Especial 4k

Agarren unas papas y pónganse cómodos, porque esto va para largo.

( hay escenarios evidentemente más largos que otros)

Armin reacciona a...

________ ganándole al jugar UNO

AU Moderno

Como ya era costumbre para ti, estabas en casa de Armin pasando un rato con él. Ahora que eran pareja era normal para ustedes ir a visitarse el uno al otro, y les encantaba pasar tiempo juntos, así que tampoco les molestaba si llegaban de imprevisto.

De entre tantas cosas que hacían, esta vez decidieron jugar UNO para pasar el rato, y la cosa estaba yendo muy bien para ti, solo te quedaban tres cartas y a Armin aún le quedaban nueve. Él comenzó a ponerse nervioso al no saber qué hacer, pero decidió hacer su jugada.

— ¡Toma esto! — te dijo a la vez que te lanzaba un +4

— Lo siento Armin, pero no me dejas otra opción. — le lanzaste otro +4 y sus ojos se agrandaron.

A regañadientes tomó las cuatro cartas, quedándose ahora con doce, y ahora tenían que saltarse el turno de Armin automáticamente. Tú aprovechaste tu turno y lanzaste una carta roja para volver a saltarte el turno de Armin.

— Uno. — anunciaste y acto seguido pusiste la última carta que te quedaba, un 7 rojo.

— ¡¿Qué?! Espera, ¡eso no es justo!

— Sí lo es, gané con todas las de la ley.

— Tardaste mucho en decir "uno. "
— Por favor, lo dije apenas me quedó una carta, lo que pasa es que tú eres un mal perdedor.

— ¡No soy un mal perdedor! Es que.... según las reglas oficiales del uno no puedes poner un +4 encima de otro para que la otra persona tome más cartas.

— ¿De dónde sacas eso? Te estás inventando cosas.

— ¡Es cierto! Lo leí en el la cuenta de Twitter oficial de UNO.

— Ni modo, ya lo hice y ya gané. Además esa es una técnica ancestral pasada durante generaciones, no puedes pedirme de deje de usarla así nada más.

— Entonces no te hablaré. — volteó su cabeza mientras hacía un puchero.

— No exageres, es solo un juego.

— No escucho nada, solo el sonido de la traición.

— Por favor no puedes ignorarme durante todo el día. — no respondió. — Eres muy maduro como para hacer esto.

Adivinen quién pasó el resto del día siendo ignorada.

_______ durante la conversación con Mikasa y Eren.

— Hablemos tranquilamente, solucionar los problemas de Eldia no requiere un conflicto.

Eso dijo Eren, sin embargo el hecho de que tuviera cortada la mano y los haya hecho sentarse con las manos en la mesa era en sí una amenaza. Te mantenías al lado de Armin, observando todo con cuidado, no conocías a Eren desde hace tanto como ellos, pero eso no impedía saber que ese comportamiento no era normal.

— Hange y los demás están bien, — continuó hablando. — solo los trasladamos.

— Eren, nosotros también queríamos hablar contigo. — le dijo Armin. — ¿Por qué planteaste el asalto a Marley sin consultárselo a nadie? ¿De verdad te convencieron Zeke y Yelena?

— Yo soy libre. Haga lo que haga, elija lo que elija, todas son decisiones tomadas por mi voluntad libre.

— ¿Lo que hiciste tras ver a Yelena era tu voluntad? — le preguntó Armin.

Lucía incrédulo, y la verdad es que ni tú misma podías creerte que esa fuera la voluntad de Eren, después de haber convivido con él tanto tiempo, ¿eso era realmente lo que quería?

— Sí.

— No, te están manipulando. — agregó Mikasa, no podías ni imaginar lo difícil que esa situación estaba siendo especialmente para ella. — Aunque fueran enemigos, tú no sacrificarías a niños e inocentes. Y tú nos querías y valorabas más que nadie. — Eren permaneció en silencio. — ¿no es así? Me salvaste en aquella cabaña, — se levantó y tomó su bufanda. —¡me diste esta bufanda porque eres buena persona!

