Parte nueve
1816, 9 de julio
Una mueca se formó, y un comentario con tono de un susurro se escapó — "Que par de idiotas."
Palabras agresivas eran la afirmación las sospechas del joven, el enojo era presente en su expresión facial que lo delataba por completo. Casi inimaginable, el de colores de cielo sonrió apreciando ese sentimiento furioso y a la vez, frustrado.
— Usted siempre tiene estas ideas extrañas, señor Belgrano.— La voz tenía una tonada melodiosa — no para de sorprenderme.
— ¿Tú también te vas a burlar?
— Nunca.— La respuesta fue inmediata y dicha en un tono serio, mostrando la veracidad de sus palabras.
Enternecido por su presencia, lo miró, viendo lo cambiado que estaba su niño, el enojo había disminuido.
— Querido… mirá como estás, tan descuidado — Acercándose a él, acarició por debajo de las ojeras preocupado — ¿Qué sucedió?
— Pasaron muchas cosas, señor Belgrano. — Carente de palabras para poder expresarse, resumió con simples oraciones, sin negarlo pero no contando mucho.
Escapando un suspiro del abogado, bajó sus manos hacia los hombros, apretando con fuerza y con los ojos iluminados se deslizaron de sus labios las palabras — Pase lo que pase no caigas, sólo habrás perdido si en tu mente te rindes ¿entendido? Convierte ese mal momento en una forma de crecer como nación y persona.— El ya naciente país volvió a iluminarse bajo el consejo de su padre, con una luz en su pupila abrazó al mayor.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top