•Malestar (1/3)

El ruido del ventilador lo despierta. El helar de ese movimiento sobre su cuerpo, arriba de su cama, le resulta inesperado. No recuerda en qué momento terminó sobre la cobija, o más bien, dentro de su cama.

—...¿Shadow? —pregunta en tono elevado al ver la habitación desolada—. ¿Shadow estás ahí?

¿Qué sucede? —Su voz ronca se acerca entre pasos sonoros del pasillo con cubierta de madera. La cara del azabache se asoma abriendo completamente la puerta, sin soltar la perilla—. ¿Cómo te encuentras?

—Supongo que...¿Bien? —Duda tocando su pecho, sintiendo unas agruras raras. 

—Te encontré a la 1 de la mañana ebrio, ¿Qué forma de divertirte es esa? ¿Y solo? —Baja sus cejas, dejando ver una cara inconformista.

Perdido entre sus pies pelones que salen de la colcha, Sonic intenta recordar... Pero nunca ha tenido buena memoria, y si ingirió mucho alcohol, menos recordará lo que fuese que hizo.

¿Qué importa? Al final fue algo estúpido; estúpidamente dolido; tomar las bebidas que son del azabache y beber sin descontrol.

Con un crecimiento en el dolor de cabeza, se levanta cabizbajo ignorando que su amigo sigue ahí, observándolo.

—¿Te fue bien ayer?

—Sí, nada interesante. —responde a secas, soltando la perilla y dejando libre el paso.

—¿Me...me trajiste a la cama? ¿Donde estaba ayer que llegaste...? ¿Llegaste solo? —Bombardea poniendo sus zapatillas con torpeza. Apenas es consciente de que, pudo haber dicho o hecho algo inadecuado.

—Idiota, encontré vómito en el lavabo y tú recostado en el sofá con todo mi six, agotado.

—Sí...me volví a sentir mal cuando regresé de la calle.

—Doblemente idiota —Regaña tomando al erizo azul por su brazo, halándolo a la cocina—. Te dije que fueras al medico, las infecciones si no se tratan empeoran, Faker.

—Estaré bien, Shadow... No pasa nada. —Esa pronunciación desganada y apagada le causaron sospecha al veteado.

¿Cómo no sentirse doblegado tras enterarse de que su mejor amiga intenta una relación con su platónico? Claro que el oscuro no sabe bien de ello, pero si ha aprendido a leer al compañero que le brindó oportunidades y espacio en su propia casa.

Sonic termina por sentarse en uno de los extremos de la mesa con las facciones apagadas y la vista pérdida. Toma una pera del poso de adorno y la come con suma calma u lentitud.

Cuando Shadow está por decirle y preguntar sobre su estado apagado, una llamada le entra. No es sorpresa darse cuenta que es de su trabajo. Otra vez tendrá que irse por un tiempo.

Sonic no presta atención a la energía con la que su amigo de vetas atiende la llamada; sumido en pensamientos melancólicos ahora cree no poder realizar esa vida tan básica y natural por la que su mente deseaba experimentar. Inclusive, la ansiedad por darse cuenta que ni caso tenía seguir a su lado le juegan sucio. Es completamente normal que ahora no quiera saber nada de ello, nada.

—Tengo que irme —ora sin palabra más. Sin dejar de castigar el cobalto, suspira resignado y mostrándole con los ojos la típica resignación de siempre—. Y realmente no lo deseo, no viéndote así.

Tose regresando un par de semillas— ¿Por qué? Estoy bien, me recuperaré.

—Si no vas al médico por tu propia cuenta te llevaré a la fuerza, ¿Oíste bien?

—¿Qué importa? Deja de preocuparte por mis asuntos y pon manos a la obra con los tuyos. —Shadow se sorprende. La abertura de sus párpados dejan ver la indignación de esa contestación que ha recibido, y aunque venga de su amigo, no es de quedarse callado.

—Vuelveme a hablar así y vas a...

—No me importa, Shadow, me largaré de este departamento si así lo quieres. —Deja los restos de la fruta en la mesa y se levanta con suma decisión.

—¡Alto, alto! tranquilizate —Lo toma de su antebrazo sintiendo el pelaje erizado del azulado, alterado—. ¿Qué te pasa? ¿Amaneciste de malas por la cruda o que mierda?

—Sólo vete, Shadow...por favor —Termina por ser soltado de mala gana. No quiere mostrar nada. No quiere dejar ver su coraje interno pero le es algo complicado—. No estoy para aguantarme ni tú para soportarme.

—Oh claro que sí, porque no me gusta que ni tú ni nadie crean qu- —Sonic regurgita y el azabache se detiene en la cátedra.

Tapándose la boca vuelva a correr dejando la estela en el camino hacia el baño. La puerta se cierra con seguro y Shadow algo tarde reacciona hasta llegar a la puerta y oír la tos productiva de su amigo haciendo eco en el pequeño cuarto.

Esta vez un ardor y dolor recorren su garganta. Una exfoliación que cree tener y que le está causando todo ello porque...no tiene revuelto el estómago, no siento dolor o malestar que pueda ser el causante de ello...ni si quiera ello es vomito...

Son otros cuantos pétalos con un par de sépalas y anteras... «¿Esto es una flor...?» mira asustado una vez más. Recuerda antes de quedar ebrio cómo es que había vomitado dos pequeños pétalos. Ahora casi saca la flor completa.

¡Sonic! ¡Abre la jodida puerta! —Baja la palanca rápidamente. Su amigo está realmente iracundo.

Se limpia los ojos con un par de hojas de papel higienico y retirando el seguro con su otra mano, abre la puerta. El azabache se le viene encima, viéndole fijamente. Sonic mira sus ojos tan frenéticos y dilatados que le asustan por notar que...siente preocupación y, ¿Pavor?

El timbre del teléfono suena repetidas veces pero ni uno ni otro hace acción por separarse y contestar.

—E-el teléfono está... —Se detiene al ver como los dedos índice y mayor de Shadow pasan por su nariz, frotando arriba de su boca—, Sh-shadow él... —Le muestra sus yemas y su facción se palidece: un poco de sangre está brotando de su nariz.

Finalmente el oscuro se aparta de su amigo. Todavía extrañado y preocupado, cuelga con brusquedad sin prestar atención a quien sea que lo vuelve a buscar y expresa:

—Te llevaré en este momento al médico, y te callas la puta boca.

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