One-Shot

Prov's ___

Un día aburrido como siempre. Y aquí me encuentro, como una idiota mirando la tele mientras que un perezoso Sans se queda dormido. Suspiro agotada sin saber que hacer. Por cierto, ¿dónde estará Papyrus ahora? Ah sí, lo recuerdo. Mencionó algo de que iba a revisar las trampas para capturar a los humanos... Si es que cae alguno claramente.

Me levanto para estirar las piernas y me dirijo a mi supuesto cuarto que estaba entre las dos habitaciones de los esqueletos. A veces me pregunto si estos dos no estarían espiando. Ya sabéis lo típico de una película. Que te encuentras un mini agujero y te enteras que te estaban mirando mientras te quitas la ropa o alguna que otra cosa.

Llego a mi agujero, mi cuarto, donde podía estar tranquila y relajada. Me acuesto en mi "mejor amiga" haciendo escapar un gran suspiro de alivio y relajación en mi cuerpo. Maldito Sans... Me pegó su vagancia. Me quedo mirando el techo como una boba intentando procesar lo ocurrido. Estos seis meses que llevo viviendo con estos dos me dejaron intranquila, sobre todo el más alto. Ese maldito me atraía condenadamente, pero eso es lo que es, un simplemente esqueleto borde y agresivo que no tiene ni una pizca de sentimiento. Eso me dolía, porque en el fondo sé que no seré correspondida por el menor de los dos esqueletos. Comienzo a bostezar, con tanto pensar me entró sueño. Bueno, voy a descansar, mañana será un gran día.

Pov's Papyrus

¡Ya llegué a mi humilde morada! Pateo con todas mis fuerzas la puerta para que esos dos inútiles piensen que estoy aquí ya, sobre todo la humana. ¡Mierda, deja de pensar tanto en ella! ¡No te atrae puto esqueleto!

—¡Sans! ¡Huesos flojos de mierda, despierta!

—¡Ey! ¿Qué hay jefe?

—¡Ni que hay ni porras! —Ese maldito hermano mío me saca de quicio. Es un vago que no hace nada y, encima, él es el mayor.— ¿Dónde está la humana? - Vi como Sans mira de reojo a su lado.

—Qué raro, hace unos minutos estaba aquí la condenada.— El idiota de mi hermano no se entera, ¿y si se ha escapado? Entonces le regañaría sin descanso—. A lo mejor se fue a su cuarto.

—... Miraré y como no esté, prepárate para un castigo. —Río como nunca, como me gusta fastidiar a mi hermano y él sudando como un pato mareado.

Bueno fui corriendo a la habitación de la humana y, efectivamente, estaba ahí. Te has salvado por la campana, querido hermano. Entro y cierro la puerta sin hacer el menor ruido posible. Puedo escuchar perfectamente los largos suspiros de la humana. Dios ¿cómo puede ser tan vaga como Sans? Me acerco lentamente y la miro. Se ve tan tierna durmiendo. ¡¿Qué demonios he dicho?! ¡No, no! ¡El Terrorífico Papyrus no debe decir esas cosas tan cursis! ¡Maldita humana! ¡Desde que llegaste aquí no te me quitas de la cabeza! ¡Ni siquiera tu jodido cuerpo! Tengo ganas de tocarlo, de hacerte mía, ponerte un collar en ese cuello tan suculento que tienes, que por cierto me acordé que tengo uno ahora mismo. Sonrío como nunca, ya que empecé a pensar en cosas sucias con ella.

—Ardamos en el infierno, humana.

Pov's ___

Escucho una voz muy conocida. Oh Dios, ¿dime que no es Papyrus? No tuve más remedio que incorporarme para encararlo, pero aún mantengo los ojos cerrados.

—Papyrus, por enésima vez, no entres en mi cuarto sin mi... ¿¡Eh!? —Para cual sorpresa mía, el esqueleto idiota me puso un collar rojo con pinchos dorados y sujetado con una simple correa. Miro furiosa al alto—. ¡¿Qué cojones haces?!

—Quería comprobar como te quedaba. —Me lo dice con un tono de burla y sexy al mismo tiempo.

—¡Quítalo ahora!

—... No.

—¡Papyrus hablo en serio!

—Yo también hablo en serio. —Entonces siento que me tira de la correa y claramente yo me quejo, pero él ni se inmuta.

—N... No soy un perro —dije con un tono de vergüenza ya que estoy a escasos centímetros del rostro de aquel chico malo.

—No, eres mi gatita. —Sentí como sus dedos acarician por debajo de mi mentón—. Quiero escuchar tu ronroneo.

