Revelación

Silencio.

Era lo único que se escuchaba en el aula después de mi crisis nerviosa.

Draco no se había despegado de mi en ningún momento, pero su mente estaba en otro sitio, como pensando en todo y en nada. Y yo solo me quedé en silencio, esperando la burla, el momento en el que me miraste y se riese de mi por tal arranque.

Quería volver a hacerme un ovillo pero los brazos de Drago no me dejaban. Me tenia sujeto desde el último zarandeo.

Harto de esperar decidí hablar.

- Draco... - mi voz sonaba apagada y rasposa por los gritos y las lágrimas derramadas.

Por fin pareció volver en sí y me miró, tan intensamente que parecía traspasarme. Intimidado quise hecharme hacia trás pero no me lo permitió, sus manos sujetando más fuertemente mis brazos.

- Tu y yo vamos a hablar. Y quiero la verdad. - sus ojos estaban encendidos como llamas furiosas, tuve miedo.

Poco a poco me fue soltando pero sin alejarse ni un milímetro, tanteandome.

No podría huir, y de alguna forma tampoco quería. Necesitaba contarlo todo, tener a alguien en quien apoyarme y no sentirme la gran mierda que creía ser.

Subiendo la mirada decidí exponerme por primera vez. Eliminé el glamour y dejé que me viese.

Los ojos de Draco se agrandado y una maldición salió por el asombro.

- ¡Maldita sea, Harry! ¿Cuánto tiempo llevas sin dormir o comer?

Sabía lo que estaba viendo y me sentía tan avergonzado y asqueado de mi mismo que me encogi y tapé mi rostro. Más lágrimas salieron.

De un tirón me encontré entre sus brazos. Una acción tan imprevista y genuina que me cortó las lágrimas. Estaba entre los brazos de Draco.

- Por Merlín, ¿qué te ha pasado?

El calor de su cuerpo se transmitía al mio, frío y sudoroso. No había notado que tenia tanto frio hasta que no tuve su calor.

- No sé por donde empezar...

- Supongo que por el año pasado, que es cuando estabas bien.

- No estaba bien pero me alegro de parecerlo - solté una risita triste.

-¿Harry?

- Draco por favor no me interrumpas, necesito prepararme.

"Supongo que el principio fue cuando era pequeño y Dumbledore me llevó con mis tíos. Lo único que recuerdo fue los gritos cuando me tenían cerca y les molestaba mi presencia, los azotes por acercarme a mi primo y la oscuridad de la alacena."

"Cuando tuve conciencia de que debía apañarmelas solo, ellos vieron que me podían dar tareas. Empecé limpiando, barriendo todo aquello a lo que llegase sin ayuda. Luego llegó la comida, hacía el desayuno, fue lo que más me costó porque casi no llegaba a los fogones y casi siempre me quemaba. Aprendí a que no se me cayera nada aun que me hiciese daño, pues los golpes de tio Vernon eran peores."

Me estremeci al nombrarlo y pensar en él. Draco solo me abrazó más fuerte.

"Cuando pude hacer bien el desayuno vinieron el almuerzo y la cena. Me costaron bastantes quemaduras y golpes pero pude hacerlos. Tia petunia se dio cuenta que era eficiente para mi edad y me dejo todas las tareas que le pertenecían. Limpiar la casa, tender la ropa, arreglar el jardín, hacer la comida, pintar paredes o las cercas, lavar el coche, recoger los juguetes de Duddly, ir a la compra, recoger los trajes de tio Vernon de la tintoreria, etc."

"Mi tarea favorita era el jardín, era mi momento de tranquilidad fuera de su vista y podía cuidar de las flores. "

"Recuerdo mi primer dia de colegio, estaba ansioso por conocer a otros niños y tener amigos, mi primo solo se acercaba a mi para golpearme con algo o inculparme de sus trastadas, lo que me acarreba más castigos. Lo que yo no sabia era que mis tios habían hablado con mis profesores, era un bicho raro y mentiroso, no debían creerme. Y mi Primo se encargó de que ningún niño se juntaste conmigo. Así que siempre estuve solo. "

"Los niños se empezaron a reir de mi cuando se dieron cuenta de como vestía, la vieja ropa de Duddly. Ni siquiera me compraron ropa, un fenómeno no merecía nada nuevo, un fenómeno se tenia que contentar con las sobras de las personas decentes, un fenómeno debía dar gracias por vivir bajo el techo de personas honradas. "

"Las reglas no podían romperse, todo tenia que ser normal. Así que cuando algo era anormal, yo era castigado. La magia accidental apareció la primera vez que Tia petunia me pegó con la sartén en la cabeza, había quemado el bacon. Había aceite hirviendo en ella lo que me quemó la cara, sentí tanto dolor que me desmayé. No me llevaron al hospital, solo me encerraron en la alacena. Lo único bueno es que mi magia curó las quemaduras y cuando me desperté estaba perfecto. "

"Que me curase no alegró a mi Tio... Los golpes se repitieron con cada pequeño error, hasta que mi magia accidental no volvió a aparecer cuando se trataban de los golpes de mi familia. Es extraño porque desaparecen cuando ellos no estan, como un método de supervivencia. "

Me encogí de hombros.

"Pero te acabas acostumbrando pues es lo único que conoces. Lo peor vino este verano... "

Me separé un poco del abrazo para concentrarme mejor.

"Mi Tia y Primo viajaron a Mallorca, una amiga suya vive alli. Mi Tio se quedó ya que tenia trabajo.
No sabía que iba a pasar.
¡¡¡Jamás pensé que sería capaz de hacer una cosa así!!!

- ¡¿Qué hizo, Harry?! - la desesperación era palpable.

- Me violó. Durante todo el verano me ha estado violando.- las lágrimas caían por mi rostro y no podía mirar a Draco a la cara por la verguenza.

Sentí como me levantaba la cara muy despacio, con dulzura y calma. Sus ojos se alinearon con los mios y pude ver su desesperación y rabia.

- Voy a matarlo. - siseó con los dientes apretados.

Sorprendido agrandé los ojos.

-¿Qué?

- Voy a matar a ese sucio muggle, va a morir de una forma lenta y agónica, tendrá tanto dolor que me suplicará piedad y que sea el mismisimo Señor Oscuro el que acabe con él. - su voz sonó tan venenosa y con tanto odio que por primera vez sentí lastima por mi Tio.

- Draco...¿no te doy asco? - el miedo que sentía a que me abandonase era atroz.

Desprevenido por mi pregunta se quedó callado, dándome a pensar que si, le daba asco.

De un jalón me atrajo a su cuerpo y me abrazó tan fuerte que casi me exprime.

- No seas idiota, Potter. - me susurró en el oído.

Mi cuerpo se estremeció al sentir su aliento.

Era agradable. No sentía repulsión, al contrario, me encantó.

Siento la demora tenia trabajo y poco tiempo libre, he ido escribiendo poco a poco, espero que os guste.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top