Me puse a reflexionar.
Reflexionar sobre todo.
Me encontraba en un momento de mi vida que no terminaba de entender y no se sí lo entendería alguna vez.
Aristóteles estaba dando muchas vueltas por mi cabeza últimamente.
¿Debo seguir insistiendo? Es decir... Alguien como él con alguien como yo, somos muy diferentes. Aristóteles parece disfrutar de su soledad y pareciera que no necesita de mi, que no tiene cabeza ni ganas para algo tan absurdo como una relación. Además no termino de considerar que posiblemente es... Bueno... Que él no es como yo.
No se si quiero seguir. Tal vez deba ceder. Pero hay algo en Aristóteles que me encantó. Es diferente. Es una de esas personas que encuentras cada cierto tiempo. Tiene una de esas mentes que te obligan a quedarte por lo maravillosas que son, de esas mentes que te gustaría analizar a detalle. Suficientes halagos. Suficiente Aristóteles. Suficientes pensamientos que no me dejan en paz.
¿Porqué tuve que enamorarme de alguien tan difícil como él?

"Para que un amor no correspondido acabe contigo...
Házlo poema o novela; música o letra; dibujo o pintura; historia o basura... Haz lo que quieras con él, pero nunca dejes que se transforme en tu vida"
-De amores frustrados, Ricardo G.