Κεφάλαιο Τρίτο

YunLi permanecía acostado en el lecho en el que la noche anterior su cuerpo había sido humillado.

Las lágrimas habían sido derramadas. Sus ojos ardían, su cuerpo estaba adolorido, y sentía repugnancia de su cuerpo.

Quería permanecer ahí, sin moverse, hasta que el fin de los tiempos llegara.

Una esclava omega entró, y le dejó una bandeja con la comida en una de las mesas que allí estaban. YunLi no se movió. Luego la joven se retiró y volvió con jarros de agua, con los que lleno una tina que había esculpida en la pared. Fue una acción que demoró varios minutos.

—Mi señor, su madre le ha enviado la comida. Debe alimentarse antes de que pueda asear su piel, para quitar toda la suciedad de su cuerpo—dijo la joven luego de terminar de llenar la tina.

El agua limpiaba, era cierto, pero no quitaba las marcas internas que tenía su alma. Su lobo.

—Retírate—dijo disfónico. Se cubrió aún más con las calientes telas que tapaban su desnudo cuerpo.

—Mi señor, por favor, permita que le ayude, o seré castigada.

El omega le dió una mirada de lástima y asintió. La chica se acercó para ayudar al joven príncipe y ahogó un jadeó de dolor al retirar la tela que cubría al más joven.

Su príncipe se había casado con un Dios que había resultado ser más atroz, que cualquier otro alfa. Ella pensaba que esté trataría con dulzura al omega, pero aparentemente no había sido así; habían heridas considerables en el cuerpo pálido de YunLi.

Mordidas que debían arderle al chico. Marcas de moretones. Los dedos del Dios estaban dibujados en el cuello delgado de YunLi. Y en sus piernas estaba el semen reseco del alfa junto a la sangre del omega.

—Me veo horrible, ¿cierto?—preguntó YunLi sentado en la cama. Cada parte de él dolía.

—No puedo mentirle mi príncipe, su cuerpo está muy maltratado, lamento mucho lo cruel que fue su noche de bodas.

El joven omega hizo una mueca de tristeza y dolor cuando se levantó. La sirvienta se acercó velozmente para sostenerlo y guiarlo a la tina, en donde lo ayudó a entrar. El agua calmó levemente los temblores.

—Comprendo su dolor su alteza—dijo la esclava empezando a lavar con el mejor cuidado la piel del joven—, he pasado lo que usted.

—¿De qué hablas?

—Antes de que su hermano me rescatara en las fronteras, yo fui una esclava violentada y usada por los soldados de persa, junto a otras amigas. Encontré la paz cuando vine a Sparta.

—Lamento mucho lo que pasaste.

—Ya no es importante, lo único que lamento es que ya no podré concebir. La diosa Deméter me quitó tal gracia.

El omega tomó las manos de su sirvienta y le dió una mirada compasiva.

—Lo lamento.

—No lo haga su alteza, ahora déjeme terminar de asear su cuerpo, y ver cómo cubriremos las heridas.

YunLi asintió. La sirvienta siguió su labor, no sin antes darle una mirada a la mordedura de lazo que el chico tenía en el cuello.

Su mirada de tristeza no se podía quitar. Sparta estaba de fiesta, pero él de luto.

Tomó asiento en el jardín tocando las bellas flores, y las lágrimas humedecieron los pétalos suaves de las plantas, que parecían ser las únicas que comprendían su dolor.

Y es que el jardín se marchitaba.

Las pisadas se escucharon pero él no se dió la vuelta.

—¿Qué haces aquí esposo mío?—esa voz. Esa maldita voz.

Él no respondió.

Su brazo fue tomado con fuerza, sacándole un pequeño gritó, que no pudo terminar de exclamar al su boca ser cubierta.

YunLi se encontró con los oscuros ojos de Heeseung, los cuales le observaron con detenimiento.

—Te ves tan hermoso—dijo sonriendo antes de tocar el cuello del menor, lugar donde estaba la marca de lazo; YunLi soltó un quejido—. Siento la tristeza a través de nuestro lazo. ¿Qué ocurre?

