Enderman
El pelirrojo estaba con un hacha de hierro en sus manos, mientras sacaba un casco de hierro. Mientras Jotaro observaba a Kakyoin poniéndose el casco.
— Iré en busca de madera — le dijo, mientras caminaba hacia la puerta — regresaré antes de la noche.
El pelinegro asintió, realmente no sabía que hacer — Noriaki — le habló, el otro giró su rostro — Regresa temprano, iré a minar cerca — le dijo, mientras abría el cofre y buscaba un par de picos.
— No te preocupes, en serio, llegaré antes del anochecer, además estoy llevando comida, y dos hachas más por si las dudas — le dijo sonriendole, para luego salir del cuarto cerrando la puerta detrás de él.
Jotaro solo lo vió irse por la ventana, no sabia porque, pero sentía que algo andaba mal, algo en su interior se lo decía, pero confiaría en él.
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Jotaro sabía que había estado un buen rato minando, siempre consultaba su reloj el cual intercambio con un aldeano. Dentro de poco el anochecer llegaría, había conseguido buenos recursos, pero sobre todo 4 Diamantes, no sabía como utilizarlos, pero por ahora solo los llevaría con él y vería que podía hacer, pero escuchando la opinión de Noriaki también.
Camino por toda la cueva que había hecho todo bien iluminado, ya que el pelirrojo le dijo que si no lo hacía así, aparecían monstruos tratando de matarlo.
Cuando llegó a la aldea y ver la reunión de aldeanos, y con ello Un poquito más lejos su casa, o la casa donde dormía.
Miro por la ventana, donde había visto a Kakyoin por última vez, volvió a lo suyo, mientras ponía los trozos de roca para que este se funda y con ello el oro, hierro salgan. Mientras ponía más carne a cocinar y también un poco de pan necesario para estar más llenos.
Pasaban los minutos, pero aún no llegaba Kakyoin, miro el cielo y este estaba oscureciendo, aún tenía paciencia, así que siguió esperando un poco más.
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La preocupación se empezó, la noche ya estaba en la mayor cúspide, y Kakyoin no volvía, tomó su propia armadura, una espada de hierro, y un escudo. Iría a buscarlo.
Salio de la casa de ambos, observando a su alrededor, solo había un aldeano con un abrigo verde mirando a todos lados parecía buscar algo, más no se atrevía a irse tan lejos.
Suspiro muy intranquilo, se empezó a meter al pequeño bosquejo que estaba un poco lejos, estaba muy atento de cualquier cosa que aparezca, miro detrás suyo de manera lenta un par de zombie le seguían, pero él con correr un poco los pudo perder de vista.
Encontró árboles cortados, quizás Kakyoin no estaría muy lejos, de manera cuidadosa siguió caminando, hasta que escuchó pasos. Unos pasos de alguien corriendo muy rápido, entre la tierra, entonces lo vió.
El pelirrojo corría lo más que podía, se veía muy asustado, se sintió bien al verlo a salvo, pero se puso alerta por si había algo.
Entonces el otro muchacho gritó — ¡Corre!¡Me persigue! — paso, a su lado le tomo de la mano, para que le siga.
No tardo de reaccionar, para seguir a Noriaki, se veía muy asustado, no le preguntaría nada aún, pero ni siquiera lo necesito, porque algo apareció en frente de ellos de manera inédita, a lo que Kakyoin esquivó de un salto un golpe de aquella cosa.
Se escuchaba el sonido de esa cosa, un gruñido horrible, no lo penso mucho y trato de clavarle con la espada en el cuello, pero aquella cosa desapareció, para volver a aparecer detrás de él, a lo que Kakyoin sacó la hacha aunque con aquella herramienta era muy lento al atacar, trato para que se alejara de Jotaro.
Y lo logró, el hacha logró hacer daño a esa cosa, a lo que Kakyoin trató de hacer lo mismo, y Jotaro le siguió, y entendió, debían atacarle en las piernas, porque en el cuello, aquella cosa desaparecería y volvería en un lugar donde ninguno pudiera defenderse.
Ambos de la manera mas coordenada de que podían, atacaba a esa cosa, mientras trataban de evitar un golpe, el cual dolía muchísimo. Y lo lograron, solo escucharon el sonido más extraño, y aquella cosa desapareció sin dejar rastro alguno, pero después de ello, un perla verde en suelo se vió, Kakyoin lo alzó y miro a Jotaro, y ambos se miraron confundidos.
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Al día siguiente ambos se levantaron de su cama, más calmados, aunque uno que otro golpe aún se mostraba en la piel de ambos.
Unos de los aldeanos le dijeron a ambos, que aquella cosa que vieron era un Enderman, nunca fue agresivo, a lo que otro aldeano dijo que quizás alguien vió los ojos de este.
A lo que Kakyoin asintió, y ahí estaba el problema, verle los ojos.
Para Jotaro y Noriaki fue una gran lección, aunque ninguno pensó que encontraría con esa cosa, porque miedo tuvieron mucho.
Pero ambos notaron que pelear juntos era lo mejor, aún así ambos tenían un misterio, aquella perla, era extraña, no parecía algo de ese mundo, sino de otro, por ahora no harían nada, solo se quedaría a descansar lo necesitaban.
((Un capítulo muy flojo, pero no olvidar la primera vez que uno le vió los ojos al Enderman y nos ataque)).
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