vi.

capítulo seis

Entonces, Ariel no estaba segura de como pero el nombre de Harry Potter había salido en el caliz de fuego y ahora había dos campeones de Hogwarts.

La rubia había recibido una carta de su padre durante la mañana, Fido parecía realmente decepcionado de que opacaran a su antigua casa, pero le había aconsejado a su hija que no se metiera en problemas apoyando a uno o a otro.

Si Ariel era completamente sincera, ella se sentía un poco mal por Harry. Cuando Dumbledore leyó su nombre, ella lo había visto casi pálido mientras se dirigía con los demás campeones. Si Ariel no hubiese sido tan tímida, quizás se hubiera acercado a el para decirle que realmente le creía cuando decía que no había puesto su nombre en el cáliz de fuego.

Por esa razón había decidido saltarse el desayuno y juntar todas las insignias de apoyo de Potter aspesta e intentar hacer algo con ellas para que Harry no se sintiera tan sofocado por el odio de todas las casas sobre el.

Actualmente Ariel había llegado a juntar solo diez insignias en su sala común y estaba pensando en aprovechar su hora libre para ir a la biblioteca a investigar como se podía deshacer de aquellas cosas. 

Pero bueno, la suerte nunca estaba de su lado.

Ariel se había quedado atrapada en el medio del pasillo por todos los alumnos que salían de sus clases, asi que estaba bastante ocupada esquivando golpes en la costilla y pisotones que no se dio cuenta que alguien venía de frente.

Cuando la chocaron, Ariel tuvo la suerte de no terminar en el suelo (lo que le habría causado aún más vergüenza) pero su mochila no tuvo la misma suerte cuando se resbaló de su hombro y terminó en el suelo.

Harry Potter que era quién la había chocado se agacho para levantarle la mochila pero uno de los botones se salio y las insignias de Potter apesta terminaron a sus pies.

Ariel rápidamente se agachó para comenzar a meter las cosas de nuevo en su mochila cuando los demás alumnos comenzaron a quejarse porque les estaban tapando el paso.

Pero cuando Ariel junto todo y se puso de pie nuevamente Harry no la dejo irse. La tomo del brazo y la obligó a enfrentarlo.

—¿Que era todo eso? —le preguntó claramente hablando de las insignias.

Las mejillas de Ariel se tornaron rápidamente de un color rojo. Ella no quería por nada en el mundo que pensará mal de ella, Ariel solo estaba intentando hacerle un favor, pero cuando por fin reunió las palabras para comenzar a hablar Harry lo hizo primero.

—Pense que tu eras diferente ¿sabias? —dijo de forma amarga— Todos en el colegio se burlan de ti y a la primera oportunidad que tienes de hacer algo ¿tu prefieres burlarde de los demás?

Ariel nego y se maldijo intermanente por partamudear, ella quería hablar rápidamente para hacerle saber a Harry qur ella no tenia intenciones de herir sus sentimientos, solo quería hacer desaparecer las insignias, pero el chico no la dejo.

—No-no...

—Ahora veo porque no tienes amigos y porque todos se burlan de ti. Podrías hacer amigos si lo quisieras pero nadie se quiere juntar con personas como tu ¿no? Por eso Malfoy esta interesado en ti...

Pero Ariel nunca escucho el final de la oración porque la empujaron hacia atrás y alguien que ella rápidamente reconoció se puso frente a ella.

—Oh parece que ser un campeón se te subio a la cabeza ¿Verdad, Potter? —le preguntó Draco con diversión mientras sacaba su varita.

De repente, los alumnos que anteriormente se habían estado quejando dejaron de hacerlo para prestarle atención a Draco y a Harry que se estaban apuntando con sus varitas.

Ariel no lo encontró tan divertido y podía recordar con claridad aue la última vez las cosas no salieron muy bien para Draco cuando lo convirtieron en hurón. Asi que dio un paso al frente y apoyó su mano en el brazo del rubio.

—No-no te me-metas en pro-problemas —le pidió en voz baja intentando que los demás no la es cucharan.

Pero al parecer Harry si la había escuchado cuando una sonrisa burlona se dibujo en su cara y miro directamente a Draco con una ceja alzada.

—¿La tartamuda tiene miedo a que las-lastime a su novio?

Draco que había bajado un poco la varita  cuando Ariel le hablo, la volvio a subir y se aproximó a Harry de manera amenazadora.

—Ahora que eres un campeón crees que puedes hacer lo que se te de la gana pero nunca más en tu vida vuelvas a llamara a Scamander asi o dirigirle la palabra porque te las vas a ver conmigo —lo amenazó Draco— porque hacer que despidan al guardabosques o pedir la ejecución de un hipogrifo no es nada comparado con lo que puedo hacer para arruinarte a ti o todos tus asquerosos amigos. ¡Y esto va para todos los que se meten con A.. con Scamander!

Ariel estaba segura que Harry no se había asustado ni un poco por lo que Draco le había dicho, pero los demás alumnos si y comenzaron a irse cuando un profesor se apreció en la escena.

Moody miro las varitas levantadas de Draco y de Harry, antes de mirar a Ariel que estaba prácticamente aferrada a su mochila.

—Largo de aquí ustedes dos —los señaló Moody con su varita— ¡Tú Scamander ven conmigo!

Ariel le dio una rápida mirada a Draco.

—Gra-gracias por de-defenderme pero...

—No te defendí —le espetó Draco guardando su varita— ¿Por que te defendería?

Pero Ariel no pudo decirle más nada porque el rubio se alejó de ella y Moody la miro con impaciencia.

El camino al despacho del profesor fue en silencio, aunque Ariel podia sentir que el ojo mágico de profesor todavía la estaba mirando.

El despacho resulto ser realmente interesante, pero Ariel no tuvo mucho tiempo de mirar porque le profesor Moody se sentó detrás de su escritorio y la obligó a sentarse frente a el.

—¿Haciendo que dos muchachos se peleen por ti, Scamander?

Ariel nego rápidamente con las mejillas coloradas, aunque el profesor Moody lo había dicho en un tono burlón, ella ni siquiera podía imaginarlo.

—No se-señor. Yo no que-queria... —pero la rubia se quedo en silencio sin saber que más decir, ¿Realmente valía la pena explicarle que ella había intentado deshacerse de las insignias? Ahora que lo pensaba resultaba bastante tonto.

—Tartamudeas mucho ¿eh? —le preguntó mirándola con su ojo bueno— Podría ayudarte con eso.

Los ojos de Ariel se iluminaron de repente.

—¿De-de verdad? 

Si el profesor Moody la ayudaba a dejar de tartamudear eso significaba el fin de las burlas. Y Ariel sabía que su madre se iba a poner muy contenta.

—¿Sabes Scamander por que no te hice pasar al frente cuando estábamos practicando la maldición imperius? —le preguntó Moody sacando su petaca.

—No, se-señor.

—Estaba pensando... —se tomó su tiempo para tomar un trago de la petaca— ¿Que si te obligo a hablar con fluidez con la maldición imperius? ¿Serias capaz?

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