•Cambio (1/2)
Con el ambiente de aparente humedad y de tormenta, el viento azota las palmas y pinos de las orillas, al igual que los jardines y plantas de los residentes.
Una caminata matutina le ayuda a despejar su mente como todos los días ciertamente angustiantes que ha tenido.
Durante el medio día la pasa en su choza, y siendo que ya han pasado cinco días desde que él habló con su amiga rosada sus cuentas no le fallan: Shadow ha de volver pronto, en cualquier día venidero si es que el tiempo predispuesto por el azabache resulta un tanto certero.
Limitado con estiramientos y un par de ejercicios, piensa y piensa, otra vez, agobiado, «¿Qué le diré si es que llega aquí?» esos nervios típicos invaden su estómago, al punto de detenerse por dolor y náuseas repentinas...se siente ahora como un crío por esos malestares y no tiene alternativa más que correr al baño para evitar un espectáculo.
—Ugh, que...que voy a hacer... —replica en su escusado tras las arcadas, y siente como mientras habla todo el contenido de su estómago llena su garganta y boca, terminando por desechar el desayuno.
Cuando logra sentirse mejor, sale levemente agazapado, sujetando su abdomen y, un saludo a la distancia le hace recobrar la postura, mirando a aquél visitante.
—¿Cómo estás, amigo? —Knuckles le brinda la mano y Sonic le da la palma, chocandolas—. No te he visto en el resto de la semana.
—No, lamento ser tan escurridizo. —Sonríe con vergüenza aguantando las ganas de soltar un eructo.
—Ey, quería pedirte un favor, si es que logras ver a Tails —Empieza a hablar el equidna sin detenerse por la casa—. Decirle que si puede volver a reparar mi comunicador, esta vez Rouge tuvo la culpa. —Extiende dicho aparato y Sonic lo toma riendo.
—¿Tuviste una pelea? —Ambos sonríen—. Has de llevárselo tú ya que estás de paso.
—Justo estoy de paso, y uno muy rápido —Knuckles le brinda otro choque de puños y Sonic lo responde con la otra mano—, he de irme antes de que la esmeralda no esté en su lugar. ¡Gracias!
—Bien, se lo llevaré en cuanto pueda. —Su amigo rojo se retira a la puerta, y antes de salir estuvo a nada de chocar en esa vuelta con Shadow.
El oscuro esquiva al equidna, y lo barre con su vista sin cruzar palabra. Entra confiado también evadiendo y sin tener contacto visual con el azulado y, nuevamente, Knuckles se despide algo incomodo por lo sucedido.
Cuando se retira, Sonic se dirige al azabache que, como suele hacer cada regreso, busca en el armario ropa o articulo que le haga falta. Y entonces, no siente más que una pena por esa aparente y típica indiferencia de siempre.
Cumple con los mandados y favores de sus amigos y por eso cree que es hora de darse tiempo él; lograr realizar esos favores para su bienestar emocional. Amy se lo dijo, tenía que arriesgarse y dar el primer paso no desplegando su pergamino amoroso, sino teniendo mejores gestos y muestras de cariño.
—¿C-cómo te fue, amigo? —pregunta dejando el aparato de Knuckles sobre el buró y caminando más hacia Shadow, mirando su espalda.
—Ña~ ¿Qué hacía el guardián aquí?
—Knux sólo vino a pedirme que le diera su comunicador a Tails, se le descompuso. —responde tranquilo, no deja de mirar las acciones del veteado.
—Aja...¿Es todo? —Otro par de zapatillas y unos guantes son los que salen del mueble, junto con aquella incógnita en Shadow que resulta ser sorpresiva para Sonic. Parece que el pelo negro no cree en ello.
—No, digo si —Los nervios en el héroe crecen tras ver la mirada sería de su amigo—. No vino a otra cosa, ¿Pero por que te...?
—No es por nada... Sólo me pareció inusual —Ese aire tenso deja de existir. El erizo oscuro empieza a aprovechar el sillón para ese cambio de zapatillas, justo como con los guantes—. ¿Podrías...dejarme lavar esto?
