♣ Día XXII: "En Un Estilo Diferente" (Au)
Blitzo es un poni que tiene la idea de ser un gran caballo envidiado por varios de su especie y solicitado por aquellos seres llamados humanos, quienes se creen más inteligentes que cualquier otro ser vivo.
Es un poni bastante bonito a la vista de los crios humanos debido a su único color de piel, un rojo atardecer con manchas blancas en todo su cuerpo. No es un color terracota, es un rojo puro lo que le hace más único y su cabello carbón.
Le gusta la vida aventurera y sueña con tener aventuras como esas películas que sus dueños ven en la televisión. Su favorita es la de Spirit el corcel indomable. Es como su ídolo a seguir. Tan emocional y fuerte.
Mientras cuida a su pequeña dueña que es una niña de aproximadamente nueve años que está estudiando con una maestra privada, en los campos a la sombra de un gran árbol ve como llega con velocidad y perfección el papá de la niña. Junto a su corcel de gran tamaño.
El papá de la niña se queda con ella un rato viendo que cumpla con sus estudios mientras ve el panorama que los acompaña, una agradable vista, lo que significa que el gran caballo con quién vino también se queda hacerles compañía, pero para él es una total molestia aquel corcel engreído.
Stolas es el nombre del gran y resistente corcel que está al cuidado y al servicio del papá de la niña, el cuál es un hacendado de muchas tierras agrícolas y ganaderos lo cuál le resulta muy beneficioso a la familia. Un caballo de un negro noche que tiene tintes azules oscuro y encima suyo tiene la silla para montarlo, de un colores rojo y blanco.
Existían rumores que decían que Stolas había pertenecido o trabajado para la misma corona. Convirtiéndolo en un caballo de la alta clase.
El corcel de gran tamaño se acercó hasta el poni quién está pacíficamente recostado en el césped aprovechando que su pequeña dueña no quiere jugar con él como si fuera un perro o un gato, Stolas empezó a frotar su nariz con la del contrario de manera cariñosa.
—Oh Blitzy~ mi adorable poni, ¿Me extrañaste?— relincho de manera suave. Evidentemente está feliz de estar a su lado, aunque el poni no entendiera el porqué.
—Ya te dije que pronto seré un gran semental como tú. Así que dejá de decirme así. — dijo bastante molesto haciendo un ruido de descontento. Realmente odiaba que el otro se le quisiera montar.
Stolas sentía tanta ternura pero tristeza por la incredulidad del pequeño poni, después de todo Blitzo no entiende que los ponis no crecen para ser más grandes y resistentes caballos como él. Por una parte no quiere arruinar sus sueños. Pero por otra parte quiere hacerlo razonar antes de que quedé en ridículo enfrente de otros animales. Quiere ayudarlo.
—Tambien te quiero.
—¿No tienes a alguien más que molestar? ¿Cómo a tu yegua?— cuestionó mientras seguía intentando ignorarlo. Stolas se había puesto detrás suyo, muy cerca.
No era sorpresa ni noticia nueva saber que Stolas en realidad ya tiene una bella yegua de piel blanca, con la que cuál tuvo una potrilla (hija). Aunque por el trabajo que tiene al ser el caballo del hacendado no pasa mucho tiempo con ellas, especialm con su pareja. Aunque lo que Blitzo no llega a comprender es porque cuando Stolas tiene tiempo, en vez de aprovecharlo con su pareja se va directo con él.
—Prefiero montarte. — volvió a relinchar de manera que el pequeño poni supiera que lo está cortejando. Aunque obviamente el contrario reaccionó diferente. No le agradaba como sonaba eso.
Blitzo al notar las intenciones maliciosas del semental y como detrás suyo comenzaba a sentir algo chocar contra de su retaguardia empezó a entrar en pánico.
Oh mierda, otra vez.
—Oh no, no, no, ¡Aléjate!— Blitzo se exaltó, levantándose y galopar lejos del caballo que comenzó a perseguirlo divertido y haciendo un ronquido o un bufido de alarma. Intenso y lleno de desconfianza. Cómo tratando de decir hay algo que me asusta, no me fío.
Sin embargo Blitzo no era un cobarde. El debía actuar como un caballo valiente (aunque fuese un poni), no debía huir. Debe trotar elegante, alzar la cabeza y ponerse arrogante. No iba a demostrar más miedo del que ya tiene.
Mientras tanto, padre e hija se dieron cuenta del ruido de sus respectivos animales, mirándolos con curiosidad.
—Papá, ¿qué le hace tu caballo Stolas a mi poni? — preguntó la pequeña niña curiosa e inocente, sin saber porque el corcel de su papá iba detrás de su lindo poni. Para ella el comportamiento que tenían era extraño. ¿Eran buenos amigos? No entendía el lenguaje de los caballos y ponis.
