"Rechazado"
Hubiese preferido cualquier otra cosa en lugar de ver como Kai le reprochaba de esa forma a Lloyd.
El pobre había salido corriendo de ahí, sin siquiera darle tiempo a su hermano de responder; inclusive el mayor corrió unos cuantos pasos con la esperanza de alcanzarlo. Para su mala suerte, el chico era muy rápido y tenia la estatura perfecta para pasar entre la multitud de chicos en la otra mesa.
Kai se quedó parado en su lugar, con una mano alzada al aire.
Por un momento, se puso en el lugar del rubio, y al mismo instante supo que él habría hecho lo mismo. Se imagino a Lloyd, sentado en una esquina apretando las piernas fuertemente hacia su pecho, con la cara hundida entre los brazos, llorando por lo que acababa de pasar.
Zane tragó saliva al ver como Kai contenía su furia. Por la forma en la que se cerraban sus puños era indudable la rabia que sentía; cada vez parecía ponerse mas rígido. Le estaba inquietando un poco que no dijera nada. Realmente preferiría que gritara o al menos se desahogara, para no tener que verlo de ese modo. Los tres chicos lo estaban viendo, al menos Zane estaba listo para escucharlo gritar.
Ninguno de los presentes dijo nada cuando Kai se volvió hacia ellos y se limpió unas lagrimas sin ningún rastro de vergüenza. El castaño, que ya parecía mas calmado que antes, extendió la mano hacia Jay, quien aun sostenía entre sus manos la solicitud para las pruebas.
-No te tortures así -le dijo Jay sin intenciones del darle el folder.
-Solo dámelo -le espetó el otro inexpresivo.
Jay le entregó el folder vacilante. Zane sintió un hueco en el estomago al ver como Kai lo tomaba con repulsión para despues abrirlo y mirar las paginas en su interior por un momento. Después sin ningún cuidado lo cerró, arrugandolo por la fuerza que le aplicaba. Se acercó a tomar su mochila, con mucho enfado tiró de los cierres y se la hecho a los hombros.
-Vamos, viejo... -Cole trató de tranquilizarlo.
Pero Kai no lo miró ni se molestó en responder, lo estaba ignorando. Se dio la vuelta y los dejo atrás.
Apenas a unos metros de él se encontraba el cesto de basura. Zane no lo había perdido de vista aun, pudo ver como el castaño lanzó el folder en su interior, y siguió caminando.
Zane no había notado lo tenso que se encontraba hasta que al perder de vista a Kai, sintió como una presión en el pecho desaparecía y sus hombros caían relajados en medio de un suspiro. Aparentemente los otros dos estaban igual. Mientras que Jay a su lado apoyaba los brazos en la mesa y se inclinaba hacia adelante suspirando, Cole fruncía el seño con pena y se jalaba el cuello de la camisa con incomodidad.
Zane posó la mirada en la mesa. No se había dado cuenta que se había quedado con las notas de Lloyd. Tomó la hoja por los bordes y la levantó al aire. Bajó la mirada viéndola de arriba abajo, examinando cada detalle; el sello de tinta roja inclinado a la izquierda, y esa inocente cuadricula que contenía (al parecer) unas de las notas mas altas.
Fue cuando leyó el nombre del niño, escrito en la parte posterior de la hoja, que sintió de nueva cuenta esa sensación de desconocimiento.
"Lloyd G. Flamey"
Algo le dijo que esa entre esa "G" y ese punto debía haber algo mas. No podía tratarse de una simple abreviatura ¿O si?
Perdió cualquier rastro de interés en ello al sentir una mirada. Con algo de temor, levanto la vista del papel. Cole estaba sentado frente a el, pero tenia la vista clavada en una libreta; parecía estar dibujando algo.
Suspiró, tal vez solo era otra de esas malas bromas que le jugaba su mente desde hace dos días (si no es que mas).
Sin poder evitarlo, se quedo viendo al chico que tenia delante. Sobre lo que parecía ser un libro de texto, había un montón de hojas apiladas, que Cole había apartado a un lado, junto a su mochila. Una libreta y un simple lápiz a los que parecía aferrarse con naturalidad le servían de excusa para no cruzar palabra con ninguno de los presentes. Tenia mano firme, pero sus trazos parecían ser suaves, delgados.