— Las manos sobre la mesa. — Mikasa se volvió a sentar. — En Liberio tuve una conversación con Zeke, solo entre hermanos. Zeke tiene más información sobre los titanes que Marley. Armin, sigues visitando a Annie ¿verdad?

Lo miraste, ya sabías que él visitaba a Annie y aunque era un poco difícil para ti aceptarlo sin sentirte celosa tampoco querías molestar a Armin con tus problemas que para él podrían lucir tontos.

— ¿Lo haces por voluntad propia? — le preguntó Eren. — porque a como yo lo veo, no te das cuenta de lo que sucede a tu alrededor al hacerlo. — ahora dirigió su mirada hacia ti. — Incluso tu novia lo sabe.

— ¿Qué...?

— Si los recuerdos forjan a las personas, parte de ti está hecha de Bertholdt, de un soldado enemigo enamorado de una soldado enemiga. Armin, Bertholdt corrompió tu cerebro, es a ti a quien manipula el enemigo.

— ¡Eren!

— Tú igual, Mikasa. La familia Ackerman se formó para proteger al rey de Eldia, aquel día, obedeciste mi orden en una situación de vida o muerte, "pelea." Tus instintos despertaron en ese instante ¿no? Por pura casualidad me convertí en el amo al que debías proteger.

— Te equivocas.

— ¿Me equivoco? ¿En qué?

— No fue casualidad, me hice fuerte porque eras tú Eren. Como eras tú-

— Por lo visto, los Ackerman solían sufrir dolores de cabeza repentinos, sucedía cuando se rebelaban contra las órdenes de sus amos. ¿Te suena de algo?

— No.

— En resumen....

— No. Yo...

— Eres de una familia que perdió su ego para seguir órdenes. Eres una esclava.

— ¡Basta, Eren! — le gritó Armin.

— ¿Sabes qué es lo que más odio en este mundo? La gente sin libertad, o los que son ganado.

— ¡Eren!

La situación parecía empezar a salirse de control, entraste en pánico rezando por que no ocurriera lo peor. Pero al mismo tiempo estabas furiosa por las palabras de Eren, Mikasa siempre estuvo a su lado y ahora él la estaba apartando e hiriendo con sus acciones.

— Cada vez que la miraba me daban náuseas, y por fin sé por qué. No soportaba ver a una esclava que sólo obedecía órdenes, desde que éramos unos niños....

— ¡Eren, déjalo ya! — le exigiste, pero te ignoró por completo.

— Siempre te he odiado, Mikasa.

Observaste de reojo como Mikasa empezó a llorar, te rompía el corazón verla de esa manera, ella era tan buena.... no se lo merecía.

— ¡¿Cómo puedes hablarle a Mikasa de esa manera?! — Armin trató de lanzarse a golpear a Eren, pero Mikasa lo detuvo sometiéndolo sobre la mesa. — ¿Mikasa? — incluso ella parecía sorprendida por lo que acababa de hacer, se podía ver en su mirada.

— ¡Armin! Mikasa, suéltalo por favor. — le pediste

— Viviste reaccionando a tu sangre Ackerman.

— No.... — liberó a su amigo de su agarre.

— Es todo cuanto tienes. — de nuevo, ella comenzó a llorar.

Al estar libre, ya nada detuvo a Armin de golpear a Eren en la cara, iniciando una pelea entre ambos; y a pesar de todo su esfuerzo, Eren logró darle una paliza al rubio, lanzándolo contra una vitrina. Tratase de interferir, pero Mikasa te detuvo tomándote del brazo.

— Mejor.... quédate aquí.

— ¡Pero...!

— Saldrás herida.

— Oye, Armin. — le dijo Eren mientras él se levantaba. — ¿Sabes por qué nunca nos hemos peleado? — Armin trató de golpearlo otra vez, pero él lo esquivó fácilmente y le lanzó otro golpe en su lugar. — ¿Sabes por qué? — siguió golpeándolo. — ¡Porque no eres rival para mí!

