XVI | Los Regalos de Zeus |

| Musica de Multimedia: Circles - Dkrew |

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"¡Lo estamos logrando! Los planos que nos proporcionaron son increíbles, la construcción del Acorazado está en su punto final.

Aunque el problema persiste, el exceso de peso en el casco sigue interrumpiendo en las simulaciones del salto espacial."

Primera nota de un técnico—.

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Una semana tras la operación de flota conjunta "Dunas del Ocaso".

Sebastián se encontraba sentado en una de las seis camas que la Resistencia les había dado al equipo de Dioses, veía los rostros incómodos de sus compañeros al ser escaneados de pies a cabeza por máquinas rústicas con nula amabilidad.

Desde su llegada a Nebel habían sido puesto en cuarentena por separado y, hasta ese instante, el Dios azteca había visto a sus subordinados. Ellos tenían mala cara y se sentían derrotados ante la aparición de Miguel. Vio uno a uno los rostros de los demás Dioses y cada uno estaba más enojado que el otro.

Apenas tenían información acerca del estatus en la Federación, sabiendo que ahora eran conocidos como "los Demonios de la Resistencia". Todo iba mal.

¿Cuándo nos podremos ir? preguntó el Capitán, rompiendo el silencio y todas las miradas fueron puestas sobre él. Llevamos demasiado tiempo encerrados sin comunicación; Lucifer prometió que nos tratarían como sus invitados pero solo siento que somos prisioneros.

Su equipo asintió y Sebastián alcanzó a ver un ligero toque de esperanza en sus ojos.

Al menos deberían regresarles sus Regalos Divinos...

Eso sigue siendo no es del todo imposible, Mixcóatl interrumpió una familiar voz masculina. Estábamos mejorándolos y quitándoles las barreras que la Federación les impuso para su uso.

Los seis voltearon y se quedaron incrédulos ante visión que tenían, uno de los Maestros Divinos de la Federación se encontraba frente a ellos, el Ingeniero Henry Garza se acomodó su bufanda y metió las manos a su chaqueta, le dedicó una mirada de disculpa a su pupila y continuó su ingreso al aula médica.

O eso quiero decirles pero la verdad es que ese protocolo fue muy rápido —añadió con modestia—. Al fin y al cabo, yo ayudé a crearlos. Lo que quiero decir es que la Resistencia quiere estudiarlo y sacarles el máximo provecho para su nuevo Acorazado Estelar.

¿Son parte de los planos que Ray contenía y que me obligaron a darles? cuestionó el Dios azteca enojado, hizo aparecer al Espectro y este tenía las luces encendidas en tonalidades rojas. Podían habernos dicho, ¿no somos aliados?

Te pido una sincera disculpa, Capitán continuó Henry Garza, se acercó a Emma y le tendió un pequeño paquete. Todo este plan fue muy improvisado, ya sabes, originalmente solo queríamos a la mitad de ustedes pero... el destino los quiso de nuestro lado. Y vaya que fue una sorpresa. Emma tomó el paquete y lo presionó, de él brotaron los cinco Regalos Divinos de los demás. Y como muestra de confianza, se los regreso. Solo no hagan algo estúpido.

Se incorporaron uno a uno y cada Dios tomó su Regalo Divino y lo volvieron a activar pero esta vez había algo diferente, no había barreras.

—Bien, ahora les explicaré por qué hicimos eso...

Un ligero choque eléctrico en la zona de sus costillas despertó a Sebastián, en otro momento él hubiera reaccionado con un grito y mucha furia pero ahora, con todo lo vivido, se había acostumbrado a la rutina del Espectro. Abrió lentamente los ojos, saliendo de los recuerdos de sus sueños y vio cómo uno de los rayos solares artificiales entraba por la ventana.

—¡Buenos días, Sebastián! —exclamó el androide mientras aparecía con lo que podrían parecer brazos, traía pegadas unas pinzas de cocina pequeñas a su cuerpo. Alzó su "mano" derecha y saludó con dificultad—. ¿Te gustan mis nuevas actualizaciones?

El Dios azteca no supo cómo responder, se quedó parpadeando unos cuantos segundos mientras su cerebro procesaba la imagen: su esfera robótica tenía "brazos". Al cabo de un minuto de silencio incómodo, Mixcóatl fue incapaz de guardar la risa.

—¡No te rías! —exclamó Ray, cruzando sus pincitas—. Últimamente he visto que necesito una nueva actualización en mis parámetros de comunicación, aunque pueda decir expresiones literales a las cuales ustedes se han acostumbrado, he estudiado que ustedes se comunican más de forma física que emocional. Mi respuesta lógica fue actualizarme...

Hizo una pausa y la bolita electrónica levitó levemente y descendió a un lado del Dios, soltó las pinzas y sus luces cambiaron de color a una tonalidad naranja.

—Siento que algo me está actualizando —confesó el Espectro—. Desde ayer alguien volvió a abrir mis parámetros, al igual que aquel día en las Dunas del Ocaso, cuando conocimos a Miguel. —Hizo una pausa y giró, se dirigió hacia la ventana y con su cuerda de luz abrió la cortina para que los rayos de sol entraran de lleno a la habitación—. Lo que quiero decir... Esta vez alguien me está actualizando mi código, dándome nuevas funciones. Me desbloquean el "control maestro".