Zane se interesó por saber cual era el fin de cada linea, que forma tomaría ese dibujo al final, pese a que no lo distinguía por completo.
Segundos despues, Cole dejó de mover el lápiz sobre la hoja en seco. Por instinto, Zane bajó la vista de nueva cuenta al papel fingiendo que aun leía. No por que le diera pena hacer contacto visual, sino por que no quería incomodarlo.
-Pues... yo si tengo hambre -comentó el pelinegro.
Zane se sintió mas seguro al escucharle hablar.
-¿Quien me acompaña? -preguntó Cole señalando la cocina a sus espaldas.
-Zane quiere -respondió Jay energético quitandole las notas de Lloyd de las manos.
Zane volteo a ver al pelirrojo sentado a su lado, que enseguida se volteó a otro lado silbando.
-Vamos -habló Zane poniéndose de pie. Tal vez aun podía salvar lo poco que quedaba de su descanso.
Cole, como siempre, ya iba unos pasos delante de él. Antes de seguirlo, Zane le echó una mirada a Jay, este le hizo un guiño y sonrió.
Llegaron a la cocina y se formaron en la fila, había pocas personas antes de ellos.
-Y... ¿Como te fue en dirección? -pregunto Zane que estaba formado primero.
No quería hacer muy notoria su preocupación, pero no pudo evitarlo.Cole se había portado muy cerrado y se fue a dirección sin decirle nada. Vio al pelinegro con atención, solo entonces pudo ver que la herida en su boca seguía ahí.
-Pues... contactaran a mi padre -dijo elevando los hombros -Supongo que pudo ser peor -repuso.
¿De verdad se estaba comportando como si no importara?
Ambos avanzaron unos pasos.
-¿Como esta tu ojo? -Cole le habló frío.
Instintivamente Zane se llevó una mano al ojo derecho. Al darse cuenta la bajó de inmediato.
-Pues... me saldrá un moretón. Supongo que pudo haber sido peor -Dijo imitando al pelinegro.
A Cole se le formó una sonrisa en el rostro, a causa de esto Zane suspiró, algo aliviado de que aun no se hubieran herido mutuamente. Cole avanzó unos pasos y tomo la bandeja, la puso en la barra esperando a que la chica a su derecha avanzara también.
Zane se quedo viendo como una cocinera servía la comida. Tomó una bandeja, preguntándose si de verdad tenia hambre.
-No debiste meterte -le dijo Cole un poco mas serio.
Este comentario lo hizo regresar a la realidad.
-¿Por qué no? -repuso.
La misma cocinera de antes los miró a ambos. La cara le cambio al ver a Cole. Ella estiró la mano y les sirvió unos fideos.
-Eran mi problema -le respondió Cole acercando la bandeja para que le sirvieran dos trozos de pescado. Luego le habló a la cocinera -¿Tienes salsa para esto?
La cocinera gruño molesta, y le sirvió una salsa de color rojizo. Luego volteó a ver a Zane. Este le estiró la bandeja y dejó que le sirvieran dos trozos de pescado. Caminó unos pasos y le respondió a Cole.
-Esa vez que me enfrente a Cryptor en el baño -dijo desviando la mirada de su bandeja -Tu dijiste que me buscaste para defenderme.
No hubo respuesta del otro al instante, sino que se quedo parado en su lugar unos segundos, a pesar de que la chica ya había avanzado. Zane supuso que una respuesta "fuerte" saldría dela boca de Cole en cualquier momento.
-Si, ¿Que tiene que ver? -dijo avanzando dos pasos rígidamente.
Otra cocinera les sirvió a ambos una cucharada de arroz.
-¿Salsa de soya? -preguntó el pelinegro igual de frío que antes.
La cocinera se llevó una mano a la cadera arqueando una ceja. Cole gruño y avanzo.
-Uh, bueno... -le habló para llamar su atención - En que yo no dude en hacer lo mismo.
-Ese es el punto, Zane -le habló Cole y se volteó a verlo -No soy el idiota que crees. Me puedo defender.
El pelinegro se dio la vuelta de mala gana y tomo un vaso para servirse jugo.
-No me malinterpretes así -se apresuró a corregir.
-No necesito que vayas a dar la cara por mi.
Cole tomo su bandeja y comenzó a alejarse de la cocina dejandole con las palabras en la boca.