—¡No soy un puto animal, joder! —Grave error al gritarle, ya que me tira de nuevo y estuve casi a punto de rozar mis labios con los suyos—. Paps...

—Escúchame atentamente ___ porque no lo pienso repetir. —Me centro en mis oídos para poder escucharlo mejor—. Hoy vas hacer lo que yo te ordena, si no lo haces tendrás un severo castigo. —Tiemblo de miedo porque esa amenaza solo significa la muerte misma. ¿Quiere decir que ese esqueleto que me robó el corazón, me matará si no le obedezco?—. Oh, pero descuida... —Noto su respiración en mi oído—, esos castigos no serán tan rudo—. No sé si eso es bueno o no, pero aún tiemblo de miedo—. Serán unos castigos muy placenteros para los dos.

—¿Q... Qué quieres decir?

—Todo a su debido tiempo gatita.

Ya me está empezando a molestar ese mote, nunca me lo ha dicho. Sólo me insulta, maldiciendo mi nombre cada vez que se acerca a mí, que hasta nos peleábamos. ¿Y ahora gatita? ¿Qué rayos le picó ahora? Entonces, siento algo húmedo detrás de mi oreja que me hizo estremecer y suspirar al mismo tiempo. Me mira y pude ver, que lo que sentí, es su gran lengua roja creada por magia lamiendo esa zona sensible. Me sonrojo ante tal acción y él ríe.

—Me encanta esa expresión. Te hace más tierna y más sumisa.

—D... Deja de jugar Paps... —No pude terminar la frase ya que sentí esa lengua invadiendo mi boca.

Me quedo helada ante tal acción, no sabía que hacer. Es mi primer beso. Mi primer beso con ese saco de huesos. No sé cómo, pero empiezo a seguirle el juego con torpeza haciendo que nuestras lenguas danzaran sin cesar. Entonces nos separamos, ya que nos hacía falta aire, sobre todo, yo que estaba agitada.

—Humana, no sé si te lo han dicho, pero quiero arder en el infierno contigo —lo dijo mientras lame sus colmillos muy deseoso de devorarme.

Mis mejillas arden demasiado al entender esa indirecta. No es una forma muy romántica, pero mi cabeza admite eso. Vuelve a tirarme de la correa besándome de nuevo, pero con furor. Hace unas pequeñas y bruscas mordidas en mi labio inferior haciendo que sangrara. Pero él con su juguetona lengua los retira disfrutando del sabor metálico de mi sangre.

—Exquisito manjar humana, pero quiero más de ti —lo dijo mientras me tumba bruscamente de la cama y él se pone encima mía acorralándome sobre esta. Me siento indefensa.

—P... Papyrus... —Sigo temblando de miedo de lo que iba a ser; sin embargo, siento como dos manos aprisionan mis pechos estrujándolos con fuerza como si fueran simples esponjas. Gemí de sorpresa, es una mezcla entre dolor y placer.

—No ___, no me llames por mi nombre. —Se le ve muy feliz haciendo ese gesto, espera ¿es un castigo eso?— A partir de ahora me tendrás que llamar jefe.

—¿¡Qué!? ¡Ah! —Gimo de nuevo, pero con más fuerza ya que sus dedos pellizcaron con fuerza mis pezones que aún están cubiertos por mi camisa, y también de mi sujetador.

—Veo que la humana aún no entiende que yo no repito las cosas dos veces.

—L... Lo siento... jefe... —Mi vergüenza se subió por las nubes, es la primera vez que lo llamo así y más en este estado. A su merced, tan dominante y yo tan sumisa ante él.

—Bueno... - aparta sus manos en mí, yo suspiro aliviada, pero grave error. Grito con sorpresa al ver que Papyrus sube la camisa hasta la altura de mis pechos, y me doy cuenta en ese momento que me puse un sujetador que se quita el broche por delante—. Me lo pones tan fácil humana, ¿acaso estabas preparada para mi? —Su tono de voz es tan varonil, me hipnotiza, pero despierto de aquel trance cuando tira de nuevo de la correa. Quiere una respuesta—. ¡Responde!

—S... Sí, jefe...

—Buena chica, como regalo disfrutarás de mi lengua retorcida mientras que tú gimes para mi.

Entonces noto como aquel broche hizo un pequeño click y como él retira la única prenda que cubre aquellas montañas. Yo me limito a esconderlos con mis brazos. Grave error. Papyrus gruñe molesto y aparta mis brazos con brusquedad, mirándome a la cara.

