3. TOKIO.

— ¿Puedes... No... Aish—Trató de soltarse todo lo que había podido, pero siendo sincero el otro parecía tener mucha más fuerza que él. El pequeño pálido y de ojos gatunos se había mantenido siguiéndolos en todo momento mientras le reclamaba al desconocido–no–tan–desconocido cosas que Tae no llegaba a entender.

— ¿Puedes dejarme en paz?—Preguntó brusco, sus dedos cerrándose en la muñeca contraria mientras enfrentaba a quien lideraba las carreras—. No estoy detrás de tu culo como lo estás tú. No te molesto nunca, solo cuando necesito mi mierda y tú no estás ahí dentro—Tae hizo una mueca mientras miraba hacia otro lugar, demasiado incómodo por la conversación casi íntima que el otro había comenzado.

— ¿En serio lo llevarás a él, Jeon?

¿Jeon? ¿De dónde diablos había escuchado eso antes?

— ¿Qué problema tienes?—Parecía harto, Tae lo podía ver en como su rostro lo demostraba—. Si tienes algún problema dilo, no fui yo quién huyó, Yoongi—Murmuró demasiado cerca del rostro contrario antes de separarse y volver a caminar.

Hoseok y Namjoon miraban toda la situación, apiadandose de la pobre alma de Taehyung, tener que presenciar todo eso seguramente se le habría hecho incómodo e incluso estaban seguros que quería salir corriendo en ese momento.

—Yoongi seguirá queriendo intentar algo—Dijo Hoseok, encendiendo un cigarro y apoyándose contra su auto.

—También lo creo. No es alguien que se quede de brazos cruzados, pero creo que Jeongguk le ha lastimado demasiado el ego. Lo va a buscar hasta que se canse.

—Sip, lo hará. Tres mil.

—Hecho.

—Oye, oye, me duele—Tiró de su brazo e hizo una mueca cuando notó como el dolor se iba de a poco. Miró al otro con el ceño fruncido mientras negaba con la cabeza, sobando la zona afectada.

—Yo... eh... lo lamento—Rascó la parte trasera de su cabeza, sintiéndose demasiado estúpido—. Ponte el caso, sube luego de mí. Nos pondremos en la línea de salida hasta que sea la carrera.

— ¿En serio tengo qué ser yo?

— ¿Sabes todas las personas qué querrían estar en tu lugar? Y tú simplemente estás acá, quejándote.

—Busca una de esas personas, entonces. ¿Me ves con cara de que quiero estar acá?

— ¿Qué hacías con Namjoon, entonces?

—Ah no, no quieras tratar de interrogarme—Se acercó demasiado cerca, su pecho casi rozando el hombro contrario—. Tu amigo fue quien se acercó, ni sabía que era tu amigo hasta que tú apareciste. ¿Crees qué si lo sabría me hubiera acercado? Estás muy equivocado, chico malo—Tenía una sonrisa de mierda que puso los pelos de puntas a Jeongguk, no de una buena forma.

— ¿Y tú crees qué quiero llevarte? Eras mi única excusa para que Yoongi no estuviera detrás de mi culo. Ahora sube, princesa. No te hagas de rogar.

Taehyung sonrió con burla, pero de alguna forma le hizo caso a lo que le había dicho. Literalmente, su cerebro le había gritado que subiera de una maldita vez. Lo hizo y se colocó el casco mientras pasaba sus manos por la cintura contraria debajo de la chaqueta, sintiendo como los músculos de su estómago se contraian y delineando sin vergüenza alguna los abdominales.

—Te diré cómo es, princesa—Dijo, su tono de voz alto por encima del ruido—. Hay cuatro curvas cerradas, pellizcaré uno de tus muslos cada vez que nos acerquemos a una. Debes de agarrarte fuerte porque podemos llegar a caernos o caerte tú y realmente no quiero a tu papi quejándose conmigo porque su princesa se lastimó ¿bien?