Se quedó parado al lado de la barra viendo en la dirección en la que Cole se había ido. Algo le decía que debía seguirlo y arreglar el asunto. Pero no pudo, no quiso tener que luchar con su orgullo, al menos no por ahora.
-Permiso -escucho que le hablaba alguien a su derecha.
-¿Ah? -No se había caído en cuenta de que estaba obstruyendo el paso, ni siquiera sabía cuanto tiempo llevaba ahí arado. Enseguida se volteo para ver de quien se trataba.
Por poco y se le sale el corazón del pecho. Se topó con unos hermosos ojos verdes y cabello platinado agarrado en una coleta alta. Pixal estaba a su lado.
Si, Pixal; la única chica que al parecer recordaba perfectamente. Podía olvidarlo todo de la noche a la mañana, pero estaba seguro que ni el mismo fuego podría destruir el recuerdo de su belleza. Su mente buscaba una explicación, verdaderamente quería saber por que no tenia ese presentimiento extraño que la pasaba al ver algo fuera de lo normal en las personas, lo que le pasaba con los otros.
No tubo tiempo de formular nada, pues se perdió en su profunda mirada.
-Yo iba a tomar un vaso -dijo ella tímidamente señalando detrás de Zane.
Entonces salió de su mundo y al instante se sintió como un idiota. En otras palabras le estaba diciendo que se quitara y el seguía ahí embobado con ella.
-Lo siento -se disculpó tímidamente y se quitó del camino
Si estaba seguro de algo, era que no podía perder la oportunidad de tener una conversación con ella.
Tomo un vaso, y se puso al lado de Pixal lo mas cerca posible, usando como excusa que tomaría jugo.
-No había notado que le estorbaba a alguien tan... linda.
-No hay problema -le respondió Pixal. Ella tomo un vaso de la barra -Supongo que llegué en un mal momento.
No estaba muy seguro a que se refería, era muy posible que lo haya visto discutir con Cole. Sin embargo, prefirió negarlo.
-No, para nada -sonrió -Tu nunca podrías molestarme.
Al decir eso, no pudo quitarle los ojos de encima, y despues de apreciarla por un momento notó que ella traía una expresión fría en el rostro. Se sintió tal mal al sentir ese aire de tristeza proveniente de ella.
-¿Te sucede algo? -Dijo ladeando la cabeza.
-Las pruebas este año an sido un reto para mi -respondió rígida.
Zane estaba cansado de ver esa expresión de tristeza en todas partes (mas bien, en las caras de todos sus amigos) no quería verla triste a ella también.
-Para eso son los retos, para superarse -la animó.
Pixal se volteo a verlo con una sonrisa en el rostro. Ahí estaba esa sonrisa que tanto había deseado ver toda la mañana.
-No debe ser un reto para alguien con tus dotes -le dijo ella.
-Debió ser un mal momento -le sonrió.
Pixal se rió. -No, para nada.
Ahora ambos se estaban viendo a los ojos, era la oportunidad perfecta. Toda la clase de historia estuvo ideando la mejor manera para pedirle que saliera con él.
No había pensado en nada concreto aun, pero sabía que no podía "solo decirlo y ya".
-¿Pixal?
-¿Si?
-Yo quisiera... -se le fueron las palabras de la boca. Aun no entendía por que le pasaba eso.
Nuevamente estaba buscando las palabras adecuadas. No quería hacerle notar que estaba algo nervioso (ni el podía creer que lo estuviera). Bajo la vista a la comida en su bandeja, la vio a ella y de nuevo a la comida. Se sintió sumamente apenado.
-¿Si, Zane? -pregunto Pixal ante su silencio.
-Quisiera saber si te gustaría salir...
-¡Hey! -lo interrumpió un grito -¿Que rayos esta pasando aquí?
Algo agitado, se volvió en dirección esa voz, que sonaba molesta. No se sorprendió al ver que el dueño de tal voz era un total cretino: Cryptor.
Se acercaba a ellos, caminando como si tuviera prisa. Era la primera vez que lo veía solo, sin ninguno de los bastardo de su pandilla respaldándolo. Se acercó bruscamente a Pixal y la jaló por un hombro, haciéndole perder el equilibrio. Le quitó su bandeja de comida, y con furia la dejo de golpe en la barra.
