Ubicación: Casa de Max
Al otro día en la mañana.
Un peli-negro tocaba la puerta repetidamente de la habitación donde dormía su amiga sin respuesta alguna. -¡Ángela! ¡Sal ya tenemos, bueno yo tengo que entrenar!- tocó Max la puerta de la habitación donde dormía su amiga.
De un golpe abre la puerta que no tenía el seguro puesto. -¿Ángela?- habló Max al asomar su cabeza por la puerta. Enorme fue su sorpresa que a ella los gritos no la despertaran.
-No sabía que era contorsionista- habló Liz a través del comunicador al ver a la chica en una posición extraña a través de ellos ojos de Max.
-Yo tampoco... ¿Crees que? No sé ¿Siga teniendo confianza en mí?-
-No lo sé, ella es un poco inestable en cuanto sentimientos se trata según sus registros. A parte ustedes estuvieron años separados y los humanos cambian sus sentimientos hacia otros según pasa el tiempo- esa repuesta le dio una idea a Max
-¡Ya sé qué hacer para!- salió corriendo de la habitación con motivación
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-¿Cómo me quedaron?- sacando una bandeja del horno
-Te diría que "bien" pero está a criterio de un ser más vivo que yo- le respondió la IA
Max deja los que estaba haciendo y sube a la habitación donde está Ángela durmiendo. Ahora están en una posición normal, acostada de lado. Se acercó lentamente a ella.
-Ángela... Ángela Glacia...- le susurró
-¿Qué? ¿Qué quieres?- habló adormilada y con los ojos entre abiertos
-Entrenar- le respondió
-Hazlo tú solo- se dio la espalda
-Conque así es el juego... Okey, juguemos- rodeó la cama quedando frente a unas cortinas cerradas. -¡Ángela mira!-
-¿Qué?- abriendo los ojos
-¡Arriba!- abriendo las cortinas de la habitación dejando entrar la luz del sol
-¡¡Mis ojos!!- rodando en la cama hasta caer. -¡Agh! ¡Te maldigo Maximiliano Colidatar! Ay mis ojitos- frotándose los ojos
-¿Ahora ya no soy Coli?- jugó con ella
-Te voy a dar en la "Coli", ¿Sabes eso verdad? Aquí no están Ai y Evy para evitar que te mate- mirándolo con enojo
-Tu disculpa está abajo- corre fuera del cuarto
-¡Voy por ti!- corriendo tras de él llegando al comedor de la cocina
-¿Te acuerdas de esto?- tomando un panquecito de una bandeja
-Esos son...-
-¿Los panquecito de mamá? Si- le dio una mordida.
Esto hace que Ángela se apene y agache su cabeza.
-Te contuviste los primeros días apenas volví, ¿No es así?-
-Es que quería que vieras que cambie un poco y me contengo mejor en cuanto a comer, y como me comporto con la demás gente- se acercó a la mesa
-Pues conmigo no te contengas, estamos en confianza Ángela... eso espero- la toca en el hombro y la mira a los ojos
-¿Puedo tomar uno?- preguntó mientras se tocaba el antebrazo derecho con la mano contraria. Y un leve rubor en las mejillas.
Él le sonrió. -Claro... si confías en mí tomaras todos los que quieras, ya te conozco. No lo olvides- se va a duchar dejado a Ángela sola con la bandeja de panquecitos. Ella solo ve los panquecitos de reojo.
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Después de unos minutos...
Bajando con la vestimenta completa del elemental. -Ángela ya... ¡Madre mía!-
Ángela solo dejo la envoltura de estos y una bandeja vacía, sin dejar boronas o rastro de ellos.
-Estuvieron deliciosos- le da un beso en la mejilla y sube a su habitación.
Max se toca la mejilla con una sonrisa.-Lo vi todo-
-¡¡Liz!!-
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Ya un rato después los chicos se van trotando a un gimnasio en el centro de la ciudad.
-¡Estoy muerto!- cae al piso del cansancio en la entrada del gimnasio
-No seas llorón y entra- arrastra a Max, jalándolo de la capucha hasta dentro del gimnasio. Y este solo se queja.