—Entendí, imbécil.

Se colocaron en la línea de salida mientras Jeongguk sentía la mirada fulminadora de Yoongi sobre él, pero trató de no prestarle atención. Sus ojos se movieron a un costado, en donde los autos se encontraban estacionados en filas, no sabía si esa noche ellos competirian porque por la forma en que estaban le daban la idea de que no. El Mustang de Namjoon estaba ahí y sus amigos estaban sentados en el capó, la música saliendo tan fuerte que parecía a punto de reventar los parlantes.

La nena más mala y vago callejero. No estamo' en gente, haciendo dinero. Destapo botella' y la nave acelero.

Jeongguk aceleró la motocicleta mientras Namjoon le dedicaba una sonrisa mostrando lo que tenía entre sus dedos, se le hizo agua la boca. Ellos habían empezado a fumar sin él y eso lo molestó de alguna forma hasta que su amigo hizo el esfuerzo de acercarse y darle el porro que recién había encendido.

— ¿Te vas a drogar?—Preguntó haciendo una mueca por el aroma amargo que la marihuana tenía. Mierda, parecía que estaban fumando césped seco.

— ¿Eh? ¿Y eso a ti qué?

—Estás por hacer esta mierda, idiota. ¿Quieres que choquemos o algo por el estilo?

—Créeme, puedo hacerlo mucho mejor estando fumado que sin nada encima.

Le ofreció de su porro y Taehyung dudó demasiado, el otro se dio vuelta levantándole el casco y colocándolo en su frente. Lo instó a que lo tomara, pero él no sabía que Tae nunca había hecho eso y en otras circunstancias no se hubiera atrevido a hacerlo.

—Oh mierda, ¿nunca lo haz hecho?—Preguntó incrédulo, sus ojos comenzaban a hacerse demasiado pequeños y Tae de alguna forma lo encontró gracioso—. ¿Sabes fumar?—El otro asintió.

No es como que fuera un experto, pero en su adolescencia había probado cómo hacerlo solo para ver qué se sentía y lo odió, el gusto a cigarrillo que luego le quedo en la boca lo hizo lavarse los dientes muchas veces.

—Es lo mismo, simplemente no des muchas caladas seguidas, no estás acostumbrado y puedes ahogarte—Lo miró asustado y Jeon puso sus ojos en blanco—. No de esa forma, idiota.

Lo intentó mientras se mentalizaba que esta era la primera vez que fumaba marihuana y aunque no tenía un sabor tan fuerte como el cigarrillo, no le gustó la forma en la que el humo raspaba su garganta.

—Es Kali Mist, sentirás el viaje bastante rápido—Lo entendió y le dio la razón porque sus ojos estaban en dos pequeñas líneas y la sonrisa que tenía en sus labios era vaga y feliz.

¿Y dónde fue que el blunt nos dejó? En Tokio. Que ojo' tan chino', mami, usted parece que e' de Tokio.

Y Jeongguk soltó una risa bajita porque últimamente las canciones que escuchaba parecía realmente asociarse con su vida en esos últimos días. Observó a Taehyung y le sacó el porro de las manos, sus ojos casi felinos comenzaban a volverse cada vez más pequeños, le dio unas últimas caladas y se lo devolvió a su dueño que parecía haberse resignado a que se lo iban a devolver y había vuelto a su lugar.

Yoongi observó todo desde su lugar, mordiendo el bolígrafo que tenía en una de sus manos y apretando la carpeta con fuerza. Demasiado harto de la actitud que Jeongguk últimamente tenía.

Todos se posicionaron en su lugar y alguien avisó que estaban un poco atrasados, pero que en cualquier momento comenzaban.

Jeongguk tal vez podía comenzar una conversación, ¿o no?

