lagrimas silenciosas.
— O, por cierto, tenemos que pedirles algo antes de irnos... — habló de repente el rubio mientras todos prestaban atención, la última petición de tan grandes personas juraban que la cumplirían a como diera lugar.
— Queremos que cuiden a nuestros hijos, que les expliquen el porqué nuestra decisión de hacer esto y que les recuerden que los amamos con todo nuestro corazón — proclamaron a la vez haciendo que muchos lloraran sin descanso mientras les aseguraban que lo harían, que no los decepsionarian.
— ¡Oh! ¡Casi se me olvida! ¡Desde este día les presento a mi sucesor en el puesto de Hokage! ¡Sarutobi Konohamaru el Hachidaime Hokage! — exclamó el jinchuriki haciendo que el mencionado abriera los ojos de manera sorprendida. — Cuida la aldea con la voluntad de fuego, Konohamaru, sé que puedes ser un gran líder — finalizó sonriéndole a la persona que considero un hermano pequeño.
— Acepto el puesto, Naruto-nii-chan, juro que protegeré la aldea con la voluntad del fuego — lloró el castaño mirando a quien consideró su hermano mayor, quien le apoyo tras la muerte de su abuelo y su tío, quien le vio crecer, su jefe, a quien casi lo considero un padre.
— Kakashi-sensei, Kurenai-sensei, dejamos la custodia de nuestro hijos a ustedes — fue su última proclamación con sonrisas deslumbrantes, antes de que todos desaparecieran junto al domo del lugar.
Ese día Konoha lloro la perdida de tales héroes, las personas que se sacrificaron siempre por ellos y que les mostraron una sonrisa hasta el ultimo momento, el cielo estaba llorando, denotando su tristeza por la perdida de tales almas... Pero ¿Si se podría arreglar?
(...)
En otro lugar se encontraba una habitación completamente blanca, a cualquier lado que miraran se podía visualizar blanco y puramente blanco.
En este lugar una leve luz negra apareció y se vieron el cuerpo inconsciente de los cuatro seres mas poderosos de la aldea de Konoha, que se empezaron a despertar de forma lenta mientras se sobaban la cabeza.
— ¿Dónde estamos? ¿Ya estamos muertos? y si ese el caso ¿Estamos en el cielo o en el infierno? Datebayo — pregunto Naruto mirando a todos lados sobando su cabeza, haciendo a sus compañeros mirar confundidos a todos lados con las mismas dudas.
— No, en realidad no lo están — dijo una voz a sus espaldas haciéndolos voltear de inmediato, esperando una persona que los atacase, solo para ver a un hombre de avanzada edad que poseía ojos púrpuras anillados, grandes arrugas y cabello rojizo lanudo corto que parecían pinchos en la parte superior de su cabeza, mientras una pequeña trenza se situaba de su lado izquierdo que le llegaba hasta la barbilla, de la cual, además, tenía una larga barba que le llegaba hasta el estómago, oh y no tenia cejas, también poseía dos cuernos como protuberancias que salían de su cabeza y una marca de rinnegan rojo en centro de su frente.
Los cuatro reconocieron al hombre, tres por verlo y una por la descripción que le había dado su esposo una vez.
— Rikudou-Jiji ¿Qué hace aquí? — cuestionó curioso el rubio, recién notando cuatro personas tras el sabio, unas que conocía muy bien.
— Hola, Naruto, tan hiperactivo como hace tantos años, se nota que eres descendiente y la reencarnación de Ashura — detrás de él un azabache se rasco la nuca nervioso.
— No soy tan hiperactivo — se rio entre dientes, haciendo que el de cabello largo a su lado bufara rodando los ojos.
— Y déjenme presentarles a mis acompañantes, aunque ustedes ya los conocen, él es mi hermano Hamura Otsutsuki.
