♦ Día XXIX: "Cambio de papeles"

“Depresión: exceso de pasado
Estrés: exceso del presente
Ansiedad: exceso del futuro”


Stolas; un príncipe demonio con apariencia de búho con largas piernas que gobierna 26 legiones de demonios se pregunta en esos momentos si es posible padecer estrés y ansiedad al mismo tiempo. Pensaba que eso era cosa de humanos, no de figuras o entes demoníacos. Él ya es demasiado grande o viejo para esas cosas.

Hace no más de un mes tuvo una aventura con un demonio de categoría imp. No sabía que estaba pensando en esos momentos para haber caído tan bajo. Él ya tiene una esposa que aunque últimamente ya no lo complace tanto en el ámbito sexual, no es excusa para serle infiel con nadie.

Lo peor es que lo había descubierto, y no se siente orgulloso por eso, todo lo contrario. Es por eso que ella se había vuelto  más distante con él. Y todo por culpa de un pequeño imp que no deja de acosarlo a él y que no parece entender que no es no.

Lo que aún no comprende, que está fuera de su razonamiento y lógica es porque todavía no ha acabado con él. Si algo lo molesta lo elimina y listo. No entiende porque con ese Imp es diferente. ¿Por qué aún no se deshace de él?


—¿Cómo mierda te colaste en mi habitación?— expresó con disgusto y sorpresa. Normalmente él no es de decir groserías ni nada obsceno, pero ese Imp le saca de sus casillas y hace que pierda su infinita cordura y sus modales.

Algo que le preocupa es como hizo el diablillo para pasar sobre los guardias y entrar hasta su habitación sin que nadie lo notará. Sin hacer un mínimo ruido. Se supone que él tiene los mejores guardias... ¿Acaso son tan inútiles o el imp es demasiado astuto?

—Duermes tan bien aquí~ ¡Está cama es enorme!— exclamó el más bajito mientras se reía y saltaba en aquel gran colchón. Se notaba lo cómodo y divertido que se encuentra. Quizás nunca había estado antes en una cama tan grande y suave.

—Para ti es grande. ¿Cómo hiciste para burlar a mis guardias y de pasó entrar aquí?— preguntó cruzado de brazos. Para su alivio su esposa e hija no se encontraban en el castillo. Habían salido hace un par de minutos de compras al mejor centro comercial del círculo. Lo que significa que probablemente tarden horas afuera. —Sal de aquí. — amenazó, no estaba de buen humor para soportar las bromas del otro. Aún se sentía molesto por lo de la última vez.

Le había prometido a su esposa que no lo volvería a ver. Pero el imp lo hace muy difícil.

—No te tienes que enojar.— dijo haciendo un mohín en sus labios y sin moverse de la cama. En un parpadeó el imp ya se estaba desvistiendo hasta quedar en una sola prenda íntima. — Por lo que veo estas solito, sólo quise hacerte compañía. — sonrió con cierta burla.

—¿Qué mierdas haces? — quiso sonar enfadado y serio, pero su voz salió temblorosa por los nervios de la misma situación.

El imp cargaba un encaje color blanco que apenas cubría su miembro junto a unas medias del mismo color claro que le hacían un bonito contraste a su piel y resaltaba no sólo sus delgadas piernas, si no también sus rellenitos muslos. El pequeño diablillo obviamente buscaba tentarlo, seducirlo. Provocarlo en todo su esplendor.  Pero Stolas estaba tan convencido en no caer en eso. No otra vez.

Aunque ver su piel expuesta de esa manera le hace recordar a la primera vez. Cómo lo tuvo entre sus brazos, la estrechez de su cintura y el roce de sus pieles, de su cuerpo hasta hacerse uno solo.

Con una postura firme y decidida, se acercó hasta él para de una vez por todas sacarlo de su recámara y no volverlo a ver nunca más.

Si tanto quieres coger, mandaré a mis guardias a qué te hagan el favor. No necesito a un sucio imp como tú queriendo me calentar.

Principe, no sea tan estricto. No me he podido sacar de mi cabeza el tamaño de su pene en mi interior. ¿Lo recuerdas? Decías: Oh diablillo, ¿Te gusta rudo no? ¿Quieres que te parta como la puta que eres?. Y yo respondía: Ah~ príncipe, más fuerte daddy. Mientras no parabas de abrirme más y más. — suspiró satisfactorio mientras lo rodeaba del cuello para acercar más sus miradas.— Todavía siento tu orgasmo en mi interior. Tan profundo, tan abundante y caliente.

