19 | Soy como tú
Los ojos de Annette Leblanc no se apartaron de ella en ningún momento mientras seguía a Annabelle. Por un momento dudó en si había hecho bien en presentarse allí, pues sabía que no era del agrado de la tía de su amiga. Nunca se lo había expresado directamente, pero las miradas que le regalaba cada vez que coincidían, eran bastante claras.
—¿Qué hace ella aquí? —Su voz destilaba odio y Annette no se molestó en ocultarlo—. Sabes que los Dumont no son bienvenidos en esta casa.
—Ette... —le advirtió la joven con la mirada. Sentía que debía pararle los pies a su tía antes de que comenzara una discusión—. Elisa es mi amiga, bueno, lo era, así que te pido por favor que respetes mi decisión de que ella esté aquí.
—Pero creía que vosotras dos... —En ese momento fue interrumpida por el maullido de Gauvian que apareció de detrás del sofá.
—¿Y ese gato? —se atrevió a preguntar Elisa, pese a que la voz en su cabeza le dijera que no era buena idea hacerse notar, no cuando tenía en su contra a la dueña de la casa. —¿Desde cuándo tienes un gato, Belle?
Annabelle no pudo contestar porque Annette fue mucho más rápida y lo hizo.
—No es de tu incumbencia, muchacha.
—Ette... —le advirtió Annabelle tratando de evitar que su tía se pasara de la raya, así que tomó del brazo de Elisa buscando alejarse de allí antes de que las cosas fueran a peor—. Mejor nos vamos a mi habitación, Elisa y yo tenemos asuntos pendientes.
Annette no pudo contestar pues cuando le salieron las palabras, su sobrina había desaparecido ya de su vista. En el salón ahora quedaban ella y Gauvian, y este parecía estar pasándoselo en grande porque comenzó a reír al ver la cara de la mujer.
—No lo estás pasando muy bien, ¿verdad, Annette?
Esta se recostó en el robusto sillón y soltó un pequeño suspiro. Temía que su sobrina pudiera hacer algo estúpido como perdonar a Elisa. Tal y como se encontraban las cosas para ellos, sumar ese problema a la lista solo les crearía más quebraderos de cabeza. Aunque por otra parte se le ocurrió que quizá sería buena idea tener a la pequeña de los Dumont cerca, eso les ayudaría a saber qué tramaban Coraline y Eve. Al final, Elisa podría serles de ayuda.
—No me da buena espina esa muchacha, Gauvian —confesó después de unos minutos de silencio—. Desde la muerte de Mathieu, todo lo que tenga que ver con esa familia no es buen augurio. ¡Si hasta hicieron un trato con las brujas del Sol!
Gauvian dejó de mirarla un momento para lamerse una pata.
—Lo sé, pero intuimos cuál es su plan, eso de alguna manera nos aporta cierta ventaja. ¿No crees?
—Si las brujas del Sol están detrás de eso, no estoy muy convencida de que pueda ser algo positivo para nosotros.
Aunque Annette Leblanc aparentaba ser fuerte, temía el momento de reencontrarse con ellas. La última vez que supo de las brujas del Sol, su hermano acabó muerto, tan solo deseaba que en esta ocasión nadie de su familia resultara herido, al menos haría hasta lo imposible para mantenerlos a salvo.
Annabelle se tumbó en la cama y Elisa dudó en imitarla, pero al final se animó a recostarse al lado de su amiga. Durante unos minutos reinó el silencio en la habitación, ninguna de las dos parecía atreverse a pronunciar las primeras palabras. Fue Annabelle la que se animó a dar ese paso.
—¿Tu madre sabe que estás aquí?
De todas las preguntas que podría esperarse, esa no cruzó por su mente en ningún momento. Pensó que lo primero que haría Annabelle sería recriminarle su comportamiento de la última vez, o incluso no permitirle entrar en su casa y hablar con ella.
—No se lo he dicho —dijo como si no fuera importante—. Además, me da igual lo que ella piense, soy adulta y sé tomar mis propias decisiones.
—Le caigo mal —soltó de pronto Annabelle, y Elisa dirigió su mirada hacia ella—. No me mires así, Eli, no me estoy inventando nada, ella mismo me lo dijo.
—¿Qué te dijo? —preguntó curiosa.
Annabelle trató de hacer memoria buscando en su mente los recuerdos de su último encuentro con Coraline Dumont. Habría preferido no contarle a Elisa, pero esta parecía mirarle con mucha curiosidad, así que no tuvo más remedio que confesar.
—Me dijo algo como «No eres bienvenida en esta casa, y mucho menos en esta familia» —respondió, a lo que a continuación añadió—: Ah, y que no me acercara a ti.
Elisa estalló en carcajadas y Annabelle no entendió que le resultaba tan gracioso. ¿Acaso había contado un chiste?
—Típico de mamá —dijo—, aunque sí que es cierto que no le caes muy bien —Eso último lo dijo pensando en el plan de su madre. Borró de su cabeza eso y decidió centrarse en Annabelle.
—Ella a mí tampoco —se sinceró la muchacha, pero Elisa optó por no responder a eso y cambió de tema.
—Bueno... —No sabía por dónde comenzar a hablar, así que hizo lo que aparentemente resultaba más difícil, y fue directa al grano—. No me gusta estar enfadada contigo, Belle, y después de un tiempo pensando, creo que estaría bien volver a retomar nuestra amistad.
Annabelle no dijo nada. Parecía que necesitaba escuchar algo más por parte de Elisa, eso no le era suficiente para apaciguar las cosas entre ellas, y aunque no se lo dijo, sí esperaba una disculpa por su parte. Sentía que no fue justo que Elisa le echara de su casa de aquella manera tan brusca.
—Lo siento —dijo al fin—. Aunque tú también...
—Lo sé —le interrumpió Annabelle—, yo también lo siento por todo —extendió una mano hacia ella—. ¿Amigas de nuevo?
Elisa le dedicó una sonrisa antes de devolverle el gesto.
—Amigas.
—Y hay algo que quiero decirte —murmuró Annabelle. Realmente no sabía cómo contarle eso a Elisa. Sabía que las dos provenían de familias de brujos importantes, pero, ¿cómo reaccionaría ella al conocer esa información?
—¿El qué? —preguntó curiosa Elisa.
—Yo también soy como tú —confesó Annabelle, pero la joven parecía no entender lo que esta quería decir.
—¿Cómo yo? ¿A qué te refieres?
Annabelle miró por toda la habitación, y como si estuviera a punto de desvelar el mayor secreto de todos, susurró:
—Una bruja.
———♦———
Espero que os haya gustado el capítulo tanto como a mí escribirlo.
Os recuerdo que los votos y comentarios me ayudarían mucho a saber si os gusta la historia y a ver las cosas que podría cambiar de ella para un futuro.
Nos leemos 💙
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