XXI | El Corazón de Horus |

| Música de Multimedia: To Hell and Back - Sabaton | 

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"Motor modificado. Recubrimiento colocado. Cálculos realizados.

Todo está listo, el Acorazado Estelar está casi al completo".

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Versión A

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Los cazas estelares del equipo de Retaguardia no tardaron en lanzar avisos sobre el cambio brusco de presión, que a su vez, los amortiguadores de gravedad estaban a punto de romperse debido al agresivo ingreso.

Gabriel lideraba la marcha y esquivaba todos los obstáculos con mucha destreza mientras Alec se concentraba en no perder la Lanza de Luz que los mantenía unidos; todo esto era gracias a que compartía ciertas habilidades básicas con su melliza.

—Menos de diez metros para el punto de ingreso —dijo el Dios griego en voz alta, suspiró y dio un giro en un ángulo recto para esquivar una puerta de emergencia—. Saben que estamos aquí, intentarán por todos los medios encontrar refuerzos de la Federación.

—Vanguardia podrá con la defensa planetaria, niño —aseguró el Dios ruso, concentrándose en resistir la marcha—. No te preocupes.

—No me preocupo por Artemisa, Dazhbog, me preocupo por los demás, ella tendrá que cubrirnos si las cosas salen mal...

—¿Cómo es posible que tu confianza haya crecido tanto en estos años?

—Ese es el secreto, Dazhbog. —Hizo una pausa y sonrió mientras bajaba la velocidad al ver que llegaban al punto de inicio—. Ella siempre fue mejor que yo, por algo es nuestra Vicecapitán en tierra y en el aire la Capitán.

Tamara dio el grito de guerra más fuerte que jamás había dado en su vida al momento de haber sometido a la yegua de collar rojo de Tracia mientras sostenía su Regalo Sagrado en lo alto y lo dejaba caer directamente a su cuello, decapitando a la bestia mecánica.

Todo mientras el Capitán Tully observaba intranquilo el progreso de la nueva integrante de los Arcángeles bajo el cuidado y supervisión de Miguel; Hipólita saltó del lomo de la bestia y tomó el collar, lo arrastró por todo el campo de batalla hasta los otros dos collares apilados; suspiró y, uno a uno, fue depositando los collares en las ramas del árbol quemado.

Octava tarea, completada... —dijo la voz robótica mientras Tamara clavaba la espada en el suelo y caía de rodillas al suelo, haciendo el esfuerzo para detenerse con el arma. Tully se quiso acercar a ayudarla a incorporarme mas fue detenido por el Comandante Jäger—. Yeguas de Tracia, derrotadas.

—Dejame ayudarla —rogó el Capitán de Policía mientras la señalaba—. ¡Ve cómo está! No puede continuar...

—Si no tuviera el coraje necesario para afrontar estas pruebas, no las hubiera aceptado en primer lugar —explicó el Arcángel de manera altiva—. Solo observa su expresión, su rostro de satisfacción al poder completar esta tarea sola... Ella tiene la fortaleza de las verdaderas amazonas.

Tully no comprendía las palabras de Miguel hasta que observó el esfuerzo sobrehumano que Tamara hacía para incorporarse. Se quitó toda la mata de cabello de la faz y observó al Comandante, exhaló y asintió, dándole la señal de que aceptaba la ayuda de Raphael.

—¿Ves? Ella sola podrá afrontar el desafío.

Al decir eso, el Arcángel dio media vuelta y se aceró Raphael a ella para curarle las heridas con sus extraños métodos, ayudó a Tamara a salir de la sala mientras ingresaba Raziel, dispuesto a acabar para siempre con Tracia. Tully no supo más que hacer, salvo salir de la sala, no sin antes mirar hacia atrás, las bestias mecánicas se comenzaban a unir pero la hoja de Raziel las detuvo.

En circunstancias normales, un dúo de soldados que amenazan una de las prisiones más horribles del planeta sería acabado en segundos y todo gracias a las condiciones climáticas.

Pero los Dioses no eran soldados normales, no, ellos eran soldados de Élite.

Gabriel y Alec dejaron los cazas en el punto de inserción, activaron el piloto automático y estos salieron con rumbo al punto de extracción; era momento de liberar a Disputa. Se colocaron sus capas para ocultarse del enemigo y se pusieron máscaras de oxígeno para mantener un flujo constante de este; se posaron, uno a cada lado, de la puerta y activaron la carga explosiva y entraron al complejo, en automático las alarmas se activaron y los Dioses activaron un cronómetro en sus visores.

Tenían solo quince minutos de incomunicación con la Federación que tenían que aprovechar.

Una vez que Raphael acabó de curar a Tamara, ella se sentía con una energía sobrenatural, gracias a los líquidos que el sanador de Dios le inyectó. Ahora, una vez lista para volver al ruedo, se encontraba frente a la puerta que lo cambiaría todo: la novena prueba, la Puerta de Themyscira.

Suspiró y tomó el hilo de su Chaqueta de Vacío mientras veía las letras talladas en bronce sólido, tenía miedo.

—Puedes retirarte cuando quieras —le recordó Tully, parándose a su lado. Este le tendió su botella de agua, la cual, fue recibida—. Antes de que...

—Mis heridas son suficientes para tumbar un elefante de siete toneladas —confesó la antigua líder de las Amazonas—. Claramente rendirse no es una opción, no en esta puerta.

