[10] Tentación

Esperó a que llegara la media noche, sin hacer ruido ingreso a la habitación donde ella ya lo estaba esperando.

- ¿Nadie te vió? 

- Espero que no ¿Cómo estás?

- Ansiosa, deseosa - Se acercó lentamente haciéndolo retroceder hasta que chocó con un mueble - A pesar de que pasamos toda la tarde juntos aún así me moría de ganas de este momento - Rodeó su cuello con sus brazos

- Mirabel... ¿Q-Qué haces?

- ¿Qué no es obvio? - Y sin más prosiguió a besarlo con pasión.

Este quería reunir todas sus fuerzas para resistirse a la tentación, pero le era casi imposible, deseaba ceder - Espera, recuerda que no podemos tomarnos esa libertad, pueden descubrirnos.

- Lo sé... pero no creo poder resistirme - Y volvió a unir sus labios con los de él mientras se aferraba aún más a su cuello.

Bruno finalmente decidió mandar al demonio la resistencia y tomó el "mando", sin previo aviso cambiaron de lugares siendo ahora ella quien estaba recargada en el mueble, dejándola atónita ante eso pues él se le veía bastante decidido.
Se animó a besarle el cuello al mismo tiempo que le acariciaba la cintura y posteriormente una de sus piernas de forma lenta pero sensual. Su manera de actuar de hace unos  momentos lo estaba volviendo loco. Sin poder evitarlo ella soltó un gemido al sentir que recibía atención a un "lugarsito" en específico.

- Shh... No hagas mucho ruido.

- N-No me pidas que no haga ruido sabiendo que es casi imposible... Ahh... Me haces difícil no hacerlo.

Sonrío pícaramente - Te preguntaría si te gusta, pero al juzgar por tu cara es obvio que si.

- C-Callate

Rió y siguió en lo que hacía. Optaron por pasar a la cama, solo que ahora simplemente se miraban directo a los ojos, el pelinegro besó el dorso de la mano de su amada quien bostezó.

- Creo que deberíamos dormir ya.

- No, por favor solo un poco más - Hizo un puchero

- Te ves tan tierna haciendo eso. Siendo honesto tengo bastante sueño, nuestro paseo vespertino me dejó cansado.

- Si, a mi tambien. Ok, descansa

- Descansa Mirabel.

[...]

Aquel lugar era fácil de reconocer para ellos además de especial, pero en lugar de que se tratase de un bello momento era todo lo contrario. Esos hombres finalmente los habían encontrado y estaban dispuestos a atacar a quien sea.

Y entonces sucedió, uno de ellos sin más sacó su arma y aunque no era su objetivo principal logró dañarla, dejarla inconciente en el piso y con una herida grave. La sangre saliendo escandalosamente...

Y despertó con la respiración agitada y la frente sudando. Observó a la chica, aún dormida a su lado.

Desde que tuvo esa primera visión no podía mantenerse tranquilo ni siquiera al dormir. Y la segunda era más dolorosa de pensar, pero quería seguir adelante con ella, tratar de dejar ese miedo de lado, solo que siendo total honesto creía que aún intentando lo inimaginable todo sucedería tal y como lo vió en las visiones.

Trató de volver a dormir, siendole inútil así que solo miraba el techo y pensando de nuevo en las visiones.

Un par de horas después la de lentes despertó cuando salió el sol y lo primero que notó fue el espacio vacío a su lado.

«Seguramente se fue temprano para evitar ser descubierto«

Esa seria la respuesta más obvia, pero estaba consciente de que no era por aquello, desde anoche sospechó de que algo no estaba bien pues él dudó por unos instantes el llegar a más y no porque no lo deseaba.

Se levantó y se vistió, aún pensado la actitud misteriosa del hombre.

Mientras tanto Bruno salió de su alcoba y se topó a su hermana Julieta en las escaleras.

- No luces muy bien ¿Tuviste una pesadilla?

- No me gustaría hablar de esto, perdona.

- Tu sabes que cuentas conmigo, Bruno, para lo que sea.

- Si lo sé, pero... Mejor bajemos, deben estar esperandonos - Y se fue.

En ese momento vió a su hija, también pensativa y triste.

- Mi amor ¿Qué te ocurre?

Fingió una sonrisa - Nada, mamá, solo aún tengo algo de sueño. Debo irme - Y bajó.

Julieta suspiró, le preocupaba la actitud de ambos y aunque estos se negaran estaba dispuesta a ayudarles sea como sea.

A pesar de todo los 2 estaban más que felices por lo suyo y anhelaban que muy pronto contarles al resto de la familia al respecto, tomando el riesgo de ganar su desprecio.

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