III
NICOLLE
Oscuridad.
Todo estaba oscuro.
Solo se sentían ruidos que provenían del otro lado de la puerta: pasos de personas que venían con bandejas que hacían resonar los recipientes, personas hablando mientras pasaban por delante, algunos sonidos de máquinas, como si estuvieran tomando nota de lo que alguien decía. Todo era confuso, no sabía que hacía aquí. Entonces alguien entró a la habitación. Venía vestido de negro y encima traía una bata. Me quitó las cadena que tenía en los tobillos y las manos para ponerlas a un lado.
—¿Quién eres? — pregunté, pero mi voz sonaba como la de una niña pequeña dentro de una cueva.
—Ya sabes quien soy —, respondió—nos hemos visto antes, solo que no me
recuerdas.
Veía al señor, pero no podía verle la cara. Entonces alguien más se posó en el marco de la puerta y le habló al hombre que estaba agachado frente a mí. A él si le veía la cara. Era joven, tenía el pelo castaño y ojos café claro. Su piel tenía un bronceado natural y vestía una camisa azul marina de mangas y un pantalón negro. En una muñeca traía un reloj negro que marcaba las 10:30pm y en su brazo había una serpiente marina tatuada en blanco y negro que cubría la mitad de su brazo empezando por el hombro y terminando un poco más abajo de su codo.
- Ya es hora doctor- le dijo, y el doctor saco algo que pareció una jeringuilla.
Yo me asuste y comencé a correrme hacia atrás. Ya los recordaba, no sabía como, pero estaba consiente de que eran peligrosos, pero no podía escapar de ellos, así que recorrí a la súplica.
- ¡No, por favor!- grité pero no me hizo caso, sino mas bien que llamo al que estaba en la puerta para que lo ayudara, este me tomó por los hombros para mantenerme inmovilizada.- ¡Basta!¡No lo hagan!...
-¡No!- grité aterrorizada, quería escapar de allí.
Entonces me fijé en que ya no estaba en ese lugar, sino en la habitación que me había preparado Aspen. ¿Qué había sido eso? No se quienes eran esas personas, pero querían hacerme daño.
La puerta se abrió y alguien entró para ir en dirección a donde yo estaba. Era Edur. Se sentó en una esquina de la cama, pero cerca de mí y acomodo unos mechones que se me habían corrido para el centro de mi cara que estaba llena de lágrimas y sudor, estaba en completo temblor y aun no se me había pasado el susto.
- ¿Qué pasó?- me preguntó y yo me fije en su rostro. No tenía ningún tipo de expresión en el, sólo estaba serio, si se lo proponía podría dar miedo.
- Fue solo una pesadilla - respondí y bajé la cabeza - perdón si te desperté, ya puedes volver a tu habita...
- Estas temblando - me interrumpió.- córrete un poco- me dijo y yo volví a mirarle, esta vez asustada.
- ¿Para qué? - le pregunté sin moverme de mi sitio.
- No te voy a dejar sola- respondió como si la respuesta fuera obvia- cada emoción fuerte hace que te enciendas en llama y no puedo arriesgarme a que quemes la casa.
- Tú no te vas a acostar aquí-. le dije.
- Si lo voy a hacer y tu no lo vas a impedir. Esta casa me costo mas de lo que tu vas a ganar en toda tu vida y me niego a dejar que la quemes- dicho esto me empujo un poco y se acostó sin esperar mi respuesta.
Yo me quedé como una boba mirándole. Tenía un pantalón y un abrigo negro con el logo de Marvel y su pelo negro estaba tan despeinado que le hacia verse tierno, como si fuera un niño de cinco años. Se veia tan dulce, ¿Quien iba a pensar que era el más grande imbécil de todos los tiempos?
Al ver que no se iba a levantar, no tuve otra opción que acostarme y cerrar los ojos para intentar dormir.No habían pasado ni treinta minutos cuando ya lo tenía pegado a mi espalda, inmovilizada. Quería darle una patada para que se saliera de encima de mí, pero no podía mover ni un centímetro de mi cuerpo.
- Psst- susurré con la esperanza de que me escuchara. - Edur - pero nada. Al parecer tiene el sueño profundo, “Ayuda"
Volví a intentar moverme, pero Edur apretó más con un gruñido, casi sofocándome. Miré su brazo y dude un segundo, pero no había mas nada que hacer. Y fue así como le mordí provocando que este se despertara y diera un brinco en la cama para caer sentado.
