[3] Fiesta

El día esperado para todos y obviamente para la cumpleañera llegó finalmente. La familia se aseguraban de la todo saliera en orden, e incluso algunas personas del pueblo ayudaron con la decoración, comida, etc.

Mirabel se preparó con su falda ya terminada en color azul marino con bordados blancos y una hermosa blusa en tono blanco.
Salió al patio y se dispuso a ayudar con las últimas decoraciones y en cuanto Bruno la vió por accidente dejó caer algunos platos y al querer levantar los trozos de cerámica se cortó la palma de la mano.

- Madre mía ¿Estás bien, hermanito? - Le preguntó Pepa y cuando notó la herida y la sangre que salía sin parar se alarmó - ¡Julieta ven por favor, que Bruno está herido!

- Voy rápido.

La mencionada rápidamente llevó al hombre a la cocina y le dió una arepa.

- Gracias por hacerme sentir mejor, de nuevo.

- De nada ¿Y ahora que sucedió?

- Solo me distraje y...

- Dimelo, por favor, me preocupas porque jamás has actuado así.

- No puedo, perdoname.

- Ok, está claro que no confías en mi.

- Si lo hago, pero esto... Lo siento.

- Está bien, dejaré de insistirte. En fin, seguiré ayudando - Y se fue.

En ese momento entró la de lentes llendo directo hacia él con suma preocupación - ¿Estás bien tío?

- Si, ya estoy bien así que no te preocupes - Sin más la tomó de las manos y besó el dorso de estas - Por cierto me gusta tu falda.

Se aclaró la garganta - G-Gracias, bueno debo irme - Se soltó de su agarre y con rapidez se fue.

Debía de admitir que aquella acción la puso nerviosa. De nuevo esa sensación en su estómago se hizo presente. Mientras que el pelinegro se regañaba internamente por haber hecho tal cosa.

Una hora más tarde los invitados llegaron y comenzó la fiesta, la música resonaba por todo el lugar. Un ambiente agradable visual y auditivamente.

La chica se mostraba tan feliz, conviniendo con todos y bailando, era el centro de atención de la mayoría de los presentes y sobre todo de su tío quien simplemente se limitaba a observar la celebración desde un rincón y no era porque no se estaba divirtiendo.

Minutos después tomó una bocanada de aire, decidió dejarse de rodeos y bailar con ella la cual sin dudas aceptó a pesar de que aún se encontraba inquieta por lo de hace rato.
Tal vez para muchos no era nada fuera de lo usual o de sospechar excepto para las únicas que estaban enteradas de los sentimientos de ambos por el otro. Por un lado Isabella quien no estaba muy convencida con aquello al considerarlo difícil de asimilar para los demás y en el otro lado a Dolores la cual lo único que quería era que ellos se confesaran sus sentimientos y sin importar la opinión de todos sobre todo de la familia.

De repente un chico alto y de tez morena se acercó y con tan solo 2 palabras convenció a Mirabel bailar con él y alejarse un poco de la pista cosa que no le gustó en lo absoluto a Bruno.

Él observaba la escena y logró notar que cuando la chica se dió la vuelta un par de segundos aquel chico sirvió un vaso de jugo para posteriormente ponerle algo en este y querer dárselo a ella. Por suerte Bruno se acercó con suma molestia y le tiró el vaso al joven.

- ¿Qué crees que haces?

- No se de que me habla, señor.

- Sabes perfectamente de lo que hablo y te advierto que no voy a dejarte hacerlo - Lo empujó haciéndolo caer al piso.

Este no quería dejar las cosas hasta ahí y al levantarse también empujó al hombre. Se había iniciado una pelea la cual fue detenida por Félix y Agustín quienes separaron a los involucrados.

- Saquen a ese chico de aquí - Dijo la abuela

Al estar fuera aquel, Bruno se soltó del agarre de su cuñado y se fue totalmente furioso. Mirabel sin pensarlo 2 veces lo siguió para así preguntarle el porque de su inesperada acción.




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