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Adentros de encuentran a Dan con su típica sudadera con capucha goleando un saco de boxeo.
-¡Ey Daniel!, ¡Traigo al elemental!- arrastrando a Max hasta a el
-¿Le dijiste de nuevo Glaci? ¿O porque te arrastra?-
-Vamos, no soy tan mala- ve a Max tirado en el piso quejándose. -Okey solo tal vez un poquito-
-¿Qué haces Dan?- se levanta algo cansado
-Boxeo-
-Quiero intentarlo- habla la castaña y se acerca al costal.
-Es demasiado duro para ti-
-Pa*golpe*, Pa*golpe*, ¡Pa!- da un golpe que atraviesa el costal. -Bien ahora tu turno- ve a Max
-Y-yo voy mejor a las pesas- se fue nervioso. Max toma una pesa de veinte kilogramos. -Está algo pesada-
-No seas niña y toma esta- Ángela le enseña una pesa de cien kilogramos.
-No puedo... soy solo un humano-
-Pues- Dan la toma y la levanta con una sola mano. -¿Yo que soy?-
-La muerte- le respondió su prima.
-Y tú una diosa- habló Max.
-Gracias, ten un regalo- le entregas una pesa con la mitad de peso que la anterior.
-Con esta si puedo- la toma con ambas manos y empieza a levantarla
-Ver a este humano débil e inútil me dan ganas de... Ángela, ¿Trajiste el broche?-
-Si- lo saca de su bolsillo
-¿Y si hacemos un combate?-
-¿¡Que!?- se asustó Max, tirando la pesa.
-¡Sí!- gritó emocionada Ángela.
-Hay un terreno baldío muy cerca y está cercado así que nadie podrá verte a ti con tus alas y cabello- señalando a Ángela.
-Ay no- dice Max asustado mientras es arrastrando por Ángela.
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Arrastran a Max hasta el terreno baldío donde había un gran campo de tierra donde podían combatir.
-¡Es perfecto!- gritó Ángela emocionada.
-Tengo miedo-
-No seas llorón, primero iremos Ángela y yo- se va al medio del campo junto a ella. Max se queda sentado en un trono para obsérvalos.
-Bien muertito veamos de qué estás hecho- transformando el broche en arco. Y el cabello igualmente a blanco, pero esta vez sin sus alas.
-Mmm... carne, huesos, cartílagos...-
-No seas imbécil- lanzando una flecha a él y este a duras penas la esquiva agachando.
-¿¡Que te pasa!?- se enojó.
-¡Sangre por las venas!- habló cantando.
-¿Conque así es nuestro juego?- transforma su daga en guadaña con su brillo en el filo.
Dan corre hacia Ángela y trata de dañar sus piernas. Pero ella salta con cada cuchillada del heredero.
-Lento*salta*, lento*salta, lento*salta*- da un salto mortal hacia atrás. -Enserió que eres muy lento- cerrando los ojos y asintiendo con la cabeza de forma burlona.
-Okey, dame lo mejor que tiene- haciéndole señas con la mano.
Ángela lanza una flecha hacia el quitándole el gorro. -¿Decías?-
Dan lanza su guadaña hacia Ángela. Ella la atrapa tomándola del filo como si no fuera nada.
-*tsk* *tsk* *tks*- chasqueo Ángela la lengua. -O ¿Soy muy fuerte? O ¿Tu muy débil? Primito- arroja la guadaña a Dan. Y este la atrapa.
-Creo que tú eres muy fuerte, aparte de que eres una diosa, de momento sé no como hacerte rivalidad directa- le contesta poniéndose la capucha.
A Ángela le gruñe el estómago. -Ay ya me dio hambre, ¿Vamos con Evy y Ai? Esta transformación consume mucha energía- volviendo a la normalidad y observa sus alrededores. -¿Y Max?-
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En ese momento en el gimnasio de antes se encontraba un chico entrenando. Sudando y levantando una pesa de más de la mitad de su propio peso, una y otra vez.
Max tira bruscamente la pesa contra el suelo. -¡¡Ahh!! ¡¡Sigo siendo muy débil!!- se frustró el chico
Cae sentado agotado. -Max, ¿Por qué no activas el Ignis? Te daría más fuerza de la que tienes ahora- le sugirió Liz a través del comunicador.