— Basta... — Mikasa te soltó. — Para, por favor.

No lo pensaste dos veces y le asestaste un puñetazo en la cara a Eren, luego aprovechaste el segundo en el que quedó aturdido por el golpe y le lanzaste un rodillazo en el estómago. Ni tú te creías lo que habías hecho, pero no ibas a dejar que siguiera lastimando a Armin.

— ¡_______! — te gritó el antes mencionado. Apenas tenía fuerzas pero te arrastró hacia él. — No te hubieras metido, pudiste lastimarte.

— No podía quedarme viendo como te golpeaba. ¿Estás bien? ¿Te duele mucho? — lo levantaste un poco para revisar su cara.

— Yo estaré bien pero-

— Maldita... — te habló Eren. — Tú no te entrometas, nadie te quiere aquí.

— Ah mira, hoy ando muy preguntona.

— Está bien, ya veo que no has cambiado nada. — te dijo. — Sigues siendo el perro guardián de Armin.

— ¡¿Tienes algún problema con eso?! ¡Yo hago lo que quiero! ¡Te voy a mostrar lo que hace un perro guardián!

Ibas a golpearlo otra vez, pero antes de que pudieras levantarte a atacarlo Armin te abrazó por detrás para detenerte.

— _______, ya basta. No le hagas caso, no vale la pena.

— Como dije al principio, — siguió Eren. — si nos dicen dónde está Zeke no será necesario pelear. Así que síganme, llévenselos. — ordenó.

Su reencuentro con _______ luego de Eren la obligara a ir con él a Marley.

No estabas segura de cuánto tiempo había pasado, pero estabas desesperada por que todo terminara. Eren te obligó a ir con él a Marley, e incluso lo expresó en las cartas que envió a la legión de reconocimiento, así que de alguna manera te sentías como secuestrada.

Por suerte para ti, todo había llegado a su final. Luego del ataque de Eren a Liberio, los otros miembros de la legión lograron sacarte de toda la masacre sana y salva, tú única preocupación en ese momento era el gran deseo que tenías de ver a Armin otra vez. Eren ya había subido al dirigible y quedó bajo arresto por, entre tantas cosas, haberla tomado como rehén. Armin se acercó de nuevo a la entrada del dirigible para ayudar a subir a la última persona y te vió.

— _______.... — te sonrío y te ofreció la mano para subir, cosa que tú aceptaste. Una vez estando dentro te abrazó con fuerza, dejando salir un par de lágrimas, y por supuesto que tú no te quedabas atrás. — Ya está bien, todo está bien. — te consoló mientras acariciaba tu cabeza y te dejaba llorar en su hombro. — Estoy aquí contigo.

— Te extrañé mucho...

— Yo también te extrañé, él no te hizo daño ¿verdad?

— No, estoy bien.

— ¿Cómo te sientes? ¿Necesitas algo? Tal vez deberías descansar.... sí, debes estar cansada.

— No creo que sea buena idea estando en el dirigible.

— Entonces trata de calmarte hasta que regresemos y puedas dormir apropiadamente, seguro que no has podido hacerlo. Respira profundo. — obedeciste.

— Gracias, ya me siento mejor. — se acercó para besarte dulcemente.

— Me alegro te prometo que no dejaré que vuelva a pasarte algo así.

Al final Armin pasó pendiente de ti durante todo el camino de regreso, si te dejaba sola era por poco tiempo y trataba de consolarte lo más que podía, dándote cariño o diciéndote cosas bonitas para subirte el ánimo luego de esa experiencia tan amarga.

_________ titán revelando su identidad.

— Eren, ¿podemos hablar un momento? — le preguntó Reiner.

— ¿Qué pasa?

Reiner, Bertholdt y tú se quedaron a hablar algo con Eren, haciendo que Mikasa se detuviera en seco al ver que que se quedó atrás.

— Hace cinco años destruimos la muralla y atacamos a la humanidad. Yo soy el titán acorazado, él es el titán colosal y ella... pues no participó en el ataque de hace cinco años, pero es el titán alado.