—¿Más castigos humana? Si es así, entonces te daré otro. —Y al terminar empieza a devorar mis pechos con hambre mientras yo gimo agusto ante tal acción.

Pero grito y, al mismo tiempo, gimo al notar que muerde con brusquedad aquel pezón, tirando de él con fuerza haciendo que gritara aún más de dolor y de placer. Escucho un gruñido proveniente de él, parece que le gusta aquel sonido que hice. Sigue torturando mi pezón. Yo gimo, gimo para él, sin que nada o nadie nos escuchara... O eso creo. Me muerdo el labio al sentir tantas sensaciones que no pensé que existían y más ahí abajo. Sí, estoy mojada.

Estoy más roja que nunca. No pensé que llegaríamos a tal extremo, pero así fue. Papyrus mordiendo y disfrutando mientras yo gemía a por más. Quería más castigos de él, me estaban gustando. Noto como las manos del más alto me quitaron el pantalón junto las bragas y ahí estoy, desnuda ante él. Le miro roja como un tomate, mientras que él me mira con hambre.

—___, no sabes cuánto he ansiado este momento.

—Lo mismo digo... jefe... —Mi voz tiembla, no podía articular palabra alguna. Noto su mirada clavada en mí, y, no sé si eran cosas mías, hubo un pequeño leve sonrojo en su cráneo. Se ve tan mono así, pero mis pensamientos se disiparon al sentir sus dedos en mi intimidad—. ¡Ah!

—Vaya humana, estás tan mojada —lo dijo con picardía y mis mejillas arden de la vergüenza que estaba pasando—. Eres una sucia pervertida...

—P... Por tu culpa, idiota... ¡Ah~! —Dos dedos se metieron ahí dentro de golpe y sin previo aviso.

—Escucha como tus fluidos salen y como succiona mis dedos. —Doy varios gemidos mientras él mueve aquellos pequeños intrusos que me vuelven loca—. ¿Te gusta humana? — Yo asiento babeando, pero otra vez siento tirar de la correa—. ¡Contesta!

—¡Sí me gusta jefe!

—¿Te gustan mis dedos?

—¡Si!

—Pero quieres algo más ¿verdad? —le oí decir lamiendo mi lóbulo haciendo que me estremezca—. Algo que te rompa, algo que te hará gritar como una perra en celo, algo que tienes tantas ansias de tenerlo ahí dentro. —Poco a poco él retira los dedos mientras yo gimo. Me lo estaba pasando genial hasta que él lo interrumpe. Cabrón, sabías que estuve a punto de llegar al orgasmo, mi primer orgasmo—. Solo tienes que pedirla, gatita.

Lo miro roja mientras que él se limita a sonreírme con malicia esperando mi respuesta. Esto me está dando vergüenza.— L... Lo quiero...

—¿Qué quieres humana? —Su sonrisa se amplía más divirtiéndose.

—¡Quiero tu polla dentro de mí! —lo dije gritando de la vergüenza, entonces siento que me gira por completo apoyando la cabeza contra la cama. Me sonrojo aún más al notar que estoy en posición de cuatro patas.

Escucho un sonido metálico detrás de mí, me imagino que era su cremallera. Trago saliva y con valor miro de reojo y lo vi. Ese gran miembro rojo a punto de estallar y con ganas de penetrarme y dejarme exhausta. Es la primera vez que veo algo así, tan majestuoso, tan grande, pero ¿eso cabrá ahí? Entonces, noto que su hombría roza contra mi feminidad haciendo que gimiera con gusto.

—Nunca pensé que llegarías a ser una pervertida, ___.

—Paps, quiero decir, jefe... —Lo miro sobre mi hombro y él está concentrado en mi mirada, atento a lo que iba a decir—, por favor sea gentil. Es mi primera vez...

Hubo un silencio incómodo para ambos, pero una risa proveniente de él capta mi atención.

—Vaya... —Se lame los colmillos, me estremezco ante aquel acto—. ¿Así que prefieres entregarte ante un ser vil como yo que a otro cualquiera?

—Sí, porque yo... —No sé si debo confesar mis sentimientos hacia él, pero tengo que intentarlo, quiero saber su respuesta, quiero quitarme este dolor angustioso—.Yo te amo, Papyrus.

¡Lo sabía! Ahora que lo estábamos haciéndolo me dejará plantada o peor aún se aprovechará de mí, y solo querrá tener sexo conmigo sin decir palabra alguna. Me maldije a mi misma por decirlo, por confesárselo. Noto sus manos en mis caderas atrayéndome hacia él, mi espalda contra su pecho. Mi corazón late a mil por hora, no sé si es por miedo o por otra cosa, pero empieza a acariciar mi vientre. Lenta y tortuosamente. Di un gemido bastante largo ante aquel acto.