El chico estaba cabizbajo y se llevó una mano al oído para hablar con la IA. -¿A qué te refieres?... Liz-
-Es el poder de la piedra, no sé porque no puedes sacarlo. Pero, ¿Recuerdas un hormigueo o dolor en tu pecho que hayas tenido con anterioridad antes de conocerme? Por ahí ese es el poder el Ignis. Y el dolor es tu motivación para sacar ese poder oculto-
-¿Dolor?...- se levantó de suelo. ¡Eso es, dolor! ¡Necesito dolor, para activar el Ignis!- gritó motivado
-Hola Coli- llega Ángela de la nada y le hace una llave a Max con su brazo. Tirándolo al suelo. -¿Para que necesitas dolor Coli? No volvamos a lo de antes, recuerda que soy otra-
-Hola... ay- tenía la cara contra el piso.
-Respóndele Colidatar, no la quieres ver con hambre. Suponiendo que no la has visto así, por qué creo que ya lo has hecho- le sugirió Dan agachándose para ver a la cara a Max.
-Mi motivación es el dolor para activar el Ignis y ser fuerte- respondió todavía con la cara contra el suelo.
-Vamos a "Sol yaciente" ¿Nos acompañas? Ya me dio hambre-
-Solo si te quitas de encima- le sonrió su amiga.
-Acabando de comer ¡Entrenaremos! ¿Sí?- sugirió Ángela quitándose enzima de Max.
Los tres fueron a "Sol Yaciente". Que no queda lejos del gimnasio.
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Ya en "Sol Yaciente". Se sentaron en una mesa y Ai los atendió.
-¡Ai ya no me contengo más!-
-¿Pero Coli está aquí?- hace que Ángela se ruborice.
Agacha la cabeza a penada. -Ya sabe... quiero dos docenas de tacos, si- ordenó la castaña.
-¿Para todos?- habló Max y Ángela solo negó con la cabeza. -Yo una ensalada- ordenó Max y Dan lo mismo
Después de unos minutos les traen la orden a los chicos.
-No comas eso no sabemos que le puso la chinita-
-¡Escuche eso Daniel!- gritó Ai desde la recepción.
-¿Cómo me oyó?-
-¡Max! ¡Max! ¡Responde!- hablaba Liz a través del comunicador
-¿Si Liz?-
-Ya hice los cálculos de cuando se abrirá el Mega-portal... será dentro de cinco días a las 2:47am hora local, el lugar sigo sin saberlo pero especuló que será en algún parte del...- se escuchó un silencio en la línea de Max. -Max, ¿Entendiste?, ¿Max?-
Por parte del joven estaba paralizado de miedo con la mirada inerte. Creyó que por lo menos faltaban un par de meses para su preparación. Ahora toda la preparación para salvar el universo se acortó a tan solo cinco días.
-Max... ¿Estás bien?- le hablo Ángela que miraba a su amigo con la pupila dilatada y su piel pálida como su hubiese visto su peor temor. Y no estaba equivocada.
-Cinco días... - se delimitó a decir con el poco aire que podía respirar en ese momento de tensión y miedo para él.
-¿Que tiene que ver eso?- habló Dan.
-En cinco...- Max no podía articular bien las palabras que provenían de su boca. -En cinco días será el Mega-portal-
Ángela empezó a agorase con su comida. -*Cof* *cof* *cof* *Puaf*- tocio Ángela hasta que escupió un hueso. -¡¡Ai, Evy!! ¿¡Que mierda le pusieron a esto!?-
-¡Ángela ese vocabulario!- le reclamó su primo con algo de miedo por la noticia tan repentina.
-¿¡Cómo quieres que me tranquilice!? ¡¡Si estaremos jodidos en cinco malditos días!!-
-¿Que pasó Ángela?, ¿Te sientes bien?- llegó Evy
-¿Por qué estás tan alterada?- le preguntó Ai
-Nada, solo que en cinco días volvemos a clases- mintió con una sonrisa y un tic en el párpado.
