FINAL: El amor duele (y mucho)
LINCOLN:
¿El peluche del Pollito Pillo? ¿El que compré para mi hermana?
¿Qué hace en brazos de Taylor?
Estuve a punto de gritarle a esa chica que soltara el peluche, pero recordé que Luan se alejaba furiosa. Nos había visto en ese abrazo indeseable, y debe haber pensado lo peor de mí.
Luan se alejaba. Taylor no dejaba de verme, esperando una respuesta. Y yo no quería darle una de la cual arrepentirme. Así que sin responder di la vuelta. Justo al dirigir mi vista hacia mi adorada hermana, algo pasó a toda velocidad a mi lado, en dirección contraria.
Seguí esa veloz figura con la vista, y era Maggie. Caminaba rápido, pero con pasos fuertes. Se detuvo frente a Taylor y le arrebató el peluche.
—¡Oye! ¡Devuelvemelo! —exclamó la bravucona.
Maggie contestó: —¡Por supuesto que no! Esto no te pertenece. Lincoln lo compró para la persona que más ama en el mundo, ¡y definitivamente no es una loca como tú!
Taylor apretó los puños, a la vez que su rostro se enrojecía de cólera.
—¡Me dices loca a mí, pero es aun más loco ser el novio de su propia hermana! ¡Una gran estupidez, y algo asqueroso!
Puedo asegurar que mi corazón se detuvo en ese momento. Alcancé a ver que mis hermanas Lola, Lana y Lisa lucían sorprendidas.
Luan se había detenido a lo lejos. Sin voltear, era notorio que había escuchado también esa terrible declaración. Me sentí mal por ella. Me sentí aún peor al pensar qué iba a pasar de ahora en adelante en nuestras vidas.
Maggie habló casi de inmediato.
—Pues tú acabas de decir una estupidez mayor. ¡Estás como que totalmente despistada! O sea, su novia no es su hermana. ¡El peluche es para mí!
Sentí que la quijada me llegaba al suelo. ¿Por qué dijo eso? Creo que todos los que escuchamos eso estábamos igual de confundidos. Mis hermanitas parecían desconectadas, en especial Lana, pero Luan solo giró la vista y revisó la escena.
—¡Mientes! —fue la respuesta de Taylor. Dando un paso adelante, parecía decidida a recuperar al Pollito Pillo. Maggie pareció notarlo, pues entonces corrió a mi lado.
Nunca imaginé lo que pasó después.
Maggie me dio un fuerte abrazo. Puso sus brazos alrededor de mi cuello, y pude sentir su cuerpo demasiado cerca del mío. Ella dijo con suavidad, cerca de mi oído:
—Sígueme la corriente. Después arreglaremos este lío.
LUAN:
No puedo creerlo.
Primero, Lincoln con esa chica sicópata. ¿Y ahora con Maggie? ¿Esto acaso es un sueño? No. Esto debe ser una broma. Una broma sin ninguna gracia.
Lincoln acaba de decir que es cierto. Que el peluche es para Maggie. Y la loca... ¿Mencionó a quien?
LINCOLN:
Tuve que decir: —Sí, es para Maggie. Ella es mi chica.
La expresión de Taylor cambió. Ahora parecía confundida.
—Si es para ella, entonces... ¿Benny me mintió? ¿Me hizo confesar que me gustabas por puro gusto? ¿Me hizo humillarme?
Antes que cualquiera pudiera responder algo, ella dio la vuelta y se alejó de su casa, con rumbo desconocido.
O por lo menos para mí, porque Luan corrió hacia nosotros y dijo:
—Va a buscar a Benny. Hay que seguirla.
Y se adelantó. Solo se detuvo cuando me oyó decir:
—Luan... Lo que está pasando es que...
—Hablaremos luego de esto. Los tres. Creo saber qué pasa aquí —respondió luego sin voltear. Tras un par de segundos, continuó su marcha. Maggie y yo apenas dábamos el primer paso, cuando unos pisotones metálicos nos rebasaron. Era el robot de Lisa.
—Congéneres —exclamó mi hermanita, —creo que es momento de que la tecnología se encargue de este asunto.
—¿Estás segura de eso, Lis? Creo que con solo seguir a Taylor... —decía yo cuando una especie de alarma vino del robot.
La pequeña genio respondió sonriendo: —Si, muy segura.
El robot entró en la casa, y después de un estruendoso sonido de cosas cayendo, salió de regreso portando a la señora Flor de Manzana en sus manos.