«Mataste al único alfa que ame, usaste mi cuerpo a tu antojo, me maltrataste, ataste como si fuera un esclavo, me marcaste y uniste a ti para siempre, y aún así preguntas lo que me ocurre» pensó YunLi, más no dijo nada y simplemente apartó la mirada, el agarre en su muñeca aumento y el omega debió ver el rostro de su esposo.

—Me da nostalgia ver cómo mi jardín se está marchitando—«así como mi alma»

—No te preocupes por eso, cuando nos vayamos de Sparta te mostraré los jardines más hermosos.

¿Irse de Sparta? No, él no quería irse de su patria, marchar a otros lugares que no conocía.

—¿Irnos?

—Sí, mañana al salir el alba nos marcharemos de Sparta, así que que despídete de tu familia y allegados.

—Mi Dios, me pido me conceda unos días más—pero el alfa negó.

—No habrá más días, omega, y ahora que eres mi esposo, llámame por mi nombre mortal, Heeseung.

YunLi sujetó el brazo de Heeseung, para detenerlo.

—Te lo pido...esposo mío—y aunque esas palabras fueron satisfactorias para el Dios, simplemente sonrió burlón.

—Mi decisión ya fue tomada, y tú debes obedecer.

Y se apartó dejando al omega destrozado, aún más de lo que ya estaba.

El alba llegó, y con ella la partida de YunLi y Heeseung. El omega no era tomado en cuenta, más que por su sirvienta más confiable, la cual le pedía se cuidara y si necesitaba huir de ese alfa ella lo comprendería, y se sentiría orgullosa de que lo había hechopara sobrevivir.

YunLi la abrazó y le concedió la libertad y pidió como último deseo que ella fuera autenticada como ciudadana espartana; cosa que le fue concedida.

Y luego de eso se marchó con Heeseung. Irían a Tracia, y aunque YunLi no la conocía, había escuchado rumores que le causaban miedo.

Inhaló profundamente y fue hacía el barco en el que se iría a una tierra desconocida. Y al subir solamente vio su patria por última vez. Quizás alucinó pero pudo ver a RoWoon entre la multitud.

Y eso le hizo llorar. Heeseung creyó que era ante la despedida.

Tres días en mar y por fin había podido pisar tierra. Su mano fue tomada por Heeseung sacándole un pequeño jadeo. Aunque pronto se recompuso.

—Hemos llegado, ven, te mostraré tu nuevo hogar—y llevándolo por un sendero fueron hacía un palacio, o era lo que pensaba YunLi ante tal estructura.

Pudo divisar que había hasta un templo; sin embargo, lo que llamó su atención fueron los jardines. Cientos de hermosas flores estaban en esos jardines.

—Heeseung—llamó con suavidad y de forma baja—, ¿me permite ir a ver los jardines?

—Solo un momento, debo presentarte a una persona.

Y el omega asintió antes de alejarse e ir feliz a ver los jardines. Heeseung le dió una última mirada antes de ir hacía el templo.

YunLi que caminaba en los jardines de aquel palacio se sorprendió por la diversidad de plantas. Era tan bello, tan etéreo. Se inclinó sobre una planta desconocida para él y aspiró el dulce aroma que desprendía la flor.

—¿Le gustan?—y ante la suave voz femenina se giró encontrándose con una bella joven, unos dos o tres años menor que él.

—Sí, son hermosas, ¿las cuidas tú?—la joven asintió, y YunLi descubrió que era una omega al sentir la dulce fragancia escapar de ella— Es un jardín hermoso.

—Muchas gracias, me gustan las flores, las cultivo para llevarlas a los templos, y a omegas que han perdido a sus hijos en batalla.

—¡Es una hermosa acción!—dijo sonriendo. Quizá Tracia no era tan mala.

—¿Qué hace aquí?—preguntó la joven, en un tono curioso mientras se agachaba a recoger algunas flores y colocarlas en una cesta. YunLi se agachó para ayudarle.

—Creo que viviré aquí.

—Es muy agradable, será muy lindo saber que existe otro omega en esta casa.

—Me dará gustó conocerte. Soy YunLi, príncipe espartano.

