[25] Amor (Final real)
5 años después
Era un día sumamente especial. El día en que los mellizos recibirían sus dones. Todos en especial los niños estaban sumamente nerviosos.
- ¿Han visto a Samuel? - Preguntó Mirabel a su hermana Isabella la cual sostenía a su hijo Juan de 3 años - Lo he buscado por todas partes
- No, lo siento, por cierto debes tener cuidado, puedes caerte y le hará daño a mi próximo sobrino
La de lentes rió apenada mientras acariciaba su vientre de 6 meses de embarazo - Lo sé, pero encerio debo de encontrarlo
- Te ayudaré
Mientras seguían buscando, los demás hacían todo lo posible para terminar de decorar el lugar.
La familia se había extendido tanto, llenando de vida y amor a casita.
Por parte de Dolores y Mariano estaba Valentina quien hace pocas semanas ya había recibido su don el cual era el controlar cualquier instrumento musical con solo la mente. Y su hijo Sergio de apenas un año de edad.
Luisa quien tenía un niño de 3 años, ella se casó con un muchacho originario de Bogota quien al conocerla se enamoró perdidamente de su increíble fuerza y sobre todo de su dulzura y belleza.
Isabella también se había casado con un joven de las afueras y en cuanto a Camilo recién se comprometió con una chica de ahí mismo del pueblo y la cual ya esperaba un bebé.
Mirabel finamente había encontrado a su hijo, quien estaba escondido entre un muro y un florero.
- Ahí estás, me tenias muy preocupada, mi vida. Sal de ahí y cuéntame porque te escondes
- Tengo miedo mami, miedo a recibir mi don ¿Y si me juzgan o me temen?
Aquello le pareció tan familiar de escuchar, el pequeño estaba consciente de que su padre la mayor parte de su vida sufrió ante el miedo y rechazo del pueblo y temia a que aquello se repitiera en él.
Aunque sabía que no debía decirle eso a un niño de su edad, tenía que hacercelo saber - Mi niño, lastimosamente habrá gente que no va a comprender todo el tema de los dones, te querrán hacer sentir mal, pero tu no debes dejar que eso te afecte. Tu sabes que eres maravilloso, todos somos maravillosos a nuestra manera
- Gracias, mamá. Bueno, ya estoy bien ahora
- De nada, en fin vamos a avisarles a tu papá y a tu hermana que estamos listos.
Entraron a la torre la cual con el pasar de los años esta cambió su interior, ya no estando las múltiples escaleras y menos arena.
Lograron ver al par de pelinegros quienes veían un libro.
- ¡Lo he encontrado! - Dijo Mirabel a su marido - Tenía miedo del don que recibirá
El hombre se levantó y cargó a su hijo - ¿Por qué le tenías miedo?
- Si es peligroso o a que todos me teman. Pero mamá me dijo que no debo dejar que eso me afecte. Ok ¿Y qué hacían?
- Leíamos lo que escribió mi abuelo Agustín acerca de la historia de nuestra familia - Respondió Natalia sin dejar de ver el libro - Me lo sé de memoria, pero me encanta
El matrimonio sonrió, sus pequeños eran su mayor orgullo.
Llegó la hora, todos estaban reunidos en el patio principal, Mirabel al principio de las escaleras junto a Bruno para esperar a los mellizos.
Natalia tomó la mano de su hermano para que ambos pudiesen caminar por el pasillo e ignorar un poco los nervios.
- ¿Por qué siempre te sudan las manos? - Dijo la niña, sonriendo
- Herencia de mamá - Respondió Samuel riendo nervioso - ¿Qué dones crees que tendremos?
- No lo sé, recuerda que es basado en nuestras personalidades según nos contaron
- ¿Entonces yo tendré algo que demuestre lo torpe y cobarde que soy?
- Tu no eres un cobarde ni un tonto. Recuerda lo que nos dice la tía Isabella, nadie es perfecto, todos brillamos. Tu eres un niño increíble, el mejor hermano del mundo, siempre tratas de ayudar a los demás hacerlos sentir, nos das tu cariño y nos comprendes
La abrazó - Gracias, Nathy, tu también eres increíble y la mejor hermana del mundo - Se separó de ella, suspiró y limpió las palmas de sus manos - Ya es hora
- Es hora, Samy
No se intimidaron ante las miradas de todos los presentes, al llegar arriba vieron sus respectivas puertas, miraron a sus padres y estos les sonrieron.
Los niños tocaron el cerrojo y casi de inmediato aparecieron sus dones.
Natalia recibió la capacidad de saber el pasado de los demás con solo verlos, lo supo cuando vió a su mamá, se dió cuenta de lo mucho que sufrieron ella y su padre para estar juntos y obviamente también supo el parentesco real de estos.
En cuanto a Samuel él obtuvo el don de poder de leer y sentir las emociones de los demás, sintió la emoción de su hermana en ese momento, total sorpresa. Más tarde le preguntaría el porqué.
Todo era total felicidad entre los Madrigal.
A pesar de las dificultades siempre estarán juntos.
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Y se ha terminado está historia... O algo así, porque he estado pensando en hacer una secuela, pero no creo que solo será exclusivo del Mirabruno sinó también explorar un poco a Samuel y Natalia y sobre sus dones ya que obviamente no les será fácil ¿Ustedes que opinan, les gustaría una secuela?
En fin, muchas gracias por su apoyo en esta mi primera historia del Mirabruno ya que tengo poco en el fandom y aún me falta mucho por saber xd.
Hasta pronto lectores :3
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