¿Cómo amar?, nadie nos enseña a hacerlo y sin embargo nuestro entorno nos muestra como demostrar amor, o, tal vez en algunos casos como no demostrarlo. ¿sabes como amar? no, probablemente no, nadie sabe como hacerlo. El amor es un prejuicio que solemos utilizar a nuestro beneficio. El alma no es mas que solo eso, un pedazo del cuerpo que podría describirse como las cuerdas del títere que solo sirven para montar el espectáculo de la vida. Toda persona a final de cuentas solo es un trozo de carne movido por impulsos que poco a poco se deteriora dejando atrás todo marchito.

¿Qué clase de persona eres? y ¿Qué clase de entretenimiento proporcionas en tu escenario?. La gran mayoría son solo muñecas ordinarias, de esas que deseas tanto y cuando las obtienes simplemente dejan un gran vacío, vacío es una buena palabra para destinar el concepto de ser humano, ¿vives por algo? por supuesto que no, después de todo en la gran fabrica de la vida solo se puede encontrar destinos insípidos que dejan un amargo sabor en la boca. 

Todos sabemos jugar con muñecas ¿cierto?, eso me convierte en la mejor. Moviendo con paciencia e indulgencia mis títeres aceptándolos con "amor" a pesar de sus errores, arme mi propia casa de muñecas, mi propio jardín, redefiní mi mundo con un inicio de fabrica y lo logre solo con mi "cariño" a cambio de su condescendencia. Nunca nadie ni nada pudo satisfacer mi necesidad de ser por primera vez marchitada por alguien, nunca nadie pudo descifrar lo que yo destinaba a mi punto vista un pensamiento común, así que ¿debería ser raro bajo esas circunstancias tener un punto de vista misantrópico de la humanidad? la respuesta lógica es no, nadie aprecia lo que no entiende y si nadie me puede desentrañar adecuadamente entonces hare que el mundo baile a mi son durante toda mi vida.

El laurel representa triunfo por eso nunca estuvo en mi jardín ya que de una manera u otra todo era monocromático y aburrido, nada era nuevo o inusual.

Pero el laurel finalmente floreció sus hojas comenzaron a florar y nadie se daba cuenta de las truculentas carcasas entre tallos alargados y vencidos que dejaba atrás, una flor venenosa que depositaba toda su aversión detrás de esos maravillosos pétalos, y me impresione ,si, mi mundo idílico e inmarcesible lleno de títeres se quebró, simplemente se empezó a cuartear hasta dejar nada mas que lo que era en realidad, un cascaron. Solo basto su presencia, sus palabras y un argumento para demostrarme que ya no era mas la dueña de todo lo que algún día tuve. Aquel individuo raro y excepcional me arrebato mi jardín convirtiendo todo a su paso en un caótico delirio que me embriago por completo. Lo conocí aquel otoño.

Aquella persona que detrás de todo este espectáculo de palabras me mostro que yo también podía pasar de ser quien moviera los hilos a quien bailaría eternamente en la mano de alguien. Aquel quien me enseño que un día puede durar tres otoños.