-¿¡Estas loca!? - me.gritó- ¿Sólo sabes morder?
-¡ Si no te hubieras pegado a mi nada de esto habría pasado!— le respondí molesta.
- Así que fue por eso- respondió - ¿Tienes miedo al contacto de hombre y mujer? - dijo cambiando su postura y corriéndose para donde estaba yo. Acercó una mano y me acarició el rostro con todo el descaro del mundo, luego la bajo hasta mi cuello y volvió a subir para acariciar el otro lado.
- ¿Qu-que haces? - pregunte asustada.
- ¿Que tu crees? - acercó su rostro al mío.
- Aléjate—. le advertí al saber lo que tramaba.
- ¿O sino qué ? - me preguntó y yo le solté un golpe en la cara haciendo que se alejara de mí. Luego como pude salí corriendo y me encerré en lo que resultó ser el baño principal. Edur se acercó a ella e intento abrirla, pero yo le había puesto seguro. Me mire al espejo y estaba roja como un tomate, "nunca había tenido contacto físico con un chico que no fuera de mi familia', esto era muy vergonzoso.Edur se rió al otro lado de la puerta al intentar abrir y fallar, por segunda vez.
- Nicolle, abre- me dijo pero yo le ignoré. - no sabía que nunca habías tenido contacto con un chico fuera de tu familia.- joder, se me había olvidado que escuchaba lo que pensaba.
- Deja de hacer eso- le dije al acercarme a la puerta y apoyar la frente en la madera. - deja de escuchar lo que digo.
- Lo siento - dijo al escuchar mi voz de súplica- te dejaré en paz, cuando te sientas cómoda puedes volver a la habitación. Solo no quemes nada. - y se fue.
Me quede allí unos minutos, muerta de la vergüenza y al calmarme volví a mi habitación que ya se hallaba vacía.
♋
D
esperté con el molesto sonido de alguien tocando mi puerta. Ya había amanecido y teníamos que prepararnos para partir hacia no se donde, solo sabia que alguien me estaba buscando y que ya no estaba segura en esta ciudad, así que cambiaríamos a otra, o eso fue lo que entendí. Cuando los sonidos de la puerta cesaron, alguien entro para toparse conmigo sentada en la cama, medio dormida.
- ¿Ya despertaste ? - me preguntó Eun Ji y yo asentí con un gruñido.- Bien. Te esperamos en la cocina, ya los chicos están allí.
Dicho esto salió y yo fruncí el ceño. ¿Por qué tenía tanto sueño? Miré el reloj que había al lado de mi cama y al ver la hora casi se me salen los ojos de órbita, eran las 6:30am. Podría comenzar a prepararme para ir a la escuela. Hablando de la escuela, ¿Que habrá pasado después de que me fuera?
Salí y me dirigí a la cocina aun en pijama. Todos estaban sentados en la isla desayunando mientras miraban la tele. Yo me senté en un taburete y Eun Ji me acerco un vaso con jugo de naranja y un plato con algunas rebanadas de pan acomodadas al borde del plato y un huevo frito en el centro. Comencé a desayunar mientras escuchaba a los chicos hablar.
- Ayer logré comunicarme con la Academia Astral y el profesor Lee vendrá pronto a recogernos. Dijo que no intentáramos nada y que Eun Ji no habriera ningún portal porque aun no tiene la suficiente experiencia .
- No es cierto - dijo Eun Ji molesta- papá sólo es un exagerado.
-¿Papá? - pregunté y todos se giraron a verme.- Y, ¿Qué es la Academia Astral? ¿Dónde queda?
- Ya habrá tiempo para responder a todas tus preguntas Nicolle-, me dijo Aspen- pero ahora es más importante salir de aquí antes de que te encuentren.
Edur no hablaba, solo se limitaba a comer en silencio escuchando a los demás, aunque en un momento lo atrapé mirándome, pero en ves de ser él el que cambiara la vista, fui yo. Después de lo que paso anoche iba a ser difícil mirarlo a los ojos. Había descubierto una parte se mí que me avergonzaba. Todas las muejeres de mi familia eran atrevidas y se esforzaban en conseguir lo que querían; yo en cambio era muy tímida y eso no me gustaba. Era algo así como la oveja negra de la familia.
- Nicolle, - dijo Eun Ji -¿Qué pasa? - preguntó con la preocupación reflejada en su rostro- ¿No te gustó lo que preparé?
