♣ Día XXVII: "Genderbender"
El infierno no es el paraíso pero, a ella le tocó cierta parte para gobernar y por lo tanto es su reino. Es de los pocos demonios femeninos que tiene poder en el bajo mundo y de las más sabias y fuertes que existe. Lleva varios siglos gobernando y ganado mucha experiencia.
Stella siempre se ha sentido en soledad en estos últimos meses. Su esposo ya no la complacía,a veces se preguntaba porque se casó con él. Habían tenido un único hijo el cuál adora pero el pequeño Octavio se ha distanciado mucho de sus padres, especialmente de ella. Debe suponer que es porque está pasando por la etapa de la adolescencia
Un día contrato a unos guardaespaldas debido a que iba a ir un parte del infierno donde podía necesitarlos. Ella no era tan poderosa como parecía y su seguridad debía ser inmediata. Aunque en realidad los guardaespaldas eran más para su hijo que para ella misma. Podrá no ser muy poderosa, pero puede defenderse a gran escala. Aunque le habían dicho que debía mantener el control.
Ahí conoció a cierta diablilla qué despertó su completo interés. No sabía exactamente si había sido su carisma, su belleza natural o su actitud tan fresca y seductora para haberla convencido de haber tenido una noche donde volvió a sentir la pasión y el placer como hace años no la sentía.
De saber que una imp podía sacudirla y hacerle llegar al orgasmo tan fuerte y volver a sentirse viva, hubiera engañado a su esposo desde hace décadas. No sé arrepentía de haberle sido infiel.
En ese momento estaba en un parque de atracciones con su hijo quien poco se mostraba interesado en el lugar o en la convivencia madre e hijo. Stella había descuidado durante los últimos años su posición como madre debido al trabajo que había tenido durante todo esté tiempo. Podría no ser la demonia más poderosa del infierno como bien ya mencioné anteriormente, pero Lucifer confía en ella debido a que sabe lo inteligente, astuta y estratégica que es.
Cuando por fin tiene tiempo libre, es cuando su hijo ya es lo suficientemente "grande" o mayor para hacer sus cosas y ya no necesitar el cariño o el consejo de sus padres. Lo había dejado solo durante una larga temporada que él había aprendido por si solo ha madurar y ser independiente. A ya no necesitar una madre quién lo cuide u oriente. Quizás no sea aún un adulto, pero se consideraba una persona lo suficientemente madura para hacer varias cosas por su propia cuenta.
No le molesta que su hijo se independiente. Pero si extraña ser madre de él. Ahora había como un muro invisible entre ellos dos que a veces no parecían madre e hijo, si no unos simples conocidos que apenas saben el nombre del otro y habían olvidado la convivencia del pasado que alguna vez llegaron a tener.
Y eso le ponía muy triste. Pero su ánimo cambiado cuando el aceptó por fin ir al parque de atracciones de Lulú. Y aunque seguía mostrándose recio y distante con ella, sentía que poco a poco podía mejorar su relación con el pasó de los minutos que se iban convirtiendo en horas.
Lo mejor de todo fue cuando encontró a su amante comiendo algodón de azúcar acompañada de lo que supone son sus empleados de su pequeña empresa.
Había sido una grata sorpresa. Así que mientras su hijo se distraía en unos juegos de truco que había visto queriendo encontrar el truco para ganar o perder y humillar al demonio encargado de ese local, ella por mientras iría a saludar a la imp con la que se había encariñado.
—¡Blitzy! — exclamó con euforia provocando que la pequeña brincara del susto y casi se le cayera su algodón de azúcar al suelo. Ahora mismo sus empleados tampoco se encontraban cerca de ella como hace unos pocos minutos había visto. Gracias a Satán no la había perdido de vista. —Que alegría verte por aquí. Empezaba a extrañar tu compañía y tus servicios... — recalcó aquello último con cierto tono cariñoso y lujurioso. Sin vergüenza alguna abrazo con fuerza a la más bajita sintiendo sus pequeños pero suaves pechos chocar contra su vientre, casi alzando la en el aire.
La princesa Stella si bien no es las más conocida o popular en todo el infierno, eso no significa que en ciertos lugares no sea llamativa o algunos demonios no la logren reconocer, todo lo contrario. Debido a los rumores que han habido sobre ella, deciden no meterse ni hacerla enojar. Podrá no ser la misma Lucifer en persona, pero se sabía que si eran cercanos y tiene más poder que cualquier otro ciudadano de por ahí.
Incluso se rumorea que es más poderosa que le demonia de la radio. Y ella si tiene gran fama ya sea por su fama de caníbal o destrucción.
—Princesa Stella, yo realmente ya me iba. — respondió nerviosa la diablilla, apenas pudiendo soltarse del fuerte abrazo.
Blitz realmente no quería irse, aún quería seguir vagando por el lugar y pasarla bien junto a sus empleados y su hijo. Pero con la presencia de la mayor le será más complicado.
—Oh vamos querida, no seas tan tímida...— rió enternecida, le gusta ponerla nerviosa a la de menor estatura. —¿Por qué no me acompañas y hacemos algo más interesante?— uso un tono más provocador y su mirada claramente tenía intenciones de ver a través de las ropas de la diablilla.
—No puedo. — rechazó de inmediato rascándose la nuca incómoda.—Tengo mucho trabajo que hacer y... Tengo que cuidar a mi hijo.
—¿Tienes un hijo? Espera, ¿Estás casada?
