XVl
Solo vengo a aclarar un pequeño error que, no sé cómo se me pudo pasar por tanto tiempo: El apellido de Eun-Ji y su padre es Lee no Kim, así que si vuelven a ver que cambió el apellido, por favor avisen y así lo rectifico rápido.
Gracias ✨
Nicolle
- No debería estar metido en esto-. Dijo un Emeric avergonzado.
-¡Guarda silencio o nos van a descubrir!- exclamó Eun-Ji al chico.
-¡Tú haces más ruido que yo!- le exclamó el chico de vuelta.
- Si no se callan los dos, nos van a atrapar a todos-. Les susurró Sam a los dos.
Emeric, Eun-Ji, Sam y yo nos íbamos arrastrando por los conductos de ventilación que nos llevarían hasta la salida. Luego de debatirnos lo muy bien preparados que nos sentíamos y de llegar a la conclusión de que no podíamos dejarle a los demás la mejor parte, habíamos elegido unirnos a ellos. Todo esto, luego de que un señor alto, que vestía un uniforme de camuflaje entrara al búnker y se llevara consigo a un grupo de estudiantes entre los que se encontraban Zelig y Derek.
Emeric era el que mejor conocía este lugar, así que iba en la cabecera siendo seguido por Eun-Ji, Sam y al final yo. Se me dificultaban un poco moverme, ya que el suelo estaba resbaladizo y grasoso, pero no me atreví a preguntar la razón por miedo a que nos descubrieran.
- Llegamos-. Avisó y yo levanté la cabeza para observar como abría una pequeña ventanilla que daba hacia el exterior.
Él fue el primero en salir y luego nos ayudó a nosotras. Al bajar tropecé, pero él me atrapó y dejó en el suelo rocoso. Yo miré a mi alrededor para notar que nos encontrábamos en la parte trasera del búnker. A primera vista se podría confundir con una montaña, por los arbustos y algunas palmeras que yacían sobre él.
Emeric cerró la puerta y la cubrió con algunas enredaderas antes de llevarnos en dirección a la salida.
Rodeamos el búnker para que no nos atraparan, aunque sabíamos que de seguro no iba a haber nadie que vigilara esta zona con la pelea que seguramente aún no acababa en la plaza Castagno. El cielo se hallaba gris y de vez en cuando un rayo se asomaba, seguido por un trueno tan alto como el rugido de un león multiplicado por diez. Eun-Ji me tenía agarrada por el brazo, pero sabía que no era por miedo, sino porque trataba de mantenerme segura. En los últimos días, ambas nos habíamos vuelto muy unidas.
-Y, ¿Ahora que hacemos?- habló Sam desde atrás. Venía caminando lo más rápido que podía, aunque no parecía querer acercarse mucho al lugar al que íbamos- ¿Si quiera saben que está pasando?
-Supongo que lo averiguaremos al llegar-. Respondió Emeric.
-¿Todos los que antes han atacado son así de fuertes?
-En realidad nunca se había dado un caso de estos-. Respondió Emeric- Normalmente son Nightmares de bajo rango. Esos que nadie se espera encontrar en el Frente y por ello son capaces de entrar sin ser vistos.
Nightmares. Había leído sobre ellos en uno de los libros dentro de la biblioteca de la escuela. Son todas esas pesadillas que nacen del miedo. Según cuenta la historia, solo habitaban en el Valle Oscuro, al norte de Unionis, donde eran vigilados por grifos guardianes. No eran más que humo oscuro, de esos que al encerrarte dentro te podían volver locos, pero al parecer alguien había logrado darles formas y volverlos algo más fuerte. Lo suficiente como para escapar de su cárcel y burlar a los grifos.
Sin embargo no eran peligrosos, por lo que si se adentraban a Core, los mismos estudiantes eran capaces de acabarlos.
- Esto es más que esos Nightmares-. Dijo Sam segura de sus palabras.
-¿Cómo lo sabes?- preguntó Eun-Ji con burla.
-Mira el cielo-. Ordenó y toda lo hicimos- ¿Ves la figura que se hace justo después de que el rayo desaparezca?
Justo en ese momento, un rayo cayó siendo seguido por un trueno y justo cuando desapareció, una marca en forma de copo de nieve apareció en el cielo, casi invisible a la vista.
-¿Qué caraj...?
-¿ Esa marca ya la conoces?-pregunté a la chica y ella asintió.
-¿Es de cuando...?- Eun-Ji dejó la frase a mitad cuando Sam asintió.
- Esto es más peligroso de lo que pensábamos, así que les recomiendo regresar al búnker y avisar a los demás profesores-. Dijo Sam- Si lo que sea que está ahí afuera sobrepasa la categoría cinco, ni con todos los estudiantes de esta academia lograrán vencerlos a menos que tengan un plan.
- Ellos nunca atacarían sin un plan-. Contestó Eun-Ji.
- Sí lo harían-, añadió Emeric- si pensaran que eran simples Nightmares.
Faltaban metros para llegar a la plaza Castagno. Solo teníamos que doblar en una esquina y estaríamos en el lugar de la pelea. Ahora debíamos elegir entre ir a ayudarlos o regresar al búnker y avisar a los demás. Pero había demasiado en peligro y teníamos que pensar bien en nuestra desición.