—Hija, no mires. Necesitan estar a solas. Vamos a casa. — le dijo su padre un poco nervioso mientras cubría los ojos de su hija y, decidió junto a la maestra, fueron caminando hacia el sendero que lleva a su hacienda. Debían dejar a solas al corcel y al poni hasta que terminaran su cruce.
Blitzo maldecía a Stolas desde lo más profundo de su corazón. Había una diferencia (bastante notable) entre el miembro de un poni que el de un semental como Stolas y claramente eso no le importaba al más grande cuando andaba de caliente.
Ambos animales; caballo y poni corrieron por las praderas y pequeñas colinas, incluso a través de largos senderos en medio de varios manzanos y naranjos. Fueron varios minutos que incluso a Blitzo se le olvidó que estaba huyendo de los intentos de apareamiento del otro que no evitó relinchar de alegría y diversión porque ahora lo veía como una clase de juego. Cómo el de esas películas de vaqueros bastante entretenidas.
Se sentía tan feliz. Tan libre.
—¡Te atrapé!— soltó divertido el gran corcel de piel oscura, encimando sé en el poni mientras frotaba su nariz en la nuca del pequeño.
El gran semental lo acorraló, dejando al poni sin escapatoria y haciendo que esté sólo soltara un chillido. Pero todo lo contrario a lo que pensó, el pequeño no huyó, sólo se dejó hacer cuando las caricias de Stolas comenzaron a gustarle y sus cuerpos empezaron a frotarse.
Algo se introdujo detrás de él. Grande y largo. No evitó soltar un gruñido/gemido de placer.
Estaban ellos dos solos, sin nadie más cerca y listos para lo que seguía. Fue placentero y agradable aunque también doloroso.
Minutos más tarde.
No se supo en qué momento se hizo semana. El sol estaba asomándose por la colina, apenas saliendo y dando luz al cielo. Blitzo se levantó entre varios suspiros.
Volteó a todos lados y pudo ver cómo se acercaba Stolas. Al parecer se había levantado antes y había ido a buscar algo.
—Mira, te traje estás manzanas. — dijo depositando en el césped una cubeta llena de deliciosas manzanas rojas que logró obtener.
—Te odio. Aléjate de mí. — fue lo que dijo mirándolo con desconfianza. Stolas se sentó a su lado mientras comía una de las manzanas.
—Oh Blitzy, no fue tan malo.
—¿¡Cómo que no lo fue!?— chilló descontento.
—Al final te gustó.
—¿Cómo me va a gustar que me lo metas? ¡No soy una yegua!— soltó avergonzado.
A Blitzo no le gustaba ser dominado por nadie. Con su dueña no tenía opción, pero por otro caballo realmente lo odiaba. Y Stolas vino y lo montó, a un pequeño caballo como él que está en "desarrollo".
—Eres mi pequeño caballito. — hizo un sonido placentero estirando su cuello para depositar un beso o frote cerca de la boca del contrario.
Blitzo quedó en silencio. Realmente le había gustado que le dijeran así a excepción del "pequeño".
Tenía mucha hambre por lo que tampoco pudo rechazar las manzanas del contrario. Se preguntaba ahora mismo si su dueña lo extraña.
—Stolas. — lo llamó, el nombrado respondió con un suspiro. Le está prestando atención. — ¿Eres feliz con tu vida aquí?
—Aqui está mi hija. Es un lugar seguro para ella y cómodo. Además estás tú. — hizo algo parecido a un sonido satisfactorio. — ¿Tú no eres feliz aquí?
—Yo sólo quiero ser libre. Pero si me voy, algún humano me atrapará y me obligará a trabajar para él. — suspiró. — Siempre seremos sus esclavos.
—No te vayas. Allá fuera es peligroso para ti... — omitió la parte de decirle "poni". Estaría triste si él se fuera. — Es mejor aquí. Tienes a una niña que te quiere. Comes y duermes bien aquí. Además te extrañaría. Eres especial para mí.
—¿Por qué soy tan especial para ti?— preguntó con sorpresa.
¿Alguien como Stolas realmente lo quería? ¿Alguien tan pequeño como él que solo es uso de entretenimiento para los humanos?
Stolas acercó su nariz a su nuca, "un beso". El corcel era muy cariñoso con él. ¿Qué le ocurría? Al menos ya se le había pasado lo cachondo y dejará de montarlo.
—Porque me amas sin pedir nada a cambio. — respondió sin titubear.
Blitzo realmente lo amaba y apenas lo había entendido.
@probfakeblonde
Palabras: 1,502
Fecha de publicación: lunes 22 de junio del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Fandom: Helluva Boss.
Nota del escritor:
Me llevo más tiempo de lo esperado editarlo. Al final está parte me salió más largo de lo que creí xd.
Este Au me encanta, más porque a Blitzo le gustan los caballos. En fin, espero les haya gustado ùwú
Nos vemos mañana!
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