— ¿Qué locuras dices, Reiner? — intervino Bertholdt, tomándolo del brazo.

— Nuestro objetivo era hacer que la humanidad desapareciera por completo. — se safó del agarre de su amigo, — pero ya no será necesario. Eren, si vienes con nosotros ya no tendremos que destruir la muralla. ¿Lo entiendes?

— Espera, espera. No estoy entendiendo nada.

— Te estoy pidiendo que vengas con nosotros. Sé que es repentino, pero ha de ser ahora.

— ¿Ahora? ¿A dónde iremos?

— No puedo decírtelo, pero es nuestro hogar. ¿Qué me dices Eren? No es un mal trato, evitarás la crisis inminente.

— No sé....

— ¡Nos vamos, chicos! — la voz de Armin te alteró. No querías que fuera a ocurrir lo peor, sabías que ibas a lastimarlo y no querías eso. Él se quedó parado y confundido por la actitud de los cuatro.

— Estás cansado, ¿verdad Bertholdt? — dijo Eren, aunque más bien parecía tratar de convencerse a sí mismo. — Después de lo que pasaron es normal estar confundido.

— Claro, Reiner está cansado.

Te sentías nerviosa, las cosas se estaban saliendo de control y Reiner no pensaba con claridad. Te arrepentías del momento en el tu destino se decidió por el lugar en el que naciste, si no hubieras nacido en Liberio tus padres no te hubieran obligado a convertirte en guerrera, no hubieras tenido que pasar por todo esto, ni tampoco te hubieras enamorado de Armin.

Solo pensar en que lo estabas traicionando te rompía el corazón, pero no querías hacerlo y eso te llevó a discutir con Reiner y Bertholdt cuando se enteraron que tú, a diferencia de ellos, querías quedarte en la isla Paradise y estar con Armin. Te gritaron que no podías, estarías cometiendo traición al ejército de Marley y eso terminaría en algo peor.

Sentiste por un momento que todo era tu culpa, si no hubieras bajado la guardia tal vez Annie seguiría con ustedes, tal vez debieron capturarte a ti en ese momento porque si ella estuviera ahí todo sería más fácil. Ella siempre tiene la cabeza fría y piensa racionalmente, ella sabría que hacer, ella siempre sabía que hacer porque ella era mucho mejor que tú.

— Para empezar, si eres el titán acorazado que mató a tanta gente, ¿por qué ibas a proponerme eso? — cuestionó Eren. — ¿Cómo voy a aceptar una locura así?

— Claro, tienes razón. ¿En qué estoy pensando? ¿Me volví loco de verdad?

— Vamos. — cuando Eren empezó a caminar, el viento empezó a soplar demasiado fuerte y tiró una bandera roja cercana, llamando la atención de todos.

Tenías miedo, no de que te descubrieran, era miedo a lo que pensaría Armin de ti, miedo a que te odiara, miedo a que no quisiera volver a verte. Todo causado por una misión a la que nunca quisiste ir para regresar a un lugar que nunca consideraste un hogar y satisfacer a las personas que nunca consideraste tus padres. Querías escapar de todo y pedirle perdón, decirle que jamás quisiste hacerlo y que no te importaba pasar el resto de tu vida encerrada en una prisión con tal de recuperar su confianza, querías decirle que lo amabas y que tu vida no era nada sin él, querías que él sintiera lo mismo, querías vivir una vida normal sin tener que preocuparte por cosas como estas.

Todos se quedaron estáticos, la tensión hacía que el aire se sintiera pesado y Mikasa tenía la mano sujetando una de sus cuchillas lista para lanzarse al ataque.

— Claro. Seguro que.... seguro que es porque pasé mucho tiempo aquí, pasé tres años rodeado de idiotas, me dejé llevar al igual que ________. Éramos niños que no sabíamos nada, si nunca hubiéramos descubierto a esa yo.... no me habría convertido en el infeliz que soy ahora. Ya no sé qué es lo correcto, — se quitó el vendaje del brazo. — pero lo que debo hacer es responzabilizarme de mis acciones y decisiones. — su herida comenzó a sanar y a echar vapor. — Responzabilizarme como guerrero que soy.