Era un hombre alto de unos 1,80 con los ojos blancos y sin ceja con dos protuberancias saliendo de su cabeza. Su cabello esta largo de color blanco con su flequillo peinado a la izquierda, en la parte derecha llevada una trenza que le llegaba hasta la barbilla. Su ropa consistía en un kimono blanco de cuello alto de cuello negro, con una banda de color verde atada en su hombro derecho, en su pecho podía visualizarse una magatamas marcadas en su piel, al igual que en la palma de la mano izquierda que poseía una marca de luna creciente.
— Gusto en conocerlos y hola Hinata — hablo el albino mirándolos a todos, quienes también saludaron.
— Ya deben conocer a mis hijos Indra y Ashura.
El primero era un hombre de unos veinte años con ojos negros y un cabello atado en una coleta baja que le llegaba hasta la cintura, dos de sus mechones estaban envueltos en cinta mientras enmarcaban su barbilla; su piel era pálida y poseía rasgos delicados. Llevaba una túnica de mangas largas de color blanca y negra que en su parte posterior poseía seis tomoes junto a unos pantalones negros.
El otro era un chico de casi su misma edad a su lado, su cabello era azabache como el del anterior, pero este era corto y puntiagudo como el del anciano; enmarcando su rostro había dos mechones de cabello envueltos en cinta que le llegaban hasta un poco más abajo de la barbilla. Su piel era un poco bronceada y sus ojos eran negros; llevaba puesto una túnica de mangas largas de color blanca y negra que en su parte posterior poseía seis tomoes junto a unos pantalones negros.
— ¡Hola! — chillo Ashura con una sonrisa deslumbrante, a la vez que Indra asentía con la cabeza hacia ellos.
— Y por último, mi madre Kaguya, pero no deben preocuparse, ya que al ustedes sellarla hicieron que la influencia del Shinju se desvaneciera de ella — informó lo ultimo rápidamente al ver que se ponían tensos, pero que se tranquilizaron al escuchar eso.
Kaguya es una mujer con rasgos faciales muy delicados con cejas son muy cortas y finas, en sus labios tenía lápiz labial rojo su cabello blanco era muy largo hasta el punto que tocaba el suelo; en su cabeza había dos protuberancias que salían como cuernos, al igual que dos puntos en su frente. Sus ojos eran blancos, pero tenia en su frente una linea que, si se abría, dejaba ver un tercer ojo con el un rinnegan rojo. Su vestimenta consistía en un kimono de princesa de cuello alto con lineas negras en los bordes dorados y morados, así como unos tomoes que recorrían por el centro y mandas.
— Hola — sonrió un poco Kaguya viendo como lo chicos ya estaban relajados con su presencia.
— ¿No era qué ustedes dos se querían matar? — preguntó el Naruto señalando a Ashura e Indra que parpadearon por la repentina pregunta. — ¿O es que acaso el teme-mayor-con-cara-de-chica dejo de ser un amargado? — cuestiono ganándose una gran carcajada de parte de Ashura y una mirada de muerte de Indra por tal apodo.
— Eso era antes de que le patearas el culo a la reencarnación del teme, y que aceptara que tu habías ganado — hablo con orgullo de su reencarnación, Ashura, cuando al fin pudo controlar su risa. — ... Y por cierto ¡Me quedare el apodo! — dio un guiño burlón antes de reírse nuevamente, haciendo que Indra lo viera con ojos asesinos.
— ¡Ni se te ocurra dobe! — gruño el fundador del clan Uchiha con una vena marcada en la frente y el sharingan activado en señal de amenaza, al instante el menos dejo de reír y le miro de forma desafiante.
— ¡Yo hago lo que quiero teme!
— ¡¡Dobe!!
— ¡¡Teme!!
— ¡¡DOBE!!
— ¡¡TEME!!
A cada momento, sus caras se acercaban más haciendo que sus frentes chocaran mientras rayos salían de sus ojos, hasta que de un momento a otro Kaguya empujó a Ashura haciendo que los dos se besaran, separándose al instante, empezando a escupir con cara de asco, esto solo recordó a los chicos una escena familiar de hace tantos años.
