Soy un hombre que siempre obtiene lo que quiere, sobre todo cuando se trata de mujeres. 

Jamás me ha interesado el tener algo mas allá que una noche de "sexo y placer" con alguien. 

No quiero nada de relaciones, nada de compromisos, nada de restricciones, nada que me ate... simplemente quiero ser libre de hacer lo que me plazca. 

Amo que las mujeres caigan ante mi y me busquen desesperada mente, que sean tan estúpidas al pensar que pueden lograr domar a un hombre como yo, cuando el quien las termina domando soy yo. Cuando termino enloqueciendo las y volviéndolas adictas a mi.  Cuando me ruegan porque las toque, porque las haga gritar del placer hasta desgarrar sus gargantas, porque las haga sudar hasta mas no poder y en especial amo ver sus rostros de angustia y desilusión en el momento en el cual les hago saber que no las necesito más y las desecho como costales de basura. 

Es lo que siempre hago, si una mujer ya no me interesa o me sirve, la desecho como si fuese basura, como si jamás hubiese existido. Así es como se basaba mi vida; conocer mujeres, salir con ellas, tener sexo desenfrenado, hacerlas sufrir, nunca interesarme por ninguna si no solo en su cuerpo. Inclusive hubo algunas las cuales creyeron que lograrían tener algo más conmigo, una relación amorosa, que podrían enamorarme... Que ingenuas fueron. 

Con sólo el hecho de escuchar la palabra "Amor y Relación" una sensación de asco me llena. Lo único que me interesa en una mujer es su cuerpo y el placer que este pueda darme. Como lo he dicho antes, jamás he querido algo más que eso, inclusive nunca he durado con una mujer más de dos días. Inmediatamente me aburren y voy en busca de otras. 

Pero... En el momento en que la vi por primera vez, una fuerte e inexplicable atracción creció en mi.

Sobre todo cuando su dulce y exquisito aroma me impregno por completo, desde ese momento ella... se convirtió en una obsesión para mi.