[14] Preocupación
Al día siguiente, la familia estaba reunida en la mesa, desayunando tranquilamente hasta que Julieta se dió cuenta de algo.
- Hija, estás pálida ¿Te encuentras bien?
Los presentes miraron a la chica y notaron lo mismo.
- Tía, anoche Mirabel se sintió mal - Respondió Camilo.
- ¿Quieres que te dé algo para que te sientas mejor?
- No te preocupes, mamá, estaré bien, no es grave - Miró por una fracción de segundo a Bruno quien mantenía la vista en su comida como queriendo evitarla cosa que la entristeció - Creo que iré a descansar un poco, permiso - Y se retiró.
Dolores no dudó 2 veces en seguirla y justo al llegar a la alcoba le pidió hablar con ella.
- ¿Segura de que estás bien?
- Si, segura.
- Ese mareo solo se trata de una cosa y lo sabes perfectamente.
Suspiró y se sentó en la orilla de la cama - Si lo se, me pasé toda la noche pensando y es muy probable que si lo estoy - Acarició su vientre - ¿Por qué no me dí cuenta antes de que terminara conmigo?
- Aún puedes decircelo
- No, no puedo.
- ¿Por qué no?
- Porque ya tomó su desición y no podré hacer que cambie de opinión.
- De cualquier forma debe saberlo.
- Es mejor ocultarlo.
- ¿Por cuánto tiempo? tarde o temprano se darán cuenta.
- Lo se, aún así voy a esconderlo.
- No va a funcionar por mucho, se darán cuenta rápidamente de que no estás enferma.
- Espero que no se den cuenta rápido, necesito pensar en que voy a hacer al respecto.
Minutos después Dolores salió y vió a Bruno al cual no dudó en acercarsele.
- ¿Cómo esta ella? - Preguntó él
- Parece que solo fue algo pasajero, pero es mejor que la veas.
- Aunque lo deseo no puedo, de seguro no quiere que este cerca y la entiendo, fui un tonto que decidió alejarse en lugar de que juntos busquemos una solución, ahora ya es tarde.
- No es tarde, aún pueden arreglar las cosas, solo que por ahora ten paciencia y verás que muy pronto las cosas se solucionaran.
Tenia razón, por ahora solo le quedaba esperar un poco para que por lo menos tuviese las fuerzas para hablar.
[…]
Julieta fue a revisar que su hija se encontrara bien y le ofreció un té, la chica aceptó sin dudas y le dió un sorbo a este.
- Gracias, ma'
- ¿Ya te sientes mejor, segura que no quieres que te dé algo más?
- Ya estoy mucho mejor, gracias.
- Por cierto, quedó pendiente la conversación de ayer acerca de tu matrimonio.
Se abrazó a si misma - Se canceló, terminé con él
- ¿Qué, por qué? Parecía que su relación iba encerio si te había pedido que se casaran
- Hubo problemas, que son difíciles de sobrellevar... Yo lo amo y él a mi, pero hay algo que nos impide estar juntos, solo que no estoy muy segura de lo que es.
- Entonces lucha, corazón, luchen contra lo que sea por su amor, y aunque no se de quién se trate se que él te hace feliz, que en verdad es el indicado
- Honestamente no se si luchando logremos ser felices, hay tanto que está de por medio y tengo miedo a las consecuencias.
Pensó en la vida creciendo en ella, temia a lo peor. Deseaba finalmente ser feliz sea como sea.
La tarde siguiente, a pesar de que se lo pidieron, Mirabel optó por dejar el reposo y ayudar con las tareas de la casa, aún si seguía los mareos que poco a poco se volvieron constantes y más fuertes.
Cuando estaba por terminar de limpiar los pisos, comenzó a sentir todo "dar vueltas" y se desmayó, por suerte lograron sostenerla antes de que cayera y se golpeara fuertemente.
Cuidadosamente la depositaron en su cama, la abuela la observó por un par de segundos mientras esta aún no despertaba.
- ¿En qué piensas, mamá? - Preguntó Julieta
- Algo no está bien ¿Ha tenido una emoción fuerte últimamente?
- Si, anoche me dijo que se iba a casar y hace rato me dió la noticia de que su compromiso se había cancelado por unos problemas que les impiden estar juntos.
- Entonces puede que sea eso que la ha puesto mal o por otra cosa.
- ¿Estás diciendo que puede estar embarazada?
- Eso mismo, sus síntomas apuntan a que exista esa posibilidad, de cualquier forma cuando pueda nos dirá la verdad.
Mirabel debía prepararse para lo que venía.
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