Capítulo 26


Me dirijo hacia donde quedé para hablar con Marcos. Esta vez decidimos vernos en el bar Astro a las afueras. Cuando diviso la entrada del local, no dudo en entrar y ahí está él. Sentado en la mesa de la última vez con la capucha puesta.

-Pareces un atracador- comento nada más llegar.

Me siento frente a él y en ese momento sube la cabeza dejándome sin habla. Una vez más, tiene el rostro lleno de magulladuras y moretones, que sólo pueden ser obra de Los Anteos. Rápidamente vuelve a bajar la cabeza.

-No nos van a dar más tiempo, Alanna. La próxima vez no lo contaré y tú tampoco así que tenemos que pensar con claridad- dice con voz neutral.

-Voy a conseguir el dinero dentro de nada, ¿vale?

- ¿Y de dónde vas a sacar quinientos euros?- dice de lo más borde.

-Tengo mis recursos. Así que despreocúpate porque antes de pasado mañana tendré todo el dinero y saldaremos de una vez de esta deuda.

Él asiente no muy convencido por mi respuesta. Su rostro sigue igual de tenso que antes, incluso más. Su puño se cierra sobre la mesa y sus ojos me atraviesan.

— Está bien. Pero si no lo consigues, estamos muertos. 

 Acto seguido se pone en pie para salir de aquí, sin embargo, él ve algo a mis espaldas que lo hace volver a sentar de nuevo.

- ¿Nico sabe de esto?

Asiento frunciendo el ceño por su cambio de actitud. Ahora parece estar nervioso.

-Pues en ese caso, me voy.

Veo cómo se va y me giro encontrándome a Nico en el establecimiento. Este no parece percatarse mi presencia así que decido ver con quien ha quedado. Él no me había dicho nada de que iba a quedar con alguien y en parte sé que aún me oculta cosas porque sigue comportándose raro. Él se sienta en una mesa y ordena una bebida. Al cabo de un rato resumido en que estuve jugando con el móvil. Un chico llega a su mesa y para mi sorpresa, trata de darle un beso en los labios.

Aunque Nico, con sus majestuosos dotes para hacer la cobra, logra esquivarlo y simplemente le da un ¿amistoso? abrazo. Seguidamente, mira desesperado hacia todos los lados para comprobar que nadie había visto aquello, pero para su desgracia, yo sí lo he visto. Al cabo de unos minutos en los que estuvieron charlando, yo me debatí en una lucha interior. Ya que, una parte de mí me gritaba que me fuera de allí porque aquello era privado y debía esperar a que él tuviera el valor de contármelo. Y la otra me decía que fuera directa a allí a decirle que él también tenía secretos y yo no era la mala de la historia por no contarle sobre Los Anteos. Pero, tras meditarlo mucho, decidí irme sin más.

Cuando llego a mi casa, Casia está en el salón viendo algo en la televisión. Un programa de esos de vestidos de novia que tanto enganchada le tiene. Me siento en el sillón de al lado y ella me mira de reojo. Hasta que finalmente habla.

- ¿Cómo te va la vida?

Suspiro. Pues teniendo en cuenta que tengo que robarles una suma importante de dinero a nuestros padres, Nico me oculta cosas y todavía no he hablado con El Oscuro para él tema de Noel, nada va bien.

-Bien, ¿y a ti?

Ella se encoge de hombros.

-Hay un chico que me gusta mucho. Pero creo que no le gusto y me da miedo contárselo porque podría quedarme en ridículo.

Sonrío. Mi hermana enamorada.

-Las cosas no salen solas si no las intentas. No pierdes nada preguntándoselo al chico, a lo mejor te llevas una sorpresa y es correspondido. Pero si no es así no pasa nada, por lo menos lo intentaste y sabes cuál es la respuesta porque quedarte sabiendo que nunca supiste si era sí o no, es desesperante. Así que díselo sin más.

Casia me sonríe agradecida y toma su teléfono. Por mi parte, decido subir a mi cuarto para seguir con mi lectura del "Club de los poetas muertos". Le escribo a Caleb diciéndole que me encanta el libro y me pierdo en la lectura durante horas.

Cuando cae la noche salgo de casa a hurtadillas para ir al bar nocturno de El Oscuro. Necesito hablar con él para el tema de Noel. Llamo a Nico preguntándole si quiere salir por ahí de paseo y él no duda en venir a buscarme. A veces me pregunto cómo es que saca el curso adelante si siempre está fuera de su casa. Entiendo su situación porque su madre está como está pero ¿cómo consigue aprobar los exámenes y salir por ahí de fiesta al mismo tiempo? Lo admiro.