Su miembro empieza entrar en mí, poco a poco, desgarrándome por dentro mientras yo grito entre una mezcla de dolor y de placer. Es doloroso, es mi primera vez, y es con alguien a quien nunca corresponderá mis sentimientos. Toma mi mentón y hace que gire la cabeza para encararlo. Estábamos tan cerca de uno del otro.

—Yo también te amo, humana. —Abro los ojos con sorpresa ante tal confesión, y sin previo aviso me besa, pero no un beso cualquiera. Eun beso francés, rudo y duro, con ansias de querer más en mi boca. Nos separamos ya que nos hacía falta aire a los dos—. Ahora, sé una buena gatita y gime para mi —lo dijo tan jodidamente sexy mientras empiezs a moverse lenta y tortuosamente en mi interior.

Gimo con gusto a lo que me pidió, yo le amo, quiero estar con él por el resto de mi vida hasta que me muera. Siento como mis paredes vaginales aprietan con fuerza su miembro haciendo que este gimiera con gusto.

—Dios, humana. Estás jodidamente estrecha. —Toma mis caderas con firmeza moviéndose con más fuerza que antes y yo pedía más y más. No quierl que acabara, quiero sentirlo una y otra vez en mí, quiero gozar cada detalle de ese miembro que me vuelve loca—. ¡Dime ¿a quién le perteneces?! ¡Quiero que grites bien alto! ¡Que todo el subsuelo te oiga decir mi nombre! ¡Dilo ___!

—¡Soy tuya Papyrus! —grito lo más fuerte que pude, pero el tiró de la correa, dominante.

—¡Más alto, que no te escuché!

—¡Soy tuya Papyrus! ¡Tuya y de nadie más, jefe! —Sus embestidas son cada vez más fuertes cuando dije aquella frase, me está rompiendo en dos, pero me daba igual. Poco a poco noto como algo llegaba. Oh Dios, es el ansiado orgasmo—. Jefe...

—Pues hazlo, córrete para mi porque yo... tampoco aguanto.

Arqueo la espalda tanto como pude mientras recibo aquel ansiado orgasmo que tanto anhelaba. Y él se vino dentro de mi notando su semen caliente en mi interior. Caí rendida en la cama. Dios, no me imaginé que el sexo con este esqueleto era tan jodidamente placentero. Él se aparta, sacando su miembro dentro de mí, yo jadeo mirándolo mientras se acuesta al lado mío. Yo apoyo mi cabeza sobre su pecho y éste gruñe.

—No te acostumbres a hacer eso.

—A mí me gusta —le dije sonriendo viendo como sus mejillas se tornaban a un rojo vivo—. Papy, ¿realmente me amas?

—Mira estúpida humana, no sé qué cojones hiciste conmigo. —Toma de mi mentón haciendo que lo mire—, pero lo que he dicho antes es cierto. Me encantas, me maravillas. Siempre he deseado estar contigo, pero mi hermano estaba en medio. Siempre pensaba que entre tú y él había algo.

—... ¿Has estado celoso todo este tiempo? —lo dije con algo de picardía mientras él se sonroja aún más.

—¡Agh! ¡Cállate y bésame!

—¡Lo que usted ordene jefe! —Y así hice, le di un beso en sus "labios" y él me acaricia la cabeza aceptando ese gesto.

Entonces escuchamos un ruido proveniente de la puerta. Y no sabéis que... ¡Estaba Sans ahí mirándonos y con una grabadora!

—¡Sans! —Me tapo todo lo que pude con las sábanas.

—Si tantas ganas teníais de acostaros, haberlo hecho en un sitio más íntimo.—Maldito vago de mierda.

—Sans... —Miro a Papyrus que se levanta y con una cara de pocos amigos.

—¿Jefe?

—Huye por tu vida. —De repente, un hueso rojo creado por su magia aparece en su mano. Ay madre.— ¡Porque te voy a matar ahora mismo!

Y así es como empieza nuestra relación Papy y yo.

-----------------------------------------------------------

Y aquí termina el one-shot de mi primer fanfic en Wattpad.
Seguro que todas vosotras mis queridas lectoras, les gustará este tipo de cosas, ya que tenemos un lado pervertido.
Así serán mis fanfic, de Undertale y de sus versiones (no todas que conste). Serán en plan tipo este o un poco más largas de lo habitual.

Espero que os haya gustado y que tengan dulces sueños, que está muchacha se va a dormir.
¡Nos vemos!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top