capítulo veinticinco

Ariel no podía sentirse en otro estado que no fuera de ensueño. La sola idea de besar a un muchacho ya implicaba que ella se ruborizara asi que ni siquiera quería saber de que color se encontraba cuando Draco Malfoy se separó de ella y le sonrió antes de irse al vestuario para prepararse.

—¡Mujer, consiganse una habitación! —chillo Elizabeth con diversión llegando hasta donde Ariel antes de sostenerla por los hombros—¿Ese era el tipo de beso que querias?

La rubia levanto la mano torpemente y se la llevo a la boca.

—Me be-beso —susurró.

—Si —afirmó Elizabeth tirando de su otra mano para que comenzará a caminar— y todo el mundo lo vio, asi que vas a ser la persona más odiada por el club de fans de Malfoy, pero si te molestan tu me avisas.

—Te-tengo que co-contartle a mi-mi papá que d-di mi pri-primer be-beso.

La pelirroja arrugo la nariz.

—Oh bueno...

—El s-se va a po-poner muy fe-feliz por mi po-porque un mu-muchacho me be-beso y no tuve que pe-pedirle un co-consejo.

—Ahhh los consejos de un padre —chillo Elizabeth dramáticamente mientras se llevaba una mano a la frente— lo comprenderia si no hubiesen asesinado al mio.

Ariel de repente se sintió mal por haber dicho eso frente a Lizzy, pero ella le aseguró que solo estaba bromeando y que no queria interrumpir su momento de éxtasis por ser besada. Luego de eso ambas amigas se separaron mientras que Elizabeth se iba a las tribunas con los de Gryffindor para alentar a su hermano, Ariel se acercó hasta la de Ravenclaw, intentando no sentirse culpable por tener una bufanda que no pertenecia a su casa.

—¿Por que no nos has contado que eras la novia de Draco Malfoy? —chillo Padma Patil, tirando del sueter de Ariel para que se sentará con ella— cuentanos. ¿como es él?

La rubia miro a Helena Smith que se inclinó en su lugar, junto a Padma esperando una respuesta.

—El e-es...—comenzó Ariel con nerviosismo— el es una bue-ena pe-persona.

—¡Ya lo sabemos, tonta! —respondió Helena—dime ¿como fue que lograste llamar su atención?

—¿Una poción de amor? —preguntó Padma mirandola acusadoramente.

Ariel se apresuro a negar.

—N-no, yo nu-nunca...

—La hizo Potter ¿no? Escuche que la atraparon a ella ya Shafiq en el despacho de Snape robando cosas.

—Mi hermana —siguió Padma— la escuchó hablando en la sala comun sobre eso.

—Ni E-elizabeth ni yo haríamos a-algo asi, nu-nunca —dijo Ariel comenzando a enfadarse— el u-uso de una po-pocion de amor es ilegal, va-va en contra d-de mi-mis pri-principios.

Sin querer escuchar una respuesta más por parte de sus compañeras de casa, Ariel se levantó de su lugar y esquivó a las personas intentando salir del campo de juego para volver a su habitación.

Ella se sentía mal porque le había dicho a Draco que iba a verlo en el partido y ella tranquilamente podría haber ignorado a sus compañeras, enfocándose en el partido. Pero Ariel se encontraba demasiado enojada como para quedarse un momento más.

Ariel realmente no era una persona que se enojara con rapidez, ella trataba de ser paciente como esperaba que sean con ella a la hora de escucharla tartamudear, pero lo que habían insinuado Padma y Helena la habia ofendido completamente.

Era cierto que Ariel no era linda, no era sangre pura y que no entraba en los estándares de Draco Malfoy, pero ella nunca utilizaría una poción de amor para que un chico se fjará en ella.

El mismo Draco Malfoy le habia dicho que ninguna persona se enamoraría nunca de ella, pero las personas podían mentir o hasta cambiar de opinión ¿no?

Ariel ahora no estaba segura de haber confiado plenamente en él, parecia sospechoso que de un momento a el otro el pasará de molestarla a insinuar que le gustaba...

—¿No estabas disfrutando del partido, Ariel?

La rubia se enderezo y se dio vuelta con rapidez para encontrarse con el profesor Dumbledore que la miraba con amabilidad.

—N-no, yo...

—¿Por que no me acompañas a dar un paseo, Ariel?

Dumbledore extendió su brazo y Ariel lo tomó de forma tímida. Ella ya había estado con el director antes, cuando él la había hecho bailar en la enfermeria para que su noche no se arruinará por completo, pero Ariel no queria molestarlo.

—¿Sabes? —comenzó Dumbledore comenzando a caminar a paso lento— me hubiese gustado tener una nieta.Conozco a tu abuelo desde que tenía once años y él siempre ha fanfarroneado diciendo que tiene a la mejor nieta, y ahora comprendo porque lo decia.

Las mejillas de Ariel se calentaron con rapidez.

—Gra-gracias s-señor usted e-es un mu-muy buen di-director y siempre me pa-parecio agradable.

Dumbledore soltó una risa.

—Me siento halagado, vas a hacer que mis mejillas esten más rojas que las tuyas.

—¿Pro-profesor puedo preguntarle a-algo?—le susurró Ariel, mirando los pasillos del castillo como si fuera la primera ves que los observará.

—Adelante, Ariel.

—¿E-es bueno co-confiar en la-las p-personas aún si-sin conocerlas de-demasiado?

El director se quedo callado por un momento, pensando en una buena respuesta.

—La mejor manera de saber si puedes confiar en alguien es confiando —respondió Dumbledore— Confia en ti y sabrás como vivir.

—A-a veces te-tengo miedo de to-tomar de-decisiones y e-equivocarme —confesó Ariel mirando sus pies— to-todo p-parece sa-salirle bien a la ma-mayoria de las personas, pe-pero sin e-embargo, cuando yo-yo intento hacer a-algo te-termino fra-fracasando. No quiero co-confiar en Draco si e-el va a te-terminar la-lastimandome.

—Está bien tener miedo. Tener miedo significa que estás a punto de hacer algo realmente valiente y si no lo intentas nunca descubrirás si vas a fracasar —dijo Dumbledore con calma— Pero el amor, Ariel, es algo hermoso.

—¿Que pa-pasa si e-el esta co-conmigo solo p-para molestarme? Yo n-no puedo hablar fu-fluidamente y...

—Creo que el joven Malfoy te acepta tal cual eres.

—¿De ve-verdad?

—Si, eso es lo que creo.

Ariel sonrió de costado.

—¿U-usted alguna ve-vez se e-enamoro? —le preguntó.

—Oh, lo hice, amé mucho en mi vida.

—¿Fue li-lindo para u-usted?

—Una sensación extraordinaria.

—Gra-gracias, profesor.

—No tienes nada que agradecer, Ariel —le dijo Dumbledore— disfruto mucho de tu compañía. ¿Quieres un caramelo de limón?