♣Día XII: "Baile de salón"

Moxxie sabía que era una pésima idea. Desde el momento en qué la escuchó por parte de su jefe, tenía dos opciones; No iba a funcionar al final o los descubrirían.

El plan según su jefe debería ser sencillo y con suerte rápido. Era colarse en la fiesta privada de un importante príncipe demonio, haciéndose pasar por invitadas y mientras uno distraía y vigilaba que nadie los descubriera, el otro buscaría y robaría el material que le hacía falta. Aquel libro que está en manos de aquella familia.

¿Dije invitadas? Quise decir I-N-V-I-T-A-D-A-S.

Moxxie no entendía porque él y su jefe necesitaban vestirse de mujer, sabía que debían ser invitadas específicamente debido a la invitación que consiguieron —o más bien obtuvieron de mala forma—, pero bien pudo llevar a Loona o a Millie que si tienen rasgos femeninos y sobre todo, si son mujeres.

No cree que con maquillaje, pechos falsos y unos pomposos vestidos vaya a funcionar y nadie crea que en realidad son varones. Y suponiendo que de verdad nadie sospeché ni un poco de su sexo, ¿Realmente sería buen distractor por el tiempo necesario para que nadie se de cuenta de que falta una invitada y que no esté precisamente en el baño?

Si, Moxxie sabía que era una pésima idea. Aún se sigue cuestionando porque que siga aceptando lo que su jefe le ordena. Y también intenta vigilar las salidas o lugares donde esconderse por si los atrapan y deben huir.

Diez minutos después.

Bien, debía retractarse de sus palabras. Las cosas parecían ir mejor de lo que pensaba, aunque apenas llevarán unos minutos dentro del gran salón e intentando encajar entre la demás gente noble, que parecía resultar perfecto. Sólo debían decir lo que ellos querían escuchar, ser "bonitas", amables y atentas. Pero sin duda quien se mete mejor en el personaje es su su jefe y más o menos amigo Blitzo, el fundador de la pequeña empresa que apenas está en progreso al éxito, según sus propias palabras.

El imp de grandes cuernos poseía un vestido pomposo y largo de color salmón, por debajo capas de color rosa claro. Su busto parecía copa C, y tenía una cinta oscura rodeando su cuello. Se había rasurado la poca barba que tenía de dos semanas, e incluso las piernas y las axilas por si acaso. Traía una peluca de acuerdo a cierta época —quizas victoriana—, de rulos rubios y largos hasta por debajo de los hombros pero sin llegar a su cintura. Se había retocado las pestañas, para parecer más largas y "femeninas". Si que había tomado más esfuerzo en crear aquel personaje para que saliera perfecto y aún más creíble.

Él en cambio no tenía demasiado retoque, sólo lo suficiente para aparentar ser una demonia de la nobleza. O una dama de compañía. Su vestido en cambio era un color crema. No tan ajustado del pecho ni de la cintura. Al poseer cabello blanco no le fue necesario ponerse alguna peluca, sólo se pinto los labios de un color cereza y algo de rubor en las mejillas.

Sin embargo lo que ninguno de los dos espero es que ellos, especialmente Blitzo quién se hacía llamar la duquesa Blitzy — ridículamente nadie le pareció raro ese nombre cuando se presentaron a los otros invitados, incluso sonaba "adorable y linda"—, llamó la atención al hijo mayor del gobernante de aquel círculo del infierno. Al heredero de la corona real.


Bella dama, ¿Me haría el honor de otorgarme esta pieza, para nosotros dos?

El príncipe Stolas. Quién hizo una pequeña reverencia cortés y galán, le sonreía de una forma que Blitzo no sabía que pensar. Pero al recibir tanta atención de todos los invitados, algunos empleados y su amigo Moxxie no evitó sentirse muy presionado y nervioso.

—Oh... Claro, príncipe...— titubeó un poco, pues no estaba seguro del nombre de aquel sujeto. Sólo sabía que pertenecía a la realeza debido a su vestimenta y por qué parecía ser el centro de atención. Claramente no podía rechazarlo, sería descortés y no quería que sospecharan de él. Debía actuar "linda". Por más que le incomodará el asunto.

Stolas. — se presentó el de mayor altura.