- ¿Cómo estás?

-Con ganas de fiesta, ¿y tú?- me responde entusiasmado tomando rumbo a Sazón.

Me río y le doy toda la razón. La escena del mediodía todavía ronda por mi mente y creo que ya sé por qué no me lo ha contado. Se avergüenza de ello o aún no lo ha admitido. Hace un tiempo escuché a un chico decir que por fin había "salido del armario" y me entristece saber que Nico todavía no se ha atrevido a hacerlo. Quizás solo necesite un empujón para saber que voy a estar aquí para lo que sea y a lo mejor, saber que es totalmente normal lo que siente.

-Oye Nico, nosotros estamos bien, ¿verdad?

Él me mira extrañado y asiente.

-Pues claro, ¿por qué íbamos a estar mal?

Me encojo de hombros.

- Y sabes que voy a estar aquí para todo, ¿verdad?

-Me estás asustando, ¿qué pasa?

A lo mejor estoy siendo un poco directa, pero quiero que se dé cuenta de que sé lo que me oculta y que quiero que me lo diga a la cara con total orgullo.

-Sólo quiero recordarte que estoy aquí para lo que sea... Puedes confiar en mí porque siempre te voy a apoyar en todo lo que decidas hacer con tu vida.

Lo siguiente que hace me toma por sorpresa, pues de un giro brusco con el volante nos posiciona en el arcén. Lo miro incrédula por su arriesgada maniobra, pero él tiene la mirada pérdida en el frente. Nos rodea la oscuridad y solo puedo ver un poco su rostro con las luces rojas y blancas del cuadro de mandos. Decido encender la luz interior del coche para verlo mejor buscando alguna explicación.

- ¿Lo sabes verdad?

Me dejo caer en el asiento y suelto un largo suspiro.

-Llevaba tiempo sospechándolo... Somos amigos desde hace bastante tiempo y sé cuándo me quieres ocultar algo. Pero hoy te vi con un chico en Astro y...- digo pero me interrumpe desesperado.

-No somos nada.

Asiento por la seriedad con lo que lo ha dicho. Aunque su comportamiento de hoy no diría lo mismo, pero no voy a discutírselo.

-Solo quiero que sepas que sea lo que sea que estés sintiendo es completamente normal y no tienes que avergonzarte de ello.

Imaginar que a Nico le gustan los chicos es difícil de asimilar porque durante toda nuestra relación de amistad le he visto siempre con chicas. En cualquier fiesta o carrera le he visto con alguna chica y es cierto, que no había visto ese brillo en sus ojos hasta esta tarde cuando aquel chico entró por la puerta.

-Puf, esto es más complicado de lo que imaginaba. Llevaba tiempo ensayando cómo explicarte lo que siento pero no había sido capaz de hacerlo porque ni yo era capaz de saber lo que sentía. Pero ahora sí lo sé- comienza a decir. Por primera vez, gira su rostro para mirarme- Soy gay, bueno más bien sería bisexual porque las chicas también son mi punto débil.

Una sonrisa se escapa de mi rostro cuando escucho su confesión. Me emociona que lo haya admitido. Incluso se me cristalizan los ojos pues su alivio consigue traspasar mi armadura. Él me observa petrificado pero finalmente sonríe.

-Joder, esto se siente bien, menudo alivio-admite soltando un largo suspiro.

Me río.

-Nada iba a cambiar, así que no tenías de qué preocuparte. Tú no te quedas flipando si te digo que soy hetero, ¿no?- él niega con la cabeza y se ríe- Pues esto es lo mismo- digo encogiéndome de hombros.

-Creo que siempre me habían gustado los chicos, lo que había reprimido mis sentimientos por todo lo que me rodeaba, ¿sabes? Temí que esa coraza de tipo duro que aparento se fuese al traste por decir quién soy, pero ya no podía ocultarlo por más tiempo.

Pensar que si yo no sé lo hubiese dicho hoy, él todavía no habría sacado valor para decírmelo me entristece. No obstante, me enorgullece saber que ha salido de la oscuridad que le rodeaba.

-No sabes lo orgullosa que estoy de ti- le digo. Él estira su mano y me revuelve el pelo- Ahora puedes opinar conmigo si veo a algún chico guapo, ¿no?

Nico asiente repetidas veces y se ríe.

- ¿Y cuándo piensas presentarme al chico misterioso?

-Eso va a tener que esperar porque nuestra relación es la más explosiva que he visto en toda mi vida- dice comenzando a conducir de nuevo. Nos reincorporamos a la carretera y él presta atención a la conducción- Estamos todo el día en un tira y afloja, pero igualmente me gusta.

