[19] Acepto
Apenas podía mantenerse quieto los nervios se apoderaron de él. Tenía tanto miedo a su respuesta creía que debido a que la ignoró por varios días le harían decir que no.
- Tranquilizate Bruno, todo estará bien - Dijo Isabella tratando de calmarlo, pero sin éxito alguno - Ella te ama
- ¿Pero si dice que no? Casi la dejo sola con esta responsabilidad. Ay no, necesito sal ahora mismo
En ese momento vieron a Dolores salir junto a Mirabel de la habitación, llevándola al lugar donde prepararon el ambiente para hacerle la gran pregunta.
- Bien, ya es hora. Ve rápido
- ¿Y si esperamos un poco más?
- Basta de excusas, es ahora o nunca. Suerte, oh y por cierto, ten - Le dió una bolsa pequeña que contenía sal - Por si acaso - Sonrío
- Gracias
Se encaminó hasta el jardín, donde la chica ya había visto que en el piso estaba tendida una manta, algunos bocadillos y una vela. La noche recién había caído, el ambiente romántico en todo su esplendor.
«Puedo hacerlo, puedo hacerlo« Él pensó.
Tocó el hombro de Mirabel quien se dió la media vuelta y al notarlo sonrío.
- ¿T-Te gusta?
- Si, es hermoso
- Los demás me ayudaron. Ok ¿Nos sentamos?
Durante unos minutos estuvieron admirando el cielo estrellado y comían. Bruno cruzó los dedos y se preparó para hablar.
- Estuve pensando en lo nuestro y...
- ¿No volveremos a estar juntos? - Preguntó temerosa, se sintió apenada por haberlo interrumpido - Oh lo siento, continua
- Gracias, bueno yo... cielos que nervios - Lanzó sal sobre su hombro, respiró profundamente, se arrodilló y sacó la cajita mostrándole el anillo.
- ¿Te casarías conmigo, Mirabel?
Ella no podía creerlo, tanto había esperado por escuchar aquella pregunta. Miró hacia arriba y notó a sus padres en el balcón mirando la escena, la expresión de su padre llena de desepcion y la de su mamá en total seriedad la hicieron dudar por un segundo, pero al volver su vista al pelinegro decidió hacer lo que su corazón le decía, que a pesar de las opiniones de los demás en especial de sus progenitores quería ser feliz.
- Acepto, quiero ser tu esposa
Ante la alegría este la besó para luego colocarle el anillo, mientras sus familiares festejaban y felicitaban a la pareja de prometidos.
Luego de un rato, la joven optó por volver a descansar, pero fue detenida por Agustín y Julieta.
- No debiste haber aceptado, Mirabel
- Hice lo que creo correcto, mamá. Yo amo a Bruno
- ¡Solo estás confundida!
- ¡Y él me ama a mi!
- Te vas a arrepentir después, te darás cuenta de que esto no esta para nada bien
- Nunca estaré arrepentida, porque se muy bien lo que hago. Lo siento, la desición está tomada, me voy a casar y no van a hacer nada para impedirlo - Y sin más ingresó a su alcoba
El matrimonio fue llamado por Alma la cual haría todo lo posible para convencerlos.
- No puedo creer que apoye esto - Dijo Agustín
Julieta limpió sus lágrimas - ¿No te das cuenta del asunto, mamá? Mi hermano y mi hija... Ni siquiera puedo decirlo, dios mío no puedo con esto. Es incorrecto, Mirabel confunde lo que siente y él se aprovechó de eso
- Ellos se aman, eso es lo que deben de comprender. Bruno es un buen hombre que estará siempre para Mirabel y para el fruto de su amor. Ella merece tener el apoyo de sus padres
- Lo siento, pero nosotros no apoyamos esto... Y creo que jamás lo haremos. Ella se arrepentirá de haber tomado esta decisión
- Los que se van a arrepentir serán ustedes por no aceptar las cosas. La boda será dentro de una semana aunque no será religiosa como habríamos querido que fuera y después de eso no habrá marcha atrás, serán felices - Y con esto se fue
Las palabras de la mujer los hicieron reflexionar.
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