La manera en como el imp le susurraba al oído y lo atraía hace él era espectacular e hipnotizante. Stolas no quería caer, quería ser un demonio correcto con su familia perfecta y no fallarle a sus chicas. Pero Blitzo parecía ser la misma encarnación de Lucifer quién tentó a Adán y Eva a probar futuro prohibido. Querer alejarlo tomándolo de su cintura solo lo empeoró, podía sentir su piel suave y caliente y como la cola del diablillo viajo hasta su entrepierna para acariciarlo por encima de su pantalón.

—Ya te dije que fue sólo una vez... Ésto no está bien, ¿Entiendes? Tengo una encantadora y bella esposa, y una hija a la que quiero. ¿Qué clase de padre sería si les doy ese ejemplo? Sólo fue una vez, no se volverá a repetir. Debes olvidarme. — siguió insistiendo. Stolas no debía implorar, él debía ser amenazador, dar órdenes para ser cumplidas. Pero ése imp parecía fácilmente hacerlo suplicar.

—Estamos en el infierno príncipe.— el imp se acurrucó en su pecho sin dejar de mover sus caderas para seguir provocando lo, para darle una mejor vista de lo que se está perdiendo. Las manos de Blitzo quienes habían viajado de su cuello se pusieron hasta su nuca donde empezó dar suaves caricias.—Además se que tú cuerpo me extraña, Stolasy~

—¿Extrañarte? Dices puras incoherencias. Amo a mi esposa. Tu eres un demonio del bajo mundo, un ladrón y asesino.

—El asesino sabe más de amor que el poeta. — sonrió para hacer que Stolas cayera en la cama jalandolo con fuerza y ponerse encima de él.

Stolas iba a caer con él.

—Lo nuestro fue un error. Sera mejor que te vayas si no quieres que,—Blitzo lo calló con un beso que si bien no se profundizó, fue lo suficiente para dejar a Stolas pensando y quedarse perdido por un pequeño tiempo en sus pensamientos.

Distracción.

—Oh mira, tu polla necesita atención. — rió el imp cuando logró sentir en sus muslos un bulto grande. Se notaba con urgencia quería ser liberado por esos pantalones.

—¿¡QUÉ!? ¡Aléjate!

No podía permitir que se repitiera.

—Dices que me vaya, que me aleje y me olvidé de ti. Pero no haces verdaderamente ningún esfuerzo físico para alejarme, al final te dejas...— el imp se quedó perdido al momento de liberar la hombría del mayor y ver cómo está está dura, palpitante sobre sus manos y no evita enamorarse más.— Esta saliendo un poco, esta grande y necesita mi atención. — dijo para empezar a dar lamidas en todo el falo, desde la punta hasta la base.

¿Por qué mierda se dejaba manipular por alguien a quién puede detener? Quiere parar pero...

Príncipe. Usted puede usar me. Puede correrse donde quiera. Puede ensuciarme y llenarme. Porque soy suyo, le pertenezco~empezó a decir mientras se colocaba en posición para auto penetrarse.

Ya había caído. Había comprobado su teoría. Blitzo era un seductor, lo había tentado. Lo había orillado hasta estar con él.

Blitzo. — gimió al sentir la estrechez del interior del imp y cuando esté se empezó a mover, fue como sentir el cielo.

Su interior es tan apretado y caliente. Justo como le encanta.

Sí el quería hacerlo y tenerlo, se lo iba a dar. Iba a vaciarse en su interior hasta que no se pudiera ni mover.

Blitzo tenía una expresión de dolor y placer que jamás vió en sus años de vida. Parecía disfrutar cada embestida, cada toque de él..  Parecía ser otro.







Palabras: 1,333
Fecha de publicación: lunes 29 de junio del 2020.
Escritor: JaquiiAleWorld
Fandom: Helluva Boss
Nota del escritor:

Hola. Disfruten está historia. Porque los siguientes días estaré estudiando porque en una semana tengo mi examen de admisión. Mañana se publicará la última parte de esto.

Espero les haya gustado está parte.

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