¡𝘼𝙍𝙍𝘼𝙉𝘾𝘼!
✧ 🎱🚩
𝙅𝙅𝙆 ,,,,, 𝙆𝙏𝙃

Piernas largas y sensuales, minifalda negra y un top de color blanco, el cabello largo y de color azabache. La muchacha se posicionó en el medio del lugar mientras agitaba un pañuelo de color rojo en el aire, alguien rió al micrófono y luego comenzó con una cuenta regresiva. Jeongguk silbó porque tenía ojos y le encantaba lo que veía, no perdió de vista cuando ella lo miró y descaradamente le guiñó un ojo, una breve invitación a lo que vendría después de la carrera.

La muchacha soltó el pañuelo al suelo y fue ahí cuando todos comenzaron a salir de sus lugares. Taehyung tenía su cabeza apoyada contra el hombro de Jeongguk mientras apretaba sus ojos con fuerza, murmurando por lo bajo que esa noche iba a morir.

—Vamos a morir. Ay por favor, Dios, no permitas que esta noche muera—El conductor le pellizcó uno de los muslos y él se congeló tratando de recordar qué debía de hacer.

—Abrázame fuerte y deja de quejarte, princesa—Murmuró lo suficientemente alto para que Taehyung lo escuchara.

En la primera curva, que era la más cerrada, Jeongguk sabía que la tenía controlada, por eso desaceleró y trató de pasarla lo más tranquilo que pudo, pero uno de los imbéciles que estaba a su lado no supo cómo hacerlo, la motocicleta derrapó y ambos cayeron al suelo, arrastrándolos más allá de la pista.

—Oh dios mío. Oh dios mío—Comenzó su acompañante, abrió sus manos y las arrastró por todo su abdomen colocándolas en la mitad de sus costillas, abrazándolo con más fuerza que la vez anterior y cortándole la respiración.

— ¡Oye! No puedo respirar. Tengo las curvas controladas, solo no entres en pánico.

— ¡¿Cómo no quieres que entre en pánico?! ¡Se acaban de matar allá atrás!

En la segunda curva hubo otra salida hacia el costado, pero esta vez fue mucho más grave porque pudo ver como ambos habían dado demasiadas vueltas, el cuerpo de la muchacha rebotó contra el suelo y Tae no estaba seguro que ella estuviera viva. Él gritó tan fuerte que estaba seguro que el viaje se le había bajado desde la primera curva que hicieron. La tercera y la cuarta fueron las más fáciles al final, logrando que Jeongguk acelerara al máximo cuando terminó de pasar la última. Ganó la carrera por poco y tuvo el aliento caliente de Taehyung chocando contra su nuca mientras que con manos temblorosas trataba de sacarse el casco, cuando lo logró solo pudo bajar y hacerse a un lado para vomitar.

—Quiero mi dinero ahora mismo y no iré a buscarte a ningún lado. Me das el dinero ahora o juro ir a buscarte Yoongi solo para golpearte—Lo señaló con el dedo en todo momento mientras veía a su acompañante soltar todo lo que su estómago había tenido—. Oye, oye, ¿estás bien?—Preguntó haciendo una mueca y tapándose la nariz. Namjoon y Hoseok llegaron unos segundos después con una botella de agua mineral en sus manos para que se la diera al pobre muchacho que parecía dejar su alma en cada arcada que tenía—. Toma...

—Taehyung, se llama Taehyung—Le susurró Nam en el oído mientras asentía con la cabeza.

—Toma, Taehyung—Dijo mientras estiraba la botella, el otro aceptandola con gusto.

—Dios, te odio. Eres el ser más imbécil de todo el maldito planeta tierra. Ojalá llegue alguien y te derribe para luego pisar tus bolas contra el suelo.

—Wow—Dijo, pero no estaba ofendido porque la sonrisa que tenía en su rostro le decía a Tae que disfrutaba verlo de esa manera—, pero princesa, no tengo la culpa de que no aguantes el golpe de adrenalina. Si lo vemos así, no es mi culpa—Taehyung puso los ojos en blanco mientras le arrebataba la botella de las manos, vaciandola en su garganta sin importar si algunas gotas se escurrian por sus comisuras, haciendo un desastre. El porro le había secado la boca y sentía la lengua pesada mientras se le pegaba contra el paladar.

