Capítulo 26
-Itachi-kun ¿querías hablar conmigo? no era necesario citarnos en el bosque, pudimos ir por una malteada a una cita- Izumi sonrió linda viendo al Uchiha, caminó colocándose frente a él, acomodó un cabello suelto tras su oído siendo coqueta- ¿o es que quieres algo de mí?- estiró su mano para tocar el pecho del azabache quien apretó el ceño, detuvo su mano por la muñeca con firmeza- no me toques-
Izumi abrió sus ojos bastante -¿sucede algo Itachi-kun? ¿estás bien? te veo ansioso -el Uchiha negó -no, no estoy bien, no sé cómo hacer entender a padre que no me quiero casar contigo, así que vine a decírtelo de frente, no te amo, no me interesas- Izumi abrió sus ojos bastante -¿eso es imposible? ¿alguien te dijo algo? ¿por qué haces esto? lo único que he hecho es amarte todos estos años- Itachi apretó el ceño- te estoy diciendo que yo no te amo, necesito que canceles ese matrimonio, diles que te arrepentiste, te diste cuenta que no nos amamos- Izumi dio un paso atrás aterrada- no diré eso, estás loco ¿por qué lo haría? eres todo lo que siempre he amado -Itachi peinó sus cabellos hacia atrás con frustración -maldita sea Izumi, no estás escuchando, dije que no te amo, no te deseo, no me gustas ¿no es suficiente? ¿no tienes amor propio?-
Izumi sonrió nerviosa, temblaba con miedo, tragó pesado viendo su mirada oscura- sólo date la oportunidad de conocerme, estoy segura que seremos felices juntos -Itachi afiló su mirada -renuncia a este maldito matrimonio, yo no te elegí, hay alguien más que no estoy dispuesto a dejar -Izumi abrió sus ojos bastante -nooo nooo tú te casarás conmigo así sea lo último que haga, no te dejaré, no hablaré con Fugaku-san, no renunciaré a ti, tienes que aprender a amarme, no cederé a tus caprichos, no me humillarás- corrió lejos del lugar dejando a un cabreado Itachi -mierda, maldita loca- golpeó el árbol con coraje, afiló su mirada, caminó por el clan buscando a su amada tía, la reina de los chismes, esposa de su tío Teyaki, la dejaría en mal con el maldito clan, necesitaba sacársela de encima.
….
Naruto había mejorado a pasos agigantados su control de chakra, su mamá le enseñó el valioso jutsu clon de sombra para entrenar su control mientras entrenaba con Menma el control del zorro, era una maldita maravilla, lo había usado para estudiar el fuinjutsu del clan, estaba feliz, ahora mismo usaba sus benditos dones para hacer una pequeña maldad, según su madre los clones de sombra aún dejaban huella de chakra, pero el sello que usó en el clon para ocultar su presencia y chakra lo hacían completamente invisible para el rastreo, caminó lentamente dentro de la habitación viendo al maldito obstáculo entre él y su hombre dormir en su cama profundamente, su hombre era suyo y nadie se lo iba a quitar, desde que lo vio le pertenece. Naruto levantó una ceja al ver pastillas para dormir en la mesita de noche, no podía ser más idiota, sonrió con maldad.
El pequeño observó el ajuar de boda colgar de clóset, sonrió ligeramente, debía aceptar que era hermoso, giró su mirada observando unas tijeras en el tocador, caminó con cuidado, las tomó suavemente con su playera, comenzó a cortar lentamente la tela destruyendo la hermosa prenda, sonreía con locura destruyendo todo en pequeños pedazos, volvería loca a esta cretina.
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La mamá de Izumi entró en su habitación con ropa limpia colocándola en su tocador, se detuvo de golpe, abrió sus ojos bastante, giró hacia el clóset viendo el ajuar de su hija destruido- Izumiiii por Kami despierta -la chica no despertaba, la señora la sacudió levantando la manta, abrió sus ojos bastante con terror, se había cortado el cabello y rasguñado el rostro, sus dedos mostraban algo de sangre bajo sus uñas, levantó el bote de calmantes, estaba casi vacío, vio con terror a su hija, las tijeras estaban junto a su almohada -Yamao, ven, ven rápido -el Uchiha corrió, abrió sus ojos bastante al ver el lugar -¿qué demonios sucedió?- la señora apuntó a sus uñas, Izumi se había atacado ella sola- tomó los calmantes mal, se drogó literalmente, destruyó su imagen y el maldito ajuar ¿qué vamos a hacer Yamao? de por sí los malditos rumores en el clan hablan sobre que se volvió loca- el obeso sujeto apretó el ceño- métela en la tina con agua fría y azótala, a ver si así entra en la maldita coherencia, no nos humillará, consigue cualquier maldito ajuar y tapa sus marcas, compra una peluca, no quiero una escena más o creerán que está loca en verdad, estoy comenzando a creer que ella misma incendió el maldito jardín -la señora abrió sus ojos con terror, asintió preocupada.
