━━━Κεφάλαιο πέμπτο
—¿Estás cómodo?—preguntó Yohan a YunLi que asintió sonriendo. El omega se acomodó el peplo antes de tomar la mano del alfa.
—Jamás he realizado esto, no me sueltes por favor—el alfa sonrió antes de apretar la mejilla de YunLi.
—Yo tampoco he hecho esto nunca—y el omega se apartó sorprendido.
—Vamos a morir—dijo antes de escuchar la risa en el contrario—. Eres inmortal, ¡yo voy a morir!
—Estarás bien, ahora respira y ven aquí—dijo extendiendo sus brazo a los lados, a lo que el omega cruzó sus brazos tras el cuello del alfa que pronto lo alzó en brazos—. Esto será divertido de intentar.
Y el Dios empezó a correr antes de sentir como se elevaba en los cielos. YunLi se apretó contra él.
—Abre los ojos—dijo Yohan a lo que el omega abrió sus hermosos ojos encontrándose con la linda sonrisa del alfa.
YunLi miró el azul del océano y algo asustado aún, apretó más sus brazos entorno al cuello del mayor. Yohan reía divertido.
Usar las sandalias aladas de su hermano mayor Hermes, era algo que había querido hacer desde hace años, pero no lo había podido realizar. En mayor parte ya que Hermes lo seguía mirando como un pequeño Dios.
Una sola vez convirtió un lago en vino, y ya todos creían que seguiría siendo desastroso. Apenas tenía 119 años, era un Dios demasiado inmaduro con sus poderes en ese entonces.
Ahora tenía 678 no había madurado por completo, pero por lo menos ya no convertía el agua en vino. No siempre.
—¿A dónde vamos, Yohan?—preguntó YunLi aun cuando sus cabellos le cubrían la vista. El alfa sonrió antes eso y empezó a descender.
Bien jamás había hecho eso así que el volver a quedar de pie en el suelo fue algo brusco, que sacó un grito bajito y se apretó más contra Yohan.
—YunLi, ya estamos en el suelo—dijo un divertido Yohan notando como el omega mantenía sus ojos cerrados.
El castaño abrió sus ojos antes de notar que era cierto. Apartó sus manos del cuello del contrario y el alfa lo bajó.
Cuando ambos estuvieron de pie el omega lucía algo confundido. Estaban en una isla, eso lo sabía pero había algo extraño, un fuerte magnetismo provenir del lugar. Era lleno de vegetación, se escuchaba el sonido de distintos animales; y aunque el omega estaba asustado, Yohan parecía tranquilo.
El alfa se quitó la cesta que llevaba en su espalda y sacó de ahí panes, frutos, flores y perfume. YunLi lo ayudó sosteniendo la jarra con perfume.
El alfa tomó lo demás en sus manos y empezó a caminar por un sendero de piedra que lo conducía hacía el interior de la isla. En el centro del lugar había un templo, no como los que se veían en las metrópolis, sino más reservado, era hecho de mármol, pero muy pequeño. Apenas y podían estar más de cinco personas dentro.
En la pared había una gran escultura de una mujer sosteniendo dos niños entre sus brazos. Era Gea la diosa que representaba a la tierra. YunLi bajó la mirada en señal de respeto.
Yohan colocó todas las ofrendas en el altar y encendió las velas que ahí estaban. Luego se colocó de rodillas.
—Hola bisabuela—saludó Yohan en un tono sereno que sorprendió al omega—. Vengo a ofrecer mis disculpas otra vez. Aún no he podido encontrarlo.
El príncipe espartano estaba confundido. Jamás pensó que un Dios podría disculparse o lucir tan vulnerable como Yohan estaba en ese momento.
El alfa pedía disculpas manteniéndose extremadamente serio. YunLi confundido miró a su alrededor hasta que sus ojos se fijaron en una figura tallada junto a Gea. YunLi se fijó en aquellos rasgos suaves pero masculinos, dulces y cuerpo sinuoso. Era un omega.
No se dió cuenta que estaba a nada de tocar aquella escultura hasta que su mano fue detenida con fuerza. Era Yohan que lo sostenía mientras tenía una mirada que el omega no supo descifrar.
—No lo toques—ordenó y YunLi asintió apartando la mano—. Nadie debe tocarlo.
—¿Quién es? ¿Una divinidad?—el alfa asintió— Jamás lo había visto.
Yohan no dijo nada y volvió a pedir perdón a Gea, prometiendo esforzarse más para encontrarlo. Después el alfa se dió la vuelta para salir. YunLi debió correr para poder alcanzarlo.
—¡Yohan!
El alfa se detuvo justo en la orilla de la playa y miró al omega. Hubiese deseado que cuando encontró a YunLi, hubiera sido él. Pero se equivocó. Y aunque ayudó al omega, cosa por la que no se arrepentía, deseaba que fuera otra persona.
—Él es la creación más amada de Gea—empezó a decir sorprendiendo al omega que entre tambaleos se había acercado a él—, le prometí que lo encontraría y traería aquí. No he podido cumplir esa misión. Es como si él hubiese desaparecido por completo.