— Esto me recuerda a cuando un chico empujó a Naruto y se terminó besando con Sasuke-Kun — dijo con un suspiro la pelirrosa, esto solo hizo que los mencionados pusieran rostro de haber recordado un trauma, mientras Ashura e Indra les miraban con cierta lástima por la suerte de sus reencarnaciones. — Al menos fue solo una vez — sonrió tranquila tratando de alegrarle el animo a su esposo y amigo, pero lo único que causa fue que ambos se pusieran más pálidos de lo que ya estaban.
— ¡¿Fueron dos?! — exclamaron con sorpresa sus dos esposas.
— No pregunten — respondieron con una mueca los dos chicos, sin notar la mueca de completa lastima de sus antepasados.
— Al menos después me recompensaron besando a una mujer, y no aún hombre — hablo un poco mas feliz el rubio, tratando de olvidar ese trauma de haber besado a su amigo, Ashura dio una sonrisa un poco cómplice al escuchar esto.
— ¿Y cuántas veces besaste o te besó alguien? Sin contar tus años de casado, por supuesto — preguntó con una sonrisa divertida dirigida a Indra, que entendió a instante lo que quería hacer, averiguar cual de sus reencarnaciones besó más veces a alguien, ante esa pregunta el rubio se quedó pensativo.
— Ni siquiera ahora pueden dejar de ser competitivos — pensaron en sincronía los demás Ōtsutsuki mirando con resignación a los hermanos.
— Creo que unas diez veces, si contamos las dos de Sasuke — ambos se estremecieron por el pensamiento. — El beso de respiración boca a boca que me dieron Sakura e Isari — la pelirrosa tosió un poco por ello. — Fuuka, si mal mo me acuerdo, que me besó unas tres veces al intentar quitarme el alma — la mirada confundida de los demás decía todo. — Ryūzetsu, cuando le salvé la vida y los dos mejores de todos que los tuve con mi linda Hinata antes de nuestra boda — lo último fue dicho con un rostro de bobo enamorado, haciendo que la Hyuga se sonrojara en las mejillas por el halago, hasta que recordó algo importante, lo que también corto la inminente pregunta de Indra a su reencarnación.
— Una pregunta — la atención fue dirigida a la mujer por esas palabras. — ¿Por qué estamos aquí si se supone que debíamos estar muertos? — preguntó haciendo que los Otsutsuki recuerden el por qué estaban en ese lugar en primer lugar.
— Verán, están aquí porque les daremos una — Hagoromo no pudo continuar debido a la interrupción de Ashura.
— Si tuvieran la oportunidad de joder la lineá del tiempo ¿Lo harían? — una sonrisa traviesa apareció en sus labios antes de ser agarrado por la parte posterior de su túnica por Indra y lanzado varios metros hacia atrás.
Los cuatro tiesos se miraron confundidos ante la pregunta y el lanzamiento de Indra, pero prefirieron permanecer callados hasta escuchar la version extendida a lo dicho. Aunque Naruto ya había asentido con demasiado entusiasmo ya.
— Ejem, como decía, les daremos una segunda oportunidad de vivir, más bien dicho, los enviaremos al pasado, el mismo día que se gradúan como genin y también les daremos ciertos regalos que les ayudaran en el futuro — hablo con tranquilidad Hagoromo, los chicos no se sorprendieron mucho realmente, nunca nada resultaba del todo normal estando ellos de por medio. — Así que... ¿Aceptan?
— Aceptamos — respondieron los cuatro sin dudar.
— Bueno, entonces ¿Quién va primero? — pregunto el hombre mirando a todos sus familiares, hasta que su madre se adelanto con una reluciente sonrisa.
— Yo voy primero lo que les dare es una regeneración acelerada que también curara los problemas que poseían a esa edad, incluyendo tu problema de senos Sakura-chan — finalizó mientras los cuatro agradecieron al unísono, aunque Sakura lo hizo con una leve mueca de incomodidad.