Luan hizo una mueca a la vez que comentaba: —Nunca me gustó esa muñeca.
Cuando Lisa se empezaba a quejar del mal funcionamiento del robot, alcancé a notar algo. En ese momento, a la puerta de la casa estaba una niña pequeña, de aspecto tierno. Supuse que era Dayne, la hermanita de Taylor. Con gestos discretos, señalaba una y otra vez hacia la casa. Pero, ¿qué quería decirme?
La saludé de lejos, pero eso la inquietó más.
La seña que hacía con las manos era: "Al otro lado".
Le pedí a Maggie y mis dos hermanas que se callaran, y caminamos los cuatro hacia el otro lado de la casa. Pero al llegar solo hallamos unos arbustos.
—¡Oooh, que mal! —clamó Luan, para sorpresa del resto. —Parece que Benny se nos escurrió de las manos, y estoy demasiado molesta. Por suerte puedo desquitarme con esta horrible muñeca vieja y hacerla aserrín para los muebles del señor Cocos...
Y justo cuando iba a preguntar que fue todo eso, un grito ahogado se oyó tras los arbustos. Uno de ellos se agitó, y de alguna forma, de entre sus hojas, cayó Benny, con un rostro pálido. Se puso de pie rápido y sonrió torpemente.
Vaya. Luan nunca dejará de sorprenderme. Por eso la adoro tanto.
Benny dijo con un notorio nerviosismo: —¡Luan! Qué ... Qué alegría verte.
—Quisiera decir lo mismo pero no me gusta mentir —respondió ella.
Llegó mi turno de escarmentarle.
—¿Intentabas escapar? Debería darte vergüenza, y más aún después de haber engañado a Taylor para tu beneficio.
—¿Engañar? No he engañado a nadie. Tú sabes a la perfección de que todo lo que he dicho es la verdad.
Luan intervino: —No sé qué cosas le has dicho a Lincoln, pero tú dejaste de ser digno de confianza desde hace mucho, Benny. ¡Tú me fuiste infiel!
—Y fue un grave error, lo sé... No lo digo porque Belle Yates me haya dejado, sino porque te perdí a ti, Luan. Alguien que se vuelve cada día más bella y más creativa. Creo que comprendo por qué Lincoln...
—¡Deja de hablar! —exclamé, previendo lo que iba a decir. —No cambies el tema. ¡Tú planteaste mi secuestro mintiendo a Taylor! Eso te vuelve un...!
No había terminado de hablar cuando la voz de Taylor completó mi frase.
—¡Maldito! —grito, mientras la furiosa chica derribaba a Benny.
El tipo, nervioso, dijo: —¡Taylor! ¡Ya quería verte!
—Qué bien, ¡porque ahora verás cómo te rompo los dientes!
—Eso imaginé, pero.. ¡Oh!, ¿ya viste eso? Mira a la linda chica junto a Lincoln. Es la que está pervirtiendo al chico que te gusta.
—¡Eso no es cierto!
—¿Por qué dices eso? Miralos bien. Siempre juntos. Siempre felices...
Cuando yo empecé a ordenarle que se callara, añadió: —Y si le rompes los dientes antes que a mí, te daré una recompensa.
Ella guardó silencio, y preguntó: —¿De cuánto estamos hablando?
—Cien
—¿En serio?
—Doscientos si me perdonas la vida además de eso. Y un regalo para la pequeña Dayne. ¿Trato?
Ella se puso de pie.
—Acabo de recordar que me gusta hacer tratos contigo. ¿Qué chica es? ¿La que parece ardilla?
Luan se puso nerviosa. Yo estaba aterrado, pero sabía que debía ser valiente. Taylor es peligrosa, y aún así, cualquier riesgo es menor que ver sufrir a mi hermana favorita. Di un paso al frente, y de forma completamente sorpresiva, Maggie se puso frente a mí.
—Yo me encargo.
—¡No, Maggie!
—Si, Luan. Quiero hacer esto. Ustedes son valiosos para mi.
Taylor gritó: —¿Tú quién diablos eres? Quítate o te mando al hospital antes que a esa chica.
Maggie solo dijo: —Intenta quitarme de aquí. Y deja de gritar como loca.
El rostro de la bravucona se enrojeció. Caminó rápidamente hacia Maggie, quien se limitó a decir:
—¡ARMAGGIEDON!