Sebastián se incorporó y caminó lentamente hasta colocarse a lado de su Espectro, abrió la ventana y dejó que la fría brisa matutina le impactara de lleno.

—Tendremos que descubrirlo en algún punto, ¿no? —dijo finalmente Sebastián, después de unos segundos de silencio—. No podemos dejar que Miguel acabe con nuestro equipo. —Una notificación de su brazalete modificado lo interrumpió—. Emma nos espera afuera, hablemos de esto en otra ocasión, ¿vale?

El androide asintió y sus luces se cambiaron de nuevo a su característico azul, aunque por dentro seguía con miedo. ¿Qué era el "control maestro"?

Artemisa se encontraba riendo junto con Emmanuel mientras ambos compartían una taza de café con leche; desde hacía ya dos años en los que se les fue dado aquel edificio de viviendas para todos los miembros que escaparon de la Federación, los Dioses hicieron un pacto: las parejas de combate tenían que estar cerca en casi todo momento.

Y al ser su pareja de Vanguardia, Emma Dankworth poco a poco le iba agarrando cariño al infante con el tiempo compartido en los desayunos. Lo estaba llegando a considerar como el hermano menor que jamás había tenido.

—¡¿Me vas a llevar a volar en algún punto, Artemisa? —rogó Emmanuel con una sonrisa de oreja a oreja, la Diosa dejó su taza sobre la mesa—. Quiero ver todas las maniobras que puedes hacer ¡Eres una piloto increíble!

—¿De dónde sacas tanta energía en la mañana? —cuestionó divertida Emma, recargó su mentón en la palma de su mano—. ¿Quién te contó acerca de mi forma de volar...?

—El tío Sebastián me lo contó —confesó el infante—. Él dijo que su pareja era la mejor piloto de la humanidad, él está orgulloso de su compañera de Vanguardia. ¡Por favor, di que sí!

La Diosa se ruborizó un poco al escuchar aquellas palabras del niño, usualmente no le causaba ninguna emoción que la reconocieran como la "pareja" de Sebastián Márquez pero al escuchar las palabras de Emmanuel con esa entonación... Era diferente.

Ella negó por dentro e intentó abandonar la idea de pena que le causaba pensar en eso, ella y él eran solo pareja de combate... ¿no?

Era verdad, se volvieron cercanos y ambos eran los líderes del equipo: ella manejaba el aire y él en tierra y mar; sus interacciones se volvieron más cercanas y, sin quererlo, ella se había comenzado a arreglar más... todo cuando ella lo veía. Ella volvió a negar por dentro, jamás confiaría en otro hombre de manera plena como lo hace con su hermano.

Pero por fuera, Emma mantenía una sonrisa tranquila y serena, ya habría otro día para debatir esas ideas. Así que decidió hacer a un lado aquel extraño sentimiento, por ahora.

—¡Buenos días! —exclamó Sebastián, irrumpiendo en la sala. Sacudió el cabello de su sobrino y saludó a Emma con tranquilidad—. ¿Dónde está mi hermana?

—Salió temprano a sus clases de ejercicio —respondió Emma, sorbiendo su café—. Dejó todo listo para Emmanuel y a ti te dejó para que te hagas de desayunar y me regaló un café por cuidar a Manuel. —Sebastián suspiró y caminó directo a la cafetera, se sirvió café y se sentó a beberlo—. ¿No vas a desayunar?

—"Un verdadero soldado solo come el rocío de la mañana y el conocimiento del universo" —declaró el Dios con pereza, bebiendo con calma—. Nunca he desayunado, un mal hábito lo sé pero mi organismo está acostumbrado. Además, en la base siempre nos alimentan.

—Hombres... —Emma rodeó los ojos y se incorporó, aquel día llevaba unos pantalones vaqueros que se ajustaban a sus tonificadas piernas junto con sus botas reglamentarias y Chaqueta del vacío—. Tenemos que irnos, Capitán. Hay que decirle a todos lo de Disputa...

Sebastián suspiró cansado, su vida en estos últimos dos años había consistido en encontrar a los Jinetes y por fin, después de tanto, la Federación había cometido un error: revelar la posición de uno y, por consiguiente, reveló el segundo Jinete.

—Sí, espero de todo corazón que Seth se tome bien la noticia —Se giró a su sobrino y este se irguó como militar—. Ve por tus cosas, te llevaré a la escuela y nosotros nos iremos al trabajo, ¿me prometes que cuidarás a tu mamá en mi ausencia?

El infante asintió y se incorporó, dejó su plato en el lavabo automático y fue directo a por sus cosas mientras la pareja de Vanguardia los esperaba. Hoy comenzarían con el rescate del Jinete de la Disputa. 

N. de A.

Y así comenzamos el siguiente arco, iremos por los Jinetes restantes... Aunque, ¿Qué estarán haciendo los Arcángeles? Descubranlo la siguiente semana ^^

Y bueno, espero sus opiniones y comentarios.

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¡Farewell!

Pd. La de los guioncitos.

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