Yo mire mi plato y luego mis manos para darme cuenta de que había parado de comer. Le di una sonrisa cálida a Eun Ji.
- Si me gusta-, le respondí - lo siento, me quede pensando en algo.
-¿ En que pensabas? - preguntó Aspen con una pizca de curiosidad.
- En nada-. le respondí pegando el vaso de refresco a mi cara causando que Aspen riera mientras Eun Ji lo miraba sin entender que le causaba tanta risa, ¿Acaso sabía lo de anoche?. Al parecer si ya que no dejaba de darme una mirada cómplice, aunque ayer no había pasado nada de nada.
De un momento a otro sentí el peso de una mirada sobre mí y rodé mis ojos para toparme con la mirada de Edur. Me miraba serio, pero se le notaba una leve sonrisa en la comisura de sus labios que si no eras detallista se te haría difícil notarla.
Al terminar desayunar, Eun Ji y yo limpiamos los platos mientras los chicos se vestían. Al terminar las dos fuimos a cambiarnos, cada una en un baño ya que en el ático estaba el baño principal y el del cuarto de Eun Ji. Terminando salimos y me sorprendió ver que en el salón principal habían tres hombres y no dos. Estaban Aspen y Edur, pero había otro, tenía el pelo castaño lacio peinado perfectamente hacia un lado, sus ojos eran rasgados y en todo el rostro se le notaban algunas arrugas. Vestía con una chaqueta verde oscura y una camisa blanca debajo, traía un pantalón marrón oscuro y unas botas negras que parecían militar. Él parecía un militar.
Hablaba con los chicos de algo hasta que notó nuestra presencia debido a Eun Ji.
- ¡Papá!- le dijo esta antes de salir corriendo hacia él y abrazarle. El señor que ahora sabia que era su papá, le correspondió abrazándola y acariciando su cabello se separo lentamente de ella.
- Eun Ji—. le dijo y me miró antes de agregar- Tú debes ser Nicolle.
- Soy yo —,dije y asentí con la cabeza - usted debe ser el señor Lee.
- El mismo y en persona —,dijo alargando su mano y yo la tomé- no sabes los problemas que nos has causado.- dijo cambiando su semblante a uno serio- Si alguien se hubiera enterado de que eras tú la que causo la explosión...
- Pero no pasó-.le dijo Edur saliendo en mi defensa. -“Vaya", pensé con sarcasmo, “mi héroe".
Edur me miró por un momento y entendí que me había escuchado cuando sonrió de lado antes de dirigirse al señor Lee.
- Ya lo tenemos todo listo. Deberíamos irnos antes de que descubran nuestra ubicación.
- Tienen razón -, dijo Lee - tomen sus cosas y vamo...
Un sonido de pedazos de ventanas cayendo al piso nos puso a todos en guardia. Aspen y Edur se miraron para después mirar a Eun Ji y al señor Lee, pero nadie me miró a mí, eso dolió pero debíamos enfocarnos en lo importante que eran los pasos de alguien acercándose.
Al llegar a la sala lo vimos, no muy bien pero lo vimos. Su pelo lacio era blanco caía por los lados y algunos flecos llegaban a su frente. Su cara estaba cubierta por una máscara negra a juego con el abrigo negro y un chaleco del mismo color. Traía un pantalón negro y unas botas del mismo color. Todo en el era negro excepto su piel blanca que daba a destacar unas horribles cicatrices por su cuello y sus ojos eran rojos. Que miedo daba ese ser. Miró a todos en la sala hasta llegar a mí. Entonces extendió su mano y me apunto con un dedo.
- Tú -, dijo y su voz gruesa me erizo toda la piel. Este hombre era tenebroso.- Ven conmigo. - instintivamente di un paso atrás y Edur se acercó a mí para tomarme de los hombros.
- Ella no ira a ningún lado - , dijo y yo me tensé al sentir su voz . Ya no era el Edur de esta mañana, ni de anoche; era alguien más y lo supe porque su voz había cambiado y al mirarlo sus ojos también. El azul verdoso había desaparecido, ahora era un azul mas fuerte, más oscuro, era tan penetrante que hasta a mí me asustó.
