Du Froid

El título significa "resfriado"




Invierno, hermosa época del año en que el frío se apodera del clima en la mayoría de los países. Quién sabe cómo hay gente que prefiere el calor, siendo que en el frío puedes estar abrigado y calientito pero el calor no se te quita ni aunque andes por ahí desnudo.

Es en estas fechas en las que las personas con un sistema inmune débil se enferman con facilidad, y entre ellos no podía faltar nuestro rubio favorito. Decidiste ir a visitarlo para cuidar de él, no sin antes comprar varias cosas para que se sintiera mejor. La suerte es que era sábado, así que cancelaron las clases en su escuela.

Llegaste a su casa y tocaste la puerta, siendo recibida por su abuelo.

- Ah, hola ______. ¿Vienes a ver a Armin? Él está enfermo, pero si quieres quedarte justamente tenía que salir.

- Es por esa razón que vine, él me avisó y quería ver cómo está.

- Pasa, pasa. Yo regresaré en unas horas, y Armin está arriba en su habitación.

Subiste las escaleras hasta la habitación de tu novio, encontrándote con él recostado en su cama, su cara estaba roja y estaba sudando por la fiebre. Dirigió su mirada hacia ti una vez entraste.

— _______ ¿qué haces aquí? — preguntó, su voz sonaba algo ronca.

— Vine a cuidarte, y traje algunas cosas que podrían ayudarte a mejorar. — él hizo un puchero.

— Preciosa, es muy amable de tu parte, pero puedo cuidarme sólo.

— No es cierto, mira cómo estás ardiendo en fiebre. — te acercaste a él.

— Te vas a resfriar si te quedas, y yo no quiero eso, mi niña. — sonreíste, Armin no suele decir esos apodos tan abiertamente, suele darle vergüenza y los dice a duras penas cuando están solos.

— Tranquilo, yo estaré bien. Y aunque me llegue a enfermar, me importa más tu salud.

— Pero no quiero ser una carga para ti. — te miró suplicante, la cara que tenía sumada al sonrojo por toda su cara se te hizo adorable.

— Jamás serás una carga para mí, ahora deja de insistir porque no me iré aunque me lo pidas de rodillas. Espérame aquí un momento.

Saliste de su habitación para mojar un trapo, luego regresaste y se pusiste en la frente. Pareció relajarse un poco con eso.

— _________, en realidad me alegra que hayas venido a cuidarme. Así podré ver a mi persona favorita todo el día. — sus palabras te tomaron por sorpresa, así que inevitablemente te sonrojaste. — Te ves linda cuando te sonrojas.

— ¿E-Estarás alucinando por la fiebre?

— Quiero un abrazo tuyo, ¿me das un abrazo? — te lo preguntó, pero en realidad ya tenía los brazos abiertos para recibirlo.

— N-No deberías hacer mucho esfuerzo.

— ¿No me quieres dar un abrazo? — empezó a llorar.

— ¡No, no es eso! No llores... — lo abrazaste. — Solo decía que no te esforzaras de más, pero me encanta darte abrazos

— ¿No piensas que soy molesto?

— ¿Por qué pensaría eso? Si tú eres la cosa más linda que existe.

— Gracias.... — dejó de llorar. — pero yo creo que tú eres más linda. — tocó la punta de tu nariz con su dedo índice.

— Definitivamente estás alucinando por la fiebre, voy a darte algo de medicina.

Sacaste un frasco de tu mochila, y serviste la medicina en una tapa que ya traía la medida de cuánto se debía tomar. Acercaste la tapa hacia Armin para que la tomara, pero él se tapó el rostro con su futton.

— ¡No quiero!

— Necesitas tomarlo si quieres mejorar.

— ¡No, apuesto a que sabe horrible!

— Tiene sabor artificial a cereza.

— ¡No te creo, deja de tratar de engañarme!

— Por favor, Armin ¿no hay alguna manera en que pueda convencerte? — quitó el futton hasta la mitad de su cara, dejando ver solo sus ojos.

— Podría tomarla si me das un beso después, así tú también sabrás el sabor de la medicina.

— ¿No sería más fácil que la pruebe yo primero?

— Pero yo quiero mi beso.

— Está bien, te daré uno si te tomas tu medicina.

— Bueno... — dejó ver completamente su cara y tomó la medicina de la tapa.

Tal y como lo prometiste, te acercaste a la cara de Armin y le diste un beso en los labios. Esperabas que el beso fuera corto, pero él te tomó de la parte de atrás de tu cabeza para alargarlo. Te sonrió dulcemente cuando se separaron.

— Por cierto, te traje comida. Mi mamá te preparó algo de sopa, debe seguir caliente. ¿Tienes hambre? — él asintió. Sacaste de tu mochila una botella térmica y le serviste la sopa en la tapa, que era bastante grande.

— Cariño, ¿me puedes dar de comer?

— Por supuesto, no tengo problema con hacerlo. — él abrió su boca y tú, con mucho cuidado, le diste la sopa de la tapa.

— Está muy buena, muchas gracias.

— Toma, también te traje algo de té con miel. — sacaste otro botella térmica y repetiste la acción anterior. — Ahora será mejor que descanses, yo me quedaré un rato más por si algo sucede y luego me iré.

— ¿Me das otro beso? — preguntó inocentemente.

— Está bien, la fiebre te tiene muy cariñoso. — te acercaste y le diste otro beso, pero antes de que pudieras alejarte mucho él te arrastró hasta su cama y te abrazó como si fueras un oso de peluche. — A-Armin, ¿qué haces?

— No quiero que te vayas, quédate aquí conmigo todo el día. Es cómodo dormir contigo aquí. — suspiraste.

— Me quedaré, solo porque me lo estás pidiendo de una manera muy tierna. Pero prométeme que vas a descansar.

— Lo prometo. — dicho esto empezó a repartir besos por toda tu cara, para luego acomodarse y dormir plácidamente junto a ti.

¿Terminaste enferma tú también? Sí. ¿Valió la pena? Valió cada maldito segundo. No es que te guste ver a Armin enfermo, pero sí que se comporta de manera adorable cuando lo está, como un niño pequeño en busca de atención. Poco importaba si ahora eras tú la que necesitaba ser cuidada, te bastaba con saber que le ayudaste a mejorar a la persona que más amas en este mundo.



Iba a subirlo ayer, pero no me alcanzó el tiempo.

Acuérdense que pueden hacer pedidos, tienen suerte de que cada vez que digo que mi imaginación no es infinita mi imaginación me dice "¿Cómo ven a esta pendeja?" y pum cuatro ideas más.

Igual hagan pedidos porfa.

Y hoy en datos random sobre su autora: Tengo un hermano menor, y somos completamente opuestos, todo lo que no tiene uno, lo tiene el otro. Por ejemplo, él es bueno para los deportes y las actividades físicas, pero no para cualquier actividad manual, como las manualidades, (valga la redundancia) coser o el origami. Y yo por el contrario tengo talento para las actividades de casa como las que mencioné antes (de hecho las sé hacer todas) mientras que no tengo nada de capacidad física, no puedo correr ni 300 metros.

Sin nada más que decir, cuídense y tomen mucha agua.

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