—Sí, Shadow, no hay problema —Su amabilidad resulta útil al igual que su carisma...las palabras de Amy vuelven a golpear su mente—. Podría yo hacerlo si quieres.
—No, no hace falta...ya haces mucho por mí dejándome vivir aquí.
—No, eso n-no es nada...puedo hacer mas cosas por ti. —Los ojos de Shadow dejan de mirar sus broches; de forma serena y neutral el azabache suelta un monosílabo sonriendo de lado al erizo azul que, ahora, está apenado.
—¿Cómo qué cosas?
—N-no sé...es que...tú nunca estás pero... —Gira y da la vuelta a la mesa para sentarse en el otro sillón y estar un tanto cerca de él—. Intento mantener ordenadas tus cosas cuando llevas prisa de salir y solo las...las dejas...no sé sí...
—Tienes razón, Faker, te dejo mi desorden —Una vez culmina su cambio personal, se pone de pie palmeando cerca de la cabeza de su amigo en forma de mimo—. Ya no te daré más problemas.
—¿Qué dices? ¿A qué te refieres? —La expresión del erizo azul muestra un miedo raro que a Shadow le parece curioso.
—Me han pagado ya y los ahorros que tengo me permiten rentar un cuarto en Metrópolis —Hace una pausa queriendo ver la reacción de Sonic, y esta es completamente sorpresiva, no logra ocultarla—. Me llevaré todo y...bueno, has de visitarme si te apetece.
No sabe qué decir, balbucea unas cuantas cosas pero antes de querer soltar algo de golpe, siente reflujo y sufre de una arcada que le hace llevarse la mano a la boca. Shadow tras ver eso, se aproxima al azulado en el sillón pero, él no quiere que su amigo le ayude, dándolo a ver con su mano moviéndose negativamente.
Segundos después, Sonic se levanta del sillón sin dejar ver su expresión por la velocidad. La puerta de su sanitario se cierra y las quejas ante la fuerza de trasbocar son ignoradas por Shadow que, no es algo muy agradable de oír.
Una vez Sonic se recupera, sale y se recarga de la puerta, cierra sus ojos y suelta un suspiro todavía con algo de agitación.
—¿Qué fue eso? —Arquea una ceja preguntando, más el azabache no recibe respuesta rápida; los ojos lloroso de Sonic le dan espacio.
—Lo siento, desde la mañana me he sentido mal —expulsa Sonic moderando su respiración hasta sentirse más tranquilo—. Disculpa la interrupción.
—Deberías de ir a un médico, hasta al mejor de los héroes le da infección estomacal —Sonríe ciertamente desganado ante esa broma, pero, ¿Qué va a hacer?—. En fin, todavía necesito revisar el lugar y luego tomaré y empacaré lo mío.
—Shadow, no es necesario que te marches —Sintiendo las emociones en la garganta, evita tragárselas como suele hacerlo y mejor las saca con palabras y sinceridad por delante—. No me molesta ni me incomoda que tus cosas y tú vivan aquí...mira esta choza —Sonic suelta una risa típica y alza los brazos mostrando el lugar—, es grande para mí, yo estoy solo y...no me viene mal tu compañía.
No hay respuesta de Shadow, más que sus típicos y fríos ojos sobre los suyos. El erizo azul siente que ha sido muy directo, pero realmente no, no quiere que él se marche, no cuando siente que, que el azabache podría estar junto a él lo que les queda de vida.
—Lo pensaré ¿Vale? —responde el veteado dándose la vuelta tomando las cosas que a de acomodar/lavar—. Pero no te sientas mal si me voy, no es por ti...tambien necesito mi espacio.
Sale al patio, dirigiéndose al cuarto de baño, donde se han de hallar los detergentes. Sonic se vuelve otra vez al sillón y, tallando sus ojos, mira a la nada pensando en qué es lo que hará si Shadow se retira a otro sitio más alejado de él.
...seguramente le pedirá que se vean seguido o, buscará un pretexto para ir a metrópolis más seguido.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top