—Tú me obligaste a participar en esa mierda. No sé cuántas personas se mataron allá atrás y dios...—Dijo frustrado mientras lo señalaba con el dedo.

—Tranquilo, princesa. Te lo dije, tengo las curvas controladas no es como que empecé a correr ayer. Te contaré un secreto—Se cernió sobre él mientras mantenía la mirada fija en su rostro—. Vengo aquí desde que tengo quince años y han pasado diez años desde eso, no soy idiota y mucho menos un principiante, ¿entiendes? Todos los que viste hoy, los que verás mañana y quienes vendrán dentro de unos meses, no las conocen y nunca las conocerán porque no son capaces de averiguar cómo es que van las curvas. Ellos solos compiten y ya—Encogió los hombros y se echó hacia atrás—. Ahora, ¿te quedarás a ver como compiten los autos o te irás a llorarle a tu papi? Tengo más Kali Mist si quieres quedarte.

Dios, eso... ¿eso sonaba como una manipulación? Porque por alguna razón luego de escuchar lo último tomó una decisión apresurada y sin llegar a preguntarse si realmente valía la pena. Asintió con la cabeza y dejó que Jeon lo guiara mientras uno de sus amigos movía la motocicleta. Se apoyaron contra el auto de Namjoon sin importarles que este había comenzado a quejarse de que le había costado encerarlo en la tarde.

—A todo esto—Empezó Tae, poniéndose de frente a Jeongguk, mirándolo unos segundos y al movimiento que sus manos hacían—, ¿cómo te llamas?

—Jeongguk. No es tanto un gusto, Taehyung—Remarcó su nombre dándole a entender que él sabía como se llamaba y Tae no lo entendió. Casi ni se conocían y las veces que se habían cruzado lo único que realmente habían hecho, era gritarse. Ninguno había preguntado el nombre del otro y mucho menos les había dado gusto presentarse.

— ¿Crees qué para mí es un gusto conocerte?—Preguntó incrédulo cruzándose de brazos. Jeongguk se mantenía picando los cogollos de marihuana mientras lo miraba, su lengua colocándose en la cara interna de su mejilla—. Eres demasiado imbécil, simplemente quería ponerle un nombre al idiota que me obligó subirme a esa mierda y ver todo eso.

— ¿Qué?—Soltó una risa nasal mientras negaba con la cabeza—. Y yo tenía que ponerle un nombre a la princesa que se subió a mi motocicleta sin mi permiso.

Dos autos se colocaron en la línea de salida, la música a todo volumen y acelerando los motores. Jeongguk terminó de picar y le hizo una seña a Taehyung para que abriera las manos, dejándole el picador unos segundos antes de que él tomara la pequeña caja de cartón que contenía los papeles de seda. Él hizo todo el movimiento necesario para comenzar a armar el porro mientras sentía los ojos del otro sobre sus manos.

— ¿Hace cuánto fumas?—Parecía interesado mientras seguía perdido en sus manos.

—Oye, ¿tienes algún tipo de fetiche con las manos? Me las estás mirando mucho.

Dios, ¿cómo le decía qué sí, que ya se había imaginado más de diez escenarios en los que por alguna razón envolvía sus dedos en su garganta, golpeaba su mejilla o azotaba su culo? Era un asco, pero no era la culpa de Taehyung creer que tenía manos lindas y fuertes.

— ¿Q–Qué?—Tartamudeó y Jeongguk no pasó por desapercibido en como un gemido bajo había dejado su garganta—. No... ¿Cómo voy a tener un fetiche de esos?—Soltó una risa demasiado nerviosa y el otro tomó todo y entonces, lo entendió. Este chico, frente a él, tenía un maldito fetiche con las manos y parecía que le encantaban.

