"Visita" porque hoy Armin va a conocer a sus suegros.

Armin y tú llevaban ya un año de relación, y consideraste que sería un buen momento para que el conociera a tus padres. Él estuvo de acuerdo de inmediato; sin embargo, cuando llegó el día y tenía que prepararse para ir, comenzó a sentirse muy nervioso.

Trataste de calmarlo, pero sus ansias le ganaban y de alguna manera seguía imaginándose el peor escenario posible.

Finalmente, Armin logró arreglarse y llegaron frente a tu casa; el miedo lo estaba consumiendo por dentro y no sabía cuánto más podría disimularlo. Cuando estabas por abrir la puerta te interrumpió.

— Espera, ¿estás segura de que ésta ropa está bien? Tal vez debí ponerme algo menos informal; mejor regresemos a mi casa y volvemos otro día.

— Armin, sólo te faltaba venir en traje de gala; tu ropa está perfecta, siempre lo está. — se sonrojó un poco por tu comentario.

— ¿Y si no les caigo bien? ¿Qué si te dicen que termines conmigo o si no te echan de tu casa?

— Eso es imposible que no les agrades; tú eres un amor de persona. Además, prefiero que me echen de mi casa a terminar contigo. — tomaste su mano. — Todo saldrá bien, lo prometo. — le diste un pequeño beso en la mejilla.

Usaste tus llaves para abrir la puerta principal de tu casa; tú, al igual que Armin, dejaron sus zapatos en la entrada y él se quedó a tu lado esperando.... ni él estaba seguro qué, pero se sentía incómodo estar en casa ajena.

— Mamá, papá; ya llegué. — anunciaste. — Traigo a una visita conmigo; es mi novio Armin.

Por supuesto que les habías contado a tus padres que tenías pareja, pero era la primera vez que se veían en persona. Tus padres fueron hacia donde Armin y tú estaban, cada uno teniendo una reacción diferente; en especial lo digo por tu papá que no dejaba de mirar a Armin de pies a cabeza como si sus ojos tuvieran visión de rayos x.

— E-Es un placer conocerlos. — le dijo Armin a los dos adultos.

— ¿Por qué tienes el cabello tan largo? — dijo tu padre. — ¿No crees que es demasiado para un muchacho de tu edad?

— L-Lo siento, lo cortaré. — respondió con nerviosismo.

— No molestes al pobre chico; — dijo tu mamá. — déjalo que lleve el cabello como quiera. — se dirigió a Armin. — No tienes que cortarlo si no quieres.

— Gracias... — expresó aliviado.

— Mejor pasen y siéntense en la mesa; — sugirió tu madre. — estábamos por servir el almuerzo.

— ¿Quiere que le ayude? —le ofreció Armin.

— Es muy amable de tu parte, pero no; jamás le pediría a un invitado eso.

— No me molesta, en serio.

— Insisto, vayan los tres a sentarse.

Fueron hasta la mesa y se sentaron; por razones obvias, Armin se había quedado a tu lado. Tú tenías en frente a tu papá, pero aún así no dejaba de fulminar a Armin con la mirada; el pobrecito no sabía cómo disimular sus nervios.

En realidad tú papá no quería juzgar a Armin nada más con verlo; la cosa era te protegía demasiado y le era difícil asimilar que ya habías crecido lo suficiente como para tener pareja. Quería lo mejor para ti y por eso trataba de descifrar qué tipo de persona era Armin.

Tú mamá llegó con la comida y la puso en la mesa; se sentó en el asiento que quedaba libre, es decir, en frente de Armin. Él aún estaba un poco nervioso; tenía miedo de llegar a arruinar todo aunque hasta ahora todo había salido bien.

— Entonces, dinos Armin; — empezó a hablar tu papá. — Háblanos de ti, ¿cómo te va en la escuela?

— Bastante bien; — respondió. — aunque a veces es algo cansado.

— No seas modesto, Armin. — le dijiste. — Él tiene uno de los mejores promedios de la escuela.

— Eso es maravilloso; — dijo tu mamá. — ¿y qué cosas haces en tu tiempo libre?

— Casi siempre paso mi tiempo leyendo en casa; también suelo salir a algún lado con mis dos amigos o con _______. La mayoría de las veces vamos a comer a algún lugar tranquilo; no me gustan los lugares donde hay mucha gente o ruido.

— ¿Y qué cosas te gustan hacer? — volvió a preguntar tu mamá.

— Me encanta ir a la playa; hay muy pocas cosas que disfrute más que pasar mi tiempo en el océano. Excepto pasar tiempo con ______. — te sonrojaste por su comentario.

— Awwwww, Armin. — le sonreíste; estabas algo incómoda ya que tus padres los observaban pero no te importó mucho.

Terminaron de comer luego de hablar un rato más; Armin a tu mamá le parecía una persona maravillosa, y tu papá al parecer había comenzado a suavizarse con él.

— Déjeme ayudarle con los platos. — le dijo Armin a tu mamá.

— Te digo que no es necesario; tú eres un invitado.

— Es lo menos que puedo hacer luego de que fueran tan amables conmigo; no quiero aprovecharme de su hospitalidad. — empezó a recoger las cosas de la mesa junto a tu mamá.

— Muchas gracias, eres muy servicial. — ambos fueron a la cocina dejándote sola con tu papá.

— ¿Qué te pareció? — le preguntaste.

— Parece buena persona; me alegra que te hayas conseguido a alguien como él.

— ¿Aún quieres que se corte el cabello?

— Lo siento por eso; tú mamá tenía razón. Debí dejar al chico ser en vez de ponerme así; después de todo si han estado saliendo por un año es por algo. Sé que ese chico no te dejará sola ni hará daño; al menos logró ganarse mi confianza.

Al final todo salió bastante bien; incluso invitaron a Armin a pasar por tu casa algún otro día.

En otras palabras, tus padres amaron a Armin.

Hola, ¿cómo están? Yo estoy bastante bien.

Probablemente no se dieron cuenta, pero ya casi llegamos a las 50 partes del libro. Con la cantidad de pedidos que me hicieron tal vez me salgan más, pero terminaré el libro cuando ya haya hecho todos los pedidos.

Por cierto, ¿tienen alguna idea para hacer el especial?

Cuídense y tomen mucha agua.