—No. Soy madre soltera. — respondió dándole una última mordida a su algodón de azúcar y tirarlo por hay.
—Oh bien. Me fascinan las madres solteras. — alargó su sonrisa. Claramente no tenía buenas intenciones. Si fuera por ella le tocaría por debajo de sus ropas, quería ver las bragas que ahora mismo ella usaba. De tan sólo pensarlo le excita.
—¿Qué?
—¿Por qué no vienes hacerme compañía? De seguro estás tan sola como yo.
—Oh no, no otra vez... — negó rotundamente, pero Stella no pensaba dejarla tan sencillamente.— ¿Y si mejor lo dejamos para otro día?
—Tengo muchas ganas de hacer cosas excitantes contigo. — se encorvo para susurrarle al oído. — Me gustaría ver las bragas que usas, y lamer tu-
—¡Y-Ya entendí!— le interrumpió la menor bastante nerviosa ante la cercanía y palabras de la princesa. Todavía se atrevía a tocarle su cintura hasta llegar a sus muslos. —En serio Stella, deja de estar tocando me.
—Oh, ¿quieres pasar el tiempo conmigo y mi hijo?
—No quiero interrumpir su salida de madre e hijo. Yo estoy bien con mis chicos.
Antes de que alguna dijera algo más; escuchan el gritó familiar de alguien.
—¡Mamá! Mira lo que conseguí.— se acercó un adolescente de cabellos oscuros con un gran peluche en manos que era la mascota del parque de atracciones. Aunque al menos esté no se veía tan viejo y sucio como el original.
Al parecer había ya ganado un juego y le habían dado un gran premio. Quién sabe cómo habrá tratado al pobre demonio que trabajará ahí.
—Esplendido. — felicitó su madre volviendo su vista hacia él con una gran sonrisa.
—Si, pero no lo quiero. No me gusta Lulú.— repuso Octavio. Entonces notó apenas la presencia de una imp que estaba cohibida en su lugar. Con curiosidad preguntó:—¿Quién es ella?
Octavio la había visto alguna vez, estaba seguro pero no sabía si nombre ni porque su madre estaba con la imp.
—Ahm yo... Me llamo Blitz. Soy una conocida de tu madre, jeje. — se presentó amablemente y rió un poco nerviosa al final.
—Genial, ¿Lo quieres?— le extendió el peluche de Lulú que para Octavio tenía un tamaño mediano, en manos de la imp parecía ser muy grande. Aquella acción llamó la atención de su madre, realmente no esperaba que se lo quisiera regalar a Blitz.
—Ah, ¿Si?— dijo un poco dudosa para después aceptar el regalo y tenerlo en manos. De repente una grandiosa idea se le cruzó por la cabeza.—Ya tendré con que espantar a mi empleada Mixxie. — rió para sus adentros para luego asentar por un momento el peluche en el suelo.— Hablando de ellos, ¿Dónde carajo están? Perfecto, ya los perdí. — miró a los lados y efectivamente no los podía encontrar con la vista.
—Es una verdadera lástima.— dijo con cierta pena Stella.— ¿Por qué no nos acompañas? No creo que a mi hijo le moleste tu compañía, ¿Verdad?
—Me da igual.— se encogió de hombros.— Aunque ahora que te veo bien, creo que te vi en un comercial en la televisión.
—Soy una asesina profesional.— dijo con orgullo la imp. Se sintió famosa de ser reconocida en lugares públicas. Se sentía toda una celebridad.
Sabía que al menos alguien veía esos comerciales.
—Adoro las salidas familiares. — suspiró de felicidad la búho para atraer a la imp tomándola de la cintura quién tomó rápidamente el peluche de Lulú, y luego agarró a su hijo de los hombros para así quedar ella en medio y comenzar a caminar hacia un nuevo destino.
Octavio no comentó nada pero al menos su expresión ya no era tanto de aburrimiento o incomodidad. Se veía más tranquilo y solo la siguió. Mientras que Blitz no podía ver bien el camino por dónde iba debido a que tenía que cargar el gran peluche de Lulú. Le parecía adorable como la diablilla intentaba ver el camino, hasta que al final decidió mejor arrastrarlo sin importarle que se ensucie un poco. Al menos la pequeña ya no se quejaba y se había resignado a estar con ella y su hijo.
Stella estaba muy feliz, sentía como si realmente tuviera una familia unida y amorosa que le harán compañía. Realmente los quería a ambos.
Es perfecto.
@MissDonutDraw
Palabras: 1,645
Fecha de publicación: sábado 27 de junio del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Fandom: Helluva Boss
Historia: "Arrebol"
Nota del escritor:
¡Uff! Me tarde solo un poquito en actualizar, me quedé dormido xd —por que dormí algo tarde—. Estaba ansioso por escribir el Stolitzo Genderbender desde hace tiempo.
Al principio esta parte era más corta hasta que me puse a editarla y me salió más larga de lo esperado.
Espero que les haya gustado!
Aquí Lucifer si es mujer pero tiene el mismo nombre, no quería ponerle Lucía no nada de eso xd. Con Stolas al principio pensé en dejarle el nombre así pero nop, no me pareció y el único nombre femenino que encontré que se pareciera un poco al original fue Stella.
Con Blitzo decidí solo quitarle la o al final y seguiría pronunciando su nombre al igual que el de la serie, ningún cambió en particular.
Octavia fue muy fácil y predecible.
Ahre, esto fue todo por hoy. Nos vemos mañana!
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