Él tipo que había intervenido en la casa hizo una seña de negación con la cabeza, moviéndola de un lado a otro. Entonces chasqueo los dedos y de sus manos salieron dos látigos negros con púas por toda su geografía. Con una mano levantó un látigo y le hizo dar una vuelta antes de lanzarla donde nosotros. Todo paso muy rápido. Edur cambio su posición poniéndose frente a mí y con sus manos creó una especie de escudo echa de agua que había salido de la cocina para centrarse frente a nosotros a modo de defensa. El látigo chocó con el escudo, pero no lo traspaso, más bien chocó y volvió hacia su dueño para enrredarse en su cuello y tirarlo al piso. No entendí que pasó, ¿Cómo el agua se había echo tan fuerte como para detener el curso del látigo? Todo cobró sentido cuando Aspen se acercó a Edur.
- La próxima vez avisa -,le dijo en un tono molesto - No puedo congelar el agua tan rápido si no se lo que vas a hacer-. y Edur le contestó:
- Sabía que entenderías y serías rápido.- iban a seguir en su discusión, de la que yo era ajena cuando el señor Kim intervino.
- Chicos vengan, debemos marcharnos- ya había abierto un portal, en medio de la sala. El chico raro seguía en el suelo tratando de soltarse sin éxito.
Los tres nos acercamos y entramos en el portal seguidos de Eun Ji y su padres, pero antes de que se cerrara miré al salón para ver al chico de pie, mirando hacia nosotros, no , hacia mí y mi cuerpo se tenso del miedo, antes de crear interrogantes¿, Quién era ese tipo? Y lo mas importante ¿Por qué me quería a mí? Y ¿Por qué me parecía tan conocido?
♌
Aparecimos en un lugar parecido al desierto. Había arena por todos lados y el calor era intenso. Debido al frío que hacía en Suecia, yo llevaba un abrigo de lana y un pantalón blanco que me estaba ahogando del calor. Como traía una blusa de tirantes deban del abrigo, opté por quitármelo y amarrarlo a mi cintura.
- Papá, hace mucho calor -. dijo Eun Ji - ¿Por qué nos trajiste aquí?
- No sé -, dijo el señor Lee- solo pensaba en salir de esa casa.
- ¿No puedes abrir otro portal? - pregunté abanicándome con la mano.
- Necesito descansar -. dijo - Ya no soy tan joven y esto me roba energía.
- Entonces no queda más que caminar en busca de algún refugio, o el Sol nos va a cocinar.- dijo Aspen.
Siguiendo su consejo comenzamos a caminar con la esperanza de encontrar algún lugar para refugiarnos, pero solo habían dunas de arena. No se veía nada más alrededor. Siempre había querido ir al desierto del Sáhara, pero no imaginaba que en un desierto podía hacer tanto calor. Eun-Ji caminaba aferrada al brazo del padre, Aspen a cada rato debía de pararse para sacar arena de sus zapatos mientras maldecía a quien los hubiese creado. Yo tenía sed, pero no me atrevía a decirlo ya que seguro los demás también tenían sed. Además no me iba a arriesgar a que Edur se burlara de mí por ser débil. Me sorprendió cuando fue este el que se quejó de que tenía sed.
- Debe haber agua por aquí cerca -. dijo el señor Lee.
- ¿Cómo lo sabes ? - preguntó Eun Ji a lo que el señor le apuntó algo.
- Los camellos-. dijo y todos miramos hacia donde apuntaba- Puede que ellos vengan de un manantial. - Yo no veía camellos y los demás chicos tampoco.
- Papá, estas alucinando. - le dijo Eun Ji y su padre la miro indignado.
-¿De qué hablas? - le preguntó - yo estoy muy seguro de que son ellos. Mira como corren. - siguió apuntando hacia un lugar donde únicamente habían dunas provocando una discusión padre-hija donde la hija intentaba hacer entrar en razón al padre y este no hacia caso. Yo por mi parte ignoré y giré mi cabeza en busca de algo. Fue entonces cuando vi unas palmas. Parecía un espejismo, pero yo estaba segura. Me giré hacia Aspen y lo tome del brazo.
- Dime que tú también lo ves -. apunté hacia las palmas y este sonrió.
- Palmas -. dijo confirmando que también lo veía.- Chicos hay un manantial por allá.-Todos giraron la cabeza hacia donde Aspen apuntaba y sentí un enorme alivio al ver que ya se habían tranquilizado los Lee.
