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Dedicatoria especial a sonadow_Love_22_03
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El ambiente frío era enervado, la lluvia sólo ha dejado rastro de otoño con las hojas húmedas atascadas entre alcantarillas y esquinas.

La noche está a nada de caer y, para la reconciliada soledad de Sonic, sabe que bien puede pudrirse en soledad esa noche como en la mayoría en las que se queda solo o...puede salir, reencontrarse como en otras ocasiones con amigos.

Intranquilidad y nerviosismo no le dejan pensar. Luego de que Shadow se fuera hace poco menos de la hora y que fue porque tiene una cita...¿Qué significado posee esa palabra? ¿Cita era sinónimo de relación? No puede creer que...¿Quién era aquel/aquella que tuvo más valor que él? ¿El héroe de Möbius ahora es tan indefenso?

Suspira golpeando con su pie la alfombra, manteniendo sus manos en su boca, recargando sus codos en sus rodillas sin moverse de aquel sofá de vinipiel. El malestar estomacal no le deja, y bien sabe ya que es a causa de la sensación nerviosa y ansiosa que sufre por estos temas...tiene que calmarse y no sabe bien cómo.

Las palabras de Sally ahora se esparcen por su conciencia. ¿Avance lento? Era todo tonto, él no sabe manejar la situación por más confiado e impulsado que puede sentirse, pero...apresurarse, ¿Es su única opción?

Estrepitosamente levanta su cuerpo quedándose de pie en medio de esa sala. Mira por la ventana y no lo piensa dos veces ya: tiene que ir a buscarlo, a verlo... Aunque sea capas de interrumpirlo o algo no puede quedarse más tiempo en incertidumbre por saber qué carajos puede pasar con él y su vida, no puede sentirse inútil y vulnerable ante esto.

Esta vez va a luchar como lo hace el verdadero Sonic.

Con una simple bufanda y guantes más afelpados, sale del edificio con destinos varios, pues desconoce bien por qué parte de la ciudad andaría su amigo.

Se daba cuenta que en esas ultimas tres semanas había estado un tanto preocupado y a la vez misterioso, encasillado en sus sentimientos...¿O no era obvio? Sally supo de su estado, ¿Cuantos más lo notaron y no abrieron la boca?

Las calles están relativamente en movimiento por la gente, parece que en la ciudad, como en otro momento se lo dijo su amigo, no descansa y es de diversión lenta a toda hora. Disimulando y con paso moderadamente rápido, mira en diferentes establecimientos y bancas de las aceras; indaga con preocupación y sin querer llamar la atención cada vez que atraviesa un cristal...

Hasta que en un café a seis cuadras ya avanzadas ve las esbeltas púas por detrás y el intenso rojo de sus vetas. Fuera, con una parada peculiar no logra ver bien con quien parece mantener charla su compañero oscuro, y por ello apresura sus pasos con una sonrisa esperanzadora para tocar su hombro y hablar aprovechando soledad...

...pero todo se desvanece.

—¡Ey! ¡Hola, Sonic! —La distingue y prefiere detenerse poco a poco, pero fue tarde. Ella le llama, encontrándose con sus dos ojos jade. Shadow voltea tras su habla y hasta él se asombra de verlo ahí, en la calle.

—H-hola... —Apenas logra expulsar mirando a ambos con bastante celo...con impresión.

Nunca se imaginó aquella escena de sus dos amigos.

—¿Qué haces aquí? ¿Has salido a dar un caminata? —cuestiona dirigiendo su cuerpo por completo a Sonic. Su voz es serena, nada tosca o agresiva...como se nota que disfruta de la compañía.

—Sí pero...yo ya...ya me iba. —Por ocasión única se nota una sonrisa exagerada y fingida. Tiene que tragar el sentimiento, tiene que hacerlo estando en ese momento—. Los dejo solos, chicos, ¿Sí?

—Espera, Sonic, no...no quería que esto se supiera hasta que...ya sabes. ¿Recuerdas nuestra charla? —El erizo asiente, mirando a su amiga, con sus ojos opacos y vacíos—. Cuando vayas a la villa no les comentes nada...quizá ambos demos la sorpresa.

—No te preocupes, Amy, no diré nada. —Sonríe una vez más de soslayo, viendo como la eriza abraza por el brazo al azabache.

—Nos vemos en la casa más al rato, Faker.

Alza su mano y se despide dando la vuelta con prisa, sin embargo parece que Amy vuelve a llamarle para hacerle una invitación cortés que, es ignorada completamente con la espalda del cobalto y un trote más rápido que el de hace minutos.

Está frío, azorado...empieza a entenderlo, aunque no lo desea realmente... Aquellos recuerdos de días pasados le penetran todo su bienestar; le golpean cual piedra haciéndolo reaccionar...¿Por qué no lo dedujo? ¿Qué probabilidad había de que su amiga saliera interesada con su amigo, su platónico?

Era prácticamente nula. No tenía porqué formar parte de las estadísticas.

Y con el contacto de las gotas grandes sobre su nuca y cabeza, deduce que puede expulsar ese nudo en la garganta. Algunos menores corren de la mano de sus padres por la lluvia, pero él está a nada de llegar a su edificio.

Escalón por escalón, se detiene de golpe por la arcada repentina y ciertamente dolorosa que le golpea. Aferrando su mano a la baranda, toma un fuerte respiro para no vomitar, ¿Otra vez las náuseas? Pisa fuerte subiendo lentamente, oyendo sus vísceras hacer ruido y sintiendo las mejillas húmedas.

Entrando con rudeza, vuelve al escusado y espera lo peor...siente escalofríos a pesar de no estar encendida la calefacción y, de pronto, sin poder apartar los extremos de la bufanda, vomita de golpe el jugo de la tarde. No más que un par de viejas costumbres, anhelos y sueños.

Con extraña hiperventilación, se recarga del antebrazo en el borde del escusado... Mirando el mosaico blanquizco que tiene por suelo; respirando con súbita fuerza...rendido. Su psique es un revoltijo de emociones y sentires; su corazón está ciertamente arrepentido y agotado de...¿soñar? Un anhelo estúpido, una batalla pérdida...

¿Por qué está dándose por derrotado?

Tose con rudeza preparándose para volver a vomitar. Comienza a intensificarse la frecuencia de sus inhalaciones por el cosquilleo que le invade la garganta. Sus ojos húmedos e irritados son cerrados con molestia esperando a que ese sufrimiento leve y físico termine ya...

Y termina, al escupir con grosería dos diminutos pétalos que, desconoce el azulado, no sabe cómo llegaron a su traquea.