—¡También soy una princesa!—chilló emocionada la omega— Soy Alcípe.

Ambos recogieron las flores mientras se divertían hablando entre ellos.

Heeseung se preocupó al notar que el paseo que YunLi había querido hacer por los jardines demoró mucho tiempo, así que salió del templo y fue hacia los jardines.

Y allí vio a los dos omegas hablando mientras Alcípe le colocaba una corona de flores en la cabeza a YunLi, que estaba sentado dejándose hacer por la omeguita.

Heeseung sonrió viendo aquella escena. Notó el rostro sereno y tranquilo de su esposo, y descubrió el éxtasis ante una imagen tan hermosa cómo la que él veía.

Ese mortal definitivamente no se merecía a YunLi.

Los dos omegas miraron hacia el palacio cuando escucharon pasos acercándose, pero pronto divisaron a Heeseung, que lucía una sonrisa. Gesto que provocó que YunLi bajara la mirada.

—¡Papá!—chilló Alcípe para correr hacía el dios de la guerra y abrazarlo. YunLi parpadeó sorprendido.

—Mi pequeña princesa—dijo el Dios cuando abrazó a la joven omega. YunLi se sintió turbado.

—Papá, ven te presentaré a mi nuevo amigo—exclamó emocionada la chica tomando a Heeseung del brazo para jalarlo hacia donde estaba el príncipe espartano—. Mira, él es YunLi.

—Ya lo conozco, Alcípe.

—¿De dónde lo conoces?

—Alcípe, YunLi es mi esposo—y la chica los miró asombrada.

—¿Tu esposo? ¡Te casaste y no me dijiste nada!—la chica miró a YunLi antes de abrazarlo— ¡Somos familia! ¡Eres mi nueva madre!

Y el omega asintió aunque de cierta forma estaba incómodo. Bien sabía que los dioses tenían amoríos continuos, pero era raro para él, que "su nueva cachorra" fuera casi de su edad.

—Muéstrale a YunLi, todo el palacio—y la chica asintió feliz tomando la mano de YunLi para llevarlo al interior. Heeseung los siguió sin hacer ruido.

El atardecer había caído, Alcípe estaba demasiado emocionada, tratando de incluir a YunLi en las conversaciones que había en el momento en que comían. El omega solamente le brindaba una leve sonrisa.

—Y están mis otros hermanos, Eros que es un alfa muy atractivo, están Phobos y Deimos, ten cuidado ellos están algo locos... ¡Harmonia! Debes conocer a mi hermana Harmonia, ella te amará por completo.

—Será un gusto conocerla—exclamó antes de mirar a Heeseung que bebía algo de vino—. ¿Cuántos hijos tiene esposo?

—Los que Alcípe te ha mencionado—respondió de forma seca—, y espero tener más contigo.

YunLi apartó la mirada, y Alcípe le dió una patada por debajo de la mesa a Heeseung, que la miró enojado, a lo que la omeguita le dió un leve regaño con la mirada.

Pero una visita inesperada llegó.

Una fragancia demasiado dulce, que provocó que YunLi sintiera náuseas, se coló en el lugar. Alcípe frunció el ceño al saber quién era, y Heeseung se veía algo sorprendido, ¿qué hacía ella ahí?

—¡Heeseung!—chilló una voz aguda, y YunLi divisó una mujer con un bello cuerpo, vistiendo una túnica corta, que se lanzó en brazos de su esposo.

—¿Qué haces aquí, Afrodita?—preguntó confundido separando levemente a la diosa.

Alcípe miró a YunLi que había apartado la mirada, sus maestros le habían dicho que a la diosa de la belleza no se le debía mirar a los ojos.

—Te he extrañado—y seguido besó los labios de Heeseung, que algo aturdido siguió dicha acción.

—¡Padre!—gritó Alcípe, provocando que Heeseung apartara a la Diosa de la belleza, que miró a la omeguita, claramente enojada.

Heeseung miró a YunLi que permanecía mirando la mesa. El alfa recordó entonces a su madre, Hera, la cual siempre estaba observando las infidelidades de su padre, Zeus. Heeseung había prometido que él no sería nunca como su padre.