Fue así como giramos y nos dirigimos hacia el manantial. Ya no nos importaba la arena en los zapatos ni el Sol encima de nosotros. Queríamos beber agua y quizás mojarnos un poco. Ya faltaba poco para llegar cuando Edur cayó al suelo. Sus labios estaban resecos, parecía que no había tomado agua en días. Aspen se acercó y lo tomó de la cara. Miró su rostro y pide percibir a Edur diciendo algo a su hermano.
- Se está deshidratando-, dijo Aspen - tenemos que apurarnos.
Este lo tomó por un brazo y lo levantó. Edur se agarro de su hombro y caminó como pudo. El señor Lee se acercó a ayudarlos tomando el otro brazo de Edur. Mientras más nos acercábamos más irreal nos parecía aquello. Se sentia como una liga de euforia con un poco de adrenalina. Eun Ji y yo íbamos de la mano, casi corriendo. Ya se podía ver el manantial y algunos arboles alrededor. Eun Ji se detuvo de golpe deteniéndome a mí también. No sabía por que lo había echo, hasta que miré unos carros negros acercándose al manantial. No eran carros comunes. Eran grandes y extraños. Sus llantas eran de Todo Terreno, pero la estructura parecía la de un carro de guerra. El señor Lee nos preguntó porque nos habíamos detenido, pero al parecer entendió cuando llegó donde nosotras y vio lo mismo. Yo como siempre era la ultima en enterarse de las cosas, así que dejé hablar a los profesionales.
- Debemos escondernos -.dijo Lee.
- Pero Edur necesita agua, ¡Ya!—no entendía por que Aspen estaba tan preocupado por su hermano. ¿Acaso el no tenía sed? Todos teníamos sed, así que podíamos esperar un poco más.
- No podemos arriesgarnos a que nos vean. - el señor Lee nos guió hacia una roca en forma de mini cueva y nos arrecostamos disfrutando de la poca sombra que nos daba. Allí se pusieron a discutir sobre el agua que necesitaba Edur y quedaron en que Aspen iría a buscarla.
- Necesito algo para guardarla - .dijo Aspen buscando a su alrededor, porque claro que podía encontrar un pomo de agua en medio de un desierto, ¿Por que no? La fé es lo último que se pierde.
- Toma esto -. dijo el papá de Eun Ji.Todos nos quedamos mirando el embace de plástico que estaba sosteniendo en su mano - Esta mañana tenía hambre así que me compré algunas frituras.
- Claro -. dijo Aspen tomando el enbace - Ya vuelvo —. dijo mirando a su hermano que débilmente asintió.
Se fue y todos nos quedamos esperando a que nada malo le pasara. Eun Ji y su padre estaban en una esquina hablando de algo que no me interesaba escuchar, y Edur y yo estábamos del otro lado donde nos daba un poco más de sombra. El sudor caía por mi cara y estaba comenzando a sentir sueño. Edur estaba igual y así como así cayó en mi hombro con respiraciones lentas. Parecía que estaba dormido, pero sus ojos estaban abiertos se par en par.
- Tengo mucha sed -. dijo en apenas un suspiro.
-¿Por qué estas tan mal?- Le pregunté entonces.
- Tú don es del fuego, lo que te ayuda a aguantar un poco más estos lugares calurosos,- dijo el señor Lee - pero el de Edur es agua. El agua se evapora con el calor, así que Edur es más vulnerable a este ambiente, de ahí que este en ese estado, tan débil.
- No entiendo nada. - dije. No sabía lo que era ese don. ¿Por qué Edur tenia el “don del agua" y yo el de fuego?
- Nicolle- dijo el señor Lee - ¿Qué día tú naciste?
- El veinte de marzo. ¿Eso qué tiene que ver?
- ¿Cuál es tú signo? - volvió a preguntar.
- Soy...- me quedé en silencio pensando- Aries - dije al final.
- Aries es un signo de fuego. - respondió el señor Lee - En el mundo hay lo que llamamos “Ángeles del Universo". Son chicos que nacen con dones que están vinculados a su signo zodiacal.
- Espere-, trate de procesar la información- entonces yo soy un ángel de esos, ¿Verdad?
- Efectivamente-. respondió. Yo me quedé en silencio unos minutos y luego miré al padre de Eun Ji con no cara de “Muy creativo". Sí, no le creía nada.
-Perfecto-, le dije- muy linda su historia, ahora cuente la verdadera.
- Esa es la verdadera. - en su cara se notaba que estaba muy seguro de sus palabras.