-Está bien, si necesitas algo nos llamas- se fueron las chicas
-En cinco días... ¿Y nadie sabes más de esto?- aunque Dan es serio y sarcástico siempre, se podía notar su nerviosísimo.
Max aún estaba impactado y asustado. -No... solo nosotros-
Se miraron entre si y sin importar que no hayan acabado su comida, pagaron la cuenta y regresaron a entrenar. Lo que necesitaban más que nada era entrenar hasta el límite que podían sus cuerpos. Solo ellos tres y nadie más podían evitar ese "fin de la vida como la conocemos".
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Cada segundo que pasaba estaba contra el reloj para ellos. Llegando devuelta al gimnasio no hicieron nada más que entrenar y aunque no hubieran nadie en el gimnasio más que ellos tres. Tomaron rumbos separados dentro de él. Debía perfeccionar su fuerza y controlarla mejor. En cambio Max aunque tenga una fuerza promedio para un chico de su edad no se rendía, lastimándose en el proceso de usar las máquinas de ejercicio.
-¿Estás bien... Max?- le preguntó Ángela a este. Max estaba con la cabeza abajo recargada en una máquina de ejercicio, se podía notar que estaba todo sudado por la humedad en su camiseta.
-Ángela...- habló cabizbajo. -Quiero un combate contigo- la miró con seriedad.
-Pero...- Max la interrumpe.
Se levanta del suelo con fuerza. -¡¡Pero nada Ángela!! ¡¡Yo vi a esas cosas en persona y se de lo que es capaz solo una de ellas!! ¡¡Imagínate a cientos, si no es que miles de Umbras matando en solo este planeta!!- habló alterado.
Ángela lo abraza. -Ya... tranquilo...- le hablo con ternura.
-Yo... yo no puedo Ángela... soy muy débil y este universo depende de mí- con los ojos llorosos hablo y la abrazo con fuerza.
-No solo depende de ti- se separa y lo toma de los hombros. -También de Dan y yo- le limpia las lágrimas y le regalo una sonrisa.
-Gracias- se tranquilizó. -Pero necesito ese combate-
-No combatiere contigo hasta que actives el Ignis como dijiste- golpe su dedo contra el pecho de Max. - A parte, ya se no hizo tarde, hasta Dan ya se fue-
-Está bien, quiero darme prisa antes que anochezca- saliendo junto a Ángela del gimnasio.
Camino hacia su hogar Max decide preguntarle algo a Ángela.
-Ángela... ¿Me podrías hacer un favor?-
-Claro, el que quieras- le sonrió. -¡Espera, no el que quieras!- negó con la cabeza y se ruborizó.
-¿Me puedes acompañar a visitar a mi madre a su trabajo? Después de la noticia del Mega-portal quiero verla lo más rápido posible-
-Está bien... ¿Pero puedes hacer más panquecitos?- lo miró tierna. -Aparte de que te bañes- moviendo su mano para ahuyentar el olor.
-Ajá si tú muy limpia y por supuesto que prepararé más- cae una gota de agua del cielo. -Creo que lloverá- de la nada empieza una lluvia torrencial los toma por sorpresa.
-¡Ay Dios mío, corre Coli! ¡Jajaja!- empieza a correr.
-¡Mira el lado bueno! ¡Ya no huelo feo! ¡Jajaja!- corre junto a ella.
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Después de una divertida carrera bajo la lluvia llegan a la casa, empapados, donde Liz los recibe.
-Ya llegaron- los recibió Liz con una sonrisa.
-¿Tú primero o yo primero?- preguntó Ángela exprimiendo un poco de agua de su camisa.
-¿De ducharse? Tú primero- Ángela se dirige hacia el baño hacia el baño dejando a Max y Liz.
Observa como su amiga empapada sale de la sala con una sonrisa. -Liz... sobre el dolor- cambio su expresión y tono de voz a unos serios.
-Físico y mental, Max- respondió de la misma forma. -¿Sabes? No te quería poner en esta situación a ti o a tus amigos, peor no hay opción-
-Está bien... estabas apagada y aparte ese portal aparecerá antes de lo esperado, ¿No es así?-
-Si necesitas algo más, solo avísame, ¿Si?- se apagó.
-Por supuesto- se va la cocina.