—Si tú lo dices.

¡Y ahora estaba pasando su lengua lentamente por todo el maldito papel! Taehyung desvió la mirada y se concentró en cualquier otra cosa que no fuera el tipo que tenía en frente porque si él lo hubiera conocido de otra manera, estaba seguro que le hubiera dado una, tal vez una segunda, una tercera e incluso una cuarta mirada, pero era un imbécil y él odiaba tanto a esa clase de personas. El atractivo que poseía se iba a la mierda cuando abría su estúpida boca.

Pero de igual forma, Taehyung nunca quiso tanto ser un maldito papel como en ese momento.

—Toma—Dijo mientras inhalaba el aire hacia sus pulmones, entregándole el porro prendido y Tae lo miró con ojos brillosos antes de tomarlo entre sus dedos—. Hazlo despacio, no te apresure, el porro seguirá acá y de igual forma tengo mucho más para preparar.

¿Qué.significaba.eso?

Tal vez era su mente mareada o no sabía qué, pero eso le había sonado como una invitación a seguir fumando con él y mientras la marihuana dejara ese aroma a cítricos, estaba dispuesto a seguir haciéndolo.

Alguien tiró de su brazo, girando la mitad de su cuerpo mientras Jimin lo miraba fijamente con sus ojos casi saliendose de sus cuencas. Estaba molesto, tal vez muy, muy molesto.

— ¿Qué carajo estás haciendo?—Le preguntó con los dientes apretados, enfrentando su mirada cansada y risueña.

— ¿Fumando?—Más bien le preguntó, mostrándole el cigarrillo que tenía entre sus dedos, dejando una nube de denso humo cuando lo largo.

—Mierda, Taehyung. ¿Tú sabes qué puede tener ese porro? Puede tener cocaína o pastillas picadas y tú vas, y lo aceptas. ¿Eres idiota?

Tembló en su lugar cuando sintió una barbilla apoyarse en su hombro, por el rabillo del ojo pudo descubrir a Jeongguk detrás suyo y como si él le hubiera permitido apoyar su estúpido rostro en ese lugar.

—No te preocupes. Tae me vio armarlo, no le puse nada porque esas mierdas no me gustan—Taehyung sintió el aliento pesado contra el costado de su cuello e hizo todo lo posible para disimular como eso lo había hecho sentir extraño y caliente. Pero Park Jimin no era imbécil y conocía a Taehyung mejor de lo que se conocía a él mismo.

— ¿Tú?

—Mm, ¿yo?—Risueño lo miró mientras su mano serpenteaba en la de Tae para sacarle el porro de los dedos de una vez por todas.

—Vamos, Kyle está por competir y a Jin no le agradan sus amigos.

—Oye, espera... Taehyung está conmigo.

—Estaba. Que yo sepa, él llegó conmigo, en mi maldito auto. Tú no sé qué hiciste para secuestrarlo y que se viniera contigo—Jeongguk enarcó una ceja, bien debía de admitirlo el pequeño sabía como pelear algo.

—Que lo decida él—Soltó—. Te vas con este duende de aquí o te quedas conmigo. Es fácil, princesa. Recuerda tengo mucha Kali Mist—Le susurró al oído con una voz tan atractiva que Taehyung casi pone los ojos en blanco.

Y Jimin lo supo, la manera en que Tae lo miró a los ojos, suplicandole que lo dejara ahí en ese lugar porque no habría problemas y a regañadientes aceptó porque su amigo no tomaba estas iniciativas por sí solo, y si quería divertirse él realmente no lo prohibiría. Se fue haciendo un pequeño berrinche sin antes advertirle que cuando todo terminara lo quería dentro de su maldito auto.

—Elegiste bien, princesa—Jeongguk seguía susurrando, casi maullando en su oído y él no podía entender cómo es que eso se escuchaba tan bien viniendo de alguien como en realidad era. Probablemente se estaba burlando, pero no le importaba.