No le dio tiempo de decir algún pero, cuando el más alto le tomó de la cintura y lo acercó a él. Haciendo que su busto falso chocará con su duro abdomen. O mejor dicho su vientre, después de todo la diferencia de estatura es grande pero eso no le pareció importar cuando la música empezó a sonar.

Varias parejas bailaron alrededor de ellos, Blitzo lo único que quería es buscar la manera de zafarse de aquel agarre para hacer su robo y huir de ahí antes de que alguien se diera cuenta.

Podía reconocer el baile como un vals. ¿Tal vez? Blitzo tampoco era muy bueno en eso.

—Yo no se bailar. — contestó tímido y mirando para abajo. Apenas rozaba con la punta de su tacón el suelo.

—¿Bromeas? No seas tan modesta querida. — comentó con una risita.

Blitzo suspiró harto. No podía creer que el príncipe fuese tan estúpido como para no darse cuenta de su incomodidad. Aunque por otra parte se sentía orgulloso de si mismo porque ni siquiera el príncipe se de cuenta de su disfraz.

—Siento ser descortés pero necesito ir al baño. — comentó en medio del vals, recibiendo la gran atención de Stolas.—
¿Serías tan amable de decirme dónde queda, mi príncipe?— recalcó.

Parecía que a Stolas se le encendió algo cuando escuchó el atrevimiento de Blitzo. Incluso no evitó rozar su entrepierna con el vestido del menor.

Por supuesto que sí, mi doncella. — su sonrisa es grande.

Blitzo se mordió el labio en un intento de no decirle alguna estupidez o algo ofensivo para Stolas. Pero al menos así en privacidad podía quitárselo de encima.

O eso creyó.

Porque "evidentemente" Stolas no se iba a ir hasta que saliera del baño y regresarán juntos al salón de baile. Lo cuál obstaculiza su plan maestro, y odiaba que Stolas fuera tan pegado a él si apenas llevaban quince minutos conociéndose —lo que duró la presentación y cuando bailaron—.

—Príncipe, ¿No debería bailar con otras doncellas que de seguro le harán una mejor compañía que yo?— preguntó Blitzo saliendo del baño bastante cansado del hostigamiento de Stolas.

—Con la única persona que deseo bailar, es contigo.

—No soy lo que crees. Soy plana y esto es una peluca. — frunció el ceño, quitándose su falso busto y señalando su peluca.

—Lo de la peluca era bastante obvio, y se que usas pechos falsos. No se sintieron reales cuando los acaricié sin que te dieras cuenta.

Blitzo iba a decir algo, pero cerró la boca al analizar las palabras del príncipe. ¿En qué puto momento los acarició? Realmente estaba perturbado. Porque si bien no pudo sentir las caricias al ser en esos pechos falsos, debió haberlo visto al menos.

—Eso es pervertido de tu parte. Pero enserio digo, que no soy una buena compañía para ti.

—¿No te gustaría venir a mi habitación?— ofreció con cierta intención. — No seas tímida.

Blitzo pensó que tal vez eso no sería una mala idea en su totalidad. Pero tampoco podía confiarse del príncipe. Y también supo que Stolas aún creía que era mujer, sólo que tenía pechos falsos y una peluca.

—Uhm... Si, me encantaría. Pero necesito avisarle a mi dama de compañía que regresa a casa sin mí. ¿Podrías darme tiempo?

Stolas asintió y le esperó.

Blitzo caminó con calma de regreso al gran salón, intentando no parecer desesperado o sospecharía de él. Apenas divisó a su amigo comiendo algo del banquete, le tomó del antebrazo con fuerza y lo arrastró hasta él, lo más cercano a la salida.

—Moxxie vámonos.

—¿Ya consiguió lo que necesitaba señor?— preguntó curioso y quejándose del dolor que causa la fuerza con la que le está tomando de su antebrazo.

—No, ese tipo ande pegado a mí y ahora quiere que lo acompañe, seguramente para hacer cosas para nada santas. Y me va a descubrir si ve que tengo una banana en vez de papaya. — explicó brevemente realmente asqueado con la idea de estar a solas con ese pervertido.