El robot corrió hasta donde ella. ¿Ese era su plan? En ese momento no crei que el robot fuera suficiente para esa clase de pelea.
Maggie comenzó a dar unos pasos. El robot la imitó, pero... Esos no parecían ser movimientos de combate.
¡Eran pasos de baile!
Toda aquella rutina que la chica aprendió estaba siendo repetida, con los pequeños pasos, los giros y poses de manos que ya conocía bien tras el festival de primavera. Quizás Taylor no es fan de Broadway, pues intentó rodear el show de baile, pero fue en vano, pues Maggie movió los brazos de tal forma que el robot hiciera lo mismo y golpeara a la chica violenta justo en la cara.
Hubo otro golpe. Y otro más.
—¡Deja de jugar, Taylor! —ordenó Benny.
Con el rostro morado y un poco hinchado, ella respondió: —¡Tú cállate, inútil!
La sonora risa de Luan interrumpió la escena. Maggie nos vio de reojo con una pequeña sonrisa. Por desgracia, Taylor aprovechó el momento y golpeó a Maggie con todas sus fuerzas. El puñetazo la mandó directa al suelo.
Taylor no pudo decir algo mejor que: —Emo de porquería... No aguantas ni un golpe.
Y digo "algo mejor" porque esa frase pareció activar la furia de Luan. Antes que yo pudiera decir algo contra la bravucona, mi hermana salió velozmente hasta ella, pero su ataque fue detenido con facilidad.
—Estos doscientos dólares me saldrán bastante fáciles —comentó, pero algo la hizo caer al suelo. Por estar presumiendo su habilidad, se distrajo, y eso fue aprovechado por Luan para hacerle caer golpeando su pierna.
—¿Alguna vez te han dicho que "caes mal"? —preguntó mi hermana con una sonrisa confiada. Luego se dirigió a mí y dijo: —Yo me encargo. Ten cuidado con Benny.
Respondí: —No pienso dejarte sola. Ella es demasiado peligrosa.
Fue entonces que alguien habló: —¡Los Louds nunca estamos solos!
Se trataba de Lana, quien junto con Lola se pusieron cada una a un lado de Luan. Lola se veía tan amenazante como Taylor. En cambio, Lisa les ofreció su apoyo moral desde un lugar seguro.
El mapache Roscoe se puso en guardia, tal como un karateka, junto a Taylor, la cual comentó en voz baja: —Me voy a divertir maltratando a estas debiluchas.
Me alejé de ellas en rumbo al último lugar en que vi a Benny, y lo localicé a varios metros de ahí,
De alguna forma había encontrado al peluche del Pollito Pillo.
—¡Mira! El peluche que le darás a tu chica. A tu novia Luan.
Y sonriendo de forma perturbadora, lo tiró al suelo y lo pisoteó. Ahora se veía sucio. Maltratado.
Mi furia iba acrecentando se cuando añadió:
—Así terminará tu relación con Luan... ¡Arruinada! ¡Lo verás!
Salí corriendo, dispuesto a darle el golpe más fuerte que pudiera, pero lo esquivó y me golpeó a mí, justo en el estómago. Cai arrodillado, sin aire, mientras él seguía hablando.
—Creo que no sabes por qué Luan me eligió. No es por ser un buen mimo... Sino porque soy todo un hombre. No un niño como tú.
Me levanté, y me detuvo de nuevo.
—Ahora quedarás tan humillado que no volverá contigo jamás.
¡Estás perdido!
Entonces, al recuperar el aliento, dije lo que él necesitaba escuchar.
—Me causa gracia lo equivocado que estás. Luan no me ha elegido porque busque un súper macho. Ella ama reír. Y yo amo escucharla reír. Por eso tú, el payaso menos gracioso que existe, estabas destinado a perderla aunque no le fueras infiel... Eres patético.
—No soy gracioso ¿eh? Pues ahí te va un buen chiste. ¿Cuántos golpes aguanta tu cabezota?
Justo cuando se disponía a darme una patada en la cabeza, a toda velocidad, un objeto impactó en la suya, y eso le hizo caer inconsciente. Resulta que el objeto era la señora Flor de Manzana, y quien lo arrojó fue Maggie.
—Como lo sospeché. Solo aguantó uno —comentó. Creo que tanto andar con Luan le hizo aprender su estilo de comedia.