Ojos gatunos se dirigieron a la asquerosa escena que Jeon estaba dando. Seguía con su barbilla apoyada en el hombre del virgen porque no encontraba otra forma de describirlo. Se colocó detrás de ambos carraspeando lo suficientemente alto para que lo escucharan. El porro estaba olvidado en los dedos de Jeongguk y maldijo por lo bajo cuando lo notó, mirando con aburrimiento a la persona que quería atención como fuera.

—Tu dinero—Le pasó un bolso algo pequeño, pero bien sabía que estaba hasta arriba de fajos de dinero—. Hum... estaba pensando, ¿quieres pasar la noche por ahí?—Una risa amarga salió de los labios contrarios mientras le arrebata el bolso con fuerza.

—Ya te lo dije... tú eres quien maneja estas mierdas, yo compito. Nada más, Yoongi—Le hizo una seña despidiendolo—. Ven, princesa—Le pasó un brazo por los hombros y lo obligó a caminar—. Métete adentro.

— ¿Qué? ¿Por qué siempre quieres obligarme a que me suba o me meta en lugares como esos?—Pretendía estar enojado, pero su voz salía muy risueña, divertida, la marihuana estaba haciendo su efecto bastante rápido.

—Vamos, princesa. Por una vez, acepta sin que estés gritando o quejándote.

Taehyung puso sus ojos en blanco y se metió en la parte trasera del auto, Jeongguk lo siguió unos segundos después cerrando la puerta detrás de él. Encendió las luces del interior y Tae se quedó bastante impresionado, había una luz blanca en el techo y otras de colores en el tablero y los alrededores. El auto por dentro era elegante, asientos de cuero negro mate y todo lo demás de la misma tonalidad, las luces resaltaban y la música estaba sonando bajo por el estéreo, no pudo reconocer la canción y se distrajo tanto tiempo que no notó como el otro chasqueaba sus dedos frente a sus ojos.

—Esto es tuyo—Le tiró un fajo de billetes en su regazo y Taehyung solo pudo abrir sus ojos, negando con la cabeza.

— ¿Qué? No, no quiero esto. No es mío—Dijo devolviendolo—. ¿Vendes drogas?

— ¿Eres muy distraído, no?—Preguntó demasiado curioso, olvidando que seguía contando el dinero—. En las carreras compites y apostan por quién será mejor. Hay miles de personas todos los días y Yoongi tiene contactos afuera, en ocasiones algunas apuestas pueden realizarse online. Hoy estaban en 750, ellos se quedan un porcentaje, el resto es mío y estoy compartiendo una parte contigo, no es mucho, pero te servirá lo suficiente.

— ¿Por qué?—Estaba demasiado ido, no podía captar bien lo que estaba sucediendo a su alrededor como si su mente estuviera flotando en el espacio.

—Porque te obligué a ir connmigo, mereces una recompensa. Fuiste un buen chico.

Mierda.

Mierda.

Y muchísima más mierda.

Lo odiaba, pero no al punto de querer golpearlo, sino que era algo extraño. Le hacía sentir un nudo en el estómago y el corazón le latía con fuerza en el pecho, pero lo asociaba a la marihuana en su sistema.

Jeongguk le volvió a pasar el fajo y Taehyung se lo devolvió, estuvieron así en un tira y afloja que terminó ganando el castaño quien sonrió con burla y le prometió que le guardaría el dinero porque Tae no llevaba un lugar grande para tenerlo, pero en secreto él no volvería a pedírselo.

Unos minutos más tarde ambos estaban observando como dos autos se ubicaban en la línea de pista. Namjoon estaba a un lado mientras Taehyung estaba encima del capó dejando un espacio entre sus piernas en donde Jeongguk estaba ubicado de espaldas hablando de vez en cuando con su amigo. No entendía nada de la situación que estaba pasando, solo sabía que el casi algo de Jin estaba por correr.

