Había pasado una semana desde la fiesta, 7 días en donde Bruno mantuvo la mayor distancia posible de Mirabel, cosa que para ella le pareció sumamente difícil, pues a pesar de querer "enterrar" sus sentimientos, le dolía bastante que él no quisiera por lo menos decirle un «Hola»
Ese nuevo día se armó de valor para llamar su atención.

- Muy bien, tu puedes Mirabel, solo aprovecha que se distraiga por unos momentos y te acercas como si nada. Trata de que no se note tu desesperación - Se dijo a si misma.

Y salió rumbo a la cocina. Su madre le dijo buenos días al igual que los demás miembros de la familia que llevaban la comida a la mesa, tomaron asiento y ahí se percató de algo.

- ¿Dónde está Bruno? - Le preguntó en susurró a su primo Camilo.

Este le respondió de igual manera - Sigue en su habitación, lo llamamos un par de veces, pero no quiso salir.

Dolores se unió a la conversación - Toda la noche estuvo afuera, mi madre dice que últimamente lo hace y es un misterio el porque de eso, ni siquiera yo lo sé.

Aquella información la hizo preocuparse, era obvio que estaba ocultando algo y queria usar esto de pretexto para entablar una conversación, el querer ayudarlo sea con lo que tramaba.

Pepa la observaba al igual que Isabella, ambas sabían que la ausencia del pelinegro en estos momentos abrumaban a la chica y les generaba cierto temor a que las cosas se complicaran. Hasta ahora solo eran 3 personas que estaban concientes de la situacion y aquello poco a poco sería más difícil de mantener oculto, ya que todos comenzaban a sospechar de la actitud de ambos en especial la abuela la cual planeaba más adelante tener una seria conversación con su hijo.

- ¿Hay algo que te esté preocupando de él? - Camilo con su pregunta trataba de transmitirle a su prima que podía confiar en él.

Tragó saliva, nerviosa - Está actuando bastante extraño, solo quiero averiguarlo de una buena vez.

Más tarde, Mirabel se dedicó a bordar, la ayudaba a relajarse y a tener su mente clara, pero en esta ocasión le fue casi imposible, pues Bruno seguía en su mente.

«Por favor, sal de mi cabeza»

No estaba segura de cuando comenzó a llamar su atención el hombre, y justo ahora los pensamientos sobre este eran mucho más fuertes que nunca. Había llegado a una conclusión.

- Ya no solo me gusta... Lo amo.

Sin más, se levantó y se dirigió a la torre, ingresó a esta y sin importarle si era bien recibida o no lo llamó,su voz haciendo eco en el lugar.

- ¡Bruno, por favor, necesito hablar contigo!

El mencionado apareció detrás de ella, Mirabel se dió la media vuelta al sentirlo cerca, al verlo su corazón palpitaba rápidamente además de que sus manos comenzaron a sudar.

- No deberías de estar aquí, Mirabel.

- ¿Por qué me has estado ignorando?

- Vete por favor.

- No lo haré hasta que me digas porque me evitas.

- Sal de aquí.

- Ya no soporto más esto ¿Te he hecho algo malo?

- Claro que no.

- ¿Entonces? debe de haber una razón de tu evacion, dímelo, te lo suplico.

- NO HAY NINGUNA RAZÓN! - Al darse cuenta de que le levantó la voz se mostró apenado - Lo siento, no quise gritarte, es solo que yo tampoco soporto esto.

- ¿Y qué es lo que no soportas? - Ya no pudo evitar más el no llorar - Sino te hecho nada malo ¿Entonces cual es el verdadero motivo de tu alejamiento? - Tomó su silencio como un «No te voy a responder« se limpió las lágrimas y cambió su tono de voz a uno de molestia - Ya entiendo, bueno te dejaré en paz - Y cuando estaba por irse fue tomada de la muñeca - Bruno ¿Qué...

- Perdoname, encerio perdoname.

- No comprendo nada, lo siento. Será mejor dejar esta conversación hasta aquí, está más que claro que no me lo harás saber mi ahora ni nunca - Intentó safarse de su agarre, pero fue inútil - Sueltame

- No, ya no quiero seguir ocultandote más la verdad.

- ¿Q-Qué verdad?

La tomó también de la otra mano y la miró directo a los ojos, dejándola con la respiración agitada. Se sentía más que listo para "sacar" lo que habia estado guardando.

- La verdad de que estoy enamorado de ti, Mirabel

La jaló hacia él y la besó.