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Después de la cena. Que esta vez Max si preparo suficiente para Ángela se fueron a dormir.
-Buenas noches Ángela- entrando a su habitación.
-Buenas noches Max- haciendo lo mismo.
La noche era tranquila y con las gotas de la lluvia que se habían tranquilizado ya pasado el tiempo hacían que el ambiente se tornara un poco relajarte.
-¡¡Aghgggggh!!- se escuchó un grito que provino de la habitación de Ángela.
-¿¡Que pasó!?- entró Max a la habitación con el cuchillo en su mano en pose de combate.
-¡Un trueno!- dijo asustada.
-¿Un trueno?, ¿Todavía les tienes miedo?- bajando el cuchillo.
-Sí, bueno, no, solo un poquito- jugando con sus dedos avergonzada.
-Bien, ahora vengo- se fue un momento y regreso con una manta y una almohada. -Me quedare contigo- sentándose en un sillón en la habitación.
-No es necesario...- se oye un rayo y Ángela se cubre la cabeza con la sábana.
-Y ahora, ¿Que dices?-
-Está bien... pero te estaré vigilando- dijo bromeando.
-Sí, jeje podrías matarme- en tono gracioso se acomodó en el sillón para dormir.
Los minutos pasaron y Max no dormía de la mejor manera. Acomodándose en mil maneras distintas para poder descansar al punto de que terminó cayéndose al suelo.
-¿No puedes dormir?- dijo Ángela que lo vio en el suelo.
-¡No!- contestó todavía boca abajo.
-¿No quieres dormir conmigo?-
-¿¡Que!?- se levantó en un instante con un sonrojo. -No quiero incomodarte y morir al mismo tiempo-
-Vamos *haciendo espacio en la cama*, ya lo hemos hecho antes y no te he matado- con un leve rubor.
-Está bien, ¿Pero prometes que amanezco en una pieza?- sentándose en la cama
-¡Lo juro!- levantando su mano derecha.
Otra vez estaban en la cama, está vez juntos ambos de cada lado de esta separados. Ángela lentamente se acercaba a Max abrazándolo dormida, con la peculiaridad de que está todavía no controla su fuerza del todo.
Max lentamente despertaba por qué sentía que algo lo abrazaba con fuerza. Se dio cuenta que era Ángela, el problema no era que lo abrazara sino que lo estaba asciendo demasiado fuerte.
-Ángela- tratando de despertarla.
Este estaba boca arriba mientras que Ángela lo abrazaba por el lado izquierdo, haciéndole imposible mover sus brazos.
-Ángela por favor déjame ir- dicho esto sintió como ella apretaba con más fuerza.
-¡No dejaré que me separen de ti de nuevo, Coli!- hablo dormida.
-Que linda... ¡Pero por favor Ángela déjame ir!-
-¡No!- hablo dormida y abrazando con más fuerza.
-Au...xi... lio...- hablo con dificultades por falta de aire.
Se escucha un crujido.
-¡Un rayo!- se despertó Ángela.
-No... fui... yo... - respirando agitado y retorciéndose.
-¿Qué pasó?-
Él rodeo los ojos.
Ángela entendió el punto -Yo lo lamento- dijo apenada
-No sé, debería irme. Creo que ya puedes dormir tú sola-
-¡No! Por favor quédate, prometo no hacerte daño-
El la miro fijamente a los ojos. -Está bien, pero... *acomodándose en la cama* date la vuelta-
Ángela lo miró extrañada pero le hizo caso y le dio la espalda. Max la abrazo de la cintura por la espalda haciendo que se sonroje.
-¿Max?- hablo temerosa
-Es para que no te voltees y me estrangules *le da un beso en la mejilla*- se da cuenta de su acción. -Emm... y-yo lo siento- con un sonrojo
-No, no está bien- también con un leve rubor y nerviosismo en su voz
-¿Enserio?-
-Sí, sí, está bien-
-Okey, buenas noches-
-Buenas noches tú también, (solo tú me haces sentir así)- pensó y cerró sus ojos durmiendo con una sonrisa.
Cinco días antes de que el Mega-portal aparezca y con ello la posible aniquilación de la vida del universo...
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