— Reiner, ¿lo hacemos ahora?

— Sí, ¡lo decidiremos todo ahora!

Mientras Reiner se acercaba a Eren tú miraste en dirección a Armin, sus ojos te decían "dime que no es cierto" lucía triste y decepcionado. A pesar de que llegó a sospecharlo y de que todas las pruebas apuntaban a que era verdad, él no quería aceptar ese hecho, porque él también te amaba, y ser traicionado por la persona que más llegó a amar le destrozó el corazón. Reiner y Bertholdt le daban igual, ¿cómo podías ser tú la traidora que estaban buscando? ¿Por qué? ¿Toda tu amabilidad acaso había sido una mentira? Claro, que tonto fue al pensar lo contrario, todo lo que pensó que ocurría entre ambos fue una cruel ilusión del destino.

Lloraste, pidiéndole perdón con la mirada, te sentías la peor escoria del mundo por hacerle daño a un chico tan puro como Armin, él no se merecía nada de lo que estaba pasando.

Mikasa apareció en defensa de Eren, y en un segundo los hirió a los tres. Te quedaste un momento sentada en el suelo llorando, tú si te merecías todo lo que había pasado, era el karma dándote una patada en el estómago.

— ¡Eren, corre! — la azabache estuvo por cortar a Bertholdt con sus cuchillas de no ser porque Reiner la empujó fuera de la muralla.

— ¡Bertholdt! ¡_______, tú también! — ambos estaban a punto de transformarse.

— ¡No me jodas, no voy a ir! — trataste de correr hacia Armin, pero te detuvieron tomándote de ambos brazos.

— ¡Ya lo habíamos hablado! — gritó Bertholdt. — ¡Tienes que volver a casa con nosotros!

Armin estaba corriendo hacia ustedes, con lágrimas en los ojos y el corazón roto en mil pedazos.

— ¡Corre, Eren!

Iba a salir herido si se acercaba más, así que tomaste una decisión, si de todas maneras Armin iba a odiarte y no tenía sentido tratar de salvarlo, entonces harías exactamente eso sin importar lo demás, usarías todas tus fuerzas para protegerlo aunque te odie después.

— Ya estoy en casa.

Y dicho esto, te transformaste en el titán alado. Realmente no era la gran cosa, es justo lo que se espera, un titán de unos 18 metros con apariencia femenina y grandes alas blancas en su espalda, igual a un pájaro.

Apenas estaba comenzando.

_________ sintiéndose celosa de un ✨cristal✨

— ¡Oye! No puedes tocar a esa muchacha, señor.

— ¡N-No es lo que crees, Hitch! Los recuerdos de los titanes se activan por contacto físico, podría conseguir información importante. ¡No estaba pensando en nada obsceno! ¡Y yo tengo pareja! _______ está justo aquí. — frunciste el ceño.

— Bueno, eres un chico después de todo. — siguió Hitch. — Es normal que te interese la información de Annie.

— ¡Lo siento! ¿Está bien? Pero no me prohíbas venir aquí.

— No lo haré, Annie de seguro se aburrirá si sólo habla conmigo. — volteó su mirada hacia Annie. — Rayos, todo lo que haces es dormir y aún así eres tan popular.

Rodaste los ojos harta de la situación, para luego retirarte del lugar. A pesar de lucir enojada, la verdad es que estabas bastante desanimada y triste, aunque pensabas que era bastante ridículo sentirte así. No te gustaba ser tan celosa, especialmente tratándose de una chica encerrada en un cristal, pero era imposible negar que Armin había cambiado mucho después de heredar los recuerdos de Bertholdt. Obviamente eras consciente de que no se heredan sentimientos, y por ende ese pequeño hecho no quería decir que Armin necesariamente estaba enamorado de Annie, pero aún existía esa sensación de inseguridad que te atormentaba durante las noches.

