III | La Visión de Loki |
| Música de Multimedia: We Are One - 12 Stones |
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"No será ventajoso para el ejército actuar sin conocer la situación del enemigo, y conocer la situación del enemigo no es posible sin el espionaje"
Sun Tzu—.
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La noche estaba en su punto máximo y la guardia del campamento de la Federación se encontraba haciendo su cambio y ahí en la puerta del campamento donde aparentemente se encontraba una de las prisioneras más peligrosas de sus enemigos, estaba uno de los reclutas forzados a trabajar lejos del frente, donde se desarrollaba la guerra contra la Resistencia.
—¡Se lo estoy diciendo, mi Sargento! —exclamó el recluta, hablando por su radio, ignorando a los pocos transeúntes de la calle—. Esta colonia no tiene nada interesante, no bares, ni clubes nocturnos, ¡no chicas! ¿Cómo es que tenemos a una de las Jinetes aquí? —Hizo una pausa y alejó el radio y cerró los ojos ante los gritos de su superior—. Sí, mi Sargento. Lo siento, mi Sargento...
El pobre recluta guardó el radio y maldijo por lo bajo, sosteniendo su fusil comenzó a escanear la calle cuando a lo lejos, divisó a una mujer de ascendencia libanesa-latina con el cabello hasta los hombros con la camisa escotada y observándolo de forma coqueta.
El sorche se talló los ojos al ver a aquella mujer con una silueta de infarto, la mujer levantó su dedo y lo flexionó, invitándolo mientras se ocultaba en el callejón.
Aquel chico comenzó a mirar hacia ambos lados y al no encontrar ni un alma, él comenzó a caminar rápidamente mientras pasaba su fusil a su espalda. Y lentamente, ingresó a la oscuridad.
—¿Dónde estás, muñeca? —susurró, quitándose el casco mientras sus ojos se exaltaban.
—Atrás de ti —susurró la chica, saliendo de las sombras. El recluta giró y se encontró con uno de los rostros más buscados de la Federación durante los últimos dos años.
—Tú...
Los rayos lunares iluminaron el rostro de Emma Dankworth, Identificador: Artemisa, mientras sonreía de forma coqueta, llevando su dedo índice a la boca.
—¿No querías pasar el tiempo con una chica? —preguntó Artemisa con sarcasmo. El recluta intentó tomar su arma mas la Diosa fue más rápida y lo detuvo—. Lamento que tengas esta fortuna.
Emma golpeó directamente el nacimiento de la nariz del recluta y este quedó inconsciente inmediatamente, el peso de este cayó directamente en la Diosa y se sorprendió al caer directamente en su hombro.
Lo giró con delicadeza y comenzó a arrastrarlo mientras de las sombras salían tres hombres de las sombras con capuchas, ocultando sus rostros.
—¿No podías hacerlo menos incómodo? —cuestionó una de las siluetas, quitándose la capucha y dejando ver su rostro, ahí se encontraba un hombre de veintisiete años, sus ojos color miel y nariz griega, y a diferencia, ahora traía una ligera barba completa sobre su faz ovalada. Sebastián Márquez, Identificador: Mixcóatl, le entregó su Chaqueta de Vacío a Emma mientras esta le sonrió.
—Lo lamento, Capitán —se lamentó Artemisa, haciendo énfasis en el puesto del soldado dentro del equipo, dejando al hombre en la pared—. Pero tenía que hacerlo rápido. —Comenzó a abotonarse la blusa y se colocó la Chaqueta de Vacío—. ¿Es lo suficientemente grande para Horus?
—Lo es —señaló Sebastián, indicándole a las otras dos siluetas que desvistieran al recluta—. El equipo de Ala puede ingresar mientras la Vanguardia nos colamos y la sacamos. Dazhbog y Apolo nos darán cobertura por si esto sale de control.
—¿Cómo sabemos que no pasará nada malo? —preguntó Emma, tomando la capucha para ocultar su rostro.