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Izumi lloraba desesperada viendo su rostro y cabello en un espejo, su espalda dolía por los azotes -¿cómo sucedió? yo no tomé más pastillas- la mamá de Izumi negó cabreada, le había dado una buena lección -el estudio muestra que ingeriste tres pastillas Izumi, los efectos secundarios hablan de alucinaciones ¿quieres acabar en el maldito psiquiátrico?- la chica negó limpiando sus lágrimas, observó a su madre poner una peluca sobre su cabello casi calvo, apretaba sus manos con coraje en las mantas, comenzó a maquillarse con cuidado los rasguños y la maldita ceja que ya no existía, dolía bastante, giró su mirada a su ajuar, negó con dolor, su sueño se derrumbaba, no sabía qué demonios sucedía.
…..
Itachi besaba con desesperación a su rubio- no te quiero cerca de Nara demonios -sus manos se colaban dentro de su playera con deseo tocando su piel- eres mío -el rubio sonrió con diversión dejándose amar- amo tus celos, ahh Itachi- el rubio afiló su mirada sintiendo un chakra acercarse, se colgó del cuello de su hombre besando con desesperación sus labios distrayéndolo, las manos de Itachi apretaron su cintura con fuerza -¿me deseas?- Itachi asintió -te deseo como un loco mi pequeño sol- Naruto sonrió lindo.
La puerta se abrió de golpe, Itachi abrió sus ojos con sorpresa, vio a su rubio con un henge de cabello negro largo y ojos azules, no había marquitas, sonreía con maldad, el azabache lo tenía contra la pared en su oficina, suspiró con fastidio, giró su mirada viendo a Izumi verlos con terror- ¿qué significa? ¿qué sucede Itachi-kun?- Naruto sonrió con burla, jaló el rostro de su hombre besando suavemente sus labios, desapareció en un shunshin.
Itachi se enderezó suspirando con fastidio, vio con cuidado a la chica, afiló su mirada poniéndose cretino, no la soportaba -¿qué demonios quieres Izumi? estaba ocupado- la chica negó viendo al chico tomar asiento, lo apuntó, su mano temblaba -¿no te excusarás? ¿no te disculparás? me engañas con una maldita golfa- gritó cabreada. Itachi recordó lo que su rubio dijo sobre Izumi y las pastillas, sonrió con maldad y descaro recordando los rumores que él mismo había regado, con cinismo habló -¿de qué hablas? no me he movido de este lugar-
Izumi abrió sus ojos con terror- ¡yo te vi! ¡te vi besándote con otra! ¿vas a negarlo?- la secretaria de Itachi entró al escuchar los gritos, los vio con sorpresa -aquí sólo está mi secretaria Izumi ¿te estás volviendo loca?- Kina los vio con duda, no había más chakras- Señorita ¿se encuentra bien? aquí no hay nadie más, no se siente ningún chakra extra- Izumi negó con desesperación -noooooo yo la vi, estaba aquí, se estaban besando, desapareció en un shunshin- la vieron con duda- Izumi, no pasó eso, he estado en mi escritorio toda la maldita mañana ¿te estás volviendo loca?- Fugaku había entrado al escuchar los gritos de la chica y las palabras de la secretaria, apretó el ceño, no había rastros de chakra o presencia -Izumi ¿qué demonios sucede?- la chica negó -yo lo vi Fugaku-sama, debe creerme, se estaba besando con una chica de cabello negro, se burlaban ambos de mí, aquí estaba, se lo juro- Yamao entró sintiendo vergüenza, realizó una reverencia -lo lamento Fugaku-sama, por error Izumi tomó calmantes de más hace unos días y ha tenido efectos secundarios, lo lamento, el doctor dijo que en estos días debía mejorar -Izumi abrió sus ojos con terror, giró su mirada a Itachi, no había rastros de labial o marcas, bajó su mirada sintiéndose loca, negó, no podía ser, salió corriendo del lugar.
Fugaku comenzaba a arrepentirse de haberla elegido -no sé qué demonios sucede Yamao, pero me estoy arrepintiendo de ese compromiso -el concejal abrió sus ojos bastante- no volverá a ocurrir Fugaku-sama, nuevamente una disculpa, igualmente a usted Itachi-san- salió del lugar con velocidad tras su hija. Itachi en su interior sonrió con maldad, sabía que su pequeño sol estaba por ahí fuera de la ventana, estaba seguro que disfrutaba la escena.
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