Era normal para mi vivir en las afueras, tomando en cuenta que Nueva York era una ciudad muy ruidosa y concurrida. Que mi tío viviera aún más alejado que yo, solo hacia las cosas más fáciles para mí.
-¿Cuándo planeas abandonar el cargo sobrina? -preguntó ladeando una sonrisa, sus socios reían y yo solo podía tragarme mi enojo.
-Nunca, tío. No tengo intención alguna de abandonar mi puesto como líder de los Gastrell -contesté y miré mi reloj, solo debía entretenerlo unos segundos más.
-La familia Gastrell necesita un heredero, un verdadero hombre, no una nena que se hace pasar por uno.
-Adoptaré si es necesario, tío. Además, las suposiciones de los demás no son mi problema -dije firme y me levanté de mi asiento, ya era la hora.
-¿Adoptar? Eso nunca había pasado en toda la historia de los Gastrell. Suena como si sintieras afecto por los huérfanos, ¿acaso te sientes como una? -Su comentario hizo que apretara mi mandíbula y cerrará mis puños. Claro que quería golpearlo, molerlo y dejarlo medio muerto, para después lanzarlo al mar y ver como los tiburones se deshacían de él, pero debía mantener la calma; armar un escándalo en su terreno, no era la mejor opción.
-No les quitaré más tiempo. -En ese momento recibí una llamada, no la tomé, no era necesario, era simplemente la señal de que ya debía salir de la casa-. Me retiro por hoy, pero volveré, tío.
Todos los guardias de mi tío me miraban con desprecio, no era nada nuevo, mi tío hacía todo lo que podía por poner hasta la mínima persona en mi contra, le salía bien, no podía negar eso.
Una vez fuera de la casa, mi mano derecha me esperaba. Su mirada me hizo comprender que el plan saldría un éxito.
-Todo listo.
-Perfecto, prepara el auto.
-Si señora.
Mientras esperaba, recibí una llamada de un número desconocido.
Charlie: Charlie -contesté, ya que tenía una vaga idea de quien era.
Abuelo: ¿Te acuerdas de los Moretti? -recibí en respuesta, era la voz del abuelo.
Charlie: Si, son la mafia italiana más poderosa, ¿puedo saber a qué se debe la pregunta?
Abuelo: Seré breve porque sé que no te gustan los rodeos.
En eso tiene razón.
Charlie: Entonces, ¿me dirás de qué se trata?
Abuelo: Sin prisas. Los Moretti tienen un hijo con el cual tu y Oliver mantuvieron una buena relación por varios años.
Charlie: ¿En serio? Eso no lo recuerdo.
Abuelo: Ya me lo sospechaba, pero aun así debo contarte esto. Hace algunos años tu padre y yo aceptamos un acuerdo de matrimonio de parte de los Moretti.
Charlie: ¿Y...?
Abuelo: Debo admitir que en parte fue nuestra culpa, ya que más tarde descubrimos que quien quiso pactar el acuerdo fue el hijo de los Moretti, nos preocupamos por un tiempo, pero es un candidato perfecto para ti.
Charlie: ¿Candidato? ¿De qué estás hablando?
Abuelo: ¿Acaso sigues negada a tener un esposo?
Charlie: Obviamente. Desde un principio dije que adoptaría un niño y lo entrenaría.
Abuelo: Sabes que eso no lo permitirá la Unión.
Charlie: Si tú decides que sí, es posible. ¿No puedes hacerle ese favor a tu única nieta?
Abuelo. No, no puedo, aunque seas mi preciada única nieta, ya que soy el primero que quiere verte casada y con un hijo propio, heredero de la sangre Gastrell.
Charlie: Está bien, lo entiendo.
Abuelo: No, Charlie, aun no me has entendido. Este acuerdo es irrompible, tienes que casarte con él.
Charlie: Lo entiendo, no te estreses. Aunque tengo una duda, ¿por qué me lo dices ahora?
Abuelo: Porque el hijo de los Moretti ha vuelto.
Charlie: ¿Ha vuelto de dónde?
Justo en ese momento se escuchó una explosión y la llamada fue cortada.
-Tienes que estar bromeando -murmuro para mí misma mientras guardo mi teléfono y empiezo a buscar a Liam con la mirada.
-¿Se encuentra bien? -grita Liam mientras se acerca corriendo.
-Si, estoy bien, ¿qué ha pasado?
-Al parecer Jackson activó una de las bombas antes de tiempo, se suponía que la explosión sucediera cuando tuviéramos algo de distancia ganada.
-No importa, avisa por radio a los chicos, yo me iré primero -suspiré mientras subía al auto-. En marcha -le dije al chofer.
-Si señora.
El camino entero sentía mi cabeza palpitar. Todo esto era una locura y supongo que sentirme nerviosa estaba de más. Una vez en casa querría un momento a solas para pensar correctamente sobre lo que acababa de escuchar. Lamentablemente para mí, lo único que obtuve al llegar a mi cama fueron largas horas de sueño.
...
-¡No! -grité al despertar.
Había tenido una pesadilla.