—Hemos recorrido durante días los alrededores del campamento —indicó el más joven del equipo, Seth Zaki, Identificador: Horus, mientras se quitaba la capucha, dejando ver su cabello rizado corto, sonriendo y mostrando sus facciones egipcias—. Además, ya oíste al Capitán, ustedes la sacan mientras nos ocupamos de los intrusos.
—Descuiden —señaló el último hombre, dejando ver sus ojos verdes y sus lentes panthos sobre su nariz romana, Héctor Anthón, Identificador: Forseti, mientras les entregaba los parches que habían robado—. Nos cubre la Retaguardia, no habrá muchos problemas. Las nuevas armaduras de los Maestros Divinos harán todo el trabajo.
—Bien —indicó Sebastián, pulsando su brazalete. El ícono de Ray estaba parpadeando.
Mixcóatl extendió la mano y una figura esférica con un enorme lente azul y luces blancas a su alrededor apareció sobre su palma. El lente que le servía de visión al androide se apagó por unos cuantos segundos.
«—¿Qué ocurre, Ray? —cuestionó Sebastián, vía comunicación psíquica mientras sus compañeros de armas ocultaban el cuerpo inconsciente del soldado enemigo—. ¿Noticias nuevas?».
«—Algo así —confesó el androide, girando alrededor de su Huésped—. ¿Los enlazo a todos? —Mixcóatl asintió y el androide volvió a apagar su lente, conectando de manera psíquica con los seis miembros de Élite—. ¿Me escuchan?».
Algo que los Dioses agradecían bastante era que tenían uno de los pocos únicos Regalos Divinos que quedaban hechos por el Maestro Divino original. Ray era un androide enlazado a Sebastián, capaz de darle su aumento de características físicas, además de, poder comunicarse de manera mental con cualquiera, sin necesidad de abrir los labios.
Una vez que todos asintieron, el androide siguió hablando.
«—Hay un total de veinte guardias en todo el complejo —comenzó a decir mientras en el visor de la armadura de combate aparecía un plano con las ubicaciones del enemigo—. Tanto Gamboa como yo hemos logrado aislar por completo la señal de radio de la colonia y también la del campamento por lo que, si salta una alarma, tienen algunos minutos de ventaja antes de que vengan los refuerzos».
«—¿Algo con lo que debamos tener cuidado Emma y yo? —preguntó Sebastián. La susodicha lo observó, todos tenían prohibido decir los nombres de sus compañeros en voz alta, por eso se decían por su Identificación o posición dentro del equipo; en su caso, Emma era la segunda al mando. El androide negó—. ¿Todos en sus posiciones?».
«—Retaguardia se encuentra lista —dijo Gabriel mientras aparecía su nombre en el visor de combate—. En estos instantes, Alec se comunica con Gamboa para coordinar el escape mientras yo vigilo»
«—Equipo de Ala, listo —afirmó Héctor, pulsando su Brazalete y ocultando la capa, dejando ver el uniforme de soldado raso de la Federación—. Tenemos el uniforme y podremos colarlos».
Antes de que Mixcóatl pudiera preguntar algo más, Emma le guiñó un ojo de forma afirmativa. La química del equipo en el campo era indudable.
«—Bien, recuerden nuestro objetivo. —La figura de Hambre apareció en el visor—. Necesitamos recuperar a la Jinete, hemos estado dos años recuperando sus espadas de diversos puestos y por fin detectamos la ubicación de uno de los cuatro. Por favor, recuerden, no usar fuerza letal».
«—Ellos no tienen la culpa del engaño de Guaichia —interrumpió Emma, observando con tristeza el rostro del recluta. Las facciones de aquel chico apenas se estaban definiendo, no tendría más allá de dieciocho años—. Necesitamos recuperarlos para demostrar nuestra inocencia».