¿Y si Armin se había aburrido de ti? Tal vez en algún momento tuvo interés por Annie pero nunca le prestó mucha atención hasta ahora que conoce más sobre su pasado. Y debías admitir que Annie era una chica con muchos atributos, no sólo físicos, ella también tenía una inteligencia y fuerza increíbles. Él la visitaba bastante seguido, a veces ni siquiera tenías tiempo para estar junto a él, lo sentías distante y eso te dolía. Sabías que él te quería mucho, pero tenías miedo de que realmente fuera a abandonarte, después de todo lo que pasó en estos 4 años no querías perder a nadie más. Decidiste salir a tomar aire fresco a un lugar cercano para despejar tu mente.

Al ver que te habías retirado, Armin quedó bastante confundido, al parecer no había entendido nada. No es que no te prestara atención, pero a veces estaba tan centrado en otras cosas que no se tomaba el tiempo suficiente para descifrar tus acciones, de no ser por eso se habría dado cuenta de que estabas celosa hace siglos.

— Tal vez deberías ir tras ella, — le sugirió Hitch. — parece molesta.

— ¿Molesta?

— Tú no entiendes indirectas ¿verdad? Bueno, no es mi deber meterme en las relaciones de los demás, pero si no la cuidas podrías perderla.

— ¿De qué hablas? No estoy entendiendo nada.

— Que te vayas tras ella, dios mío, que Annie no se irá a ningún lado si la dejas aquí un rato y pasas tiempo con, tú sabes, la persona que de hecho es tu novia.

Algo hizo 'click' en el cerebro de Armin, ahora ya tenía una sospecha de lo que estaba pasando y por un momento se sintió tonto por no haberse dado cuenta antes.

— Gracias, Hitch. — salió corriendo del lugar.

Armin te encontró afuera sentada en una banca, así que se acercó a ti para poder hablar las cosas y averiguar qué estaba pasando contigo.

— ¿_______? — te llamó.

— Ah, hola. ¿No estabas viendo a Annie?

— Sí, pero te fuiste de repente y me preocupé, ¿estás bien?

— No es nada, no te preocupes.

— ¿Segura? — se sentó junto a ti. — te he notado algo rara, te conozco y sé que algo te está molestando.

— Estoy bien.

— ¿Acaso estás.... celosa de Annie?

— No.... — tratase de disimular lo nerviosa que estabas por haber sido descubierta.

— Es eso, ¿verdad? Estás celosa, pero no tienes por qué estarlo.

— Bueno, quizás estoy un poco celosa.

— ¿Ves? No costaba nada admitirlo, no tienes que estar celosa, Annie es sólo una compañera. La quiero, pero no de esa forma.

— No puedes culparme por sentirme así, te la pasas todo el tiempo visitándola. Y tampoco puedes esperar que con un "es sólo una compañera" todo se resuelva y deje de sentirme miserable.

— En eso tienes razón, pero te lo aseguro, no tengo sentimientos románticos por Annie.

— ¿Por qué te importa tanto visitarla entonces? Siempre te aseguras de hacerlo.

— Es sólo que quiero verla.

— ¿Para qué? Porque si en serio no sientes nada por ella se me imposible pensar en otra razón para visitarla tanto, en especial si Hitch te molesta tanto con eso.

— Bueno, pero Hitch en ese momento no sabía que tú y yo somos pareja, no la puedes culpar. Además, no pensaste en que tal vez sólo quiero ver a Annie porque sí.

— ¿Qué quieres decir con eso?

— Compartimos juntos tres años, la consideré una compañera, y ahora que heredé los recuerdos de Bertholdt le tengo aprecio como amiga. Pensé que era normal querer verla, aunque a veces me da algo de vergüenza admitirlo.

— Es exactamente eso Armin, has cambiado mucho desde lo de Bertholdt, y ahora que sabes más sobre Annie le has estado presentando mucha atención.

