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—¿Qué tal te llevas con tu nuevo vecino, Jae?

Jaehyun estaba haciendo tarea, Ten era un entrometido que llegaba a su apartamento sin ser invitado, aunque a él no le molestaba.

—Pues...no he hablado con él.– respondió Jaehyun.

—¿Aún no? Qué maleducado.– dijo mientras abría la nevera y sacaba una leche, tomaba un vaso y servía leche en el. Jaehyun rodó los ojos, ¿Quién era el maleducado realmente?

—¿Qué quieres que haga? Parece un niño, debe ser menor que yo.

—Pero te atrae, vas a ir preso.– dijo burlándose. Jaehyun volvió a rodar los ojos al escucharlo.

—Ya basta, deja ese tema.

—¿Por qué no le llevas unas galletitas? Estoy seguro de que le encantarán. Oh, qué sorpresa, de camino a tu apartamento compré algunas.– comentó, haciéndose el tonto y dejando una peculiar cajita decorada, con algunas pegatinas de conejo.

—Por favor, va a pensar que lo estoy llamando niño.

—No seas tan gruñón, Jaehyun.– rodó los ojos.– Te estoy ayudando para que lo conquistes y mira cómo me pagas, ¿Sabes? Deberías pagarme con dinero real, ¡Estas galletitas están muy caras para ese niño!

— Yo no te pedí que las trajeras, Chitta.

Ten se fue hacia la terraza, Jaehyun sintió su corazón latir rápidamente, ¿Qué tramaba esta vez?

Miró de reojo, Ten parecía solamente tomar aire, aunque ya sabía que el chico de cabello negro (no sabía su nombre aún) estaría pintando esos cuadros extraños nuevamente, mientras sus pequeños gatitos estarían comiendo y jugando por ahí.

Jaehyun no podía concentrarse, dejó su tarea de una vez y se levantó, tomando sus cosas y guardandolas.

Se apresuró y miró por la ventana, ahí estaba, como supuso.

—Se te va a caer la baba.– Jaehyun rodó los ojos.

—¿Por qué dices eso?– preguntó el de cabello castaño.

—Es obvio que te gusta, fue amor a primera vista. Aún recuerdo ese día, qué vergüenza.– respondió Ten.

—Vergüenza la tuya, ¿cómo se te ocurre caerte por las escaleras?

—¡No fue culpa mía! ¡Fue la tuya por empujarme de esos nervios que tenías al verlo!– reprochó.– Eres un imbécil, Jaehyun, fue aún peor porque estaba con su amigo de cabello picante increíblemente sexi, debe verme como un tonto ahora.

—¿Cabello picante?– finalmente miró a Ten, arqueando una ceja.

—El chico de cabello rojizo, es tan guapo.– unió sus manos mirando hacia el techo recordandolo.

—Qué feos gustos tienes.– Jaehyun se burló.

—¿Quién lo dice? ¿El que le gusta un chico obsesionado con los gatos? Por favor, tiene como 9 gatos en su casa, se va a enfermar.

—No digas tonterías, es tierno.

—Sí claro, estás tan loco como él, Jaehyun.

—No lo llames loco, Ten.

—Eres un imbécil, mejor me voy.

Ten se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la puerta, Jaehyun lo ignoró mientras miraba hacia la ventana, aún observando a ese precioso chico.

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