•Incrédulo (2/3)

—¿Te das cuenta de que ahora esto empeorará? ¡No entiendo por qué le has dicho eso!

—Amy no necesito que te pongas así ahora. Todo estará bien. —Finge tener todo el control del mundo, como siempre lo hizo hasta en las situaciones más oscuras.

El héroe azul es así, un Mobian que sin importar cuanta preocupación le llenara tomó el mástil y la delantera para hacerle frente al peligro en nombre de su gente.

...como es inevitable para él recordar aquellos días una y otra vez.

—¿No crees que Shadow moverá ahora a la gente que conoce para darte un servicio innecesario? ¿Cómo piensas detenerle?

—Yo me encargaré, vivo aquí y yo hablaré para...

—¡Es que no tienes idea de lo que puede ocurrir en unos pocos días!

—¡Claro que lo sé, Amy! ¡Lo se muy bien! —Estalla frente a ella, con ojos desesperados. La chica se calla al ver los ojos musgos a punto de quiebre en llanto—, ¿¡Acaso crees que no me sienta mal saberlo!? ¡Llevo ya casi un mes entero sufriendo por demasiadas cosas pendejas que me han terminado por destruir y tú eres una de ellas!

Azorada, Rose pone sus dedos en sus labios, con impresión y nervios. El chico está llorando sin ruido exagerado. Esas ojeras y semblante enfermo producen lástima conociendo la cara viva y brillante, llena de ánimo en Sonic

Todo da giro inesperado. Han sido muchos golpes en estos días.

La rosada sintiendo arrepentimiento de lo oído y el azulado estando a punto de pedir disculpas no lo consigue al ver como la chica va a la cocina a tomar sus pertenencias. Siguiendo sus pasos lentamente detrás de ella, termina por dirigirle una mirada triste para retirarse. Queda solo en el departamento faltando medio día.

Ansiedad incontrolable; nauseas patéticas y que producen una clara colitis nerviosa; inhalaciones que sujetan un miedo repetible a cada hora...a cada circunstancias que viene a ser más y más grande esa bola de problema...

El día transcurre y Sonic quiere carburar rápido, desea hallar una solución antes de que todo estalle de lo más agresivo en desenlaces varios y catastróficos.

Con dolor y sensación rara en el pecho, cae en cuenta en la realidad terrible de que no podrá seguir más; que todo intento de cubrimiento será estúpido y que quizá, es hora de aceptar que está en el limite...

...que los héroes tienen que morir.

Unas lágrimas más agresivas escurren por sus mejillas. Doblado en la mesa con los puños cerrados, grita y golpea la superficie ocasionando un sonido espantoso. Uno que él exige sea más fuerte para no escuchar a la conciencia del pasado que le tacha de lento y estúpido en sus decisiones amorosas.

Todo le está doliendo ahora más que nunca; más que la conexión que tiene su amiga y platónico; más que los tallos raspar su laringe.

Unos toques a la puerta, muy rápidos y de aspecto urgido alzan el rostro del claro que se hallaba sumergido en el cojín del sofá. Limpiando un poco su rostro con su palma, va hacia la puerta de forman lenta dando una mirada de soslayo a la ventana que muestra mayor oscuridad por el sol ir bajando lentamente. Se ha ido el día entre lágrimas desesperadas.

Y no dejan de llamar ahora también por el timbre y por su nombre desde fuera. Reconoce la voz de la chica ardilla pronto.

—Sall, no...no tengo ánimos de hablar, no me siento bien. —Olisquea rápido para que su voz gangosa desaparezca un poco. Recarga su frente en la puerta cerrada.

Sonic ya lo que está pasando...no puedes aislarte por esto.

—Esto no es tan fácil y no es...

Sé perfectamente tu verdadero padecimiento, y tienes que hablarlo con alguien... —Cual agua fría sobre su nuca, el cobalto reacciona suponiendo que Amy ha tenido que ver en ello—, tienes que desahogarte con alguien y... —Se calla al oír el seguro. Mirando hacia el frente, ve la puerta abrirse a la mitad dejando ver al chico en prendas flojas y con un semblante realmente enfermo.

Sonic se aparta y va camino a la cama. La ardilla entra y cierra la puerta siguiendo con paso cauteloso a su amigo que, ve desde el pasillo como se deposita en una esquina de la cama.

—Le dije que cerrara la maldita boca...

—No te desquites con ella...sabes que no es su culpa...

Azota la almohada contra la cabezera, eufórico—. ¡Ya sé que no lo es! ¡Es mía por ser un completo tardo!

—Tranquilo —Tomándole por su brazo, escucha la agitación de él y lo invita a que deje de alterarse—...recuerdas, ¿recuerdas nuestra última charla?

—Querías que me apresurara en mis decisiones y...y yo no pude decirle que...

—Yo sabía que ella deseaba intentar algo con Shadow. Lo supe desde que Amy estuvo cotilleando conmigo hace un mes y...—Sentada a su lado, acaricia su brazo mientras sus ojos esmeralda se clavan en su frente—...Cuando vi que tú empezabas mucho a mostrarle importancia... No supe si decirte o no ello. Intenté asegurarme de que no estuviera malinterpretando pero...cada vez tu te...

—No importa, Sally, no es tu culpa en lo absoluto... —susurrando, mira al suelo respondiendo. Alza su vista hacia ella y aligerando una sonrisa entrecierra los ojos, notando ella unas lágrimas salir por los costados—...todo ya está hecho.

Sus comisuras se contraen, la ardilla exhala bajando su rostro al regazo del erizo. Lo abraza con un miedo de saber el desenlace de todo y...es una completa locura la situación.

Pasan solo dos minutos, y tal parece que el chico empieza a sufrir disnea. Sally se aleja de su pecho al ver como empieza a introducir sus dedos, mayor y anular, encorvándose hacia el piso de madera.

La chica prefiere ir hacia el baño y buscar una cubeta o cualquier sitio donde pudiera vaciar su contenido.  Una arcada complacida en saliva expone no solamente pequeñas hojas y pétalos rojos ser expulsados de forma aleatoria sino un largo tallo flexible que no dejaba de ser extraído.

El cobalto gira sus ojos por la terrible sensación de escalofríos; tiritando con lentitud ante los movimientos de extracción que hace con sus dedos...regurgitando poco para que eso saliera de una maldita vez.

Pero conforme más jala del extremo más ardor se expande en su interior. Uno que le producen espasmos y que cierre los ojos irritados que tiene...

La marrón regresa con un balde y, azorada, presencia lo que su amigo intenta hacer para salvarse. Se inclina tanto que termina por caer al suelo completamente encorvado.

Partículas de saliva no solo se escurren por sus comisuras, sino que gotea sangre desde su paladar y dientes al suelo. Otra laceración más le lleva a sacar un jadeo cortado y posteriormente, con fastidio y punto de impaciencia, jalar completamente esa tira verdusca aparentemente interminable.

La avienta cual desecho inmundo que nadie desea ver; Sally se lleva las manos a la cabeza por ver que Sonic se mantiene exhausto casi con la frente pegada al suelo pero, más impresión y horror le llega tras distinguir lo recién nuevo que el héroe azul ha sacado de su interior:

Un tallo de una aparente rosa, cubierto de espinas por la mitad.

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