— ¿En cuánto están?—Preguntó Jeongguk a Namjoon.

—Dos mil—Levantó las cejas y silbó. Le gustaban los autos, pero las motocicletas llegaban a ser su perdición, tanto como las mujeres.

La carrera empezó y Hoseok apareció abrazado de una pelirroja con una falda tan corta que no dejaba nada a la imaginación, pero su ceño se frunció cuando vio la forma en la que su amigo estaba con el muchacho, sus manos estaban en los muslos contrarios dando una caricia de arriba abajo en un gesto distraído mientras que, ¿Taekyung? ¿Hyungtae? ¿Cómo demonios era? Como sea, el muchacho tenía ojos pequeños y desorbitados sabiendo que estaba más que drogado. Y es que Jeongguk no fumaba una marihuana suave y mucho menos tranquila.

— ¿Qué sucedió?—Le susurró en el oído a Namjoon mientras la muchacha hacía todo lo posible para tener su atención nuevamente.

—No lo sé. Es lo que me estoy preguntando desde que salieron de adentro del coche.

— ¿Se manosearon?

—No soy de esos, Hoseok. No los espíe, no soy como tú—Estaban murmurando tal vez lo suficientemente alto, pero Jeongguk estaba en el mejor viaje de su vida y nada de lo que pasaba a su alrededor realmente le importaba.

—Debemos de hablar con él.

—Bien.

— ¿Cuándo es tu turno?

—El hijo de perra de Yoongi me anotó hasta el final.

Lo ganó ¿Kilián? ¿Kai? ¿Kaled? Mierda, el cerebro de Taehyung estaba demasiado perdido, sus sentidos más agudizados que nunca y la boca seca, su lengua pesada y pegada en el paladar le estaba molestando.

—Tengo sed—Murmuró cerca del oído del castaño quien se dio vuelta quedando demasiado cerca de su boca y Tae se relamió los labios, ansioso.

— ¿Quieres una cerveza?—Preguntó y el otro asintió. Lo ayudó a bajar del capó y en una bajo murmullo le avisó a Namjoon que irían a comprar algo, el mayor dándole una mirada demasiado obvia a Hoseok. Cuando Jeongguk se desaparecía a mitad de las carreras era porque había encontrado un buen polvo que era capaz de renovarle la energía.

Caminaron juntos mientras trataban de no tropezar con nadie, riendo de algo que habían dicho, pero no habían entendido bien. La risa parecía ser floja como si lo próximo que dijeran los tendría en un ataque de risa en cuestión de segundos. El pequeño quiosco que había en el lugar se ubicaba en un viejo almacén que Yoongi se había encargado de remodelar para que el techo no se les cayera encima a las personas que estuvieran trabajando dentro. Y justo al lado, había otro almacén pegado, pero simplemente tenía dos paredes y un techo volviéndolo oscuro y algo tenebroso.

No supo qué pasó en su cerebro, pero tomó la mano de Jeongguk y lo arrastró con él. El muchacho sorprendido, pero con una sonrisa pícara en su rostro lo siguió sin quejarse.

Y Jeongguk sabía que la reina de las sativas era quien le estaba dando la valentía para lo que iba a hacer, empujó a Tae chocando su espalda con la pared y en un rápido movimiento lo besó.

Jeongguk besó a Taehyung.

Y Taehyung le siguió el beso.

Holis, yo acá. Espero que el capítulo les guste mucho, ya que por mi parte me divertí mucho escribiéndolo.

Kali Mist; se refiere a la reina de las sativas, como se le conoce mayormente ya que es fácil de cultivar, tiene un sabor a cítricos y pega fuerte. El viaje con la Kali Mist es rápido, fuerte y claro, es estimulante y energizante.

Por si quieren, si en algún momento pasa algo con este perfil tengo una cuenta en Inkspired, estoy como g0thgigi (es un cero) y si quieren seguirme, bienvenidxs sean.

Cuídense♡

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