♥ Día IV: "De Picnic/en el campo"

Era tarde, aproximadamente las dos. Un día soleado con el cielo despejado y una brisa encantadora. Los grandes árboles hacían sombras para cubrirte del "sol".
Una limusina se detuvo en una parte del sendero, y quienes estaban adentro bajaban sin pereza. Cada uno de los demonios ayudaba a bajar todo lo que habían traído para ese día de "parrillada". O como el único imp de ahí le gusta llamarla, "un fabuloso día de picnic", mientras tarareaba con alegría y paz una canción en volumen alto. Realmente estaba emocionado por la situación, ya que creía que podría ser más unido así con su hija. Incluso había cambiado sus ropas habituales para algo más fresco y menos formal para la ocasión.

A cabo de diez minutos acomodando la parrilla y otros utensilios, el imp se acercó al demonio búho, mirando de cerca lo que hacía.

—¿Ya se frieron bien las salchichas?— preguntó con curiosidad y hambre. Mirando como Stolas las volteaba dentro de la parrilla.

Hasta el príncipe se había vestido diferente para la ocasión. Algo menos formal y más cómodo.

—Oh Blitzy, no me hagas que me caliente ahora. — respondió con una sonrisa de todo menos inocente. Mirándolo con diversión. Haciendo un pose dramática.

—Esa no, idiota.— le gruñó frunciendo el ceño. Stolas siempre buscaba la forma de buscarle un doble sentido a sus palabras para un solo propósito. Y claramente no iba a caer.

Blitzo estaba en un campo especial y privado al que le invitó Stolas a pasar el día, según las palabras del pájaro tendrían un picnic. Pero no ellos solos, si no que con en compañía de sus queridas hijas. Lo cuál en cierta forma hacía sentir mucho más seguro, aliviado y cómodo al imp sabiendo que Stolas no intentaría hacer algo muy raro con sus hijas presentes o cerca. Otra razón por la cuál también intentaría no despejarse de ninguna de ellas.

Stolas llamó desde su lugar a Loona quién curiosa fue hacía él en compañía de su papá y su nueva amiga. El príncipe le entregó una gran bolsa, la cuál abrió rápidamente interesada saber en su contenido.

—¿Ésto es para mí?— preguntó con sorpresa la loba.

—Por supuesto, sería descortés de mi parte no traer un obsequio para ti. — respondió Stolas sonriendo amable.

Le había comprado una chaqueta roja de cuero que ella llevaba meses queriendo, pero costaba muy cara y siempre se distraía al ahorrar dinero, comprando otra cosa. Y no sólo eso, también traía unos  auriculares inalámbricos nuevos. Que igual siempre había querido pero son difíciles de conseguir. Ni siquiera es fácil robarlos.

—Oh, yo también te traje algo para ti, pequeña sol. — dijo Blitzo dirigiéndose a la hija de Stolas. Llendo hasta la limusina corriendo para sacar un enorme paquete envuelto en un moño.

—¿Cómo me dijiste...? — preguntó sorprendida ante el adorable apodo. No evitó sonrojarse porque el apodo le dió algo de vergüenza. Sin embargo cambio repentinamente de emoción cuando abrió el paquete que el imp por fin le entregó.—¡Es una patineta!— gritó alegre mientras le presumía a su padre algo que él jamás le compró. Y después se lo presumió a Loona quién sólo se reía por la alegría desbordante de la princesa búho por un regalo simple.

Claramente ambas estaban acostumbradas a otros tipos de regalos. Pero sin importar que, estaban muy agradecidas con sus mayores. 

—¿Eso no es peligroso?— le dijo un Stolas algo preocupado. Por algo jamás le había conseguido una patineta a su hija. Últimamente sólo le conseguía revistas, libros, novelas, vestidos o celulares. Incluso pinturas para sus murales. Algo "seguro" para ella. Dónde podía tenerla vigilada.

—No seas aguafiestas, Stolas. — se cruzó de brazos Blitzo, casi sonó como una esposa regañandolo. Lo cuál le pareció entre tierno y vergonzoso porque lo hizo enfrente de las chicas.

—Por fin alguien que me entiende. — añadió Octavia sonriente, causando carcajadas en los demás. La búho parecía no querer soltar su patineta, pero tenía que hacerlo para ayudar en otras cosas.


Blitzo junto a Octavia ayudaron acomodar el manta en el césped junto a los platos, vasos y cubiertos. Mientras que Loona y Stolas  terminaban de preparar las salchichas, y comenzaban a preparar las papas a la francesa y las hamburguesas.  Una vez todo listo prosiguieron a comer amenamente. Dónde mientras comían conversaban de cualquier otra cosa, se rían, se lanzaban cosas y se ponían a cantar para dar más ánimo al ambiente. Lo mejor fue que de una nevera Stolas sacó botes de helados de 1L de diferente sabores y todos se quedaron encantados por el postre.

—Uf, creo me llené. — dijo Blitzo mientras aflojaba su cinturón y dejaba al aire el pequeño bulto en su pansa. Nunca se sintió tan dichoso y tranquilo.

Loona y Octavia se pusieron a ver vídeos usando sus nuevos auriculares en una esquina. Mientras que Blitzo se recostó, boca arriba mirando al cielo a la vez se acariciaba su pansa. Stolas por otro lado se recostó a su lado, muy cerca poniéndose a su "altura".

—¿Te gustó?— preguntó curioso el búho mientras con una de sus garras la acariciaba su pansa. Jamás lo había visto tan "gordito".

—Si, pero deja mi barriga en paz.

El imp se estiró para sacar de una canasta un libro que había atraído. Claramente no era cualquier libro.

—¿Qué lees?

—Intento de cifrar esta parte del libro. Pero realmente no entiendo este idioma tan antiguo.— le señaló unos párrafos escritos en una lengua extraña o que jamás había visto. Cómo el mismo Imp dijo, "tan antiguo". Y sólo un ser muy antiguo podría leerlo.

—¿Quieres que lo lea por ti?

Blitzo giró su cabeza a su costado, mirando con admiración y agradecimiento a Stolas quién le sonreía natural. ¿Hablaba enserio? ¿Haría eso por él? El escenario de fondo, un bonito atardecer con el cielo cambiando de un naranja-rojizo- a un morado y el plumaje de Stolas moviéndose junto a la brisa como cabellos ondulados le causó un cosquilleo en su pecho. Había quedado flechado y un sonrojó en su rostro no se hizo del rogar.

—Si. — respondió casi en un balbuceó. Acercándose más a Stolas para que a si ambos pudieran compartir el libro y leerlo juntos.

—Deberíamos salir más seguido con nuestras hijas. Como una familia. — comentó el príncipe mirando de reojo a estas quién ahora, Loona ayudaba a su hija como montar la patineta y unos trucos.

El imp se sintió más caliente de las mejillas.

Blitzo terminó por quedarse dormido en su pecho luego de media hora enseñándole el idioma. Cómo Stolas no quiso despertarlo, lo cargó hasta la limusina y acomodó con cuidado en los asientos. Dejándole su capa como una manta para que no pasará frío.

Regresó con las chicas para así acomodar todo y guardar las cosas en la cajuela. O lo que se podía. Todo sin hacer mucho ruido para que su imp no despertará.

Había sido un lindo día picnic.


@SORISORU

Palabras: 1,154.
Fecha de publicación: jueves 04 de junio del 2020.
Escritor: JaquiiAleWorld
Fandom: Helluva Boss
Nota del escritor:

¡Otro día más! Esta parte me salió un poquito más largo de lo usual.

En fin; nos vemos mañana para otra actualización.

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