Zane sintió que la rabia venia. No podía dejar que la tratara de esa forma.
-Dime linda, -le habló a Pixal obligarla a verlo. Zane casi explota de celos al escuchar como se le refería -¿Este idiota te esta molestando?
Apretó la mandíbula para contener el impulsó de gritarle. Se le tensaron las manos, hasta que le aplicó harta fuerza al agarre de la bandeja. Se volteó a la barra, y con hastío la dejó de lado.
Pixal se apartó la mano de Cryptor con pena.
-No... -habló volteándose a otro lado -solo estábamos hablando -su voz sonaba suave, pero firme.
-¿No te vasto ese golpe en tu asquerosa cara? -le habló golpeando su puño contra su mano -Tengo algo guardado para tí.
-Ya basta, Cryptor...
En ese momento, Zane se sintió un doble idiota. Tal como esa mañana, Pixal lo estaba defendiendo. No tardó mucho en sentir un nudo en la garganta, no se pudo contener mas, y sin siquiera pensarlo le respondió.
-¿Que a tí no te bastó con esa humillación en el baño? -le espetó -Por que yo recuerdo que saliste corriendo ¿o no?
A Cryptor no le agradó nada ese comentario. Se le endureció la expresión y se acerco a Zane amenazante. Pero no tenía miedo, al contrario, tenia muchas ganas de dejarlo contra el suelo.
-No... -Pixal a su defensa. Otra vez.
-Ahh, Pixal -dijo fingiendo un suspiro -Tu siempre ayudando a los necesitados. Prometo no golpearlo, si me lo pides.
Se quedó callado. Conteniéndose. Podía insultarlo todo lo que quisiera, pero no soportaría que molestara a Pixal si razón. Ella se notaba irritada, bastante.
-Te lo pido... -susurro Pixal.
Esta vez, Zane sintió pena. Bastante. Pero eso no eliminaba el hecho de que quisiera quitarle a Cryptor esa estúpida sonrisa de un golpe.
-¿Por...?
Pixal se sonrojo. -Por favor.
Entonces, Cryptor la tomo de la barbilla levantandole el rostro. Con la otra mano le rodeo la cintura y la jaló hacia él...
La besó.
Ella tenía los ojos bien abiertos, los brazos rígidos y no parecía corresponder, su rostro estaba de un rojo vivo. Cryptor la apartó de el de golpe y lo encaró con una sonrisa.
La besó, pensaba Zane sin dejar de ver la escena.
Cryptor la tomaba por la cintura, aun con esa estúpida sonrisa. Le lanzó una mirada de superioridad.
Lo que Zane sentía era mas que rabia. Decepción, impotencia... asco.
-No te vuelvas a acercar a mi novia -le amenazó Cryptor.
Asco. Lo que él sentía era asco.
-Ademas... tu ya tienes a la zorra de mi hermana.
Adeline, pensó.
Le hubiera gustado sentir rabia. Para abalanzarse sobre Cryptor y molerlo a golpes. Lo odiaba, era un odio profundo que no podía explicar, pero lo sentía arder en el pecho, justo donde debía estar su corazón.
Debía. Pues hace un segundo, lo había escuchado romperse en mi pedazos.
Le hubiera gustado sentir rabia. Pero no podía. Estaba destrozado.
Se alejó corriendo de ahí y no tardó en llegar a la mesa. Cole y Jay estaban conversando, pero no era capaz de oírlos. De reojo, vio que los dos lo miraban preocupados.
Zane sentía sus pulmones arder, al igual que sus mejillas.
Dando tropezones tomó su mochila con las manos temblorosas. Se la hecho a los hombros, tal como antes corrió ignorando las preguntas de sus amigos. Empujó la puerta que daba al pasillo con el hombro. La escuchó cerrarse con fuerza.
Con prisa, se dirigió hacia donde jamás hubiera imaginado: al ascensor.
Presionó la flecha de subida. Por un momento se quedó viendo su reflejo distorsionado en las puertas de metal. Estas se abrieron un segundo despues.
Presionó el botón con el número 6 y las puertas se cerraron.
Aun le temblaban las manos. Sentía que le faltaba el aire.
La besó.
Se desplomó en la esquina del recinto. Era la segunda vez que se estaba llorando en un ascensor.
La diferencia era, que ahora él era el que había sido "rechazado" por así decirlo.
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