—¡Ey! ¿donde andáis? Te he estado esperando.

—Disculparme, Tails...Amy me retrasó tras hacerle unos favores.

—Vaya, entiendo, no hay problema... —Su tono baja tras oír esa pequeña "excusa", no es para tanto.

—¿Donde vas a llevar esto, amigo? —cuestiona el erizo cargando una caja rectangular que se lleva el espacio de sus dos brazos. Miles aprovecha y apila la segunda caja por encima de esta—. Está algo pesado...

—Lo siento por eso. Es hacia la delegación, en teoría me iban a ver a las 4:15 pero ya es... —Sus palabras se las queda. Alza la mirada tras ver su reloj y su amigo ya ha marchado.

Resulta conveniente la velocidad de Sonic; y Tails, tras un suspiro, marcha detrás de ese camino con trote igual para no rezagarse.

Cuando el azulado arriba las escaleras del sitio espera en la puerta a su amigo que, tarda unos tres minutos en alcanzarle. Ambos ingresan y en esa recepción, Sonic deja las cajas con calma sin querer causar ruido por el silencio que se siente.

—Listo, dudo haber roto algo —bromea Sonic palmeando a su amigo.

—Gracias, sé que podía hacerlo yo, pero...tú te has ofrecido.

—Lo sé, no hay problema, ¿Para qué es esto? —El toque curioso y la chispa en el héroe hacen notar el sitio menos tenso.

—Espero que las maquinas y los nuevos sistemas sirvan para la villa, ¿Sabes? Prefiero que se queden entre la gente que en una empresa como de la que me llamaron en la semana.

—Oh sí, multinacionales y ricos —Sonic continua con sus bromas y el zorro se limita a sonreír—. Bien, te dejo en tus negocios entonces.

—Gracias una vez más, ¡Oye! Se me olvidaba —El pequeño amarillo busca entre la caja para encontrar un par de anillos inhibidores que saca y le extiende con prisa al erizo—. Esto es de Shadow, ¿Podrás dárselo? La ultima vez que fue al taller me pidió unas replicas.

—Ok, veré si se las entrego pronto —Sus ojos se fijan en el par de rings, pero esos jades, con prisa y evitando caer en recuerdos vuelven al zorro, toda su cara cambia a una contenta para despedirse—. Te veré al rato.
Marcha con su típica rapidez, alejándose poco a poco de la villa, de la cantidad de gente y casas, hasta entrar al camino de tierra pálida que, le lleva a su pequeña choza humilde.

Con algo de pereza se deja caer en el sofá que le funciona hasta como cama...sus suspiros son bastantes nostálgicos; ayeres en los que su vida se basó en ir de un sitio a otro, sin detenerse, sin quedarse quieto...¿Qué ha pasado? Ya no hay buenos intentos para conquistar, ya no hay mentes malvadas lo suficientemente catastróficas...simplemente no funciona ya Möbius como antes.

Tanto crece su aburrimiento que cae dormido, entre morfeo y sus cantos de relajación.

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—¡Ey! ¿Te acuerdas de lo que me prometiste ayer?

—Eh...no, Sally, ¿de qué me...?

—¡Por favor Sonic!, quedamos en salir a Metrópolis.

—¿Qué? ¿Mañana? Pero...yo iba a...

¿Pensabas hacer algo más? ¿O con quién ibas a salir?

—Iba a ver a Shadow...

—¿Qué? ¿Otra vez? Pero creí que tu y yo íbamos a poder...

—Eh, Sally, sé que tiene tiempo que no salimos pero, Shadow tampoco ha estado últimamente aquí en Mobius.

—¿Y? ¿Qué vas a hacer?

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Un sueño cualquiera, ¿Pesadilla? No, simplemente algo que...le consterna el cerebro, ¿Por qué? Se levanta del sofá bostezando y llevándose un susto al ver una silueta oscura revisar parte de su armario; su primera reacción es llamar agresivamente con pose defensiva pero, tras el giro del joven azabache con indignación en el rostro, Sonic gira sus ojos con relajación... Siendo que la pregunta golpea su cabeza porque no deja de ser algo raro.

—¿Qué haces aquí? ¿Qué buscas?

—Mis otras zapatillas, ¿Donde las has puesto? —cuestiona el oscuro sin dirigirle la mirada más que al interior del armario.

—Buscarlas arriba, no abajo —Hace caso y abre las gavetas superiores, notando que sí, ahí está el par que busca—. De nada, eh.

—¿Durmiendo como siempre, Faker? —Arquea una ceja cerrando las pequeñas puertas de madera, pasando a sentarse en el sofá del peliazul, cambiando sus zapatillas con prisa—. No esperaba encontrarte.

—Ayudé un poco a los chicos y...ah, nada nuevo —Se sienta a su lado desganado, observando el techo con evasión—. Oye...Tails dijo que esto era tuyo.

Sonic muestra el par de rings de lado, entregándolos sin dirigirle la mirada. Shadow deja lo que hace y se los quita observándolos con curiosidad.

—¿Apenas? Por un momento creí que ya no tendría unos —bufa y se levanta llevándolos hacia un cajón cerca cerca de la alacena—. Los guardaré aquí, no voy a necesitarlos por ahora.

—¿Estás seguro? Quizá deberias...llevartelos —La sugerencia de Sonic suena a preocupación, una que en Shadow le molesta porque, según él, contradecirle en ello es simbolo de duda en sus capacidades—. Las misiones que has hecho se han vuelto más complejas, tú me lo has dicho.

—Sí, pero no es para tanto. No tienes por qué exagerar —refuta con un semblante fastidiado.

Pasea de un cuarto a otro recolectando objetos, cosas que le alistan al veteado antes de partir fuera de ahí. Sonic mira lo que hace de pie sin interrumpirle, a pesar de que quisiera escupir unas cosas que...le pican la garganta. Se demora mucho, no es la primera vez que lo duda.

—O-oye, yo... ¿crees que...?

—¿Qué? —dice agresivo Shadow mirándolo, los ojos se le clavan hasta la garganta y Sonic se demora en responder—. Habla, joder, se me está haciendo tarde.

—Nada, olvidarlo. Cuando vuelvas te...te cuento.

—Hmph, como quieras —Se le vuelve a escapar, a ir, como suele ser siempre—. Esta vez te veré dentro de una semana, Sonic, no te diviertas tanto sin mí.

El azabache se marcha sin antes dar unas palmaditas al erizo azul que, sonríe desganado hacia su compañero oscuro.

La tarde empieza a caer, y lo único que Sonic ve además del sol volverse cálido y tenue es a un erizo marcharse por el sendero, camino a otro sitio que, le pone en peligro, lo aleja de él y lo hace sufrir.

Él no puede ni sabe cómo hablar.
Cómo contar el sentir que le perfora sus entrañas.