—Eso fue muy-

—¡Apúrate!— interrumpió lo que sea que Moxxie iba a decir para empezar a caminar más rápido y llegar a la salida.

Pero unos guardias no se lo permitieron en primera instancia. Poniéndose enfrente suyo justo cuando ya habían salido del gran salón, bajar unas escaleras y recorrer un largo pasillo hasta la salida del castillo.

—¿Qué pasa? ¿No podemos salir?— preguntó en voz alta mirando altanero a los guardias que se mantuvieron en silencio.

Ambos imps bufaron y se miraron entre sí pensando en si resolver eso platicando o pelear contra ellos.

Pero sus planes no fueron posibles cuando detrás de ellos apareció el príncipe.

—Oh Blitzy, ¿A dónde crees que vas? Aún queda un último baile.

El tono con el qué lo decía les daba escalofríos. Claramente algo tramaba para el mismo Blitzo.

—P-Principe Stolas... — Moxxie sin saber que hacer solo se reverencio por si las dudas. Pero su jefe no tenía esa intención, incluso miraba de mala gana al príncipe búho.

—Me tengo que ir. — dijo Blitzo alejando cualquier temor.

La gran sonrisa de Stolas se borró al instante, quedando en su lugar un gesto serio y arrogante. Los guardias no se atrevieron a decir algo y sólo seguían interponiendo la salida de los imps.

—Dijiste que te quedarías conmigo y que sólo te ibas a despedir de tu amiga.  ¿Y que crees? — Stolas tomó a Blitzo de los hombros apretándolo, provocando que el contrario soltará un quejido de dolor por la fuerza y no pudiera zafarse de él. 

Blitzo podía ver a través de la mirada del mayor la intensidad en sus ojos. Y cómo parecía desnudarlo con la mirada. No evitó tragar duro. En esos momentos sólo pensaba en como sacar a Moxxie de ahí.

—¿Qué?— balbuceó para su desgracia. Él quería sonar de todo menos nervioso o intimidado.

Stolas acercó su pico hasta su cuello, frotándose contra su expuesta piel en esa zona y desgarrando el listón negro que rodeaba su cuello. Blitzo pensó que en cualquier momento, al príncipe le sería fácil desgarrar su vestido color salmón y sabrá Lucifer que más cosas le hará.

—Te vas a quedar conmigo. Porque yo lo digo. — le murmuró al oído. Desde esa posición Stolas podía ver a la amiga de Blitzo bastante perpleja y sin saber que hacer.

—Tu no puedes-

—Mandare a qué violen y asesinen a tu amiga si no me obedeces. — amenazó, causando temblor en el imp quién ahora tenía un gesto angustiado. — No quieres eso, ¿Verdad?

Blitzo no le quedó de otra más que aceptar el ofrecimiento del contrario.

—Haré lo que digas. Pero déjalo ir. — dijo suplicante. No le importaba lo que le hicieran a él. Pero debía proteger a Moxxie, porque es lo que la familia hace.

Stolas sonrió satisfecho.

—Muy bien. — felicitó dándole una señal a sus guardias de dejar ir al albino quien aunque dudó en dejar a su jefe en las garras de ese pervertido, Blitzo le miró con una mirada que supo que debía hacerlo. Stolas se dirigió a Blitzo y ahora lo cargo como doncella, ahora aprentado le su cintura. —Me excita tenerte así. Tan obediente. Tan completamente entregado. — agregó mientras regresaba a su habitación tomando otro pasillo para evitarse a los invitados y a sus padres, llevándolo a su alcoba real. Tocando lo debajo del vestido.

Blitzo sólo permaneció en silencio.



@JosebethCruz

Palabras: 1,928
Fecha de publicación: viernes 12 de junio del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Fandom: Helluva Boss
Nota del escritor:

Este es el capítulo más largo hasta el momento que he escrito de este reto de 30 días OTP. Tenía mucha inspiración ahre. Especialmente por las imágenes, me encantaron. 

Ahora, se supone que Blitzo y Moxxie con vestido es un boceto que Vizipop sacó en su instragram:

En fin, ¿Les gustó? 0w0

No sé si los próximos capítulos serán así de largo, no lo creo xd. Este me gustó mucho escribirlo. En fin; nos vemos mañana!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top