Capítulo 11
Iara
Cuento mentalmente del uno al diez, cojo mi teléfono móvil y le marco a Felicia.
—Vamos, contesta. Contesta —gruño, colocando mi móvil entre mi hombro y mi mejilla, para tener mis manos libres y continuar escribiendo.
—Hey... —saluda mi amiga.
—Contestó mi mensaje y le pedí escribirnos en privado —digo, sin preámbulos.
—¿Calaschi? —deduce.
—Espero... Todavía no estoy segura si es el verdadero Armando.
—¿Y sobre qué han conversado?
Escucho a Felicia pedirle a su esposo que sirva la cena para así darme toda su atención.
Es una gran amiga.
—Literatura, arte, ciencia y derecho —cuento, entusiasmada—. Le hice preguntas sobre qué hacer, por ejemplo, en caso de que yo quiera comprar una propiedad que está hipotecada. Algo tipo consulta legal. Ya sabes, para probarlo en caso no sea abogado.
—¿Respondió bien?
—Sí, todo bien. Creo que sí es Calaschi. Creo.
Felicia balbucea. —Iara —Se escucha dudosa—, existe Google. Él pudo consultar eso en la red.
—Pero no traté con él un caso ambiguo. Le compliqué todo. Además, solo un abogado podría responderme rápido. No tardó, Felicia.
—Tengo mis dudas.
Escucharla hablar así también me desanima.
—¿Y de qué otra forma puedo saber si es el verdadero Armando Calaschi? —me pregunto. Lo pienso un poco—. ¡Espera, no cuelgues! —le pido y voy a mi sala y vuelvo, trayendo conmigo mi teléfono de línea fija.
También busco en internet el número de teléfono del bufete S&T.
—Llamaré al bufete —le digo a Felicia, activando el altavoz de mi móvil.
—Son casi las ocho, puede que ya hayan cerrado.
Cierto. Aún así, timbro. No quiero perder el impulso.
—S&T, a sus ordenes —responde la voz de una mujer.
—Buenas noches, señorita —Aclaro mi garganta—. Soy clienta del señor Armando Calaschi. Tengo un asunto pendiente con él... No sé si podría...
Estoy pensando en que debí preparar un mejor argumento antes de aventurarme a hacer esta llamada.
—El señor Calaschi está de vacaciones —me informa—. Otros licenciados están dando seguimiento a sus casos. ¿No le facilitó el señor Calaschi el contacto de alguno?
Piensa en algo, Iara.
—Lo que sucede es que este asunto debo tratarlo personalmente con el señor Calaschi. ¿Me podría decir si continua en Ontiva o si salió de viaje a algún otro...
—No estoy autorizada a darle esa información —me interrumpe.
Respiro sonoramente. ¡Qué frustración! —Oh, ya veo, es que quede en darle algo. ¿Sabe cuándo regresa a trabajar?
—Permítame un momento —dice y escucho pasos
—. Gretel, ¿sabes cuándo regresa a Armando?
Le está preguntando a otra persona.
—¿De Deya?
¿Deya?
—No, al bufete.
—Tres semanas.
Vuelvo a escuchar pasos. La señorita coge de vuelta el teléfono.
—En tres semanas está de vuelta el señor Calaschi —informa.
—Gracias —cuelgo rápido y me posiciono frente a mi ordenador.
—¡Deya, Felicia! —digo.
—¿Ahí está? —pregunta mi amiga.
—Sí. Ahora lo confirmaré —En el Buscador de Google escribo los datos que necesito—. Ayúdame, internet.
Escucho a Felicia reír. —Deya es una ciudad grande. Puede vivir en el centro o a las afueras. Ahí vive mi prima.
Confiando en mi suerte, leo los resultados que arrojó mi búsqueda: Calaschi + Deya.
Benjamín Calaschi. Deya.
—Es un perfíl en Facebook —digo—. Aunque no es Armando. Es otro Calaschi.
—Claro, Armando no tiene cuentas en redes sociales. ¿Quién es?
—Benjamín Calaschi —digo, mirando las fotos publicadas en la cuenta—. Es un adolescente. A lo mejor es su primo o su hermano. Armando es muy joven para tener un hijo de esta edad.
—Stalkea bien.
—Dame un momento... Estoy viendo fotos.
En la mayoría de fotografías Benjamín muestra su dedo medio. Niño grosero. No obstante, una mujer de nombre Nineth lo etiquetó en una en la que aparace él, una anciana y...
—Armando —digo, frotando mis manos—. ¡Aquí está, Felicia! —Escucho a Felicia festejar y leo el pie de la foto—: "Lamento no poder estar con ustedes en un momento tan triste. Los quiere, tía Nineth."
—¿De qué es?
—En la foto que estoy mirando está Benjamín, Armando y una anciana. En los comentarios hay mensajes de duelo. Creo que recién murió una abuela o tía... Es abuela —confirmo, al leer más mensajes.
—Calaschi tiene que estar con el chico, ¿no?
—Eso creo.
Continuo revisando las fotografías de Benjamín hasta llegar a una publicada años atrás.
—"Mi tonto hermano vino de visita y me trajo esto" —leo, mirando la foto en la que un Benjamín más joven está recibiendo de manos de Armando un perro chihuahua color canela—. Sí son hermanos, Felicia.
—Entonces lo más seguro es que esté con él.
—Sí —digo, pensativa—. Si llego a Benjamín llegó a Armando.
—¿Quieres ir a Deya? —La sorprendí—. Pensé que con la cuenta en Instagram era su suficiente.
Me echo hacia atrás para tomarme un momento de paz. Parte del día he platicado con Calaschi y el resto del tiempo lo investigué.
—Puede tener una vida interesante —digo—. ¿Hará visitas a bares de mala muerte o prostibulos? Necesito fotos y más información que respalde lo que ya tenemos.
—Cierto, aunque insisto en decir que Deya es enorme. Pueden estar en cualquier...
—Viven a las afueras —digo, revisando más fotos—. En una región pequeña.
—¿Cómo lo sabes?
—Déjame confirmarlo —pido, ansiosa, y tecleo más palabras en el buscador de Google—. El chico publicó una fotografía que muestra un instituto y en el pie agregó la frase "Ojalá pudiera estallar este lugar". Seguro ahí estudia.... —Espero los resultados de mi búsqueda—. Sí, Felicia —confirmo, feliz—. Este instituto está ubicado a las afueras de Deya, en un poblado pequeño. No me sería difícil llegar a Benjamín Calaschi si consigo que ahí me den sus datos.
—Y por lo tanto, llegar a Armando.
—Ajá —Ahora respiro más tranquila.
—¿Ves? Ya hiciste tuya esta investigación.
—Tengo ahorros y todavía tengo parte de mi liquidación. Puedo ir a Deya en mi coche.
—¿Segura?
—No pierdo nada si invierto bien mi tiempo.
—Hazlo pedazos, Iara —me anima Felicia.
...
Termino de empacar mi maleta, acomodo en mi bolso mi móvil junto con su cargador, cojo todo y salgo de mi apartamento.
En el estacionamiento busco mi coche, un volvo del año pasado. Tendría uno nuevo de no haber perdido mi trabajo.
Pero lo voy a recuperar y con mejor paga. Todo dependerá de qué tanto se deje hundir Armando Calaschi.
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¿Le saldrá todo bien a Iara? :O
¿Cómo creen que terminará?
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