— ¿Sabes? Creo que ya entiendo lo que sucede, no son simples celos. Tienes miedo de que mis sentimientos por ti hayan cambiado. — te quedaste en silencio. — Pero hay varias cosas que no consideraste.

— ¿Cómo qué?

— Bertholdt no sabía mucho más que yo sobre Annie, quiero decir, él no era la persona más importante en su vida. Además ¿en serio crees que Annie le daría una oportunidad a quien sea? Sinceramente no creo que sea el tipo de persona interesada en estar en una relación, es una persona muy centrada en lo que quiere lograr. Incluso después de alcanzar sus propios objetivos, no me la imagino enamorándose de alguien, jamás la visto interesarse por una vida que no sea la suya.

— ¿Qué hay ese día cuando apareció como la titán hembra en una de las expediciones de la legión? Tuvo la oportunidad de matarte y no lo hizo.

— Yo también pensé mucho en eso, pero pensé en que Annie también tiene sentimientos. Culpa, por ejemplo, incluso si no le interesa la vida de los demás matar a alguien que ella conoce y con quien convivió tres años podría ser demasiado para ella. ¿Te diste cuenta de que mató sólo a personas que ella no conocía?

— Bueno pero.... es que Annie es una increíble persona. No puedo evitar sentirme celosa si ella es tan perfecta en todos los sentidos. O sea, ella es hermosa e inteligente y fuerte.... y... y es todo lo que yo no soy.

— Si lo piensas de esa manera, entonces tú eres todo lo que ella no es. Ambas tienen virtudes y, vamos, Annie es un ser humano, también tiene defectos.

— Aún así...

— Tú también eres maravillosa, sobreviviste hasta ahora, ¿no demuestra eso lo fuerte que eres? Encerrada en cristal ¿quién no sobreviviría? Tú luchaste por tu vida todo este tiempo.

— No creo que sea así.

— Lo es, pero tienes razón en que estuve prestándole mucha atención a ella. Tú eres mi novia y debí pasar tiempo contigo y preocuparme más por cómo te sentías, fui egoísta y lo siento mucho, en serio. — te abrazó. —No quiere decir que dejaré de visitar a Annie, pero te prometo que desde ahora me aseguraré de hacerte saber lo mucho que te amo y lo importante que eres para mí todos los días. No dejaré que vuelvas a pensar mal de ti ni que te sientas sola o abandonada.

— Gracias.... — se acercó a tu cara para unir sus labios en un beso.

— ¿Te sientes mejor?

— Sí, ya estoy bien. — te volvió a besar.

— Te amo y mucho, nunca lo olvides por favor.

Ustedes no tienen idea de todo lo que me pasó, llegaron personas a mudarse junto a nosotros (porque aquí donde estamos son dos cuartos separados por una pared y pues ya alguien llegó a ocupar el otro cuarto), me quedé sin internet, me saturaron de tareas, me quedé sin luz, hice todas mis tareas en dos días, y ayer me volví a quedar sin internet, pero ya estoy de vuelta.

Espero que a los que me pidieron los escenarios (que fueron como dos personas) les haya gustado y haya sido lo que esperaban.

Al chile me la rifé con el escenario de rayita titán, siento que es el mejor que he hecho y hasta daba para más jsahajsja mood:

No sé por qué paso como dos semanas en pura depresión y luego paso otra semana con el autoestima en el cielo sintiéndome la reina del mundo.

Por otra parte, tengo una infección en mi ojo. Me pasa muy seguido, pero ésta vez me ha durado mucho y mi mamá se empezó a preocupar. Ella no es doctora, pero dijo que ese tipo de infecciones dependiendo de la gravedad podrían incluso requerir una cirugía y me quería llevar con un doctor, tengo miedo-

Tómenlo como su dato curioso de la autora del día: Le tengo mucha fobia a los doctores y los hospitales, la sola idea de ir me hace temblar de miedo, literalmente.

Pronto actualizaré los otros dos libros que dejé un poco abandonados por hacer el especial.

Espero que les haya gustado, dicho esto, cuídense y tomen mucha agua.

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