Si no regresábamos, puede que no saliéramos ilesos de esta batalla. Si regresábamos a avisar, no sabemos cuánto tiempo tardarían en enviar la ayuda necesaria. A parte, no teníamos un plan y en lo que ellos trazaban el suyo, iba a tardar demasiado.
-Podríamos crear un plan-. Ofrecí- Entre todos-. Los ojos de los tres estaban puestos en mí- Si llegamos con un plan, solo será ponerlo en práctica.
-Además, tus hermanos están allá-. Se unió Eun-Ji- Ellos te escucharán y te creerán.
-Y todo deberán creerles a ellos, ¿Verdad?- preguntó Emeric y Sam hizo un gesto de no estar muy segura.
-No tenemos nada que perder-. Respondió Eun-Ji, pero la verdad es que si había mucho en juego.
-Bien-, habló Sam- ¿Qué tienen en mente?
♒
Cualquier plan que hubiéramos creado, no hubiera sido rival para la batalla que se movía entre los cadetes y el enemigo. Pensar que sería fácil había sido otro de mis errores.
La sangre recorría todo el lugar y algunos cuerpos se encontraban inertes en el suelo. Muchos de ellos vestían uniformes parecidos a los míos, lo que significaba que eran de mi academia. Aunque también habían caído los de otras academias.
Si habían derrotado a los de tercer año, que se supone sean los mejores de la escuela, ¿Que nos quedaba a los demás?
-Bien-, habló Sam- tenemos que buscar a los demás-. Pero no había señales de ellos por ninguna parte.
Eun-Ji miraba entre las personas, pero todas dinos un respingo cuando un cuerpo se cayó contra el suelo, frente a nosotras. Su cabello rubio se encontraba bañado en sangre y sus ojos abiertos de par en par mirando a la nada. Estaba muerto.
-Dios mío-. Solté sin poder contener las palabras, tapándome la boca con las manos.
-Chicas, debemos movernos-. Demandó Sam, tomándome del brazo para obligarme a andar.
Nos movimos por las esquinas, escondidas de lo que sea que estuviera atacando. Sam iba al frente, siendo seguida por mí y detrás Eun-Ji. Emeric había ido hacia el búnker para avisar sobre lo que había ocurrido. De todos, él era el que mejor conocía el camino.
-Miren, allá arriba-. Señaló Eun-Ji un punto en el cielo y tanto Sam como yo nos giramos en su dirección.
En el cielo, un águila gigante surcaba los cielos y atacaba a todos los que se cruzarán en su camino. Mientras tanto, más a lo lejos una sombra negra hizo su aparición de entre las nubes y mi amiga dejó salir un jadeo que no supe distinguir entre la sorpresa y la preocupación.
El dragón abrió su boca y dejó salir el fuego que se dirigió en dirección al águila, pero esta lo vio y antes de morir calcinado, se lanzó de cabeza hacia la tierra, llevándose a otras bestias que, supongo también serían estudiantes. Sin embargo estas tenían alas blancas y eran más pequeñas. Lechuzas.
-¡Ahí están!- exclamó Sam señalando una sombra de ahí de una enorme ceiba.
Edur se encontraba luchando a los golpes con un chico de, aparentemente su edad. No tenía muy claro su físico, solo podía notar su cabello negro, con algunos mechones blancos y unas manos de las cuales salían rayos.
-¿Quién es ese?- preguntó Eun-Ji.
-Esto no puede ser cierto-. Dijo Sam con algo parecido al... pánico.
-¿Lo conoces?- pregunté a la chica, quién seguía mirando entre los dos chicos. Así que la tomé con fuerza de los hombros y la moví hacia delante y hacia atrás tratando de sacarla de su trance-¡Sam!- exclamé-¡Sam! Debes decirnos-. Insistí y esta dirigió su mirada hacia mí-Dime, ¿Lo conoces?
- Ellos...- dijo, pero las palabras se le cortaban-ellos...so-son...-miró de nuevo al muchacho y luego tragó en seco antes de soltarse de mi agarre y y pasarse las manos por detrás de la cabeza- Ellos trabajan para los científicos.
Eun-Ji a mi lado soltó un jadeo de sorpresa y luego miró hacia el chico. Yo también lo hice. El muchacho parecía tener problemas para derrotar a Edur. Cuando se abalanzó hacia él, Edur lo esquivó y le ensartó un puñetazo en la cara que lo mandó al suelo, pero este se levantó y arrojó una patada que por fortuna Edur pudo esquivar.
-Se llama Gäel-. Dijo Sam apuntándolo-Y si él está aquí, eso significa que él-, apuntó al águila que luchaba contra las lechuzas y algunos murciélagos demasiado grandes para ser normales. Definitivamente eran estudiantes, aunque no sabía a qué academia pertenecíab- esa águila enorme es Seth.
-¿De dónde los conoces?-. pregunté.
-Conviví con ellos antes de escapar-. Respondió- Es...una historia larga.
-¿Por qué hacen esto?-volví a preguntar.