Ella me ayudó a levantarme y me dio un fuerte abrazo. Luego me tomó de la mano y me llevó hasta donde Luan y las gemelas tenían sometida a Taylor. Ésta última gruñía, yaciendo en el suelo, mientras Lola y Lana estaban sentadas en su espalda. Está última levantó un brazo y me mostró a Roscoe, colgando de su cola. El molesto mapache ahora parecía un gatito asustado, con una mirada que parecía suplicar por ayuda.
Luan, al observarnos, me dijo: —Veo que lo resolvieron juntos.
Estoy seguro que a Maggie eso le incomodó tanto como a mí.
Taylor interrumpió la escena con su reclamo. —¡Oye! ¿Qué le hiciste a Benny?
—Lo que se merecía. Y a ti te daré lo que tú mereces. Lola, Lana... Déjenla ir.
Maggie y mis hermanas se sobresaltaron. Tras pedirles confianza, me dirigí a Taylor.
—Sé que no eres mala persona, a pesar de lo del bus. Benny te manipuló, y eso me parece imperdonable, pero me gusta saber que tienes buenos sentimientos y que eres una gran hermana para Dayne. ¿Cuento con tu amistad?
—Pfff... Supongo que todo esto es culpa de Benny. Okey...
Las gemelas se levantaron de inmediato y el resto de chicas se pusieron cerca de mi, como protegiéndome. Pero Taylor solo se puso de pie, se sacudió el polvo de sus shorts y se arregló el cabello.
—Todos ustedes son unos tontos, pero no tengo por qué pelear con ustedes. Además...
El repentino abrazo de la pequeña Dayne la hizo callar y sonreír.
—¡Gracias por dejar libre a mi hermana mayor! En especial a ti, eres un buen novio para ella.
Un sonoro grito ahogado surgió en todo el grupo, mientras Taylor se enrojecía y huía del lugar halando a su hermanita. El mapache las siguió, no si antes rezongar y alzarnos el puño, como jurando venganza.
Alcancé a escuchar a Lisa decir:
—Quizás esta sea una oportunidad para estudiar y comprender eso de las relaciones poliamorosas.
— — —
Mientras íbamos a casa, Luan se me acercó y me habló en voz baja.
— Linky, explícame una cosa. ¿Qué fue eso con Taylor?
—¡Un malentendido! ¡Nada más que eso!
Ella me vio con dureza, pero añadió: —Okey, te creo. ¿Y qué fue eso...?
—¿Conmigo? —intervino Maggie. Ambos la vimos con notable asombro. La chica emo prosiguió.
—Yo lo explicaré. Hice eso para protegerlos. Aunque no me crean, sé que hay algo, o sea, especial entre ustedes dos. Y no pienso decir algo a nadie... Si ustedes son felices así, por mí está bien.
Luan respondió: —¿Sabes, Maggie? Si me gustaría alguna otra chica para Lincoln serías tú. No solo eres bella y dulce... También besas bien.
Mi hermana guiño el ojo, y Maggie se enrojeció.
—Pero ya en serio, muchas gracias. Cada vez me siento más feliz de tenerte como amiga. Y Linky...
Me lanzó una dulce mirada.
Solo pude reaccionar diciendo su nombre.
Al parecer, Maggie comprendió la situación.
—Creo que me adelantaré. O sea, para ver cómo sigue el ArMaggieDon.
Y se fue hasta adelante, donde él robot caminaba tras un arreglo provisional que Lisa le hizo. Entonces, sin que nadie nos viera, Luan y yo nos dimos un pequeño beso. En solo segundos nos transmitimos una oleada de amor.
LUAN:
Si te preguntas cómo han seguido las cosas entre Lincoln y yo, pues te diré que van viento en popa. Bastó una lavada para apreciar lo lindo que es el peluche del Pollito Pillo que él me compró. Amo que mi Conejito sea tan detallista.
Y a pesar de todo eso, lo que pasó con Benny me hizo recordar que algún día sí tendremos que detener nuestra relación. Se lo comenté en una ocasión a Linky, y él me respondió de una forma muy bonita que ya había usado antes. Dijo que pasara lo que pasara, seguiríamos siendo hermanos, y nada podría cambiar eso. Nuestro vínculo es más fuerte de lo que pensamos, y ni el tiempo ni la distancia lo debilitarían.
Así que no te preocupes por nosotros. Lo de la broma con Clyde, el problema con Mizu-chii en Montreal, la llegada de Maggie, e incluso Benny con Taylor... Todas esas pruebas fueron superadas y nos unieron más que nunca.
F I N
(Esta vez sí. El FIN)
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