«—Bien, Dioses, a sus posiciones. —Sebastián hizo una pausa y respiró profundamente, odiaba la guerra pero necesitaba salvar a su familia—. Que la fortuna les sonría».
Mixcóatl cerró el puño y las voces desaparecieron del visor, inmediatamente Seth y Héctor partieron hacia la entrada mientras él se rascaba la cabeza.
—¿Estás bien? —cuestionó Emma, colocando su mano en el hombro de su compañero. Él la observó sin comprender su preocupación—. Desde hace unos días te duele la espalda, ¿no preferirías ir al quiropráctico cuando volvamos a la Resistencia?
—No puedo descansar y lo sabes —respondió Sebastián, caminando y colocándose contra el muro—. Ustedes necesitan ser libres.
—No fue tu error en las Dunas del Ocaso —lo confrontó la Diosa, imitando a su pareja de escuadrón. El Dios la observó de reojo—. Todos tuvimos la culpa al confiar ciegamente en una mujer sin escrúpulos. Solo obsérvame, yo la admiraba demasiado, quería ser lo que era ella.
—Pero tú no lo viste de frente —señaló Mixcóatl de manera tajante, Emma calló inmediatamente. En estos tres años que llevaban juntos como unidad, lo comenzó a respetar—. El Arcángel se enfrentó a cuatro miembros de Élite y los derrotó sin mayor esfuerzo. Si tan solo yo hubiera podido retener el bloqueo divino unos segundos, ahorita estaríamos en casa, firmando la paz.
—Cuando lo enfrentemos será diferente, Sebs. —Artemisa aprovechó su velocidad y se colocó enfrente de su compañero, observándolo directamente a los ojos. Esas charlas se habían convertido en rutina.
—¿En qué será diferente? —preguntó Sebastián con ironía—. Solo lo superaremos por un par en ese hipotético caso y no sabemos usar las Espadas Divinas a la perfección. ¿Qué nos hace diferentes a los Jinetes?
Emma suspiró y observó la señal de Horus, la puerta y patio estaban despejados. Cerró los ojos y controló su respiración, tomó uno de los parches de su Chaqueta del Vacío y lo colocó en el corazón del Dios.
—Hemos estado juntos tres años —susurró la Diosa, señalando al egipcio—. Uno de entero entrenamiento en la Base Central y dos en los que hemos convivido en un mismo edificio sin que la Federación hiciera su jugada.
»Lo venceremos juntos, Sebs.
La Diosa se separó y comenzó a caminar hacia la entrada con la cabeza agachada mientras se colocaba la capucha, dejando a Mixcóatl pensando, con la mano sobre el parche de Artemisa.
Volvió a respirar profundamente y vació su mente de pensamientos ajenos al combate, necesitaba su máxima concentración para sacar a Hambre de su jaula.
«—¡Sebastián! —exclamó el androide, apareciendo enfrente de su visor de manera espectral—. Se me olvidó un detalle para ti».
«—¿Cuál es?».
«—Hoy es el cumpleaños de Sofía —dijo Ray con mucha tranquilidad».
—Será mejor que terminemos pronto, ¿no lo crees, viejo amigo? —susurró, colocándose su capucha—. No hagamos esperar a Sofi.
El Dios salió de su escondite a paso decidido bajo la atenta mirada de su escuadrón.
Eran los Dioses, nada podía detenerlos.
N. de A.
¡Hola, gente! Cuanto tiempo.
Sí, he estado desaparecido de aquí pero era porque terminé mi primera novela por segunda vez y fue cansado. Demasiado.
Pero ahora, siendo DDLI la historia destacada del mes por WattpadSuperheroesES, ¡regresamos!
El inicio sigue siendo lento pero constante y solo aviso que para el siguiente se vienen los Regalos Divinos y lo que han aprendido mis Dioses en estos dos años.
Y este es temprano porque hoy es WM.
¡Nos vemos!
Pd. La de los guioncitos.
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