— Consulta, mi regeneración ya es demasiado rápida con Kurama dentro, ¿Esto no me volvería imposible de matar? — la pregunta del rubio era completamente razonable para el. Su regeneración era demasiado rápida, si tenia aun mas... ¿Eso no podía provocar que sus heridas sanaran sobre las armas?
— Mas o menos, no se regenerara sobre nada que se te clave si ese es tu miedo — un suspiro salió ante la respuesta a su temor interno, al menos no terminaría como un Pain 2.0 si le clavaba de nuevo las Barillas.
— Mi turno — hablo con frialdad Indra al notar que ya no había otra preguntas, pero Ashura se quejo al instante.
— Pero yo quería seguir.
— Yo lo hare y punto.
El azabache menor hizo un puchero molesto, pero dejo que su hermano mayor hablara.
— Como decía, antes de que este dobe me interrumpiera, yo les dare conocimiento general, créanme, estar muerto por mas de mil años interactuando con los demás espíritus te da conocimientos muy variados — finalizó el fundador el azabache cruzando los brazos esperando alguna pregunta.
— ¿Entonces nos darás una biblioteca? — Hinata inclino un poco la cabeza temiendo que en realidad sea una avalancha de información en sus cabezas, no quería una jaqueca o una posible muerte por sobreinformación.
Un simple asentimiento obtuvo de respuesta antes de que Ashura empezara a hablar.
— Quiero hacer un escandalo en su tiempo, por lo que les dare fuerza digna del Senju mas fuerte y una longevidad que dejaría verde de envidia a mis descendientes Uzumaki... ¡Oh, y activare totalmente tu sangre Uzumaki, Naruto! — una sonrisa maligna perpetua estuvo en sus rostro ante cada palabra que decía, una que les hizo recordar a las mismas que daba Naruto antes de hacer sus grandes bromas, aunque lo ultimo fue mas como un recordatorio tardío si su risita nerviosa daba una indicación.
Indra no pudo evitar suspirar entre resignado y un poco melancólico, no importaba cuantos siglos pasaran su hermano seguiría siendo un idiota hiperactivo.
Hamura fue el siguiente en hablar rodando los ojos con cierto cariño, era bueno que la familia este reunida de nuevo.
— Esto será principalmente para el descendiente de Indra, pero nunca serán cegados y tendrán una vision nocturna casi perfecta.
— En pocas palabras adios a las escondidas — un brillo divertido apareció en los ojos normalmente estoicos de Sasuke, realmente estaba agradecido ante lo escuchado, así no tendría que preocuparse mucho cuando tuviera el Mangekyō.
— Yo soy el ultimo, y lo que les voy a dar será un enlace mental compartido para resguardar toda la información que Indra les proporciono con algunas sorpresitas y a Naruto le dejare los Biju de este tiempo... trata de que no maten a sus versiones del pasado — finalizo el sabio con tranquilidad, los cuatro se quedaron con la mandíbula en el suelo por todo lo que les estaban otorgando, era demasiado a su parecer, a fin de cuentas ellos ya eran muy poderosos sin nada de lo que les dieran.
— ¡Gracias! — finalmente dijeron con una reverencia, sacando sonrisas divertidas a los Otsutsuki.
— No hay de que, pero les tengo que decir que tienen que cambiar la ropa que usaban en ese entonces, les daré un par que yo elegiré y... notaran ciertos cambios en la lineá del tiempo hasta incluso llegar a su propia personalidad — hablo Kaguya un poco nerviosa por la última parte, viendo la cara inclinada en confusión que pudieron los cuatro.
— ¿Que cam...? — pero las palabras de la peliazul quedaron en el olvido cuando la diosa le interrumpió.
— ¡Adios!
Fue todo lo que se escucho mientras una potente luz envolvía a los jóvenes y desaparecían del lugar.
Día de los exámenes de ascenso a Genin.
Nuestros protagonistas despertaron en sus antiguas habitaciones con potentes dolores de cabeza, que se fue aliviando hasta que finalmente pudieron ubicarse y susurran "Volvimos".
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1: Técnica prohibida: Sello espacio/tiempo barrera del colapso temporal.
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