—Esta es más difícil todavía —añadió el Capitán, hojeó sus notas y citó—. "La novena puerta fue la prueba que el equipo de Élite, conocido como las Amazonas, no pudo superar; sus únicos miembros en poder acercarse a la victoria son: la Capitán Tamara Murdock y la Teniente censurado". —Terminó y elevó su cabeza, justo para poder ver la cólera en la faz de la amazona—. Solo digo, tan solo es un comentario en base a lo que supone el análisis que mandó la General, que deberías replantearte el plan de acción con esta puerta.

» Pero, de nuevo, solo es un comentario insignificante.

Tully se alejó justo cuando Miguel se acercaba, se posicionó a un lado y le tendió una nota, Ariel II la tomó y comenzó a leerla; al terminar, se le iluminó el rostro. Tiró de su Chaqueta del Vacío y dio un paso a la novena prueba.

. . .

«—A tu izquierda, Dazhbog —dijo Gabriel, dándole la oportunidad a Alec de esquivar el ataque y asestar un tajo transversal que cercenó la cabeza de uno de los guardias robóticos—. Bien hecho».

El dúo de Dioses había logrado penetrar hasta el piso inferior a Disputa sin contratiempos, les quedaban solo siete minutos para poder acabar la misión.

«—Me sorprende que esto no esté bien defendido —confesó el Dios ruso, guardando su espada y elevando su fusil—. Normalmente tendríamos más resistencia».

«—Es lo que tiene una prisión diseñada para que perezca la vida —respondió el Dios griego uniendo su báculo de neutrones—. Sin la Piel de Iah estaríamos fritos. Y no solo metafórica sino también literal».

Alec dio ante el comentario de su pareja de Retaguardia y asintió como, activó una nueva carga explosiva pegadiza y la puso sobre la puerta, se retiraron unos cuantos metros para evitar más carga energética a su escudo.

La puerta estalló en mil pedazos y los metales cayeron de forma seca en el piso, alertando a los guardias robóticos, los cuales, comenzaron a disparar. Y mientras Dazhbog daba fuego de cobertura, Apolo comenzó a unir su Regalo Divino con su fusil de asalto, este automáticamente comenzó a acoplarse con los neutrinos y formando su fusil francotirador.

«—Cambio —dijo Alec y Apolo salió de la cobertura y se posicionó sobre la pared».

Uno a uno fue cayendo a causa de los proyectiles modificados del mellizo y los disparos enemigos cesaron de inmediato.

«—"Donde pongo el ojo, pongo la bala" —declaró Gabriel, soplando dramáticamente la boquilla—. ¿Apoco no soy una cosa bárbara?».

«—Si pusieras la bala en cualquier lugar, la General no te hubiera encerrado por no "dar en el blanco" —comentó el Dios guardando su fusil y empuñando su Hacha de Guerra».

«—Esos solo fueron rumores... la General y yo jamás... —interrumpió Gabriel con frustración al ver la celda del Jinete. Cerró sus ojos para abrir el canal con los demás—. Objetivo localizado, procedemos con cautela».

«—Entendido, Retaguardia —la voz mental de Sebastián sonó en su cabeza—. ¿Estado del objetivo?».

Gabriel dudó seriamente en responder, no podía ver la escena que tenía frente a él. Los largos túneles que protegían a las personas que visitaban la prisión estaban destrozados, los demás prisioneros estaban muertos debido al choque extremo de sensaciones térmicas pero, a diferencia de todos, Dorian se encontraba temblando mientras frotaba sus brazos con frustración, su sangre había coagulado al punto de detener la hemorragia y solo veía con miedo, quería la muerte.

«—Vivo... —se atrevió a declarar Alec mientras comenzaba a caminar directo hacia él—. Aunque necesitará demasiado de Forseti».

El equipo de Retaguardia penetró en la sala y fueron directos a Disputa todo mientras Horus rezaba mentalmente que todo saldría bien, al mismo tiempo que, llevaba el pañuelo de Dorian a su corazón.

Tamara Murdock había pasado más de dieciséis horas cruzando puerta tras puerta en la sala dodecaedral de Heracles, todas las salas habían sido superadas y destruidas por todos los Arcángeles. Consiguió superar la prueba de su pelotón de Élite con mucho esfuerzo y, ahora, se encontraba tras la enorme y última puerta.

La más monstruosa de todas. La última prueba que enfrentó el Héroe Hércules, la puerta del Infierno, es decir, conseguir el collar de Cerbero; una de las bestias más mortíferas de la mitología griega.

Una prueba que el antiguo líder de los Demonios tuvo que enfrentar con la ayuda de todos sus compañeros pero, que en esta ocasión, ella sola enfrentaría.

Tamara observó fijamente a Tully y este asintió. Había perdido la esperanza de salvar su mente, ahora estaba a un paso de convertirse en Arcángel; Ariel II suspiró y dio un paso hacia enfrente al momento de que la puerta se abría.

Y penetraba hacia el infierno. 

N. de A.

Y segundo del día, vamos a morir. 

En fin, nos vemos mañana con la liberación de Disputa. Estoy: Con dolor de cabeza y sin internet en casa.


Espero hayan disfrutado esto, porque tenía la cabeza en otro lado al momento de escribir je, je, je.


¡Nos vemos mañana!

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¡Farewell!°

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