- Entonces, ¿Yo soy una de esas personas que tienen súper poderes?
- Dones. - me rectificó.
- Estoy muy confundida. - dije - ¿Por qué yo?
- No estoy seguro - dijo el señor Lee - normalmente los que nacen con este don son chicos descendientes de otros ángeles del universo que tras armar una familia viene a este mundo para criar a sus hijos en un lugar donde no hallan tantos peligros, pero en tú caso tienes padres completamente normales. - se quedó en silencio unos segundos- a menos que seas adoptada.
-¿Qué? - pregunté - ¿Adoptada? No lo creo. Mis padres me lo hubieran dicho.
- Normalmente los padres les ocultan esa información hasta que los hijos se hacen mayor de edad Nicolle. - dijo Eun Ji entrando a la conversación.
Yo no podía ser adoptada. Tenía mucho en común con mis padres, creo.
- Pero,¿por qué mis padres me adoptarían si ya tienen una niña? - hablé refiriéndome a mi hermana. Ella era dos años mayor que yo. Normalmente las adopciones las hacen las parejas que no tienen la posibilidad de concebir hijos.
- Eso es lo que no logro entender. - dijo el señor Lee- pero puede que haya otra razón. Puede que no seas huérfana.
- Yo creo que si lo es-, dijo Edur - sólo mírenla. No tiene mucho en común con sus padres.
- Yo creo que si me parezco mucho. - respondí incrédula.
- ¿En qué? - dijo este con los ojos semicerrados- ¿En su cabello o en sus ojos?
Shit. Tenía razón. Después de todo tampoco recuerdo mucho de mi infancia y no recuerdo bien el rostro de papá, pero no creo que ellos me hayan ocultado el echo de que no soy su hija.
-¡Miren allá!
A lo lejos se escuchó la voz de un hombre avisando a sus compañeros de algo que había visto. Me levanté un poco para mirar que pasaba. No nos habían descubierto; de eso estaba segura ya que nuestras distancias eran lejanas.
- Aspen -, dijo el señor Lee al lado mío- lo han descubierto—Miré hacia donde miraba y pude ver que lo tenían acorralado.- debo ir a ayudarlo.
- Pero tú no estás en condiciones- dijo Eun Ji.
- No puedo quedarme de brazos cruzados. Ustedes son mi responsabilidad.
Dicho esto fue a levantarse, pero algo le hizo volver a agacharse. No paraba de mirar la escena y yo tampoco. Edur no paraba de preguntar que pasaba, pero su voz no era más alta que el sonido del viento arrastrando la arena.
Allá a lo lejos Aspen hizo que se levantara un tornado de arena. Este se fue acercando poco a poco hasta que los tragó a todos. Mis ojos se abrieron de par en par, ¿A qué loco se le ocurriría traer su trampa hacia si mismo?
- ¡Tenemos que ayudarlo! - grité. Este loco suicida había sido tragado por su propia creación.
- Nah - dijo casual el señor Lee— él esta bien— se acomodó en la roca, mientras yo lo miraba incrédula, hasta que este se dio cuenta— Mira—.me apuntó hacia el Oasis donde el tornado hacía volar a los hombres que se hallaban dentro. Algunos volaban y caían a lo lejos, otros se golpeaban con las palmas muriendo al instante y otros eran arrastrados por el piso debido a la fuerza de los vientos. Allí, al alejarse el tornado, no quedó nadie más que el mismísimo Aspen.
-¿Cómo? - pregunté confundida. No esperaba una respuesta, pero :
- El don de Aspen es el aire. - dicho esto volvió a agacharse. Aspen se había echo cargo de todos los hombres. Ya no había peligro, o eso pensamos.
Antes de volver a agacharme vi como un carro arrancaba y se iba a toda velocidad. Aspen también lo vio y trató de detenerlo, pero fue muy lento. El auto desapareció a lo lejos y Aspen quedó con la mano en la cabeza, se veía frustrado. Pateó una roca que cayó al agua y luego se giró para toparse con mi mirada y hacernos una señal de que fueramos hacia allá.
Tercer capítulo 😆
Entonces...¿Qué les ha parecido?
¿Qué piensan de los personajes?
Me lo pueden dejar aquí, en los comentarios, al igual que un voto si les parece interesante la trama.
¡Gracias por no dejar la historia! ❤
Se les quiere <3
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