Capítulo 4: Compras con Erza
Tras lo ocurrido en la playa y haber disfrutado con Natsu haciendo castillos de arena la joven junto al resto de miembros del gremio dijo que ir al centro comercial para ver todo lo que tenían dado que en ese lugar a diferencia de su pueblo tenían una gran variedad de todo lo que uno se podía imaginar.
— Mirad, la biblioteca es enorme, seguro que puedo adquirir algunos libros— decía Levy emocionada señalando la gran entrada.
— Seguro que puedo preguntar sobre como publicar mi novela y me dan algún consejo— la maga celestial con estrellas en los ojos.
— Gray-sama podemos ir a ese lugar los dos solos— tiraba de su manga señalando una cafetería para parejas.
— Esta bien— aquella respuesta sorprendió a todos y este algo rojo tomo a la maga que estaba más feliz que nunca para tomar algo.
Erza que vio aquello y viendo que Lucy iría a la biblioteca y sabiendo que Natsu no querría entrar a ese lugar se le ocurrió una idea.
— Natsu, ¿me acompañas a comprar alguna armadura?— pregunto a este que ya miraba un escaparate con muchos dulces.
El joven vio a Erza con una sonrisa pero la maga que no estaba acostumbrada a sonreír como hacia Mira parecía que era falsa y desprendía un aura maligna alrededor.
— Aye— dijo aterrado el mago.
Cuando entraron a una tienda de armaduras Erza se sorprendió por la gran cantidad y variedad de diferentes armaduras que tenían, esperaba encontrar muchas pero no tantas, veía con sumo cuidado cada una de ellas para ver cual sería la apropiada y no repetir en lo que poder mágico se refiere.
— Mmm no tengo una que pueda hacer que mi poder físico aumente y esta bien de precio— susurraba examinando el precio y cada parte de la armadura.
— ¿Le gusta?, hace un tiempo se vendían mucho sobretodo en los hombres, en la época de conflictos lo más importante era golpear duro pero en este tiempo de paz solo la compran mercenarios para hacer misiones— explicaba la chica mientras le daba la vuelta a la armadura y ver la parte trasera de esta.
— Ya veo, creo que me la llevare— dijo algo emocionada.
— Muy bien,¿alguna más?— pregunto mientras encargaba una al personal del almacén mediante un dispositivo.
— ¿Tiene alguna extraña o rara?— pregunto la maga mirando la sala.
— Tenemos una especial, quizás le interese, venga por aquí— la pelirroja y Natsu siguieron a la mujer hasta dar con una que era muy rara.
— Es la armadura que usaban los antiguos guerreros de Fiore, totalmente restaurada y mejorada para adaptarse al cuerpo de su portador es capaz de otorgar una gran fuerza física, aumentar su capacidad mágica y sobretodo es muy ligera gracias a un material descubierto recientemente— la mujer enseñaba unos papeles donde se podía ver que efectivamente era como las de hace muchos años.
— ¿Vas a comprarla?, suena bastante caro— decía Natsu mirando la armadura.
— Si, he ahorrado mucho y puedo permitirme este capricho— contesto ella emocionada.
Tras encargar todo y pagar, la maga dio la dirección de Fairy Hills para que la enviasen allí. Tras eso ambos se fueron a tomar algo, la maga pronto cambio su forma de ser, estaba con Natsu tomando algo en un lugar concurrido por parejas y el solo hecho de pensarlo le hizo sonrojarse.
— Natsu...lamento haberte llevado de compras, se que no te gustan demasiado— dijo mientras jugaba con la pajita del batido.
— No te preocupes, ha sido divertido ver todas esas armaduras— respondió con una sonrisa.
— Ya veo— ella esbozo una pequeña sonrisa.
— Aunque pensaba que ibas a acompañar a Levy y Lucy a la biblioteca— comento el mago poniendo una cara pensativa.
— ¿Porque?— ella se extraño de esa frase.
— Bueno...escuche a Levy decir que te gustaban los libros y leías muchos sobre un tema en concreto— Natsu hizo que Erza casi tire su batido.
— Ah...eso te dijo Levy— dijo tratando de mantener la calma mientras por debajo de la mesa apretaba los puños y mostraba una falsa sonrisa.
Levy sintió un escalofrío y pensaba que algo malo iba a ocurrir.
(En ese instante Cell sintió el autentico terror)
Después de aquello y viendo que el lugar se llenaba cada vez mas se fueron a un banco de fuera del centro comercial donde no había nadie, se sentaron a contemplar la playa sin ruidos molestos por tanta gente.
— Natsu...hay algo que debo decirte— la pelirroja giro su cabeza para mirar al mago y vio que estaba dormido.
Ella esbozo una sonrisa, le encantaba verlo de esa forma, con cuidado tomo al joven y le dio un pequeño beso en los labios, luego lo acostó en su regazo para que pudiera dormir mientras ella respiraba y disfrutaba del ambiente del aquel momento.
Continuara.
En el próximo, Capítulo 5: Juegos en la habitación.
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