Tres

Comencé a caminar por la calle, observado todo a mi alrededor.
El cielo era pálido como un lienzo, acompañado de edificios afilados y anchos en cuyos huecos lo sombrío surge; azul celeste con nubes quimericas de plata.
El calor podía sentirse por todos lados.
Mientras caminaba, paso junto a mi un grupo de chicos en sus bicicletas. A veces me gustaría ser más extrovertido, socializar más, no es normal que un chico de quince años no tenga ningún amigo.
Amigo.
Que extraña palabra.
Jamás he tenido uno de verdad; siempre he tenido compañeros, pero no alguien a quien llamar amigo.

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