-Porque no tienen opción-. Respondió- O tal vez...no... Es imposible que lo disfruten. Ellos nos ayudaron a escapar.
-¿Ellos?- pregunto Eun-Ji-Y, ¿Por qué no se alían con nosotros?
-¡No lo sé!- exclamó, provocando que Eun-Ji y yo pegarnos un brinco-No tengo idea de porque hacen esto, pero si ellos dos están aquí, significa que los demás también.
-¿Cuántos son en total?- preguntó Eun-Ji.
- La ultima vez que supe de ellos eran cinco, pero siempre andan con uno de más, así que pueden ser seis-. Respondió sin más.
-¿Conoces sus dones?- preguntó Eun-Ji y Sam la miró con el ceño fruncido.
-Sí-. Respondió-¿Y eso que tiene que ver?
-Síganme-. Fue lo único que dijo ella antes de guiarnos hacia un lugar apartado, donde no corriéramos riesgo de ser vistas.
Al estar dentro de los restos de un agujero creado en un edificio, Eun-Ji se arrodilló en el centro, mientras Sam y yo en los lados.
-Sam, tú los conoces mejor que todos los que están allá afuera luchando-, explicó-eso nos da una ventaja. Así que, si conocemos los dones de todos ellos, podemos buscar una forma de debulitarlos.
-O al menos de intentarlo-. Dije yo sin creer que fuera posible.
—Gracias por el apoyo, Nicolle-. Habló Eun-Ji y yo rasqué la parte baja de mi brazo en un gesto nervioso.
-No se mucho sobre ellos, pues no solían relacionarse con los demás prisioneros-. Empezó a decir Sam- Pero según me habían contado, Gäel podía dominar la electricidad-. Eun-Ji y yo nos dedicamos una mirada de confusión.
-¿Ellos son Ángeles del Universo?- preguntó Eun-Ji y Sam negó.
-No todos los prisioneros éramos Ángeles del Universo-. Respondió- Algunos eran experimentos.
-¿Experimentos?-pregunté.
-Los científicos compraban fetos y experimentaban con ellos, con el objetivo de crear seres más evolucionados-. Explicó-Tipo superhéroes.
-¿Qué clase de locura es esa?-preguntó Eun-Ji molesta-¿Cómo van a hacer eso?
-Son unos monstruos-. Dije yo y Sam me dedicó una mirada que no pude entender si era de lástima o de algo más.
-Tres de ellos fueron esos experimentos—. Siguió diciendo Sam- El primero fue Gäel, luego Biel, quién tiene el don de dominar las mentes. Aunque algunos dicen que puede llegar a destruir órganos-. Un escalofrío me recorrió la espina dorsal-Y por último está Leví. Este es el que más terror me causa. Cuando era pequeña, los mayores nos contaban que podía convertirse en espectro y traspasar las paredes, e incluso podía pasar de un plano a otro.
-¿Eso es cierto?- preguntó Eun-Ji.
-El día que me escapé, solo tuve unos escasos segundos de contacto con él, pero casi me hago encima solo de mirar sus ojos vacíos-. Respondió- Un azul tan helado que parecía no tener vida.
-¿Cuáles son los otros?- pregunté y Sam se reacomodó en su lugar antes de responder.
-Ya conociste a Seth-. El águila- El faltante sería Luka-, respondió- domina el agua.
-Entonces los tenemos a todos-. Dije memorizando sus dones- Electricidad, dominación de las mentes, dominación del agua, espectro y un águila gigante-. Enumeré con los dedos.
-Pero faltaría el líder-. Dijo Sam poniendo una mano en su barbilla- No tengo idea de quién podría ser.
-¿Quieren conocerlo?- las tres dimos un respingo y nos pegamos a la pared, como si eso pudiera burlar la presencia del chico que se encontraba dentro de la pequeña cueva con nosotras.
Su cabello platino caía hacia atrás, dejando a la vista un par de cejas oscuras y pobladas haciendo contraste con su piel pálida. Sus labios secos y una nariz perfilada. Vestía de negro, con una capucha corrida hacia atrás y una sonrisa macabra comenzó a plantarse en sus labios, cual animal salvaje a punto de devorar a sus presas. Sin embargo, eso no fue rival al azul de sus ojos pálidos, sin una gota de vida en ellos. Entonces un solo nombre se me cruzó por la cabeza y a Sam también, pie la escuché al pronunciarlo:
- Leví.
Entonces su sonrisa creció.
Holaaa.
¿Cómo están?
En una categoría del 1 al 10 cuanto me odian por tardar tanto en actualizar.
La verdad es que abandoné esta historia por completo y lo siento mucho T-T. No hay excusas que excusen lo que hice.
Por eso les traje este pequeño capítulo que espero hayan disfrutado y de paso me cuentan cómo van con el inicio del curso. ^_^
Trataré de ser más activa con las actualizaciones, pero no prometo nada. Ya casi estoy por iniciar la universidad y no sé cómo pueda alinear mi tiempo, pero lo haré. Yo siempre encuentro una solución ;)
Bueno... Nos leemos en el próximo capítulo.
Bye bye
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