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capítulo treinta



—Déjame hablar con esa lunatica —se quejó Draco, intentando sobrepasara Ariel— voy a enseñarle lo que es bueno.

Ariel estaba realmente sorprendida por el comportamiento de Draco, ella solo había salido en la mañana de su sala comun para ir al Gran Comedor, pero el la había abordado antes de que llegará

—No la tra-trates a-asi —murmuró la chica— ¿Que e-esta pa-pasando?

—Oh ¿no sabes lo que esta pasando? —le preguntó Draco con sarcasmo— es obvio que tu sabes todo lo que esta pasando. Esa loca es tu amiga

Si bien Draco se había comportado mal con ella antes, Ariel no lo había visto nunca tan enfadado, él tenia la cara roja y parecia que en cualquier momento iba a comenzar a salir humo de sus oidos

—N-no lo s-se —confeso Ariel— ¿Pu-puedes de-decirme lo que e-esta pa-pasando?

—¡Esto esta pasando!

Draco intento sacar una hoja del bolsillo de su pantalón, pero de lo nervioso que estaba la termino rompiendo. Una parte terminó en el piso y la otra la empujó en el pecho de Ariel con brusquedad.
La rubia se agachó para tomar el pedazo que estaba en el piso y asi poder unir las partes.

En un principio se sorprendió al notar que era una página de la revista del padre de Luna, pero sus cejas se fruncieron cuando leyó el titulo HARRY POTTER HABLA POR FIN TODA LA VERDAD SOBRE EL-QUE-NO-DEBE-SER-NOMBRADO Y LA NOCHE QUE LO VI REGRESAR.

Ariel inclinó la cabeza cuando leyó el nombre del padre de Draco en el articulo, ella realmente no tenía idea de que decirle.

—Yo no-no creo que Lu-luna lo hiciera co-con intención de la-lastimarte.

Draco soltó una risa que carecía de gracia.

—Esa asquerosa... ¿realmente puedes llamarla amiga? Cuando te descuides un segundo va ir corriendo a contarle a su papi algo de ti solo para que alguien lea su miserable revista. No me sorprendería si utilizará la muerte de tu padre para ganar fama. Tienes que elegir mejor la clase de amigos que..

—Tu —a Ariel le tembló la voz cuando señaló a Draco con su dedo indice— Tu no-no hables de m-mi pe-padre. No ti-tienes de derecho.

El rubio se quedo en silencio por un minuto mirando a Ariel con sorpresa. El definitivamente no estaba esperando que ella lo enfrentará. Nunca, ni en toda las veces que él la había molestado en los años anteriores, ella se habia defendido.

—Lo siento ¿te lastime, no? -—le preguntó Draco— es feo que hablen de tu padre ¿no? Pues asi me siento yo, culpa de la lunática de tu amiga.

Ariel miró hacia otro lado intentando contener las lágrimas.

—Te-tengo que i-irme —murmuro, intentando alejarse pero Draco la tomo por el brazo.

—Oye, lo lamento. Me equivoqué —admitió con rapidez— se que no debí decir eso, pero es que estoy tan molesto...

La chica asintió y se liberó lentamente del agarre de Draco.

—Es-esta bi-bien, s-solo quiero vo-volver a mi-mi habitación.

Ariel no esperó una respuesta, solo se fue intentando caminar lo más rápido posible para llegar a la torre de Ravenclaw. Una vez allí respondió el acertijo, entró y sublo corriendo las escaleras para llegar a su cuarto.

Cuando Willy la vio entrar levanto la cabeza de la almohada y acarició el lugar, invitando a Ariel a acostarse con él.

—E-extraño ta-tanto a mi papá —confesó Ariel con los ojos llenos de lágrimas— ya na-nada es lo m-mismo sin e-el

Willy estiró una de sus manitos y la apoyo en la mejilla de Ariel intentado confortarla.

Por lo menos Ariel lo tenia a Willy, que había sido un regalo de su padre. Ella ahora comprendía que parte de su padre ahora iba a estar alli, cuidándola a través de las criaturas que los dos tanto amaban.

...

—Papá y Harry tiene un ciervo, yo un pequeño cervato —murmuro Lizzy mirando su patronus que descansaba a sus pies— me pregunto cual es el de Teddy espero que sea un cervato como el mio, asi somos dos contra dos.

Por fin habían empezado a trabajar en los encantamientos patronus en las reuniones del ED Y aunque había sido realmente complicado para Ariel encontrar un buen recuerdo, sin terminar llorando por recordar a su padre, al final lo habia conseguido

Su patronus era un bonito búho y según lo que Lizzy le había dicho, los búhos están asociado con la sabiduria y la intuición. Además de que eran considerados como los mensajeros entre el mundo de vivos y el inframundo.

—Tu me di-dices siempre que e-es bueno se-ser unicos —murmuro Ariel sonriendo de costado— quizás tu ce-cervato e-es único.

Elizabeth sonrió con orgullo y se estiró para pasar uno de sus brazos por los hombros de Ariel.

—Ahora tu me das lecciones a mi —le dijo mientras fingía limpiarse una lágrima— el alumno ha superado a el maestro. Mis respetos, señorita Scamander.

La rubia solto una risita.

—Re-realmente no-no hubiese llegado a donde es estoy sin ti-ti —afirmó Ariel diciéndolo de verdad aunque pareciera una broma— tu si-siempre estas ahí in-intentado a-ayudarme cu-cuando no es tu-tu de-deber hacerlo.

—Soy tu mejor amiga es... —las palabras de Elzabeth quedaron en el aire cuando vio a su hermano hablando con un elfo doméstico— ¿Dobby? ¿Que mierda? ¿Realmente es posible que el patronus de alguien sea un elfo doméstico?

—No es un patronus, idiota —murmuro Evan Mckinon, acercándose a ellas.

—Harry Potter, ella..., ella...

Dobby se golpeó fuertemente la nariz con el puño que tenia libre y Harry se lo sujetó. Ariel se sintió mal por él.

—¿Quién es ella, Dobby? —Harry le preguntó-
— ¿La profesora Umbridge?

El elfo asintió, y a continuación intentó golpearse la cabeza contra las rodillas de Harry, pero el estiró los brazos y lo mantuvo alejado de su cuerpo.

—¿Qué pasa con ella, Dobby? ¿Estás insinuando que ha descubierto esta... que nosotros, el ED? ¿Viene hacia aqui? —inquirió Harry rápidamente.

Dobby solo un alarido y exclamó:

—¡Si, Harry Potter si!

Harry se enderezó y echó un vistazo a los inmóviles y aterrados alumnos que miraban al elfo, que no paraba de retorcerse.

—¿A QUÉ ESPERAN? —gritó— ¡CORRAN!

Ariel volteó a mirar a Elizabeth con miedo.

—Vete —la alentó la pelirroja— se como manejar sapos, puedo con el de Neville.

La rubia no estaba de acuerdo con dejar a Elizabeth atrás, pero ella sabía que su amiga no se iba a ir sin su hermano. Asi que Ariel busco a Luna entre la multitud y ambas salieron corriendo de la sala de menesteres, esperando no toparse con nadie.

—¿Que va a pasar con Lizzy? —preguntó Luna volteando mientras corría.

—No-no lo s-se, pero es-espero que e-este bi-bien.

—Yo también —murmuró Luna— pero me gustaría haberme quedado a mirar como domaba a los sapos. Yo jugaba con los sapos cuando era niña...

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