—¿Un Dios desaparecido?—el alfa negó.
—Él no es un Dios—respondió con calma—, era un semi-titán.
—¿Qué?—el alfa le miró.
—Ers curioso de ver, según decía Gea, un titán en miniatura comparado con el resto. No participó ni en la titanomaquía ni en la gigantomaquía. Siempre se mantenía lejos de la batalla. Era hasta más bajo que los Dioses actuales. Luego de que Zeus se quedó en el poder, él desapareció. Hace 500 años. Llevó 458 buscándolo, pero no es posible encontrarle.
—Es omega, ¿verdad?—el mayor asintió— Por eso me salvaste, estabas esperando que fuera él.
—Sí—dijo con frialdad.
El omega sonrió triste.
—Entonces agradezco tu ayuda, yo iré a otro lugar supongo, estoy sano gracias a ti.
El omega liberó sus feromonas de calma antes de mirar el agua.
—Si gustas, me puedes ayudar a buscar al hijo de Gea, serás algo así como mi ayudante—el omega miró al contrario—, te puedo dar hasta la inmortalidad.
—¿Quieres que te ayude?—Yohan asintió— Me parece perfecto, pero quiero seguir siendo mortal, mi deseo más grande es poder ir al inframundo.
—¿Por qué?
—Deseo reunirme con alguien.
El alfa iba a emitir palabra cuando un fuerte aroma se sintió. Un alfa. Ambos elevaron la mirada y se encontraron con un alfa bajando del cielo, sandalias aladas, sombrero también alado. Ambos se miraron antes de que Yohan tomase la mano de YunLi para empezar a correr, cosa que no fue posible cuando el contrario se colocó frente a ellos.
—Dioniso...
—¡Hermano!—saludó un sonriente Yohan. YunLi se mantuvo oculto tras la espalda del Dios del vino— ¿Qué haces por aquí?
—Te robaste mis sandalias.
—Claro que no, tu las dejaste en mi casa, en una fiesta—el Dios mensajero sonrió de forma tétrica.
—Corre—y Yohan sonrió antes de empezar a correr dejando a YunLi parado sin comprender lo que pasaba— ¡Te voy a golpear!
—¡Yo te quiero mucho, no me golpes!—y ante el mortal, ver a esos dos Dioses realizando dicha acción le sacó una risita.
—Son unos cabeza-huecas—dijo una voz femenina y el omega alzó su mirada para buscar a la persona que hablaba.
Era una chica que estaba apoyada en un árbol. Portaba un arco y un carcaj con flechas. El omega pronto se arrodilló frente a ella.
—Mi Diosa.
—No hagas eso, niño, mejor levántate—dijo la mujer extendiendo su mano hacía el mortal que apenado la tomó—. Soy Artemisa pero dime Soyeon.
—Es un gusto conocerle mi Diosa, siempre he admirado su destreza en el arco.
La femenina sonrió.
—¿Cuál es tu nombre?
—Soy YunLi—y la sonrisa que tenía desapareció.
—¿YunLi?—el chico asintió— ¿Eres el esposo de Ares?
Y el omega tembló ante la mención de ese Dios.
Un pequeño asentimiento y Artemisa jadeó sorprendida.
—¡Hermes!—el Dios mensajero que sostenía a Yohan por el cuello, miró a la alfa femenina que miraba al omega.
—¿Qué ocurre?
—Él es el esposo de Ares.
Y Hermes miró a Yohan que se puso pálido.
—¿Tú fuiste quién secuestró al esposo de Heeseung?
—Tecnicamente sí, pero no.
—Dioniso.
—Lo salve de Afrodita quién casi lo mata.
—Entonces esa perra si se merece el castigo que está sufriendo—dijo Soyeon antes de sujetar al omega por el brazo—. Es momento de llevarte con tu esposo.
—No, se lo suplico, no me lleve con él.
—Es lo que debemos hacer.
Y Yohan se alejó de Hermes para colocar tras su espalda al omega que retenía las lágrimas.
—No se lo van a llevar. Es más Heeseung no tiene porqué enterarse que yo tengo a su esposo.
—Muy tarde—dijo Hermes y los otros tres lo miraron—. Acabo de enviar el mensaje de su tienes a su esposo.
Y el omega empezó a llorar.
En otro lado Heeseung se levantó del lecho de una ninfa, mientras empezaba a vestirse.
—¿A dónde vas mi Dios?—y el alfa que acomodó su cabello sonrió.
—Iré a buscar a mi esposo. Fue un buen sexo, ahora espero no volver a verte.
Y tomando su lanza salió del lugar.
Sí, se había acostado con otro ser, solamente para sacar la frustración por no haber tenido a su esposo desde hace 9 días.
Pero eso había terminado ahora lo tendría con él y no lo dejaría ir. No lo perdería de su vista.
Menos ahora que estaba dispuesto a dejarlo gestando.
¿qué les pareció
el capítulo?
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