Eso explicaría muchas cosas, sobre todo sus "ahora nos vemos" y sus "mejor nos vemos mañana". Esa forma de actuar tan rara cuando lo pillo en fiestas hablando con algún chico. Además de aquella vez cuando fui a buscarlo a nuestro sitio donde me dijo que le habían dado plantón y algo me dice que fue ese chico.

-Claro, tiempo al tiempo. Cuando estés preparado, yo lo estaré- le digo y a pesar de que no me está mirando, lo veo sonreír.

Dicho eso, llegamos a la entrada del bar, juntos nos bajamos del coche. En ese momento, un chico bastante apuesto sale del bar con aires de ebriedad. Instantáneamente Nico y yo nos miramos deslumbrados por su atractivo. Las facciones de su rostro son rompedoras. Seguidamente nos reímos. Por lo que veo tenemos el mismo gusto, me gusta.

Entramos en el bar y logro divisar a El Oscuro hablando con una chica la cual está de espaldas. Como si fuese un halcón, me ve y le dice algo a ella, quien se va con la cabeza gacha. No obstante, logro ver el un lado de su rostro y una oleada de familiaridad me invade. ¿Por qué me sonará tanto esa cara?

- ¿Qué les trae por aquí, chicos?

-Te tengo un recado para ti- digo consiguiendo que me preste toda la atención.

Nico permanece a mi lado mientras trato de buscar las palabras exactas para pedirle que me dé información sin dar muchos detalles sobre mi familia.

-Necesito que busques sobre un tipo que tuvo una aventura con mi madre.

Él asiente frunciendo notablemente el ceño.

- ¿Cómo se llama?

-Aurora García González- respondo recordando los apellidos de mi madre.

El Oscuro lo apunta todo en una servilleta del bar. Sus manos son regordetas y tienes las uñas recomidas con algo de porquería entre ellas. Tras escribir su nombre, me mira.

- ¿Sabes cuándo tuvo la aventura?

-Allá por el 2001- respondo pensativa.

Fue cuando yo nací, así que tuvo que ser ese mismo año porque Noel y yo tenemos la misma edad.

-Bien, ¿y qué quieres que indague?

-Todo lo que puedas saber. Cómo se llama. Si tiene hijos. Dónde vive. A qué se dedica ahora. Qué fue de él tras ese año- digo recordando todo lo que me había dicho Noel aquella noche que le picaba la curiosidad.

- ¿Y cuánto recibo yo a cambio? Porque esto no es fácil de conseguir con tan poca información.

-El cincuenta por cierto de mis ganancias en la próxima carrera.

Nico me mira como si estuviera loca, pero no me lo replica. El Oscuro asiente satisfecho por lo que he dicho y me hace saber que la conseguirá lo más pronto posible. El resto del tiempo que pasamos allí, lo invertimos bailando al ritmo de la música. Cuando la última canción termina, ambos caminamos hacia la barra para pedir algo.

-Tengo la boca seca- le digo a Nico tras pedir las bebidas.

Él me hace saber que le pasa igual y ojea su móvil en silencio. Al cabo de unos minutos, un chico, concretamente el del bar Astro aparece detrás de él. Primero lo mira con cierta felicidad y después a mí.

-Damián, ahora no- le pide Nico por lo bajo, aunque lo escucho.

Así que este es el famoso chico misterioso que le ha robado el corazón al mismísimo Nicolas. Es un chico bastante alto y delgaducho. Tiene el pelo marrón y algo rizado. Desprende pura rebeldía. Sus ojos son marrones y sus pestañas son realmente largas. Es muy atractivo. Para mí sorpresa, este lo ignora y da un paso adelante sin quitarme un ojo de encima. Cuando parece que va hacerle caso a mi amigo e irse, habla en mi dirección.

-No lo voy a ocultar más. Es un placer conocerte por fin- dice primero mirando a Nico y luego a mí. Se acerca a mí para darme dos besos en las mejillas.

Le sonrío. Huele muy bien. Un aro rodea su oreja derecha y un tatuaje bajo la oreja se deja ver, aunque no logro entender que es pues se gira totalmente para encarar a Nico.

-Tenemos que hablar-le dice y él asiente mirando hacia abajo avergonzado.

Según tengo entendido discuten mucho a pesar de que se quieren. Supongo que están peleados y él quiere hablarlo. Damián me vuelve a mirar y no dudo en sonreírle. Quiero conocerle bien y saber qué es lo que conquistó a Nico o más bien que lo hace especial. Al fin y al cabo es la ¿pareja? De mi mejor amigo.

- ¿Quieres una copa?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top