A los pocos segundos, Liam se adentró a la habitación e inspeccionó todo el lugar, luego me miró fijamente y su rostro cambió a uno de compasión, al parecer mi sudor y lágrimas no me daban buena marca.
-¿Se encuentra bien? -preguntó una vez más calmado. En definitiva, se exaltaba más que yo.
-Si, solo fue lo de siempre -contesté sin darle importancia.
-¿Su hermano? -dijo y yo asentí. Miré hacia la ventana y noté que el sol recién estaba saliendo.
-¿Cuántas horas dormí? -cuestioné, Liam se mantuvo en completo silencio-. Responde, no lo preguntaré dos veces.
-Durmió unas trece horas.
-¡¿Trece horas?! ¿Por qué rayos no me despertarte antes?
-Dormía tan pacíficamente, no se me ocurrió despertarle.
-Excusas y más escusas, Liam. Te he dicho mil veces que, si duermo más de 4 horas, debes despertarme.
-Pero... -intentó decir, ya que lo interrumpí antes de que siguiera.
-Pero nada, no vuelvas a cometer un error así. Podré estar enferma, pero no quiero que me trates como una inútil.
-No le trato como una inútil.
-Si, lo haces. Dormir es para quienes no tienen de que ocuparse o preocuparse, por cierto, ¿Qué pasó con las otras bombas?
-Ya tiene demasiado por lo que preocuparse, de vez en cuando debería tomar tiempo para relajarse y descansar. A este paso... -Sabía lo que iba a decir.
Era obvio que moriría en cualquier momento, pero así tuviera que hacerlo arrastrándome, conseguiría mi venganza. No iba a permitir que mi tío se saliera con la suya y que mucho menos me quitara lo que por derecho me pertenecía, la mafia Gastrell.
...
La reciente noticia de mi abuelo me había dejado un poco fuera de mi en los últimos días. No había podido volver a contactar con él y mi paciencia llegaba a su límite.
-Liam, quiero ir a la sede.
-¡¿Qué?! -exclamó casi escupiendo el café que se estaba tomando.
-Necesito hablar con el viejo.
-¿Lo que le dijo la última vez fue tan grave? -Para otros probablemente no era una situación grave, pero para mí sí. Esto determinaba mi futuro y no podía dejarlo pasar como si de cualquier asunto se tratara.
-Algo por el estilo.
-Aun así, no creo que deba aparecerse por allí.
-¿Por qué lo dices? -pregunte incrédula, como si no supiera que ver a la unión es como ir al infierno y volver.
-Sabe que no es como ir al supermercado. Tardaríamos una semana en ir y otra en volver.
-No importa, necesito comunicarme con él.
-Ni siquiera creo que deba salir de la casa por las siguientes semanas.
-Está bien -dije sin darle mucha importancia al asunto, aunque sabía que Liam no quedaría conforme con eso.
Siempre cuidaba de mí y en ocasiones actuaba más como un amigo que como mi mano derecha. Aunque era mucho mayor, siempre buscaba la forma de hacerme reír. Por más que le he dicho que me hable de tu, nunca lo ha intentado, dijo que se sentía más profesional al no abarcar tanta confianza.
-Necesito despejar la mente -dije levantándome de mi asiento y caminando hacia la puerta.
-¿Iras allí? -preguntó justo antes de que saliera.
-No, no iré al sótano, torturar personas no es la única forma en la que despejo la mente -aclaré antes de salir.
Me acerqué al jardín en busca de aire fresco, hasta que escuché que me llamaban.
-¿Tienes tiempo?
-Si, ¿Qué pasa?
-Conseguí la información que me pediste, o al menos una parte -contestó Dylan. Mi chico informático, así le llamaba yo.
-¿Qué pudiste encontrar? -pregunté.
-No mucho. Los Moretti son indudablemente la familia italiana más poderosa e influyente de Europa. Ni siquiera nosotros hemos alcanzado ese nivel allá. -dijo sarcástico.
-Ve al punto -respondí cortante.
-No hay punto. No hay nada acerca del jefe de los Moretti, Solo hay unas pocas noticias sobre sus padres, Beatrice y Lorenzo Moretti.
-¿Absolutamente nada? -pregunté sorprendida.
-Nada de nada -contestó firme.
-¿Nada? -insistí, mientras el negaba con la cabeza-. Bueno, tampoco quisiera que encontraras información falsa, así que dejaremos la investigación hasta aquí. Hablaré con el abuelo a ver que puedo sacarle. Gracias Dylan.
-No te preocupes. Creo que puedo localizar la propiedad en la que se están alojando. Seguiré rastreándolo y enviaré a uno de los chicos a investigar.
-No -dije haciendo una pausa-. No envíes a nadie. No quiero que se entere de que estoy buscando información suya.
-Está bien, como tu digas. -dijo antes de irse.
Dylan era otro que nunca quedaba conforme con mis respuestas, por lo que se me hacía muy fácil deducir que, aunque le dijera que no hiciera algo, lo haría de todos modos. No me preocupaba; al contrario, si lograba sacar información por su cuenta, sin involucrarme, todo saldría de acuerdo al plan.
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