—YunLi...—llamó alejándose de Afrodita que miró al omega espartano.

Era bonito, más no hermoso, ¿qué le veía Ares a ese niño?

—Vamos madre, te mostraré las plantas que florecen en la noche—dijo Alcípe molesta, tomando la mano de YunLi para levantarse y salir del lugar.

Afrodita frunció el ceño. Alcípe consideraba a ese omega su madre. Esa niña, cuando ella estaba con Ares, jamás le dijo madre.

Heeseung apretó los puños antes de mirar a la Diosa que había tomado asiento.

—¿Qué haces aquí? ¿Por qué me besaste?

—Extrañé tus labios y tú cuerpo. Ven, pasa la noche conmigo—dijo seductora, pero fue detenida por Ares.

—Vete, no pasaré ni está, ninguna noche contigo. Estás casada con Hefesto, y yo me acabo de casar.

—¿Qué le ves a ese humano?

—Todo lo que no veo en tí—y salió del lugar enojado.

Afrodita se enfureció. Castigaría a ese humano por apartar a su amante favorito.

Alcípe estaba sentada en el jardín con YunLi a su lado, ambos observaban las estrellas.

—Lamento lo que viste, la Diosa Afrodita siempre vuelve a mi padre un tonto.

—Es una Diosa, y la de belleza ante todo.

—Aún así eso estuvo mal, eres su esposo, no es correcto que él haga eso frente a tus ojos.

—Eso no me importa cachorra, de todas formas mi boda con él fue un deseo de tu padre.

—¿No lo amas?—y el contrario negó— ¿Cómo se casaron entonces?

—Tu padre mató a mi alfa prometido, para reclamarme como suyo—y Alcípe cubrió sus labios aterrada y sorprendida. Su padre era alguien cruel, pero no pensó que tanto.

—L-Lo lamento.

—No lo hagas, no es tu culpa.

Alcípe iba a decir otra palabra cuando graznidos se escucharon, una variedad de aves se lanzaron sobre ambos omegas, los cuales trataron de alejarlas, pero todos parecían tener un objetivo en común. YunLi.

El omega se levantó aterrado sientiendo como las aves dejaban picotazos dolorosos en su cuerpo, aterrorizado y sin saber que ocurría corrió hacia el bosque, escuchando los gritos de Alcípe.

A medida que se internaba más en el esposo bosque, las aves se alejaron de él, pero la falta de luz provocó que cayera al suelo.

Sus rodillas y manos se llevaron la peor parte, recibiendo cortadas leves, pero de las cuales aún la sangre escapó.

Sus ojos se humedecieron. Con cuidado se levantó. Sus piernas flanquearon ante el dolor; ni siquiera se había recuperado aún de las cortadas, mordidas y moretones que Heeseung le había producido.

Y en eso un punzante dolor atacó su pie. Sus bellos ojos, ahora llenos de tristeza, fueron a ese lugar, y se encontró con una serpiente que era quien lo mordía. Una negra y muy peligrosa serpiente.

Tembló y se desplomó en el suelo. Sus ojos empezaron a cerrarse, pero pronto observó cómo la serpiente se deslizaba por su cuerpo, directo a su cuello; sin embargo, antes de recibir la herida mortal, la serpiente fue alejada.

Las pupilas dilatadas y debilitadas del chico hicieron que viera de forma borrosa a la persona, que se había colocado frente a él.

Solo pudo ver una figura alta, recubierta de lino, seda y oro. Una persona que irradiaba una extraña fuerza, pero que cuando lo tomó en sus brazos, le brindó un delicioso calor que entibio su, hasta ese momento, congelado cuerpo.

Era un alfa, pero por más que YunLi trató de poder concentrarse para verlo, no pudo. Su aroma era como el vino, y el omega cerró los ojos disfrutando de estar en aquellos brazos.

¿qué les pareció
el capítulo?

Yo cada que hablan
sobre Heeseung siendo
malvado:
No es un chico malo

solo quiere ser él mismo.

Posd: comenten,
porque se vienen
actus más seguidad

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top